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MADRID EN DANZA
NEGRO
El cuerpo observado
15 y 16 de abril de 2008
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Título: Negro
Coreografía: Daniel Abreu
Asistente
de coreografía: Laura
Marrero
Música: Masahiro Hiramoto y Mercan
Dede
Vestuario: Trastornados y
compañía Daniel Abreu
Fotografías:
Cía de Danza Daniel Andreu
Compañía:
Compañía
de Danza Daniel Abreu
Coproducción:
Centro
Coreográfico Gallego,
Xunta-IGAEM, el Auditorio de
Tenerife y Cabildo de Tenerife
Colabora:
Provisional
Danza S.L., Teatro Ensalle
y Centro Culturak Campamento
Intérpretes: Andrea Quintana, Janet Novas, Anuska Alonso,
Daniel Abreu
Dirección: Daniel Abreu
Género:
Danza
contemporánea
País: España
Duración:
1 hora
(in interrupción)
Estreno
en Madrid: Sala
Cuarta Pared, 16 – IV - 2008 |
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Negro es un
espectáculo que confirma la madurez creadora de Daniel Abreu. La trayectoria del bailarín y coreógrafo canario, que
ha pasado por algunas de las compañías más interesantes del panorama
coreográfico español, entre las que figuran Lanónima Imperial o Larumbe Danza, y sobre todo, Provisional Danza, y que ha mantenido
fecundas relaciones con Matarile en los espectáculos que esta compañía
ha presentado durante los últimos años, se ha ido consolidando y
enriqueciendo casi imperceptiblemente. Sus trabajos han evolucionado hacia una
composición coreográfica más compleja e intensa, aunque sin perder nunca ese
aire delicado, limpio e íntimo que parece formar parte de su identidad escénica.
Así, Daniel Abreu es ya un creador
cuyas propuestas merecen sobradamente la atención suscitada, propuestas que
revelan una concepción coreográfica personal, aunque se adivine o se intuya en
ellas la impronta de otros artistas con los que ha colaborado.
En su último espectáculo, es el cuerpo
humano el que dibuja una suerte de mapa de imágenes y sensaciones, trazado con sutileza y ternura, como si se
tratara de una evocación de la infancia que reúne retazos aparentemente
inconexos, pero que componen, paulatinamente, un panorama armónico e intenso,
configurado por los paralelismos, las recurrencias y las variaciones sobre el
mismo tema. El recuerdo funciona como hilo conductor de la observación de los
cuerpos, asociados a unas sensaciones que tienen que ver con lo iniciático y lo primigenio, con momentos aurorales del
conocimiento propio y de la aventura de
la existencia. El amor y la sexualidad van emergiendo y cobrando forma desde estas sugerentes
imágenes, cuya potencia se logra mediante un ritmo deliberadamente lento y
libre, ajeno a cualquier condicionamiento metódico, y mediante una cuidada depuración de movimientos y elementos
escenográficos, reducidos al mínimo, lo cual destaca la presencia tranquila y
obsesiva a un tiempo del cuerpo femenino, frecuentemente desnudo, que retorna
una y otra vez a la imaginación o al recuerdo.
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La noción de fragmentariedad,
la falta de conclusión contundente
y apariencia de esbozo o hasta de
proceso conviven con una rara perfección del trabajo y con una notable delicadeza
en su presentación y factura. La observación recordada se transforma en
placentera observación presentada, en un solapamiento de planos temporales que
propicia ese viaje de retorno, convertido a su vez en continuo y reiterado presente. El
contrapunto de las imágenes, o acaso su contorno, está ofrecido por la presencia
de lo cotidiano, también visible y
recurrente. Todo ello contribuye a una
sensación de circularidad, de espacio vital para el
refugio, pero también para el estímulo y el impulso.
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