EL TEATRO MERIDIONAL
SE HOSPEDA DURANTE DOS MESES EN EL TEATRO ALFIL CON
CLOUN DEI
(PAYASOS DE DIOS)
(Estreno Absoluto)
Un
reclinatorio, un atril y un extraño artilugio, todo en madera,
son los aditamentos que sirven a una cuadriga de monjes para
expresarnos, más que hablarnos, de una serie de situaciones.
Un solo elemento distorsiona el perfil tradicional monacal. Sus
narices son las de los consabidos payasos: una pelotita roja.
Ella es la que justifica el título Cloun Dei, que si lo
traducimos a su correcta grafía sería Clown Dei, sólo que alegre
y libremente el Teatro Meridional lo ha castellanizado
sin contar con la Real Academia Española, porque la tal Academia
ha incluido en su diccionario: “clown”.
- La realidad es que cuando
comenzamos con la primera idea, allá por el año 1993,
nuestra compañía estaba formada por portugueses, italianos y
españoles. Entonces utilizábamos la grafía internacional,
pero ahora, al ser todos españoles, nos apeteció
castellanizarlo y pusimos Cloun y, lógicamente el plural
será “clounes”.
Pero más que la grafía importa el por qué bautizar a estos
cuatro benditos monjes con el apelativo de Clounes y
enmascararlos discretamente con la nariz.
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- Lo de la nariz
no es sustancial. Podíamos hacer el mismo
espectáculo sin la nariz. Pero puestos a
justificar, tal vez todo proviene de nuestros
inicios cuando comenzamos a estudiar en Italia.
Estábamos trabajando sobre las bases de la
Commedia dell’Arte, en la que los personajes
llevan máscaras y de hecho en nuestro primer
espectáculo llevábamos máscaras, con las que te
sientes más protegido para interpretar todo.
Posteriormente hemos trabajo otro tipo de texto
y al volver a personajes “clounescos”, la nariz
es como si nos protegiera un poco.
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Aclarado lo del apéndice rojo queda por justificar el que los
monjes sean “clounes”.
- Ante todo
tenemos que reconocer que no sabemos muy bien
explicar lo que es un “cloun”. Vendría a ser el
expayaso del circo mediterráneo, que abandona
pinturas, pelucas, zapatos y carromatos cuando
entra en el teatro. Es un personaje profundo en
su inmediatez, esencia de cada individuo, sin
defensas, inocente, crédulo y disponible. Y que
por extraños y sutiles caminos llega, a veces y
con la ayuda del público, a cosas tan peregrinas
como la poesía o el humor…
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El espectáculo proviene de una idea gestada en 1993 y que giraba
en torno a la figura del “clown”. Comenzó el proceso creativo,
pero un desgraciado accidente acaecido al socio portugués
paralizó la compañía durante diez meses. Vinieron los siguientes
12 años en que la compañía se compromete con textos escritos por
el que ha terminado por ser dramaturgo de la Compañía: Julio
Salvatierra.
Pasados esos doce años se vuelve a retomar la idea que ha ido
llenándose de mayor reflexión y madurez, las que dan el rumiar
del tiempo. En opinión de Julio Salvatierra:
-
Es un trabajo muy teatral
y medido, en el que intervienen todo tipo de técnicas
sin querer ser puristas con respecto al género en que
está tratado. Esta fijación del espectáculo no es óbice
para ciertos momentos de improvisación si se tercian
cuando se trabaja ante el público.
En opinión de los actores “el volver a
retomar esta idea ha sido gratificante porque no ha sido volver
a un espectáculo antiguo sino que es nuevo, actualizado y muy
divertido”.
El que los “payasos” sean monjes y sean Payasos de Dios connotan
al espectáculo directamente con lo divino o lo religioso.
