EL BARBERILLO DE LAVAPIES
de
BARBIERI, OLLER Y BIEITO
del 1998
vuelve en el 2006
al
TEATRO DE LA ZARZUELA
FOTO BASE: JESÚS ALCÁNTARA |
ESO ES LO QUE HE QUERIDO HACER DE LAVAPIÉS: UNA NACIÓN. |
La atmósfera del barrio de Lavapiés en la época de Barbieri
(1874) ya no era la de los majos goyescos de la época de Carlos
III (1770), que es cuando transcurre la acción de El barberillo
de Lavapiés. El libreto construido a partir de una narración
pseudohistórica que escribe Luis Mariano de Larra - a petición
del compositor - recrea un ambiente castizo en lenguaje y tipos
que se enrolan en un ambiente revolucionario. El siglo XIX de
Francisco Asenjo Barbieri (1823 – 1894) – autor de la música -,
comenzaba a olvidarse del casticismo del s. XVIII, pero mantenía
– por otro lado leiv-motiv español – ese carácter de rebeldía y
de contraste de ideas.
Desde su estreno El Barberillo no cayó nunca del repertorio, ni
de la discografía de Zarzuela. Las sucesivas representaciones
explotaban mucho el vestuario y los andares goyescos, así como
el tono castizo que se imaginaba en el XVIII. Los tapices de
Goya era fuente de inspiración de muchos escenógrafos,
figurinistas y directores de escena.
BIEITO, AMANTE DE LA ZARZUELA
En el 1998, el teatro de la Zarzuela de Madrid, se descuelga con
un Barberillo cuya dirección escénica encomienda al polémico
Calixto Bieito (Miranda de Ebro, 1962). La noticia,
personalmente, no dejó de sorprenderme, por una idea equivocada.
Bieito venía a ser en la escena una especie de revulsivo. La
zarzuela poseía ese tufillo conservador que parecía alejarla de
directores de este calibre. Por otro lado, la edad de Bieito, lo
sitúa en un espacio temporal en el que la zarzuela había decaído
y mucho. No obstante, según sus palabras, ama la zarzuela.
- La banda de mi pueblo me hizo amar la zarzuela, así como los
play-Baks de Televisión española, me la hizo odiar. Me quedo con
las melodías de zarzuela que salían de aquella banda. Es un
género fantástico y entre todos tenemos que potenciarlo.
Así pues, lo que pretendió Bieito cuando aceptó la dirección, es
acercar aquel siglo XVIII, visto bajo el prisma del XIX, al 1998
madrileño. Su concepción escénica es fruto de muchos paseos por
Lavapiés.
- Recuerdo los
paseos que me di por el Rastro para encontrar
una fórmula escenográfica que evocara la luz
goyesca y los colores goyescos. Ahora en este
2006, la palabra que me viene es la de
“Recuerdos” de hace 8 años. Una música y el
sueño de un Madrid de ayer, de hoy y de siempre.
Un Madrid que salta de época en época, todo
mezclado. Un Madrid utópico y republicano con un
barberillo que vive entre el
individualismo español al límite y el
anarquismo. Es un canto a la libertad e
imaginación y a volar en el escenario. Un canto
al amor. El Barberillo de Lavapiés es la
historia de un beso,
una historia de amor.
|
CALIXTO BIEITO |
Este desahogo amoroso hacia Madrid y hacia El Barberillo, parece
sorprenderle al propio Bieito, porque añade:
- Quizás con los años uno se hace más sentimental y romántico.
La semana pasada tuve una apretada jornada de trabajo en
Barcelona, y al llegar a Madrid para revisar el montaje y oir la
música de Barbieri, pensé: qué bello es vivir.
EL BARBERILLO, METÁFORA DEL CAMBIO
Cualquier montaje de Bieito no deja indiferente al espectador.
El mismo montaje suscita amores y desamores. Además de los
paseos y los refrigerios de cañas por Lavapiés para captar el
ambiente, buceó en el texto para indagar la entraña que sirviera
también para hoy. Y encontró algo más que una historia de amor.
- El Barberillo es también un salto en el tiempo. Es un volar,
que de alguna manera me lo permite el número de Las Caleseras.
