4.8 Psicosis
LA PALABRA BIEN DICHA
Título: 4.48 Psicosis
Autora: Sarah Kane
Traducción: Rafael Spregelburd
Iluminación: Eli Sirlin
Diseño
Escenotécnico: Agustín Garbellotto
Diseño
sonoro:
Gabriel Barredo
Operación
Luces:
Fernando Berreta
Operación
de Sonido:
Eleonora Pereyra
Producción
general:
Néstor Saied
Intérprete: Leonor Manso
Dirección: Luciano Cáceres
Estreno
en Madrid:
Teatro Fernán Gómez
(Sala II), 4 – II -2009 |
LEONOR
MANSO |
La actriz argentina Leonor
Manso viene a
la Sala II del Teatro Fernán Gómez con el texto
póstumo de la escritora Sarah Kane,
sobre la cual el lector puede encontrar información, así como sobre Leonor Manso en
www.madridteatro.net.
Se trata de un texto de unos cincuenta minutos, que refleja los
últimos momentos de la autora, atormentada por un controvertido mundo interior
que le llevó al suicidio. El 4.8 es
la hora en que los efectos de los fármacos terminan y hay una inclinación a la
desesperación por parte del paciente que le lleva al suicidio. Según
estadísticas inglesas es el horario en que más suicidios acaecen.
LEONOR MANSO |
La veterana actriz Leonor Manso y el joven director
argentino Luciano Cáceres, han
optado por presentarlo como un monólogo, y monólogo interior. Digo han optado,
porque otros montajes han incorporado una serie de personajes, posiblemente con
la intención de hacerlo más digerible, ya que eso de los monólogos asusta un
poquito al público. De todos modos esa opción no era gratuita, puesto que al
escuchar el texto, se vislumbra que hay una serie de participantes que
preguntan o dialogan con la paciente. |
Sarah
Kane tenía 28 años cuando se suicidó. Tales 28 años han
llevado a que, en algún montaje, la intérprete fuera joven. No es el caso de Leonor Manso, que abandonó esa edad
hace bastante tiempo.
Anoto todo esto – la pluralidad
de personajes y la diferencia de edad -, porque la versión de Cáceres-Manso, ha optado por un
minimalismo absoluto en personajes, escenografía y realismo de edad. Una cámara
oscura, un encaramado sillón con olor a mobiliario de oficina o de clínica y
una actriz que ha olvidado un vestuario caractereológico
y ha preferido el anonimato de jersey y pantalón oscuro, sugeridor de un
chándal, de una camisa de fuerza o de nada. |
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LEONOR MANSO
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LEONOR MANSO |
Las quejas de Sarah Kane, a través de su escrito, es
el desahogo inútil de su desesperación existencial y al mismo tiempo el
abandono absoluto por los que le rodean y sobre todo por quienes, por
profesión, están obligados a curarle o a acompañarla mejor en su vía
crucis de la vida. El único remedio que le brindan es el mundo de los fármacos.
Hay, en primera instancia, una acusación a un tipo de terapia para los seres
atormentados en su psique que prefiere el camino fácil y convierten
a tales
pacientes en zombis. Denuncia no nueva en
la sociedad, pero que en Sarah Kane
está llena de emoción y análisis razonado. No sólo los fármacos son entes
negativos para ella, sino también aquellos amigos que sólo pueden manifestar la
compasión. Ésta no vale. Lo que sucede es que tal desamparo va más lejos, pues
también se siente atacada por lo que podría ser la autocompasión de ella misma.
Llega a un punto en que sólo la desesperanza es su único vestuario. En ese
análisis surge una reflexión sobre el sin sentido de la vida humana y para el
cual parece no haber remedio, una vez que el día a día se ha marcado como meta
otros valores: la validez de aquellos seres que no crean problemas.
El montaje que se nos ofrece, ha recurrido a la palabra como,
prácticamente, único elemento de transmisión. Sonidos a discreción y el
agresivo efecto lumínico forman parte del reparto, pero la confianza en la
palabra es primordial. Al fin y al cabo es la única arma defensiva para la
protagonista.
Leonor
Manso y Luciano Cáceres han
creído en el valor de la palabra y se han arriesgado con ella. Tal elección
sólo es posible cuando el actor o la actriz están convencidos de su valor de
comunicación. Han ido a lo más difícil: el estatismo del cuerpo – al estar todo
el tiempo sentada -, permitiéndose, como lujo, el expresarse discretamente con
manos, brazos y tímidos movimientos de los pies descalzos. Leonor
Manso no defrauda en este cometido y llena el texto de matices y tonos. Nunca
la palabra ha aparecido tan sugeridora de conceptos y emociones, así como la
evocación de una serie de mundos ocultos tras la indiferencia aparente de
pacientes como Sarah Kane. Leonor
nos permite introducirnos en su mente, por eso todo puede ocurrir en la mente
del personaje. Son esos monólogos
interiores que tenemos, en el cual aparecen vivencias, personajes, buenos recuerdos lúcidos o triturados por algún trauma y que
gracias a la palabra podemos transmitir. |
LEONOR MANSO |
No conozco los otros montajes con varios personajes, pero barrunto
que en el trasiego de unos y otros, la paciente, es posible, que impacte menos.
Después está lo de la edad. Vista la representación puede ser una
trampa el adjudicar los 28 años de Sarah
Kane, al personaje y vivencias que ha creado. No es necesario, una vez que
ese mundo interior se ha precipitado de tal modo en la vida de Sarah, que no corresponden a unos 28
años. Sus vivencias son tan profundas y universales que sobrepasan una
fecha determinada.
4.8Psicosis
es un excelente trabajo de interpretación, donde la palabra bien dicha encuentra
un vehículo apropiado como es Leonor
Manso.
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