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- Bueno,
Cloun Dei es también un espectáculo
sobre dios. Pero no en su sentido más
profundo y auténticamente religioso - el
cual respetamos o compartimos sinceramente-
sino en los otros aspectos que le son
atribuidos de Autoridad, de rituales hoy
vacíos, de encarnación de superestructuras
sociales con las que el individuo - y no
digamos ya el clown- está desde siempre en
perpetuo conflicto. O mejor, sobre la carga
de Autoridad, de conciencia social, que
frecuentemente le es atribuida. El clown
siempre ha tenido una relación muy especial
con la Autoridad. En este espectáculo,
nuestro cloun descubre la suya. Basada en el
juego de lo sorprendente, que no de lo
inesperado, así como en la invocación de
imágenes que están en el imaginario de toda
la cultura occidental, la sucesión de
episodios alterna entre la sorpresa, lo
humorístico, lo irónico y lo absurdo.
Cloun Dei viene a ser una especie de
exorcismo teatral contra la idea del pecado,
contra la serie de (interminables e
incomprensibles) prohibiciones con que las
sociedades se encargan de "socializar" a sus
individuos.
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Como buenos payasos, el uso de la es prácticamente inexistente,
a lo más algunas frases y en “latín de Burgos”. Para entendernos
latín macarrónico. Es un espectáculo más para ver que para
hablar. Sin embargo, sí tiene gran importancia la música, de la
que es responsable Oscar Sánchez – uno de los monjes
cloun – y que más bien define como espacio sonoro:
-
El
espacios sonoro está formado por cantigas, canciones
clounescas y composiciones que aprovechamos de otros
espectáculos.
Y aquí viene a explicarse el mueble extraño configurado por una
especie de mesa sobre la que se alza otro módulo rectangular de
cierta altura. Al abrirse la portezuela del tal módulo, vemos
que sirve para tener guardados los instrumentos musicales: un
flautín, una flauta y el Salzturco. Pero también el enigmático
mueble servirá en ciertos momentos de altar.
Ante todo espectáculo siempre hay una pregunta, y es el anclaje
con la actualidad o con la época que nos ha tocado vivir. Para
el teatro meridional, la sucesión de “sketchs” de este
monasterio pretende algo más que divertir:
- En esta época
en que la autoridad global se debate, esperemos
que en las luchas preparto de un nuevo ser entre
las viejas tentaciones del imperio y el deber
del consenso y la extensión universal del
concepto de ciudadanía y compromiso, la relación
del individuo con esas, hoy por hoy misteriosas
fuerzas, cobra un nuevo sentido.
Cinco actores dan vida a los cuatro monjes para asegurar la
continuidad del espectáculo y así subsanar las obligaciones que
uno u otro han adquirido en el mundo artístico. Álvaro Lavín,
Oscar Sánchez y Chani Martín, puede decirse que
son la plantilla fija. Javier Coll y José Luis
Alcobendas irán turnándose.
Durante dos meses, en el Teatro Alfil –
“sitio ideal debido a la relación que
nos une con Yllana” - puntualmente estos
cuatro monjes al alborear el día en el monasterio se levantarán
y aguardarán esperanzados una de las inescrutables
manifestaciones de la divinidad. Y la manifestación llega.
Título: Cloun Dei.
Autor: Teatro Meridional
(Autor colectivo español actual).
Composicón Músical: Oscar
Sánchez Zafra.
Diseño Iluminación: César
Sánchez / Teatro Meridional.
Técnico Iluminación: Pepe
Martini.
Espacio escénico: Teatro
Meridional.
Vestuario: Lucía
Ramón-Laca.
Producción: Teatro
Meridional.
Intérpretes: Alvaro Lavín,
Oscar Sánchez,
Javier Coll/José Luis Alcobendas,
Chani Martín.
Dirección: Teatro
Meridional. |
Marina Szerevsky |
Dos meses en el teatro Alfil es un record de permanencia del
Teatro Meridional, pues están acostumbrados a itinerar – como la
antigua farándula – por todos los espacios del mundo. Y nada
mejor dicho, ya que toda Hispanoamérica y gran parte del
extranjero europeo son sus caminos. Una gran cantidad de
espectáculos en estos 12 años los avalan. Una de sus últimas
producciones en Madrid fue en la Sala Cuarta Pared: Negra de
Julio Salvatierra con Marina Szerevsky como intérprete y autora
de la idea.
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Proyecto de futuro es Leonardo, del cual ya le hablaremos a su
debido tiempo.
Más información
CLOUN DEI (PAYASOS DE DIOS) - Información General
www.madridteatro.net
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