.:: Entrevista ::.

Argelino, servidor de dos amos

EL MÍTICO HÉROE DE GOLDONI
EN EL MUNDO DE HOY

En 1745 Carlo Goldoni estrenaba Arlecchino, servitori di due padroni en Venecia. Diálogos ágiles y chispeantes que lanzaban personajes de la Commedia dell’arte. El criado Arlecchino, bautizado como Trufaldino por Goldoni, era oriundo de los valles de Bérgamo y la necesidad por subsistir le lleva a Venecia. No tiene en cuenta aquel precepto evángelico “no se puede servir a dos señores” y él sí sirve a dos amos. Ello da pie a equívocos, engaños, peleas amorosas, duelos  y conflicto generacionales. En clave de humor e ironía se llega a la carcajada. Con estos ingredientes Goldoni traza una sociedad que llega al ridículo y ahí está su crítica.
CARLO GOLDONI

DE ARLECHINO A ARGELINO
PASANDO POR ARLEQUINO

Arlecchino se hizo famoso en 1947 con la versión de Giorgio Strehler para el Teatro Piccolo de Milán. A partir de entonces Arlecchino se transformó ortográficamente en Arlequino, con “qu” en vez de ”cch”. Esta versión llegó a España en la década de 1960 en el Teatro de la Zarzuela.


ARLEQUINO, SERVIDOS DE DOS AMOS
,
VERSIÓN DE g. Strehler
en el Teatro de la Zarzuela de madrid

ARGELINO, MÁS ALLÁ DE UNA “QU”

Con motivo del 300 aniversario del nacimiento de Carlo Goldoni   La Abadía en coproducción con el grupo Animalario retoma muy libremente el texto y crea Argelino, servidor de dos amos. En este caso el cambio externo supone algo más que una “qu”.

Andrés Lima, director de este montaje, aclara estaversión de Argelino:

  • La comedia Argelino, servidor de dos amos se basa en esta tragedia: la lucha de clases, la lucha de sexos, la lucha por encontrar trabajo, por encontrar pareja, por encontrar comida, por sobrevivir. ¿Actualidad? Puede que la tenga. Puede usted mirar el periódico de hoy.

Andrés Lima

Darío Fo tiene un pequeño artículo reflexionando sobre estos tipos que como Trufaldino tiene que emigrar del campo a la ciudad y cuyo nombre popular es Zanni.

  • Ante todo conviene recordar el origen histórico y social del Zanni. Zanni es el apodo que daban los venecianos, en el siglo XV, a los campesinos del valle del Po y, en particular, a los de los valles de Bérgamo. Zanni deriva del nombre Gianni, Giovanni, y está ligado a un momento determinante de la historia de Venecia. Allí, en efecto, a principios del siglo XVI, ocurrió un hecho extraordinario: el nacimiento del capitalismo moderno.

ARLEQUINO  HABLABA DE LA LUCHAS DE CLASES
Y ARGELINO TAMBIÉN

El arriesgarse a esta traslación la justifica Alberto San Juan, actor, que en esta ocasión firma la versión junto a Andrés Lima:


ALBERTO SAN JUAN
  • En principio no hay ningún derecho a cambiar las palabras que otro dejó escritas, pero sí es posible dialogar con la obra de quienes nos precedieron. A partir de este convencimiento comenzamos a transformar la obra de Goldoni y con total libertad. Arlequino hablaba de la lucha de clases, de la dificultad de convivir cuando los seres se dividen en amos y criados. Nuestro Argelino  habla de lo mismo, centrándose en la servidumbre de nuestro tiempo: los inmigrantes. Practicamos con total impunidad el terrorismo que supone dejar morir a personas que huyen de la miseria. A algunos de ellos –millones – los ponemos a nuestro servicio y los explotamos para tener más tiempo para ser explotados nosotros también.
  • Puede que la vida sea un viaje, un tránsito – añade Andrés Lima. Una patera llena de seres humanos, en el mar, a merced de las olas. Puede que todos seamos iguales y que el final, para todos, sea la muerte. Puede que lo importante sea disfrutar del viaje, ligero de equipaje. Y puede que en esta patera todos busquemos la felicidad. Sólo las relaciones de dominación entre los seres humanos amargan el viaje. Y el hambre.

EL SER HUMANO QUE DESTRUYE
AL SER HUMANO

Según Alberto San Juan se acude al teatro para contar y escuchar historias con intención de reírnos, conmovernos y reflexionar.

  • En este Argelino, servidor de dos amos, se trata de reflexionar con la representación de cómo el ser humano destruye al ser humano. A la salida del teatro y bajo innumerables formas, nos espera esa misma destrucción. ¿Continuamos?

En este Argelino se descubre un nuevo Arlequino enredado, también, entre amoríos y máscaras, servidumbre y astucia según sus creadores.

  • Este pobre foráneo en la mundana Venecia hace malabares, ya que para sobrevivir ha de convertirse en un auténtico artista de la frontera. De ahí que en La Abadía el héroe del título proceda de un lugar más familiar para el espectador de hoy. Un canto a la diferencia.

Me urge un país mejor.
Me urge un país que mire con profunda indignación
cada paliza, cada violación, cada abuso, cada asesinato.
Me urge un país que deje de mirar con indolencia el dolor ajeno.
                                                                 Cecilia Lavalle


Raimundo Bellas
Copyright©rbellas