Arlequino
es el Zanni por excelencia
ARGELINO, SERVIDO DE DOS AMOS (TEATRO
LA ABADÍA, 2008) |
Ante todo conviene recordar el origen histórico y social
del Zanni. Zanni es el apodo que daban los venecianos, en el siglo XV, a los
campesinos del valle del Po y, en particular, a los de los valles de Bérgamo. Zanni deriva del nombre Gianni, Giovanni, y está ligado a un momento determinante de la historia de
Venecia. Allí, en efecto, a principios del siglo XVI, ocurrió un hecho
extraordinario: el nacimiento del capitalismo moderno.
Muy pocos saben que el capitalismo nació en Italia –cuando
menciono esta obviedad histórica el público, sobre todo en el extranjero, se
queda estupefacto –, gracias a los bancos, símbolo de nuestra civilización
renacentista, estandarte de la alta burguesía, alta en el sentido de valor, sin
ironías.
|
DARÍO FO |
ARLEQUINO, SERVIDOR DE DOS AMOS
(VERSIÓN
DE GIORGIO STREHELER)
FERRUCIO
SOLERI/ GIANFRANCO MAURI
(TEATRO
DE
LA ZARZUELA, MADRID) |
El Magnífico,
origen de la máscara grotesca del noble venido a menos, era un banquero. Las
familias más importantes de Florencia son familias de banqueros: no es
casual que quien se
apropió definitivamente del título de descubridor de las
Américas fuera un Vespucio, vástago de una familia de banqueros, quienes, al subvencionar la
segunda, tercera y cuarta expedición de
Colón, enviaron al hijo Amerigo
para que controlase que el genovés no se quedara
con nada. Resulta sintomático que América
– la del Norte – lleve el nombre de un banquero. |
Gracias a la genialidad de los banqueros de entonces, en
Venecia inventaron la maona. Era el
paquete de acciones comerciales ofrecidas en venta a los ciudadanos, y – por
primera vez en la historia de la humanidad – ya no son los reyes, los
príncipes, los duques quienes organizan las guerras, sino los bancos, que
naturalmente involucran a todos los ciudadanos pudientes y arrojados. Cada
ciudadano se convierte en participante y, sobre todo, en provocador de guerras.
Guerras de colonización, claro. En efecto, por aquel entonces Venecia consigue
multiplicar exageradamente sus
territorios, cuyos propietarios siguen siendo sus ciudadanos, miembros de las Repúblicas de Génova y Venecia que, a causa de la enorme cantidad de tierras adquiridas, se ven obligados a
emigrar a Turquía, Oriente Medio, Oriente Bajo, Oriente Alto, Grecia, Irán,
Irak, Siria, Líbano, etc. |
ARLEQUINO, SERVIDOR DE DOS AMOS
(VERSIÓN DE GIORGIO STREHELER)
(PICCOLO DE MILÁN, 1947) |
ARLEQUINO, SERVIDOR DE DOS AMOS
(VERSIÓN DE GIORGIO STREHELER)
(PICCOLO
DE MILÁN, 1947) |
Esta gente logró que se desarrollara también la economía de
su tierra materna gracias al restablecimiento de la esclavitud. Los géneros
alimentarios llegaban a los mercados de toda Italia a mitad de precio, lo que
llevó a la ruina a los campesinos, los Zanni
sobre todo. Como ya no conseguían vender sus productos, tuvieron que abandonar
sus tierras y emigrar en gran número a Venecia y Génova: diez mil, se calcula,
llegaron en tres años a la laguna, un éxodo increíble, si se piensa en
la escasa población de la
época: diez mil varones y diez
mil hembras obligadas a seguir a sus Zanni.
|
Veinte mil personas invaden una ciudad de poco más de cien
mil habitantes, como era entonces Venecia. Es
lógico que los pobres desgraciados se convirtieran en personajes importantes
que perturban el clima de un ambiente. Provocan resentimiento y desprecio,
y en seguida son víctimas de burlas y mofas, como suele ocurrir. Se vuelven los
chivos expiatorios de cualquier malhumor, como toda minoría indefensa que se
respete: hablan mal la lengua de la ciudad, son desastrosos, tienen una gazuza
desesperada y se mueren de hambre, sus mujeres aceptan los trabajos más
humildes, hasta de putas – el de criada es un mercado ya saturado.
|