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FACTORY 2
LA HUMANIDAD Y LA VIDA REAL LATE
TRAS EL COLORIDO Y ESTALLIDO ARTÍSTICO
DEL MUNDO DE WARHOL

Título: Factory 2
Texto, y escenografía: Krystian Lupa
Asistencia a la dramaturgia: Iga Ganczarczyk y Magda Stojowska
Vestuario: Piotr Skiba
Materiales audiovisuales: £ukasz Banach
Arreglos musicales: Mieczyslaw Mejza
Producción: Narodowy Stary Teatr
Ayudantes de dirección:
Zbigniew S. Kaleta, Jolanta Denejko, Krzysztof Garbaczewski, Szymon Raczmarek, Radek Rychcik
Ayudante de escenografía: Natalia Horak
Interpretación: Piotr Skiba (Andy), ZbigniewW. Kaleta (Paul), Krzysztof Zawadzki (Malanga, Candy), Adam Nawojczyk (Ondine), Iwona Bielska (Brigid), Sandra Korzeniak (Edie), Ma³gorzata Hajewska-Krzysztofik (Viva), Ursula Kiebzak (Ultra), Piotre Polak (Eric), Katarzyna Warnke (Nico), Bogdan Brzyski (Freddie, Jackie), Iwona Budner (Holly), Joanna Drodzda (Mary), Ma³gorzata Zawadzka (I-Velvet), Marta Ojrzynska (Andrea), Tomasz Wygoda (Bailarín Tibetano), Szymon Kaczmarekm (Periodista), Lukasz Holuj/Rafa Libner (Músico de didgeridoo).
Dirección: Krystian Lupa
País: Polonia
Idioma: polaco (con sobretítulos en español)
Duración aproximada: 7 horas y 50 minutos (con 3 intermedios)
Estreno en España
Estreno en Madrid:
Teatro Valle Inclán,
8 – XI - 2008

FOTO: RAIMUNDO BELLAS

FOTO: KRZYSZTOF BIELINSKI

Andy Warhol ha marcado un estilo artístico en el mundo de las artes plásticas: pintura, fotografía, teatro, moda, cine y sobre todo el entender la vida de un modo muy peculiar. Su aspecto físico – pelo blanco y gafas y con unas quijadas calavéricas – era muy personal. A nivel divulgativo, el nombre Warhol queda unido a la coloreada figura del rostro de Marilyn y al bote de hojalata de  Campbell.

Estos elementos son los más cacareados, pero el efecto Warhol era de mayor magnitud y se acuñaba en la llamada Factory: un local por donde pululaban una gran variedad de personajes con un cierto toque de excentricidad, en busca de nuevos ánimos artísticos y subyugados por la personalidad de Warhol, elevada a la esfera del mito.

De aquella Factory salió un nuevo modo de ver el arte, que se centró en buena medida en lo cotidiano, posando su mirada sobre  situaciones prosaicas. El cine – fundamentalmente el de Paul Morrisey, su cineasta más adicto – abría nuevos caminos a historias del lumpen o del lado oscuro y duro de la vida en su sentido más amplio como contenido, pero, también, a un tratamiento visual con cámaras salvajes, una iluminación ajena a lo establecido por los estudios de Hollywood y un sonido enamorado del directo que acogía con toda naturalidad las interferencias.
TRASH
(PAUL MORRISEY)

Kristian Lupa se ha liado con Warhol y su mundo, y nos lo ofrece durante casi 8 horas. Elige los años brillantes de la Factory - por eso tal vez no está presente al figura de Joe D’Alessandro, algo más tardía – y resucita magistralmente todos aquellos, hoy fantasmas, cuyo recuerdo viene emanado por las creaciones salidas de aquella Factory.


ANDY WARHOL
Aunque, al final, obtenemos un retrato de Andy Warhol, no es estrictamente una biografía, puesto que Lupa ha tenido sumo cuidado en crear un vital fresco  de todo aquel colectivo. Para ello ha recurrido a un sistema de trabajo similar al de entonces, en el uso de la cámara de cine apuntando a los rostros y a través de ellos contar la historia, que ocurre en la parte baja de la pantalla y fuera de ella; el modo de crear pictóricamente sus cuadros; la obsesión por registrar todo con su cámara fotográfica – hay, posiblemente, una cita a la película de 5 minutos del culo de Joe D’Alessandro con la fotografía del culo de uno de los personajes -, y todo el ambiente, verdad o ilusión, que se creó en torno a la figura de Warhol.

De todo este collage surge la figura  de Warhol como la de un ser tímido, infantil, inconsciente y un tanto etéreo y dominado por lo que se han dado en llamar las musas. Termina por ser un espectador/consentidor de una gran comedia humana y de la que se sirve para su creación. Lupa le ha dado algunas pinceladas de humor, con lo cual nos resulta de lo más simpático y nos produce la sonrisa y a veces la carcajada.

Una dimensión de aquel mundo, apuntado últimamente en artículos de divulgación,  es el despliegue de una cierta crueldad, en aras del arte. Algo de eso también se apunta hacia el final al rememorar una de las filmaciones.

El personaje de Andy Warhol es como el pivote sobre el que todo gira. Los tres actos de que consta el montaje podrían ser tres obras aisladas, sin que ello quiera decir que no hay un punto de unión. Esta misma estructura permite la exhibición del espectáculo en tres días sucesivos, pero el verla de un tirón – con los consabidos intermedios de descanso – es un placer.