Es una Calesa imaginaria donde volamos y saltamos el tiempo. Y
es que el Madrid Villa y Corte tienen ese grado de honestidad y
tolerancia y la capacidad de cambiar las cosas. El pueblo de
Madrid y España ha mostrado últimamente esa capacidad de cambio.
Y esto es El Barberillo de Lavapiés
FUNDAMENTALMENTE EL MISMO ELENCO
Ahora vuelve con los mismos cantantes, menos dos como son la
mexicana Elena Rivera en el papel de la Marquesita, cuyo acento
mexicano han mantenido
- Ese acento le da un cierto toque, debido a la dulzura.
y Amparo Navarro como Paloma. Ambas se alternan con
Carmen
González y Beatriz Lanza respectivamente.
- El volver con los mismos cantantes y gran parte de todo el
elenco, es un placer porque han aprendido a improvisar y formar
parte de la creación …, - bueno no me gusta esa palabra porque
me recuerda a los jesuitas -, a formar parte de todo el proceso
La versión de 2006, casi no tiene novedades
- Ha habido poca cosa. Al ser un divertimento político-amoroso,
he incidido un poquito más en la parte política, pero sin
olvidar que es un divertimento. El barberillo, en el fondo, es
un sentimental que se cree que puede cambiar todo. En esto es en
lo que he incidido un poco más.
Con todo, la tentación de retocar aquí y allá le vino a la mente
en el ensayo general, y eso que Bieito no sabía que el Lavapiés
de 2006 ya no es el de 1998, puesto que el barrio ha cambiado
con la inmigración magrebí y los negocios chinos.
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
- No
hay cambios sustanciales. Solamente
insistir en un mayor impulso y
trabajo con los cantantes. Esto es
lo que más me gusta y es lo que
diferencia mis trabajos entre sí.
No, no hay cambios conceptuales o
dramatúrgicos. Cuando llegué al
ensayo general estaban todos muy
divertidos y yo, en el fondo, venía,
como un psicópata, con ideas de
cambio, utilizar más recursos. Pero
paré el ensayo general porque veía
que al retomar el montaje lo
cambiaría todo. Sí, me he detenido
con un poco de más insistencia en
ese país republicano que aparece en
la obra y que es capaz de cambio. Se
sigue manteniendo la esencia de la
pieza, que es pasar del particular a
lo universal. Eso es lo que he
querido hacer de Lavapiés: una
nación. En él Lavapiés del 98, se
refleja lo que es la nación.
|
La puesta en escena, ya a nivel de vestuario plantea el trasiego
de dos épocas. El pueblo en tonos y hechuras más actuales y la
nobleza arropada por sedas y miriñaques. Y entre pueblo y
nobleza se puede pensar en un trasvase de costumbres y de
lenguaje.
- En realidad es como un sueño. El
barberillo es ese personaje
que está fuera de su época y tiene algo de divertido en su
comportamiento que produce la ilusión. Destaco esto y lo hago
desde un cariño tremendo.
La palabra república, con motivo del montaje aflora con
facilidad en la boca de Bieito. Esto lleva a una mala
interpretación, como si se decantase por la República como el
único sistema para posibilitar un cambio.
- No creo haberlo dicho y no pienso que sea así. Otra cosa
distinta es que yo prefiera más la república que la monarquía.
Con respecto a la parte musical no ha habido ninguna novedad. La
batuta se le ha encomendado a Miquel Ortega, que se siente
eufórico por volver al Teatro de la Zarzuela.
- Es un placer estar aquí en este teatro. Es mi teatro, ya que
estuve durante 16 años como asistente musical en la época en que
se representaba zarzuela y ópera.
MIQUEL ORTEGA Y JOSÉ FABRA
SE ALTERNAN
EN LA DIRECCIÓN ORQUESTAL
Si Bieito se ha deshecho en elogios hacia este género, Miquel,
que alternará la batuta con José Fabra, lo considera como algo
-
Imprescindible. Es un
género nuestro. Nuestro
teatro musical. Hay
muchas obras maestras
comparables a las óperas
y a las mejores comedias
musicales. Y una obra
maestra es este
Barberillo.
Barbieri
siempre ha tenido una
gracia especial al
escribir. Es un músico
con un gran sentido de
la armonía y una gran
técnica. Ha aprendido de
Mozart y de
Rossini y esto se
nota en toda su obra.
