PATRICK DE BANA
DEPURADA
DANZA
Títulos:
Caduta Libera, Nigtsongs, Tuhmi, un acto irreversible
Iluminación: Nicolás Fischtel (AAI)
Intérpretes: Patrick de Bana, Marta Casabón, Aida
Badía, Carlos Fernández
Compañía: Nafas Dance Company
Dirección: Patrick de Bana
Estreno en Madrid: Centro Cultural de la Villa, 14 de
julio de 2004 (Veranos de la Villa)
En el verano del 2002 Patrick de Bana decide formar compañía
propia: Nafas Dance Company. Según nos explican en el
programa de mano el término “Nafas” se traduce como
“respiración”.
Bailarín de prestigio - bailarín principal en el Ballet Bejart
Lausanne (1987), primer bailarín invitado en la Compañía
Nacional de Danza (1992) que dirige Nacho Duato en España - ya
había probado fortuna como coreógrafo en la CND 2. De madre
alemana - él nace en Hamburgo (Alemania) - y padre camerunés,
esta genética paterna puede ser la causa de abundar en sus
coreografías el ritmo musical de culturas exóticas y un cierto
mundo mágico a medias entre la poesía, el espíritu y la magia
que impregna la vida del ser humano.
Caduta libera, Nightsongs y Tuhmi, un acto irreversible
son las tres coreografía con las que se ha presentado en los
Veranos de la Villa.
CADUTA LIBERA
Título: Caduta libera
Coreografía: Patrick de Bana
Música: Oumou Sangare
Escenografía: Patrick de Bana, en colaboración Odeón Decorados
Vestuario: Mercedes Montilla Cano
Intérpretes: Patrick de Bana y Carlos Fernández.
Caduta Libera es un bello paso a dos para dos hombres. La
cultura y música africanas es la base de esta coreografía. Hay
como líneas de encuentro y desencuentro. Los dos cuerpos
componen estructuras de gran fuerza y con la misma proporción
interpretativa. Algo no habitual en los pasos a dos
masculino/femenino - recordemos el ballet clásico - en el que la
mujer prevalece a nivel de baile. Tanto Patrick de Bana como
Carlos Fernández, los dos bailarines, muestran una limpieza de
líneas y movimientos fuera de lo común.
NIGHTSONGS, MEDITAR SOBRE LA EXISTENCIA
Título: Nightsongs
Coreografía, escenografía y vestuario: Patrick de Bana
Música: Arvo Pärt y Alberto Iglesias
Voz: Emmanuelle Broncin
Intérpretes: Patrick de Bana, Marta Casabón, Aida Badía, Carlos
Fernández
La reflexión que Patrick - aunque no lo firma, supongo que es él
una vez que es el coreógrafo - plasma en el programa de mano es
de una profundidad inmensa: “El amor, la tristeza, el odio, la
locura, son ramas emocionales de nuestra experiencia vital que
nos relacionan con los otros, con los demás: nuestros amigos,
nuestros amantes ... Sin embargo, comenzamos y acabamos en
soledad. Y es ahí donde nos encontramos con nuestra verdad ...
No importa lo enérgica e intensa que pueda haber sido la vida:
al fin nos encontramos con nuestra esencia, con la pureza que
poseímos al nacer”.
No es fácil, a no ser que te lo digan, extraer tales
pensamientos sugestivos del desarrollo coreográfico de los
cuatro bailarines. Esto muchas veces llama la atención en el
mundo de la danza. Claro que el no encuentro entre idea y
plasmación coreográfica, puede deberse a que el espectador es un
poco romo, no estar familiarizado con los nuevos lenguajes de la
danza o el coreógrafo no ha dado con los movimientos, ritmos y
líneas coreúticas que lo puedan expresar. Descifrar este enigma
siempre es difícil.
Este Nightsongs es un bello desarrollo de movimientos y
encuentros entre los bailarines. Todos ellos mantienen una gran
pureza de líneas, una insólita elegancia y un usar bien el
espacio. Todo eso reconforta. Pero esta forma externa acorde con
la música, de la que es servidora fiel no llega a transmitir
todo lo que nos cuentan en el programa. Es posible que en este
caso yo esté un poco “romo”.
TUHMI, UN ACTO IRREVERSIBLE
Título: Tuhmi, un acto irreversible (inspirada en el Otelo de
William Shakespeare)
Coreografía: Patrick de Bana
Música: J. Dowland (s. XVI - XVII), Jocelyn Pook (contemporánea)
Vestuario: Mercedes Montilla Cano
Intérpretes: Patrick de Bana, Marta Casabón, Aida Badía, Carlos
Fernández
Cuatro bailarines reviven las escenas cruciales de lo que fue la
tragedia de Otelo de Shakespeare. Es un llamémosle “ballet” a
medias entre lo narrativo y lo conceptual. Lo narrativo porque
sigue la línea argumental de la tragedia en sus puntos
fundamentales: la insinuación maligna, la sospecha y los celos
que llevan al desenlace final. Lo conceptual, porque el
tratamiento coreógrafico prefiere expresar lo que supone cada
una de esas situaciones a nivel emocional más que seguir una
línea de narración. Por lo tanto construye una coreografía en el
que el movimiento, la composición coral y de “bina” -léase “paso
a dos” - son fundamentales. De las tres piezas ésta es la más
terminada y la más ambiciosa. Con una base de clásico - digamos
neoclásico - combinado con un estilo contemporáneo, consigue una
buena fusión, muy bien resuelta a través de unos bailarines que
sirprenden por su naturalidad y fluidez de movimientos.
Cabe destacar la personalidad de Patrick de Bana como bailarín.
Su cuerpo responde con una gran ductibilidad que se traduce en
una variada gama de matices.
Importa también destacar el espacio lumínico concebido por
Nicolas Fishtel, experimentado iluminador que ha creado
expresivos ambientes en la CND de Nacho Duato. Aquí, como
también allí, acierta con el clima adecuado.
|