TRAGICOMEDIA DE DON DUARDOS
de
GIL VICENTE Y ANA ZAMORA
Gota a gota y sin interrupción ha ido llegando el Teatro
Renacentista de la mano de Ana Zamora. Todo comenzó en el
2001 cuando Ana funda la Compañía Nao d’amores Teatro.
Allí se reúnen gentes profesionales en el Teatro Clásico, Teatro
de Títeres y de Música Antigua. De ese collage surgen textos que
suben al escenario puntualmente:
- Comedia llamada
metamorfosea (2001)
(Premio José Luis Alonso
de las ADE a la mejor dirección)
- Auto de la Sibila Casandra
- Auto de los Cuatro Tiempos
de Gil Vicente
Gil Vicente (1465 – 1535) vuelve de la mano de Ana
Zamora, después de que la directora haya dirigido otros
textos y se haya incorporado como ayudante de dirección a la
Compañía de Teatro Clásico. Experta en Gil Vicente,
se enrola en la dirección de, tal vez, uno de sus textos
cumbres: Tragicomedia de Don Duardos (1522/1525 ¿?).
- La
Tragicomedia de Don Duardos, es la pieza más
ambiciosa y elaborada de
Gil Vicente
– opina Ana.
Surge de la capacidad de este grandísimo autor
para retratar la condición humana. Supo
construir en su particular búsqueda hacia la
armonía y la perfección, una obra que habla del
amor como destino ineludible: un amor idealista,
mezcla perfecta de lo etéreo y lo carnal, al que
hay que encaminarse por méritos propios y no por
rango, pues en su misma génesis está la búsqueda
de la individualidad humana.
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GIL VICENTE |
El arremeter con los textos antiguos por parte de Ana
se apoya en la reflexión de Stephen Reckert – maestro
de vicentistas:
El Renacimiento debería tal vez definirse como
un estado del espíritu: una sensibilidad
globalmente renovadora, en el sentido de que
busca en lo antiguo un rumbo nuevo. |
- Imaginar un tiempo
pasado para construir un mundo soñado
–
confiesa Ana -, paraíso perdido más
allá de la realidad cotidiana, es lo que me ha llevado
una y otra vez a
Gil
Vicente. En concreto de Don Duardos, me
fascinó que se basara en una novela de caballerías. Pero
en seguida pensé: “En el mundo en que vivimos, y voy
a contar una historia de caballeros andantes, de que
ante el amor y la fortuna no hay defensión ninguna”.
Entonces hemos partido del mundo simbólico que subyace
en los versos de
Gil
Vicente, que es espejo de nuestras inquietudes y
nuestras miserias... para descubrir, detrás de todo, el
eterno viaje que no es más que la búsqueda de uno mismo:
el conocimiento a través del reconocimiento, algo tan
renacentista como actual.
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La historia es la de Don Duardos,
caballero andante e hijo del rey de Inglaterra,
el cual llega a la corte de Palmerín,
emperador de Constantinopla, para exigirle
justicia contra su hijo Primaleón
en singular combate, vengando así la muerte de
Perequín, caballero de la bella
Grimanesa. La princesa Flérida
interviene para impedir que ambos contendientes
se den muerte. En ese mismo momento Don
Duardos se enamora de ella. Para impedir
que le quieran por ser príncipe se disfraza de
hortelano. Pero Flérida no se
atreve a corresponderle a pesar de sentirse
enamorada, porque le mira como un imposible en
la escala social. A partir de ahí comienza un
nuevo camino para ambos. |
Para Eduardo Vasco, director de la Compañía
Nacional de Teatro Clásico, Gil Vicente es uno de
los grandes nombres en la Historia del Teatro español
- Está
considerado como el padre y fundador de la
tradición literario-dramática portuguesa. Un
autor importante para el teatro e
indispensable no solo por su poética,
incipiente, sino sobre todo por su
espectacular aportación a la poesía lírica.
En su obra encontramos algunos de los
momentos más intensamente bellos y delicados
de la literatura castellana, portuguesa y
universal.
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Gil Vicente representa al hombre renacentista.
Hombre de múltiples aptitudes artísticas: poeta,
dramaturgo, músico, actor..., es un hombre de teatro en
toda la plenitud de la palabra.
- Como escritor,
bebe de fuentes literarias muy diversas y por lo
tanto tiene que inventarse fórmulas que le permitan
componer para los diferentes formatos de espectáculo
que construye. Es un director de escena, es músico,
y sus modelos precedentes son para teatrales como
las mascaradas, los momos cortesanos o la propia
liturgia con la que su teatro se funde en ocasiones.
Coetáneos son Juan de la Encina y Lucas
Fernández. Ellos serán la inspiración de sus
primeros autos. Pronto transita por sus propios
caminos y pone las bases de lo que será la comedia
del Siglo de Oro.
