AMIGOS HASTA
LA MUERTE
INTELIGENTE LUCTUOSA
REALIDAD POÉTICA
Título:
Amigos hasta la muerte.
Autor:
Javier Veiga
Escenografía: Elisa Sanz
Diseño Iluminación: Gustavo Pérez
Diseño Vestuario: Maite Muiña
Espacio Sonoro /Música Original:
Mariano Marín
Dirección Técnica: Gustavo Pérez /David González
Jefe Prensa: Nico García
Equipo Producción: Carlos J. Larrañaga/ Alicia
Álvarez/ Marisa Pino
Distribuidora: Salbi Senante
Diseñador: Javier Franco
Ayte. Dirección: Cristina Pons
Intérpretes:
Jorge Sanz (Nacho), Javier
Veiga (Ángel), Mélani
Olivares (Maria)
Dirección: Javier Veiga
Estreno en Madrid: Teatro Infanta Isabel,
13 – III- 2009 |
JAVIER VEIGA/MÉLANI OLIVARES
/JORGE SANZ/JUKE BOX
FOTO BASE: PRODUCTORA |
Se descuelga en el Teatro
Infanta Isabel Amigos hasta la muerte.
Digo “se descuelga”, porque, a mí, me ha cogido de improviso el autor Javier Veiga. Y también me ha
sorprendido la afluencia de público – en gran proporción joven – y cómo se lo
ha pasado en grande riendo, interrumpiendo con los aplausos y saliendo con la
impresión de haber invertido bien su dinero. Fui un sábado a la sesión de las
21 horas y a la salida – las 22h.55” – la calle Barquillo, sede del Infanta Isabel, volvía a estar plagada
del público para la sesión de las 23 horas.
J. SANZ/M.OLIVARES/J.VEIGA
FOTO: PRODUCTORA |
La razón de esta
avalancha podría estar justificada por el nombre de Jorge Sanz – acaparador, con fama, de películas españolas
durante varias décadas y la presencia de Mélani
Olivares, que se ha colado en nuestras casas como la amable prostituta de
la popular serie televisiva Aida. No
sé si éste ha sido el reclamo para el gran público, pero fuera o no cierto, una
vez vista la función descuella el nombre del autor Javier Veiga, que también se apropia de la interpretación de Ángel,
un
divertido
y dislocado personaje, sobre el que pivota
toda el enredo. |
Al comenzar la historia se tiene la impresión de que estamos en
una especie de Monólogos de
la Comedia: el monólogo
cobra protagonismo, también el modo de escritura sigue esas lindes y la
interacción con el público es patente. No es extraño, una vez que Veiga tiene sus ancestros en El Club de
la Comedia de televisión,
aunque después su carrera se ha deslizado, con éxito, por la dirección y la
escritura de textos.
J. SANZ/M.OLIVARES/J.VEIGA
FOTO:
PRODUCTORA |
Lo que en un principio
parecía reducirse a ingeniosidades del género del monólogo con un diálogo
realmente ingenioso, comienzan a tomar cuerpo en una estructura dramática más consistente.
Dos amigos de toda la vida – Ángel (Javier Veiga) y Nacho
(Jorge
Sanz) - se ven separados y unidos por una mujer: María (Mélani
Olivares). El trío parte de una
situación un tanto desagradable: María aparece como una conjunción
copulativa entre ambos. La acusación de infidelidad conyugal por parte de María,
pues está casada con Ángel, o infidelidad de amistad por
parte de Nacho, desquician a Ángel, que vive
toda esta situación de un
modo un tanto
atolondrada.
No se trata de desvelar ni
argumento, ni desenlace, porque ahí
está todo el interés y las sorpresas de
la historia para el espectador, que transita por diversos vericuetos: comedía,
bondadoso humor negro, tragedia, sátira y apunte poético. Javier Veiga la ha suntitulado, tras cierta indecisión ante otras
calificaciones, como “una tragicomedia urbana”.
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Esta comedia a tres me ha traído a la memoria la obra de teatro El Baile (1959) (*) de Edgar Neville y la película Jules
et Jim (1962) (**) de François Truffaut.