Por otro lado, gozo con
la calidad de la
Orquesta de la Comunidad
de Madrid y el Coro del
teatro que es muy bueno.
Los solistas son jóvenes
y esto es bueno, porque
se recupera para el
musical eso que es tan
necesario: unir canción
e interpretación.
|
JESÚS CASTEJÓN (LAMPARILLA)
(VERSIÓN 1998)
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
La partitura de esta versión se encuentra ya en la línea de las
revisiones que el Instituto Complutense de Ciencias Musicales
(1994) de Madrid ha ido paulatinamente realizando. La edición
crítica corre a cargo de María Encina Cortizo y Ramón Sobrino.
Esta edición recupera la versión original que a lo largo de los
años había ido sufriendo diversas transformaciones por motivos
de producción:
-
A principios del siglo XX
– aclaran los autores de la edición
crítica en el comentario , publicado en el TOMO I del
Diccionario de la Zarzuela - , debido a la crisis que
atravesaban las orquestas de los teatros líricos la partitura de
El barberillo de Lavapiés, al igual que otras muchas fue
readaptada para una plantilla orquestal menor.
Tal reducción afectaba tanto al viento madera como al número de
instrumentos de cuerda, observándose en la adaptación cómo los
violonchelos en los pasajes que en el original correspondían a
compases en silencio, doblan en la nueva versión a las violas -,
en la que el viento madera se reducía a dos flautas (la segunda
de ellas toca también el flautín), un oboe, dos clarinetes y un
fagot.
-
A partir de esta nueva plantilla, se realizaron copias
manuscritas de partichelas conservadas en la SGAE y son las que
se han utilizado desde entonces para la interpretación y
grabación de la obra. La reducción de la sección de viento
madera en esta versión de los años veinte, provoca un
planteamiento orquestal que poco tiene que ver con la brillante
orquestación original, dado que el arreglo elimina sutilezas de
caracterización tímbrica teatral, empeladas inteligentemente por
Barbieri. De ahí que la edición crítica de la partitura original
permita escuchar y comprender la obra en su versión original.
EL S. XX IRRUMPE EN
EL S. XVIII |
El Barberillo de Lavapiés cuenta con una anomalía en la
tradición de la zarzuela a nivel vocal en el personaje de
Lamparilla (el barberillo). A primera vista él personifica el
consabido “cómico” y su novia Paloma, la consabida cómica. No
obstante la tesitura de ambos los alejan de los cómicos al uso
en la zarzuela.
-
Originalmente
– precisa
Miquel – estaba destinado ese papel al
tenor cómico, pero durante muchos años se hizo con tenor o
barítono lírico. A mí me gusta más con barítono lírico. La
tesitura central está concebida para tenor y resulta, por tanto,
un poco aguda para el barítono. Su posición sería la del
“baryton” francés.
|
Por su parte, José Fabra siente una gran satisfacción de volver
al Teatro de la Zarzuela. Su última dirección en este coliseo
fue La patria Chica y El Dúo de la Africana.
-
Es doble satisfacción, por afrontar este título emblemático y
por contar con la totalidad del elenco de entonces: colegas,
actores, orquesta, coros y solistas vocales con los que hemos
compartido esta producción. Hemos hecho otras y esto permite
llegar a una comunión que nos hace llegar a este cometido,
trasmitirlo al público y así llegar a disfrutar todos de lo que
es esta maravillosa obra.
LA VERBENA DE LA PALOMA
ARANQUE DE BIEITO COMO DIRECTOR
DE MUSICALES
A estas alturas los títulos del teatro musical abunda en la
carrera de Carlos Bieito:
1996:
1998:
1999:
2000:
2001:
2002:
2003:
2004:
2005:
2005:
2006: |
La verbena de la Paloma (1997, 58 Festival de Edimburgo)
El barberillo de Lavapiés (T. de la Zarzuela, Madrid)
Carmen de Bizet (Perelada/París/Estrasburgo/Alemania)
Un ballo in maschera de Verdi (Liceo de Barcelona/Copenhague/Londres)
Così fan tutte (Ópera nacional Galesa)
Don Giovanni (Londres, 2001/ Hannover/ Liceo de Barcelona)
El murciélago de Johan Strauss (Cardiff, gira por todo el
Reino Unido)
Il trovatore
de Verdi (Hannover/ Edimburgo, 2004
La Traviata de Verdi (Hannover)
El rapto del serrallo (Berlín)
El rapto del serrallo (Berlín)
Madame Butterfly de Puccini (Ópera Cómica de Berlín)
Wozzeck de Alan Berg (Liceo de Barcelona)
El barberillo de Lavapiés (T. de la Zarzuela, Madrid)
(Reposición) |
|
Zarzuela, opereta y ópera han sido los géneros musicales que
Bieito ha tratado y a ellos les ha aplicado su siempre polémica
concepción escénica que divide a los públicos.
