Hell’s Kitchen Dance (LA COCINA DEL INFIERNO) TODO EL CONJUNTO DE BAILARINES  E CONTAGIA DEL MOMIENTO Y ARMONIOSO SALTO DE BARYSHNIKOV EL MOVIMIENTO COMO PROTAGONISTA

Bajo el nombre de Hell’s Kitchen Dance (La cocina del Infierno) se presentan tres coreografías, cuyo denominador común son sus coreógrafos: gente joven. Así se cumple la misión de quienes lo producen: la Baryshnikov Dance Foundation. Tal misión es ofrecer una rampa para los nuevos creadores y nuevos bailarines. Y entre ellos la veteranía y el nombre de Michail Baryshnikov, que baila las dos últimas piezas con notable protagonismo.

OVER/COME

Over/Come de Aszure Barton fue creada en el Baryshnikov Arts Center en el 2005. Sobre las baladas de los años 50 se desarrollan una serie de ritmos con humor y viene a ser como un “abrir boca”. Es un divertimento con aires de nostalgia y muy bien interpretado por el grupo. Se sitúa en la corriente de ritmos de la época pero tamizados bajo el filtro del ballet profesional, como tan acostumbrados nos tienen los musicales USA. Lo más interesante es la composición del movimiento como sugeridor de los ritmos de esa época, más que la mera reproducción. Ello lleva también a la evocación de una cultura y formas de vida. Divierte y crea unos 20 minutos de agradable distensión.

YEARS LATER

Baryshnikov se anunciaba como bailarín y, lógicamente, tras esa primera coreografía se le esperaba con ansias. El mito sigue existiendo. Years later de Benjamin Millepied es un experimento danza-video con protagonismo de Baryshnikov. Un video de Oliver Simola presenta diversas facetas del baile y movimiento del bailarín en diversas épocas y escenarios, recuperando también filmaciones antiguas. El primer video levantó las iras de uno dos espectadores: ¡”Estos es un fraude!”, “¡No hemos venido a ver un video!” Las encrespadas voces hubieran estado mejor calladas, porque al instante aparecía el bailarín y nos dejó fascinados con su movimiento, su ironía hacia los movimientos de la pantalla que era capaz de volver a reproducir e incluso de atreverse con ritmos muy dispares a u evocador clasicismo. Se presta a bailar sincrónico con el video de fondo – esto no es nuevo, otros lo han hecho – y a jugar también al contrapunto. Una coreografía de media hora que es un análisis del movimiento rítmico y de las posibilidades de Baryshnikov. Al mismo tiempo aparece como una evocación de un baile que ya no existe, pero que se perpetua en el movimiento.

COME IN

Si en Over/Come la coreógrafa Aszure Barton aparecía como cierta superficialidad jocosa, en Come in con música de Vladimir Martynov crea una coreografía de gran belleza, en la que la soledad del artista parece ser el tema central. La muerte de un tiempo de baile. Baryshnikov se integra en el conjunto de los bailarines. Lo que me fascina es su modo natural de encarar el movimiento y el armonioso salto. Todo el conjunto se contagia de ese fluido movimiento y de un gran intimismo.

Baryshnikov se ha dedicado a bailar. Él es el puro baile y aunque haya abandonado el clásico en su vertiente más puro, la armoniosidad del movimiento, propio de ese estilo, sigue fluyendo por sus venas y tendones.

Si la impaciencia de unos pocos al principio insultó, el final de 10 minutos de aplausos y bravos, tras un brevísimo silencio sobrecogedor, borró totalmente las primeras impaciencias.