No insinúo que Veiga haga un plagio,
sino que hay algunos puntos en común como es el compartir mujer y el que, de
alguna manera, esa mujer sea para ambos el ideal que los une, a pesar de celos
y demás equívocos. Hay también otra coincidencia. En las tres comedias –
comedias parecen ser a pesar de su toque amargo – ella es la que maneja la
situación con responsabilidad, ya que los dos hombres se muestran patosos en
eso de andar por la vida. También está el concepto de la amistad entre los dos
y entre los tres. Un amistad imposible de romper, a pesar de las equívocas
traiciones. Una amistad hasta la muerte. Aquí la muerte se hace presente y Veiga nos la muestra bajo el prisma del
humor, sin caer en lo grotesco o facilón, entreverando luctuosa realidad, risa
y poesía.
JORGE SANZ/JAVIER VEIGA |
Javier Veiga, además de la autoria y la
dirección, se apropia del dislocado personaje Ángel. Una auténtica creación
muy divertida y que, ya, desde el comienzo acapara la simpatía del público. Ángel,
con su toque de histrionismo, recuerda a ese tipo de personajes alocados y
tiernos, que muestran su impotencia ante la vida. El personaje de Nacho
es el contrapunto de Ángel. Han seguido y siguen juntos
porque se complementan, en alguna manera. Jorge
Sanz da bien, tanto en físico
como
en la concepción del carácter, un personaje que se vale por sí mismo.
Si Javier Veiga transmite claramente
la carcajada con su Ángel, Jorge Sanz nos
roba la sonrisa.
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MÉLANI
OLIVARES |
María
es la mujer y, en el fondo, la artífice del tinglado argumental y desenlace.
Interpretado por Mélani Olivares, su
personaje resulta más complejo, teniendo que navegar entre la comicidad, la
poesía y la tragedia. Sabe encontrar los puntos medios de todo ello sin
desentonar.
Lo que sí está claro es que, a lo largo de la comedia, nos
sentimos muy a gusto con los tres y se pasa una deliciosa velada tanto a nivel
de diversión como de interés, gracias a un cambio de rumbo en la intriga y en
el tratamiento que llega a lo poético sin dramatismos ni edulcoramientos.
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Amigos
hasta la muerte, se desarrolla en un “pub” o bar de copas.
La escenografía está conseguida y parte de un realismo a otro más poético al
final con un acertado juego, sin pretensiones, de realidad y virtualidad.
Este texto tiene una gran virtud a nivel de espacio escénico: encaja
bien en un escenario a la italiana, pero igualmente en un café-teatro y esto le
garantiza un próspero futuro.
(*)
El
Baile (1952) de Edgar Neville,
interpretada por Rafael Alonso, Pedro Porcel y Conchita Montes, ganó el Premio Nacional de Literatura y no
tardó en llegar al cine (1959) (Rafael Alonso,
Alberto Closas y Conchita Montes). La historia va de dos
entomólogos enamorados de la misma mujer, a lo largo de tres períodos distintos
de sus vidas: esposa, hija, nieta. De ese modo pasan de jóvenes a ancianos. Ella
guiará la existencia de estos dos seres un tanto atolondrados. Pertenece al
género llamado de Alta Comedia, hoy un tanto en desuso, con cierto elemento
dramático. Según el propio Neville El Baile es "una comedia de amor. Si a veces parece que va a seguir el
camino de la humorada o del drama, ni lo ni lo otro logran
adueñarse de la obra; en cambio, el amor, sí, un amor sin tibieza ni
disimulo, que a veces se confunde con la amistad y otras con lo que
particularmente se llama eso, amor". |
EL BAILE
CONCHITA
MONTES |
(**)
Jules
(Oskar Werner) et Jim
(Henri Serre) son dos inseparables
amigos que se enamoran de la misma mujer, Catherine. Jules (alemán) y Jim
(francés) se conocieron a principios del s. XX y su amistad les lleva vestir
igual, a compartir todo y a tener siempre una sonrisa ante la vida. Se han
transformado en gemelos. Ambos buscan a la mujer perfecta y creen verla en la
sonrisa de una estatua. La sonrisa se encarna en Catherine (Jean Moreau). La sonrisa de Catherine
se desarrolla en una mujer caprichosa, voluble, pero con tal personalidad que
inunda a los dos y transforma el dúo en un trío que vive la vida alegremente. Jules
será el primero en rendirse a su amor y más tarde Jim. Amigos y amantes
sueñan con superar los celos y poder compartirlo todo. No será tan
fácil, pues Catherine puede amara ambos, pero no
decidirse por uno
en concreto. |
JULES
ET JIM |
JULES ET JIM |
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