SIN DIOS
INQUIETANTE Y GOZOSO
Título: Sin dios.
Autora: Marina Wainer.
Dirección: Marina Wainer.
Intérpretes: David Picazo, Marta Aledo, Paul Loustau.
Compañías: La República o El grito y Teatro Esdudio.
Estreno en Madrid: Teatro el Canto de la Cabra,
11 – XI - 2004.
El espectador escucha pronto ecos en este espectáculo. Ecos de
Beckett, principalmente, pero también los de los trabajos
de otras compañías exhibidos en el Canto de la Cabra, por
ejemplo, la compañía titular de la sala o La República o
Matarile. No es difícil encontrar nexos entre todas estas
referencias. Marina Wainer ha trabajado en el último
espectáculo de Matarile. Los actores que forman la compañía
sin aliento proceden de La República, que ha visitado con
asiduidad esta sala. Y a Beckett es difícil no encontrárselo
cuando de teatro contemporáneo se trata, máxime si quien lo
cultiva pretende algún tipo de experimentación vanguardista, por
modesta o ambiciosa que esta sea. En este caso, incluso el
título parece un guiño irónico, o hasta paródico, al
Esperando a Godot beckettiano.
Pero estas referencias no empañan la originalidad de la
propuesta de Marina Wainer. Su humor, algunas soluciones
de dirección escénica o los perfiles de los personajes tienen un
sello propio, como lo tiene la variante del tono entrañable,
pero autocrítico, empleado, o la del recurso a la ironía y al
despego aparente para tratar teatralmente asuntos graves o de
mayor alcance.
Sin dios presenta a tres personajes que esperan su turno
tras obtener el correspondiente número en una máquina
dispensadora. Pero nadie se responsabiliza de ese turno ni de
esa espera, sino que deben ser los mismos personajes quienes
afronten la tarea de poner orden en sus desasosegadas,
vacilantes o insatisfechas vidas, atajar su desconcierto
mediante la verbalización y la comunicación con los otros -los
otros personajes o el público-, salir al paso de sus propias
dificultades para abordar la necesidad de vivir. Y en esa labor
de reconstrucción o de reinicio de las propias vidas no faltan
los monólogos reflexivos más o menos trascendentes, pero tampoco
las confesiones realizadas desde el humor o la ironía. Y con
ellas, la metateatralidad, el teatro dentro del teatro, o la
canción o el juego dentro del juego escénico, como irónica
aplicación terapéutica.
Como sucede en otros espectáculos afines, se prefiere un
voluntario rebajamiento de la trascendencia, una búsqueda de la
dimensión más risible del conflicto, no porque no se le conceda
importancia, sino porque no se considera necesario adoptar un
continente grave o acaso porque se entiende que las
consecuencias de esa trascendencia metafísica empapa la vida
cotidiana. En definitiva, tres historias de tres seres humanos
que muestran su lado más frágil, pero también el más tierno y el
más próximo, la cara amable y divertida en la que podemos
reconocernos. Sus avatares demuestran el ingenio y el sentido de
la teatralidad de una Marina Wainer que, con muy pocos
elementos de escritura y de escenificación, consigue un
espectáculo inquietante, vital, humorístico y gozoso, pero nunca
evasivo ni cómodo. En el trabajo actoral, cómplice y convencido,
merece destacarse la presencia, la proximidad y la labor de
Marta Aledo, que encarna muy especialmente el sentido, las
contradicciones y los desesperados anhelos de estos personajes
Sin dios.
Eduardo Pérez – Rasilla
Copyright©pérezrasilla
|
Teatro El Canto de la Cabra
Aforo: 60
C/San Gregorio, 8
28004 - Madrid
Tf.: 91 390 42 22
Metro: Chueca y Alonso Martínez
Autobuses: 3, 40 y 149
Horario de taquilla: 1 hora antes de cada función.
Telentrada: Caja de Madrid: 902 488488
Información y reservas: 91 310 42 22.
Fax: 91 308 38 68
E-mail:
cantodelacabra@terra.es
www.elcantodelacabra.com |
|