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DON QUIXOTE
Y
van… |
Título: Don Quixote.
Autor: Miguel de Cervantes.
Adaptación: Pablo Ley y Colin Teevan.
Escenografía: Gideon Davey.
Diseño
de vídeo: Mic
Pool.
Iluminación: Charles Balfour.
Música: David Benke.
Movimiento:
Alex
Teixeira
Fotografías:
Keith
Pattison
Manger
de la compañía:
Louise
Matthews
Técnico
del escenario:
Michael
Casssidy
Técnico
de Luces:
David
Bennion-Pedley
Técnico
de sonido:
Mathew
Angove
Transporte:
Jeppesen
Heaton
Dirección
de Casting: Kay
Magson
Jefe de
producción: Suzi
Cubbage
Jefe de
escenario: Michelle Booth
Ayudante
jefe de escenario: Kim Lewis
Asistente
jefe de escenario: Lindsay Bradshaw
Asistente
de dirección: Katryn
Ind
Ayudante
de dirección:
Kate
Magson
Producción
ejecutiva en España:
Oriol
Ferrer
i Ribalaiga
Asistente
de producción en España:
Álex
Armesto
Producción ejecutiva en Reino Unido:
Henrietta Duckworth
Asistente
de producción en Reino Unido:
Bik
Yuk-Wam
Intérpretes: Tony Bell (Sancho Panza),
Stephan Casey (Barbero),
Alasdair Craig (Sanchico),
Andrew Dennis (Cide),
Rachel Donovan (Teresa),
Greg Hicks (Don Quixote),
Alan McMahon (Cura),
Caitlin
Mottram (Niece),
Laura Power (Sanchica)
y Phoebe Soteriades (Ama).
Dirección: Josep Galindo
País:
España/Reino Unido
Idioma: Inglés con sobretítulos en
español
Duración
aproximada: 2
horas y
40 m.
(con
intermedio)
Estreno
en Madrid: Teatro
Madrid,
26-X-2007 (Festival de Otoño) |
FOTOS: KEITH PATTISON |
Se
ha presentado en España, en el marco del Festival de Otoño, esta enésima versión del Quijote tras su estreno en Leeds, donde
la compañía West Yorkshire Playhouse, que la representa, tiene su
sede. Llega tarde, porque, con motivo de la celebración en 2005 del IV
Centenario de la publicación de la primera parte de la novela de Cervantes, han sido numerosos los
espectáculos inspirados en ella que han pasado por nuestros escenarios. La
saturación que se ha producido no se ha visto compensada con los resultados,
que, en general, no han sido brillantes. Esta propuesta inglesa, que ha contado
con el trabajo de adaptación de Pablo
Ley y la dirección de Joseph Galindo, apenas se diferencia de
alguna de las ya conocidas. Es más de lo mismo. De ahí, tal vez, que parte del
público mostrara su hastío por la innecesaria y poco oportuna reiteración, al
margen de la valoración artística que le mereciera lo que estaba viendo.
GREG HICKS
FOTO: KEITH PATTISON |
Los
responsables del proyecto, entienden que El
Quijote es un juego – juego inteligente, por supuesto - al que se entregó Cervantes y, en consonancia con ello,
han querido que su adaptación también lo sea, de modo que el resultado divierta
al respetable. El camino elegido ha sido, siguiendo sus palabras, despojar al
texto de la carga de los tiempos y releerlo sin prejuicios. Para alcanzar tal
fin, han traído la acción a nuestros días, lo que se aprecia, entre otras
cosas, en el vestuario de los personajes. Quijote viste pantalón blanco y camiseta, Sancho
luce el uniforme de los Grizzlies y en las mujeres abundan las minifaldas. También hay mudanzas en los escenarios
en que transcurre
la acción. Así, la venta ha sido transformada en un
bar de alterne y los caminos Manchegos en anchas autopistas que la pareja
viajera recorre haciendo autostop. Una estética, en fin, emparentada con la de
creadores como Calixto Bieito o Alex Rigola, lo que no es casual, pues
tanto Ley como Galindo colaboran habitualmente con ellos.
Ahí
acaban las novedades, que de tan repetidas, han dejado de serlo. No ofrece
mucho más este Quixote, en el que lo
más destacable es el buen trabajo de Grez
Hicks en el papel de un loco hidalgo que en nada se parece a los que
aparecen en los grabados que ilustran
la obra. Para este viaje no se necesitaban alforjas.
Así lo entendió el público español, como, al parecer, antes la había
entendido el inglés, que lo calificó de tonto despropósito escénico.
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