RESEÑA, 1995
NUM. 257, pp. 18 |
LOS MALCASADOS DE VALENCIA
Otra comedia de enredo
Al ser Guillén de
Castro valenciano, Los malcasados de Valencia fue una coproducción de Teatres
de
la Generalitat
Valenciana y
la
Compañía Nacional de Teatro clásico.
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Título: Los malcasados de Valencia.
Autor: Guillén de Castro.
Adaptación: Luciano García Lorenzo.
Producción: Teatres de
la Generalitat Valenciana
y Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Escenografía: Daniel Bianco.
Iluminación: Alfons Barreda, Josep Solbes.
Vestuario: Ana Garay.
Dirección: Luis Blat.
Estreno en Madrid: Teatro de
la Comedia, Noviembre 1994. |
FOTO: PAU ROS |
Los malcasados de Valencia responde al modelo
clásico de comedia de enredo. Sin embargo, y a pesar de que su estructura, sus
motivos y sus procedimientos resultan conocidos, aporta una cierta novedad en
lo que respecta a las situaciones, inusitadamente audaces en el panorama de la
comedia áurea, Los amores extramatrimoniales y, siquiera fingidamente, las
relaciones homosexuales proporcionan el material que configura el enredo,
El
desenlace salva parcialmente los obstáculos morales de las escabrosas
relaciones con la nulidad del matrimonio de los protagonistas. Final que, si
bien puede entenderse como expresión de desencanto, tiene también algo de
escapista, pretende corregir quizá unas situaciones que se consideran
excesivamente atrevidas.
Puede
verse un elemento anecdótico interesante en el juego de las letras, que
consigue una eficaz combinación entre un entretenimiento cotidiano de la
época y los deseos latentes de los personajes que se convertirán en el motor
de la comedia.
Por
lo demás, la comedia está construida con esa fórmula tan frecuente en el
teatro clásico, rica en enredos, equívocos, engaños, etcétera, todo ello
adobado por un ingenio chispeante y conducido a un ritmo trepidamente que
tanto agradaba al público del XVII, pero que nos ha dejado unos personajes
estereotipados y carentes de auténtico interés humano, No faltan algunos de los
grandes tópicos del género, como la mujer disfrazada de varón y urdidora de los
engaños necesarios para conseguir su propósito, que no es otro que la
unión con el hombre al que ama.
FOTO: PAU ROS |
La puesta en escena ha
partido de una versión del texto, firmada por Luciano García Lorenzo, que es limpia y llega al espectador con la
fluidez que precisa un texto de estas características, El montaje, en términos
generales, revela profesionalidad, dominio del movimiento escénico, conocimiento
de los resortes del teatro clásico y un cierto sentido de la plasticidad y de
la elegancia, pese a que no falten tampoco desajustes y errores, como la lentitud de algunas transiciones
o, algunos momentos, pocos, de innecesario
estatismo, Luis Blat tiene, desde
luego, personalidad propia, pero su trabajo revela a su vez una continuidad
con la línea que ha seguido habitualmente la compañía, aunque se aprecia
en su labor una mayor sobriedad en el aspecto plástico y una mayor contención
en el uso de los efectos de comicidad. |
Tal
vez el principal punto débil del espectáculo se encuentre en la interpretación, Blat ha optado por una concepción
muy evidente de unos personajes que ya salieron demasiado caricaturizados de
la pluma de comediógrafo, lo que da un cierto aire de elementalidad, Por lo
demás, no todos los actores disponen de los recursos y matices necesarios para
una comedia que se plantea como juego sutil. Destaca entre todos ellos la
labor de Blanca Apilánez, quien
muestra aquí sus excelentes condiciones de actriz, pero realiza una
interpretación que se encuentra por debajo de sus posibilidades, quizá por la
ya comentada endeblez del personaje al que encarna.
La
escenografía de Daniel Bianco ofrece
abundantes posibilidades para las entradas y salidas de los personajes y, en
general, para el desarrollo del juego escénico, En su conjunto recuerda a la
grandiosidad de algunos trabajos de Andrea
d'Odorico, Gerardo Vera o Fabiá Puigserver, pero, frente a la
ligereza de los espacios escénicos concebidos por ellos, el que aquí se nos
presenta tiene algo de pesadez, de frialdad, Pese a todo ello, es digno de
elogio el esfuerzo por la búsqueda de soluciones novedosas, el trabajo de
iluminación y de vestuario, etcétera, En términos generales hay imaginación y
buen gusto, aunque el resultado no siempre alcance los niveles de calidad
deseables.
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