OLEANNA
UNA DE LAS MEJORAS OBRAS TEATRALES
DE LA ULTIMA DÉCADA
David Mamet
(Autor de “Oleanna”)
Foto: Sam Levi |
Título: Oleanna
Autor: David Mamet
Iluminación: Raúl Baena
Compañía: Grupo Teyda
Intérpretes: Gerardo Giacinti y Elvira Heras
Dirección: Alberto Delgado
Estreno en Madrid: Teatro La Grada, 2004
En Oleanna, Mamet se sujeta a los cánones clásicos. Se
trata de una historia en tres actos, que observa rigurosamente
la unidad de lugar y la de acción, aunque no la de tiempo, pues
la relación que se plantea entre los personajes requiere el
transcurso de algunos días, no demasiados, para resultar
verosímil. El escritor parece haberse sometido a sí mismo a la
prueba de expresar su mundo habitual a través de los moldes más
puramente aristotélicos en lo que a la construcción dramática se
refiere. Y, como en algunos otros de sus más representativos
textos, ha procurado acentuar la economía teatral y depurar la
acción de elementos accesorios. Sólo dos personajes y una
situación que va evolucionando de manera implacable y asfixiante
hasta el estallido final, con limpieza, sin truculencias, aunque
con imaginación y con la sorpresa imprescindible, según el
catecismo del propio dramaturgo, para que la historia funcione.
Reconocemos también a Mamet en el lenguaje de sus personajes,
que oscila entre la vacilación, o hasta la perplejidad expresiva
o el balbuceo, y la verborrea, el uso desmedido de la palabra
como instrumento de dominio y de poder. Los personajes intentan
conquistar la palabra, hacerse fuertes en ella, porque la
consideran decisiva en sus relaciones con el otro. Y se muestran
suspicaces ante el uso que el otro hace de ella.
Estamos ante un verdadero combate dialéctico, ante una
contraposición dinámica de dos puntos de vista muy diferentes,
dos maneras de ver la vida. Esta historia entre el profesor y la
alumna, llena de connotaciones, de sugerencias y de relaciones
con otros textos dramáticos, proporciona una inequívoca imagen
del teatro de Mamet y ofrece una de las mejores obras teatrales
de las últimas décadas.
No obstante, un texto así plantea algunos problemas. Y tal vez
el principal sea la apariencia de facilidad. Se trata de un
texto tan ajustado, tan preciso y tan brillante que parece
asequible y, sin embargo, dista de serlo y puede convertirse en
trampa para quienes no lo adviertan. Algo de esto sucede con el
grupo Teyda, que ha tenido la valentía de montarlo, lo que
constituye, sin duda, un empeño loable, pero a cuyos actores les
falta, en mi opinión, madurez y calidad como para afrontar a
unos personajes del calado de los que se enfrentan en la
historia. El éxito -inesperado para muchos- que en el momento de
su estreno en Madrid consiguió Oleanna, se debió a la
innegable potencia del texto, pero también al espléndido trabajo
de interpretación que realizaron Santiago Ramos y Blanca
Portillo.
Eduardo Pérez-Rasilla
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