La Verbena de la paloma (1996) fue el arranque, y el día de su
estreno contó con silbidos y una opinión dividida. En ciertos
mentideros teatrales se habló de profanación y se dejó caer una
opinión que se ponía en boca de
Bieito
Alguien de esos mentideros expresó: “Si viene a Madrid le tiran
piedras”.
-
No, no he dicho de no traerla, Nunca lo he dicho. El traerla o
no pertenece a la distribución. Al contrario me encantaría
hacerla en Madrid. Es más, para pensarla vine a Madrid. Es muy
“barojiana”en el sentido de la lucha por la vida y me salió con
una visión socialista utópica. Posee un carácter socialista que
me surgió al ser el protagonista un cajero de imprenta. La
ambientación era de tipo hiperrealista. La verdad es que el
texto no me hacía mucha gracia. La leí en una noche de estreno y
me emocionó. Detrás del tratamiento se puede ver a Pío Baroja,
Valle Inclán.
Estaba en la línea
de Novecento
de
Bertolucci.
José Luis Alonso
ya había hecho algo
así. Le salió una
Verbena
oscura. Cuando el
día del estreno
sonaron algunos
silbidos, me
extrañó.
La obra se estrenó en el Festival Grec 96 de Barcelona y
posteriormente continuó en el Teatro Tívoli de la misma ciudad.
Ferrán Corbella – crítico de la
Revista Reseña (1996, num 276,
pp 20) – escribía:
Y del siglo XV (se refería a Cervantes con El retablo de la
maravillas) a la España de la Restauración con una versión
“brechtiana”, por decirlo de algún modo, de nuestra celebérrima
Verbena de la Paloma. Voces críticas (¡) ha tenido esta visión
en claroscuro naturalista del verbenesco mundo “con azucarillos”
que mostraron Ricardo de la Vega y Tomás Bretón. Por mi parte
creo que la propuesta es sumamente interesante, de un gran vigor
escénico, de una milimétrica energía en el movimiento de masas
corales – energía stanislavkiana a la rusa según Meyerhold y
Liubimov – por lo que cabe felicitar al director
Calixto Bieito,
aun poniendo en solfa su operación actualizadora el escaso vuelo
reflexivo del original, que sin embargo bien vale como modesta
“tranche de vie” de aquella España lumpen y encallada con la que
tantos gobiernos reformistas y progresistas hubieron de bregar
hasta la gran catarsis del 36. |
Los parabienes también se escucharon en el 58 Festival de
Edimburgo (1997), donde D. Hilarión fue definido como una
especie de Falstaff.
Con aquella Verbena se enfrentaba por vez primera a la dirección
de un Coro y en el ambiente de los cantantes, flotaba la opinión
de un Bieito rebelde en sus puestas en escena.
-
Es cierto. Sé que se comentaba “Ya verás” y había cierto
resquemor hacia mí. Sin embargo todo fue muy bien y me gustó
mucho poder trabajar con el coro
No parece que, por el momento, haya ocasión de recuperar esa
peculiar Verbena de Bieito.
VOCES O INTÉRPRETES
El mundo de la lírica – ópera, zarzuela, opereta, comedia
musical – siempre ha tropezado con el dilema ¿voz o intérprete?
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
Hubo una época en que se premiaba la voz y la interpretación era
secundaria. El público se resignaba a que los cantantes – se
notaba más en la zarzuela y la opereta, al tener partes habladas
– fueran malos intérpretes. Ya desde hace varios años los
cantantes líricos estudian arte dramático y la mayoría intentan
incorporar las dos facetas.
