|
LA VELOCIDAD DEL PADRE,
LA VELOCIDAD DE
LA MADRE
de
PABLO FIDALGO
y
CELSO GIMÉNEZ
por la
COMPAÑÍA
LA
TRISTURA
en
El Canto de
la
Cabra
de
Madrid
Del 20 al 23 de diciembre de 2007
|
Del 1 al 3 de febrero de 2008 en
el Teatro Enselle de Vigo
A determinar fechas en
La Casa Encendida de Madrid |
La
tristura
es una compañía, formada por un grupo de jóvenes actores que
coincidieron en
la RESAD de Madrid,
donde presentaron por primera vez este trabajo a finales de 2006. Pertenecen a
la camada de los años 80 y proceden de Valencia, Vigo, Segovia y
Tafalla. Por lo tanto son cuatro: Itsaso Arana, Pablo Fidalgo, Violeta Gil y Celso Giménez. Su llegada a la capital les desconcierta:
- No
estamos de acuerdo con nada –
declara el colectivo.
No entendemos la escuela, ni el teatro, ni la capital. Decidimos formar
una compañía
LA TRISTURA,
EL
TEATRO LES PERMITE
NO
OCULTAR NADA
La
tal Compañía se vino a llamar:
La Tristura
y formulan unos mandamientos:
-
La
Tristura quiere escribir un himno generacional
y arrastrar a las masas, quieren que el público coree su nombre. Se han
confundido
-
La
Tristura nace con el augurio del
fracaso.
- La tristura
sale al escenario para hablar, correr, competir y perder. Porque no
consigue cambiar la escuela, ni el teatro, ni la capital. En el teatro no
se puede ocultar nada. La escritura ya es para nosotros actuación. El
teatro es un invento para que no podamos escondernos, un buen invento al
fin y al cabo.
Sus principios sobre el teatro se pueden leer en su página web.
www.latristura.com y que en nota (*), al
final de la página, reproducimos.
DESDE
EL 2005
LA TRISTURA INQUIETA POR CREAR
Comienzan a trabajar en el 2005 y surgen: Las niñas del pelo corto y Si un niño una tarde, títulos que no encontraron paritorio.
En
marzo de 2006 presentan Instrucciones de
nadador, la cual dará lugar a La
velocidad del padre, la velocidad de la madre, que se presentará a finales
de 2006 en
la Sala García Lorca de
la
RESAD. La obra ha recorrido
la Sala Fundición de Sevilla,
la Sala OFF de Valencia, El Canto de
la Cabra
y
La Casa Encendida de Madrid, y el Teatro Ensalle de Vigo. |
EL NADADOR
FOTO:
LATRISTURA |
En la filosofía de
La
Tristura hay una reflexión sobre el teatro que definen
como competición y es lo que permite
que guerra, deporte y teatro sean una misma cosa.
- Hay algo que hace que teatro,
guerra y deporte sean la misma cosa. A diferencia de la música o de la
pintura estas tres necesitan del tiempo y del espacio para existir. El
teatro, la guerra y el deporte son los tres grandes
acontecimientos que existen. No hacemos otra cosa desde que nacemos. Desde
niños y en cualquier lugar, cada acción humana
puede ser clasificada en uno de estos tres ámbitos, muchas en más de
una. Pero hay en el deporte y en la guerra un componente que no sabíamos
hacer encajar en el teatro: La competición.
LA COMPETICIÓN,
LA BASE DEL TEATRO Y DE
LA
VIDA
¿Dónde esté la competición sobre el escenario, quién contra quién, quién gana, la competición es siempre la
misma o depende de la obra?
- En La velocidad del padre, la velocidad de la
madre hay
dos competiciones. Una dentro de la obra y la otra fuera. La de fuera es
la que nunca cambia, la del público contra los actores, a ver quién
aguanta más, el que se confiesa o el que mira.