FOTO: KRZYSZTOF BIELINSKI


FOTO: KRZYSZTOF BIELINSKI
Un primer acto es la creación de ese gran fresco al que se asoman los más variados y excéntricos personajes, cuyas intervenciones, alternadas, están perfectamente hilvanadas, divertidas en muchos momentos y  con gran poder evocador. Es una pintura de lo que pudo ser aquella Factory tanto en los personajes como en las técnicas. Ellos y nosotros asistimos a varias de las proyecciones que se estilaban en el centro, para urgar en el rostro de los pretendientes a artistas. Lupa no se limita a aludir a aquellos personajes, sino que sobreimpresiona sus propios actores a ellos en un encadenado continuo. Esto hace que se cree una mímesis entre el colectivo Warhol y la actualidad teatral del colectivo Lupa, habituado desde hace años a un trabajo creativo coral, bajo su supervisión. Es un acto distensivo, ilustrativo y colorista. Ayuda en gran parte la creación del imaginativo y vistoso vestuario diseñado por Piotr Skiba – el actor de Lupa, que interpreta a Warhol -, resultando una ingeniosa coincidencia. Colores y formas surgen de la mano de Warhol para los de su Factory. Colores y formas surgen de la mano de Piotr Skiba (intérprete de Warhol) para los de la “factoría” de Lupa. Esto lleva a una sospecha: hasta que punto Lupa nos está también narrando su mundo creativo y su colectivo. Este primer acto parece tener un nombre la Factoría de Lupa-Warhol. Los actores, desde ya, comienzan a estar sublimes.

Un segundo y tercer acto van más por la línea intimista. El gran fresco ha dejado paso a las hornacinas individuales de una o dos historias. Lupa, descubre así la interioridad de algunos de esos personajes en el caminar de su difícil y dolorida existencia. Un tema común en todos es la soledad, la angustia y el reencuentro consigo mismo. Se recurre al monólogo, preferentemente, en el que, a veces, Warhol es observador o parte dialogante muda.

IWONA BIELSKA

FOTOS: RAIMUNDO BELLAS

Entre ellos es magistral el monólogo de Iwona Bielska como Brigid, que visualmente se concibe a través de la pantalla en lo alto, con las acciones de Warhol en su afán de plasmar algo sobre un lienzo. Brigid está preocupada por la limpieza de su casa, por ordenar los papeles y objetos, por deshacerse de utensilios que considera poco edificantes si los viera su madre. Todo esto se lo comunica, bajo la angustia, por teléfono a Warhol, el cual se limita a responder con un mensaje fáctico: sí, claro, sí, sí estoy aquí”. Viene a ser una transposición de La Voz humana de Jean Cocteau, sólo que aquí la misma angustia se palpa aludiendo a lo trivial de la vida. El uso de la pantalla es de un gran acierto. Con este recurso Lupa nos muestra una de tantas películas que se podrían haber producido en la Factory de los años 60. Iwona Bielska está soberbia como actriz. Este monólogo, podría ser muy bien una obra de teatro en sí misma, que encuentra su traducción escénica – sin la pantalla – en la caja de cristal o metacrilato en la que está encerrada Brigid (Iwona), la cual sigue con su interminable discurso, en el vestíbulo del teatro.

Los otros monólogos poseen la misma fuerza y el que termina siendo un poema y un homenaje a la inocente desnudez y belleza del cuerpo humano es el monólogo del joven que, en sus ansias de liberación, va eliminando la poca ropa que le aprisiona y constatando la fisicidad de su piel y sus sentidos, llevándola a  una dimensión más espiritual.

El desafío de estos monólogos es todavía mayor en cuanto que se camina por la cuerda floja, manteniendo el difícil equilibrio entre lo serio y lo grotesco o, como menos, ridículo. Con ellos se nos muestra la otra cara de la Factory: la humanidad y la vida real que late tras el colorido y estallido artístico del mundo de Warhol.
FOTO: KRZYSZTOF BIELINSKI

Decir que todos los intérpretes están magníficos es poco. Y lo que, personalmente me llama la atención, es la capacidad camaleónica de Piotr Skiba, tras verle en las sucesivas interpretaciones que nos ha ofrecido en las últimas versiones de los Festivales de Otoño: Ritter, Dene y Voss (2006) y Auslöschung/Wymazywanie (Extinción) (2007). Si no fuera por el nombre en el programa de mano nadie diría que es el mismo actor. Piotr Skiba tiene el arte de esconderse en su personaje y no permitir que su personalidad lo destruya.

Por fin mencionar la atractiva escenografía, que reproduce en sus líneas fundamentales a lo que pudo ser la Factoría Warhol.


PIOTR SKIBA
FOTO: KRZYSZTOF BIELINSKI


José Ramón Díaz Sande
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TEATRO VALLE INCLÁN
(Polivalente)
DIRECTOR: GERARDO VERA
SALA PRINCIPAL:
Aforo: 510
SALA FRANCISCO NIEVA
Aforo: 150
PZ. DE LAVAPIÉS, S/N
28012 – MADRID
TF. 91 310 15 00
METRO: LAVAPIÉS
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