En el caso concreto de la zarzuela, este dilema aumentó con el
mundo de la discografía de los años cincuenta, cuyas
interpretaciones se encomendaron a cantantes afincados en la
ópera. El público se acostumbró a unos impecables timbres y a
unas orquestas sinfónicas sin mácula. El oído del espectador
comenzó a ser muy exigente y, musicalmente, el escenario era un
pálido reflejo a todos los niveles. |
Cuando entraron los directores de escena en el mundo lírico, el
tratamiento escénico e interpretativo cobró más importancia y se
buscaron recursos para contratar a actores de prosa para
aquellas partes cantables menos exigentes. El método unas veces
funcionó y otras no.
El dilema grandes voces o no, sigue en pie. Para Bieito tal
dilema no existe:
-
En
el
teatro
musical
si
tienes
grandes
voces
que
actúen
bien
es
el
ideal.
Mozart
ya
confesaba
que
los
cantantes
actuaban
mal
y
esto
era
un
problema.
Personalmente
me
gusta
que
canten
muy
bien
y
actúen
bien.
No
quiero
que
actúen
muy
bien
y
canten
mal.
Esa
es
la
dificultad.
No
se
puede
ir a
cerrar
los
ojos
y
quedarse
con
la
música
y la
canción.
Strawinsky
definía
esta
actitud
como
la
de
“masturbarse”.
Para
él
incluso
los
conciertos
hay
que
verlos.
Se
va a
ver
todo.
|
MARCO MONCLOA (LAMPARILLA)
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
La interrupción del texto hablado, propio de la zarzuela,
complica la emisión de la voz, ya que posee dos tesituras
distintas.
-
Lo es. Es más difícil. Hay que utilizar la energía del canto y
de la música para seguir la escena. No se puede cortar la parte
musical y empezar de cero con el texto. A ello se añade que los
cantantes no pueden decir el texto con la voz impostada que les
exige el canto. Aquí está la complicación de la zarzuela y de la
opereta.
Las voces que acuden al escenario de las zarzuelas no suelen ser
la de los cantantes consagrados. Más bien suelen ser gente
joven.
LUIS OLMOS |
- Normalmente se hace una mezcla – aclara Luis Olmos, director del Teatro de la Zarzuela - : cantantes jóvenes y consagrados. En la versión que haremos de La tabernera del Puerto, es así. En El barberillo son cantantes conocidos y jóvenes.
|
BIEITO ENAMORADO DE LA ZARZUELA
Y MENOS DE LA OPERETA
Calixto Bieito, se confiesa un enamorado de la zarzuela.
-
Me muero de ganas por dirigir zarzuela. Es un género que me
gusta. No todas. La zarzuela es un género fantástico. Produce
ganas de vivir. He hecho La Verbena y El barberillo. Aquella era
la música de un melancólico, ésta es muy diferente.
Bieito siente un especial afecto por las zarzuelas de corte
madrileño: La Revoltosa, La Gran Vía…
También ha hecho su incursión en el mundo de la opereta con El
Murciélago (2002) de J. Strauss. Es un género que le convence
menos.
-
Las zarzuelas tienen más entidad y están más cercanas al
pueblo. Los argumentos de las operetas son más burgueses y me
resultan más repugnantes. La zarzuela es el alma del pueblo. La
opereta lo es de una clase social frívola. Hay una diferencia
muy grande y me atrae menos.
La coreografía corre a cargo de otro inusual en el género: Ramón
Oller (Esparraguera, 1962), que crea unos movimientos no al uso,
pero de gran expresividad y frescura.
LA ÓPERA WOZZECK DE ALAN BERGER
LA NUEVA DIRECCIÓN DE BIEITO
Nueva incursión musical operística de Calixto Bietio es la
coproducción del Teatro Real con el Teatro del Liceo, sobre el
Wozzeck de Alan Berger, para la temporada 2006-07, en Madrid
El 31 de diciembre de 2005 se estrenaba en el Liceo de Barcelona
y al caer el telón produjo, de nuevo bravos enardecidos y
pitidos. Bieito lee el Wozzeck bajo una visión apocalíptica del
capitalismo, que impele al ser humano a la angustia existencial.
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FRANZ HAWALATA (Barítono)
DAVID KUEBLRER (Tenor) |
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