La
competición de dentro de la obra se da entre el padre y la madre:
LA MADRE
FOTO: LATRISTURA |
- La madre, embarazada, está preparando la mejor herencia,
para cuando su hijo nazca. La madre tiene al hijo dentro y lo posee
completamente, como el actor posee al público del teatro. Y ella no quiere
tenerlo, no quiere compartirlo, y apura el tiempo que le queda para
hablarle y hablarle de ese modo, sin ser interrumpida. En la otra
mitad del escenario el padre ya no quiere educar a su hija, sólo quiere
que no se quede con él pero que no
se vaya, que no haga nada. Sólo le importa convivir, poner reglas, poner nombres a las
cosas, decir lo que está bien y lo que no, lo
que importa y lo que no importa. Si la madre tiene a su hijo en el cuerpo, el padre tiene a su hija en la casa.
|
En el
fondo,
La Tristura pretende una reflexión…
- …sobre por qué consideramos
importantes unas cosas sí y otras no, lo grande y lo pequeño en
palabras de adorno. Creemos que todo lo importante tiene, en verdad, la misma
importancia. Por eso hablan del teatro, del deporte y de la guerra como si
fuesen lo mismo, un escenario y gente que hace algo que no se pude
repetir.
Ahora,
a finales de 2007, lo han mostrado en
la Sala El canto de la cabra, atenta a las
manifestaciones de teatro de innovador y de vanguardia que se produce en diversos ámbitos.
Título: La velocidad del padre,
la velocidad de la madre.
Autores: Pablo Fidalgo y Celso Giménez.
Dirección: La tristura.
Escenografía e iluminación: Irene Cantero.
Vestuario: Irene Cantero, Libertad Correas e Iva Boytcheva.
Música en directo: Pablo Gisbert.
Coreografía: Marcos Mora.
Intérpretes: Itsaso Arana, Violeta Gil, Celso Giménez, José Zamit.
Duración: 1hora y 40 minutos
Estreno en Madrid: El Canto de
la Cabra,
20 – XII - 2007. |
DISTANCIA
FOTO:
LATRISTURA |
(*)
Debemos ser nosotros los que dominemos el teatro y no el teatro el que nos
domine a nosotros.
A menudo nos vemos obligados a dividir las obras de teatro en
partes para poder criticarlas, para nosotros el teatro no es un conjunto
de elementos, todo es una misma acción que empieza en la escritura. La
escritura ya es para nosotros actuación.
Todo lo nuevo es automáticamente tradicional, escribió T. S. Elliot. Creemos que el teatro puede ordenar la memoria y
la Historia, es una
representación de la memoria y de
la Historia.
El teatro de verdad es para nosotros una forma de vida extinguida hace años y
que sólo podemos aprender trabajando. Creemos que el teatro es el lugar donde
las palabras dejan de ser palabras y se convierten en algo más. El teatro en
palabras de Koltés, es el único
lugar en el que se dice que aquello no es la vida. Es, por tanto, un lugar
desde donde observar el mundo, pensarlo y actuar.
Creemos en el cuerpo y en la voz, en la naturaleza del arte teatral y
confiamos en él, y que de él, a diferencia de otras artes, sólo puede salir
algo bello. Porque el teatro no permite esconderse.
Creemos en el teatro como parte de la educación de las personas que
quieren educarse, por ser el único arte vivo. El teatro como asamblea, como una
preparación para la gran celebración o el gran dolor, un teatro que ofrezca
soluciones reales, invitaciones reales, un teatro de la materia, de la memoria
de la materia, de la historia de las cosas. El teatro, por ser un arte que
pasa, es la única forma de limpiar sin ensuciar. Si hay algo que merece ser
recordado es el teatro, donde una persona real entrega su tiempo real.
Creemos que el teatro debe preservar la palabra, la belleza y la
verdad. Debe ser el teatro el que nos domine a nosotros, no nosotros los que
dominemos el teatro. |