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DON GIL DE LAS CALZAS VERDES
ELEGANCIA Y CLARIDAD

Título: Don Gil de las calzas verdes.
Autor: Tirso de Molina.
Versión: Eduardo Vasco.
Escenografía: Carolina González.
Iluminación: Miguel Ángel Camacho.
Vestuario: Lorenzo Caprile.
Diseño de peluquería y maquillaje: Miguel Ángel Álvarez.
Atrezzo: Odeón
Calzados y complementos: Sastrería Cornejo, E. Moreno.
Coreografía: Lieven Baert.
Música: Alicia Lázaro.
Arpa: Sara Águeda.
Ayudante de escenografía: Henar Montoya.
Ayudante de dirección: Héctor del Saz.
Ayudante de vestuario: Anuschka Braun
Realización de escenografía: Odeón, Peroni, Talleres Guillermo Díaz, Gerriets, Pinto’s, ATJ, EME. O.K.
Realización vestuario: Lorenzo Caprile.
Fotografía: Ros Ribas.
Asesor de verso: Vicente Fuentes.
Lucha escénica: Javier Mejía.
Intérpretes: Juan Meseguer (Quintana), Montse Díez (Doña Juana), Joaquín Notario (Caramanchel), José Luis Santos (Don Pedro), Miguel Cubero (Don Martín), César Sánchez (Osorio), Pepa Pedroche (Doña Inés), Toni Misó (Don Juan), Elena Rayos (Una dama), Ione Irazábal (Doña Clara), Paco Paredes (Aguilar), Emilio Buale (Alguacil), Jordi Dauder (Don Diego), Javier Mejía (Don Antonio), Jorge Gurpegui (Celio), Rodrigo Arribas (Fabio), Xavi Montesinos (Decio).
Dirección: Eduardo Vasco.
Estreno en Madrid: Teatro Pavón (Compañía Nacional de Teatro Clásico), 4 – X - 2006.





FOTO: ROS RIBAS

Mucho debió de disfrutar Tirso escribiendo Don Gil de las calzas verdes. Podemos imaginarlo poniéndose a prueba a sí mismo, tratando de ver hasta dónde era capaz de llevar embrollos y equívocos, confusiones y engaños, disfraces y mentiras, para lograr así una trama ingeniosa hasta el delirio, que provocara la hilaridad de los espectadores, después de que el poeta se hubiera reído a sus anchas con los lances que iba acumulando sin desmayo a lo largo de una las comedias más agitadas y cambiantes del siglo de Oro, y paradigma a su vez de la comedia de enredo barroca. No es casual entonces que Don Gil de las calzas verdes sea un clásico del repertorio. Ya la Compañía Nacional de Teatro Clásico acometió hace unos años su escenificación cuando todavía la dirigía Adolfo Marsillach, responsable también de aquel espectáculo. En fechas más recientes, el Teatro Corsario mostró una imaginativa puesta en escena de la comedia, dirigida por Fernando Urdiales, que pudo verse en Madrid en el Teatro Galileo.
 

FOTO: ROS RIBAS
Ahora, Eduardo Vasco la lleva de nuevo a los escenarios en el contexto de una política de la Compañía, que busca alternar los títulos más populares y reconocibles del repertorio con otros casi o totalmente inéditos en las tablas. Su espectáculo, en consonancia con lo que viene siendo su poética como director de escena, persigue fundamentalmente la claridad, la armonía y la elegancia serena del trabajo, puesto al servicio siempre de un texto que le atrae y en cuyas posibilidades confía plenamente. Como suele ser habitual en sus escenificaciones, se tiende a que el espacio escénico permanezca lo más limpio posible, a que la acción se desarrolle con agilidad y fluidez, pero no de manera atropellada ni trepidante, y a que el humor predomine sobre la hilaridad o, lo que es lo mismo, se prefieran la sutileza y la sugerencia al efectismo y a la comicidad inmediata u obvia.

La música adquiere de nuevo en un espectáculo de Vasco un papel preponderante, con la presencia de una arpista en escena, o con la formación de coros con los actores, elementos ambos que funcionan como discretos narradores de la historia, cuyos tiempos y ritmos marcan de manera eficaz, aunque casi imperceptible.

Los aspectos plásticos del espectáculo está sumamente cuidados y muestran el aplomo y el buen pulso del equipo responsable, en el que conviven veteranos como Miguel Ángel Camacho, siempre atinado en la iluminación, o Lorenzo Caprile en el vestuario, con una joven Carolina González, que firma su primera escenografía para un espectáculo de gran formato y lo hace con pertinencia y buen gusto.
 


FOTO: ROS RIBAS
Y merece destacarse especialmente en esta escenificación de Don Gil de las calzas verdes la madurez alcanzada por la compañía, la homogeneidad en estilos interpretativos y calidades, la compenetración del grupo y la sensación positiva que ofrece una labor bien conjuntada, lo que muestra las ventajas de trabajar con un elenco estable y de seguir una línea coherente y clara en la dirección de actores. Esta condición es precisamente la que en muchas ocasiones hemos tenido ocasión de admirar cuando han pasado por España compañías europeas de larga y brillante tradición. Por este motivo, parece ahora muy digno de orgullo y de elogio la circunstancia de que la CNTC haya alcanzado esa deseable trabazón y ese equilibrio entre sus componentes. Y aunque la homogeneidad del elenco actoral sea la característica más destacable del espectáculo, no puede faltar una felicitación especial para el buen hacer de Montse Díez en el papel de Doña Juana, en el que se muestra versátil y poderosa a un tiempo, sugestiva y elegante, imaginativa y convincente.


Eduardo Pérez – Rasilla
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Teatro Pavón
(Compañía Nacional de teatro Clásico)
Director: Eduardo Vasco
C/ Embajadores, 9 (Plaza de Cascorro)
28012- Madrid
Tf. 91 528 28 19
Metro: La Latina
Entradas: ServiCaixa 902 332211
Precios especiales grupos: Tf. 91 521 45 33