- Lo que sí le
ayuda en su trabajo es el ser, en la corte, el
maestro de ceremonias, organizador de
espectáculos y fiestas religiosas o profanas.
Tales eventos se desarrollan en un contexto para
el que, además, representa su teatro; que habita
salones, iglesias o conventos.
Copilaçam de todas las obras
de Gil Vicente |
Gil Vicente ha escrito en
portugués (15 obras) y en castellano (11
obras), ya que el bilingüismo era
frecuente en la corte de la época – el
rey Manuel (1495 – 1521) y
João III (1523 – 1557).
Tragicomedia de Don Duardos es
editada por primera vez por su hijo
Luis Vicente en 1562 dentro de
Copilaçam de todas las obras de Gil
Vicente y posteriormente en 1586,
con variaciones significativas, en la
segunda edición de Copilaçam. Lo que
hace Gil Vicente es partir de la
novela de caballerías el Primaleón
y adaptarla a la escena mediante una
selección de escenas de posible
representación, construyendo diálogos y
versificándolos. |
DRAMATURGIA PARTICULAR
Ana Zamora ha trabajado sobre la
dramaturgia en la que se mezcla la poesía, el
canto, la música y la danza. Una dramaturgia no
muy habitual sobre nuestros escenarios, según
Eduardo Vasco, y que una institución como el
Teatro Clásico debe apoyar.
- Desde una
institución como ésta, uno de los empeños
necesarios de normalización cultural tiene
que ver con que se empiece a considerar el
repertorio en toda su extensión y con todas
sus particularidades, se investiguen las
posibilidades de llevarlo a escena y se
muestre al espectador, propietario también
de ese patrimonio. Son los riesgos y las
ventajas del teatro público.
Si Gil Vicente había trasplantado la
novela a la escena, Ana Zamora
realiza un nuevo trasplante.
-
Hemos encontrado un modo de
hacer. Sobre los hallazgos de
Gil Vicente hemos seguido
investigando y hemos intentando
llegar al final de sus
posibilidades. Elementos a los
que hemos recurrido son la
música, títeres de sombras que
ya están en la propia obra
original. También utilizamos la
danza la de la época y con ello
cumplo algo que intenté en la
Comedia llamada Metamorfosea.
De aquella no nos podíamos
permitir el lujo de investigar,
cosa que sí puedes hacer en un
teatro
nacional.
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Una de las incógnitas de Ana era ver
si podía conseguir lo que ya había logrado
con su grupo de teatro: una sintonía común
hacia lo antiguo.
- Falta
una formación sobre este aspecto. En el
colegio no te lo enseñan y menos en el
entorno familiar. Yo he tenido la suerte
de vivir en una familia donde cantábamos
romanes. Ello me familiarizó con esos
mundos. Nuestro trabajo ha sido conocer
las fuentes de donde bebíamos. En total
somos cuatro músicos y catorce actores
que bailan, cantan, manejan sombras.
Esto era muy importante, por ello antes
que firmaran el contrato les expliqué de
que iba esto.
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La concepción del teatro de
Ana circula por la
simplificación en el modo de
contar. Su base es alguien que
habla directamente al público y
le enseña el truco.
-
En todo lo que monto por
naturaleza es metateatral,
porque creo que el teatro
por naturaleza es
metateatral. Lo que pido es
muy elemental, por otra
parte. Pido que se a muy
lúdico y absolutamente
verdad.
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EL MONÓLOGO DEL VAQUERO,
SEGÚN LO REPRESENTABA GIL
VICENTE
(VISIÓN DEL PINTOR PORTUGUÉS
ROQUE GAMEIRO) |
Don Duardos es Fernando
Cayo.
- Mi
personaje
- aclara
Fernando - es un
caballero medieval que deja su
condición social par encontrar el
amor puro. Busca que le quieran por
sí mismo y no por su status social.
Cuando conoce a la princesa
Flérida
(Clara
Sanchís), toda su
obsesión es conquistarla. Por ello
se disfraza de hortelano. La
búsqueda del amor en
Don Duardos es casi
esotérica.
-
Flérida
– completa
Clara Sanchís –
es una princesa de
cuento: responsable, buena,
juguetona. Se siente prendida
por el hortelano por su cultura,
su modo de cortejarla. Sólo un
bebedizo mágico le hará
decidirse por él, pero la duda
acude al ver una barrera
infranqueable su condición de
princesa y la del hortelano
Duardos.
La historia recurre al esquema
el teatro dentro del teatro. Una
compañía de teatro representa
una obra y se dirige al público
aclarando todo lo que ocurre
sobre la escena.
Gil Vicente no es un
dramaturgo original, pero, en
opinión de Ana Zamora…
-
Lo que hacía lo hacía
mejor que nadie.
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