RESEÑA, 1994
NUM, 255, pp. 10 - 11 |
EL BURGUES GENTILHOMBRE
Provocación y brillantez
La compañía Morboria, nacida en 1983 ve en El Burgués Gentilhombre una obra que puede muy bien ser tratada con
su estilo propio.
Desarrollan un gran ingenio para desdoblarse en la
multitud de personaje que exige la obra.
Obtuvo el Premio
Ágora de Teatro (Almagro, 1995), como Dirección Revelación.
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Título: El burgués gentilhombre.
Autor: Molière.
Traducción, adaptación: Eva del Palacio.
Diseño, espacio escénico y atrezzo: Fernando
Aguado y Eva del Palacio.
Música: Carlos Pérez Montoro.
Intérpretes: José Luis Santos, Pedro Olivera, Fernando
Aguado, Javier Botella, Nacho Fernández, Alvaro Aguado, Margarita Sánchez, Eva
del Palacio y Violeta Sánchez.
Dirección: Eva del Palacio.
Producción: Morboria Teatro.
Estreno en Madrid: Teatro Alfil, 4 - X- 1994. |
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Un
curioso personaje, el señor Jourdain, rico e ignorante burgués
empeñado en imitar a los nobles y ser, al cabo, tenido por uno de
ellos, es el protagonista de El burgués
gentilhombre. Escrita por Molière para satisfacer un encargo real, la desenfadada comedia-ballet fue
presentada a
la Corte
en el castillo de Chambord el 14 de octubre de 1670. Como tras la
representación Luis XIV nada dijo,
los asistentes dedujeron que la nueva pieza del dramaturgo no le había gustado
y no tuvieron ningún reparo en proclamar que con ella se iniciaba el declive
de su autor. Días después hubo una segunda representación que mereció los
elogios reales, con lo que los detractores mudaron de parecer y determinaron,
con pesar, que la pieza era buena, incluso excelente. Más tarde, el público parisino la aplaudió durante veinticuatro días en el escenario
del teatro del Palais Royal. Y así, el nuevo personaje no tardó en enriquecer la
galería de criaturas inmortales - ya la ocupaban el falso devoto Tartufo y el avaro Harpagón- creadas por Molière.
Sin embargo, no hay que buscar en esta sátira sobre el
empeño de los nuevos ricos por subir a más altos peldaños de la
escala social la acerada crítica con que fustiga Molière en otras obras suyas. Es cierto que salen malparados
el propio Jourdain y cuantos están representados en él, esa legión de
necios dispuesta a emplear su fortuna en satisfacer sus desmedidas ansias de
grandeza. Y la nobleza arruinada y depredador a representada por el
engatusador Dorante. Y, en fin, los artistas - los profesores de música y
de baile - y licenciados que exprimen al estúpido Jourdain cobrándole a
precio de oro unas enseñanzas que sus escasas luces le impiden asimilar.
Pero a lo que en esta ocasión aspiraba Molière, cuando
la Corte salía del luto
decretado tras la muerte de la cuñada del Rey, era a brindar un
espectáculo vistoso, amable y divertido. Para ello contó con la colaboración
de Juan Bautista Lulli, cuya música
y ballets eran muy apreciados, y creó escenas tan hilarantes como la ceremonia
turca inspirada en la reciente visita de un embajador extraordinario del Sultán
de Turquía. Tal escena le sirvió para inventarse una jerga disparatada, algunos
de cuyos vocablos acabaron por incorporarse al lenguaje popular francés.
Es el aspecto festivo de El burgués gentilhombre el que ha atraído a los miembros de Morboria Teatro. El texto de Molière les permitía ahondar en
un estilo propio cultivado, desde la creación de la compañía en 1983. Hay desenfado y
exageración deliberada en cuanto hacen, buenas dosis de provocación y
brillantez, tanto en la interpretación de los actores como en la presentación
del espectáculo. El texto ha sido adaptado a las exigencias de este trabajo
concreto con algunas licencias que se aceptan de buen grado y la música,
respetuosa con la época, concebida para subrayar el tono de burla que invade el
escenario.
Los actores, nueve para representar a más de cuarenta
personajes, se entregan con entusiasmo a un juego cuyas reglas han establecido
ellos e mismos. Se divierten y divierten. Todos merecen ser citados. Fernando Aguado en el papel de Jourdain; Pedro Olivera, trasvestido - así
concibió Molière el
personaje- en su sensata esposa; Eva del
Palacio como Dorimena; Nacho
Fernández, mejor en el papel de enamorado Cleonte que en el sobre
actuado maestro de armas; José Luis
Santos, en los cuatro papeles que asume; Alvaro Aguado en el apaleado profesor de filosofía; Violeta Sánchez en la desesperada y
enamorada Lucila, y, en fin, Margarita
Sánchez y Javier Botella en los
divertidísimos Nicolasa, la sirvienta de Jourdain, y su
gesticulante lacayo.
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