La Giselle de María Jiménez. Entrevista. Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande.   
Sábado, 22 de Mayo de 2010 15:43

LA GISELLE de MARÍA JIMENEZ
o LA PASIÓN POR EL BALLET CLÁSICO

[2005-12-29]

María Jiménez si no fue la favorita de Víctor Ullate para interpretar papeles protagónicos, lo parecía. Desde muy joven manifestó unas cualidades excepcionales para la danza clásica.

LA GISELLE
de
MARÍA JIMENEZ
o
LA PASIÓN POR EL BALLET CLÁSICO

I. YEBRA/MARIA GIMENEZ (1995)

MARIA GIMENEZ/M. GUERRA (2005)

María Jiménez si no fue la favorita de Víctor Ullate para interpretar papeles protagónicos, lo parecía. Desde muy joven manifestó unas cualidades excepcionales para la danza clásica. La fuimos viendo crecer balletísticamente en los ballets cortos de la Escuela, primero, y después en la Compañía Víctor Ullate Ballet, Comunidad de Madrid.

A Vítor Ullate se le ocurrió emprenderla con el Ballet Clásico y anunció una Giselle. No dejó de inquietarnos. Podría ser un “fiasco” como dicen los italianos. Pero, en aquellos años, estaban todos los que, posteriormente, sería grandes fuera de España: María Jiménez, Tamara Rojo, Ruth Miró, Igor Yebra, Carlos López… Era una Giselle en la que el elenco de los protagonistas era intercambiable:
 

MARÍA GIMÉNEZ/IGOR YEBRA
RUT MIRÓ/ CARLOS LÓPEZ
ANA NOYA/IGOR YEBRA
TAMARA ROJO/JESÚS PASTOR

Yo asistí a la versión de María Jiménez (Giselle), Igor Yebra (Abrecht) y Eduardo Lao (Hilarión). De aquel montaje no hubo que ruborizarse. Surgió la esperanza. Después vino un D. Quijote y tras él, el telón se bajó definitivamente en la Compañía de Ullate para el Ballet clásico.
 


MARIA GIMENEZ (ESCUELA VICTOR ULLATE)
FOTOS: J.R. DIAZ SANDE

ARTE 369

Tras varios años de Premios y Estrella invitada en varios ballets extranjeros para interpretar: Giselle, D. Quijote, La bella durmiente, Coppelia, El lago de los cisnes, La bayadera, El Corsario, Las Sílfides, Cascanueces y Raimonda, en el 2003 María Gimenez abre en Madrid Arte 369 - su propia escuela -, de formación predominantemente clásica. Un silencio hacia fuera y un continuo trabajo hacia dentro y en el 2005 nos sorprende con un reto: ha fundado una Compañía de Clásico: Ballet Clásico ARTE 369
 

  • Con la Escuela y con la Compañía pretendo que una serie de bailarines de clásico no tengan que salir fuera para encontrar trabajo, como tuve que hacerlo yo y otros compañeros míos. También es verdad que yo fui una privilegiada porque no tuve que emigrar, en el sentido preciso del término, sino que me llamaron de distintas Compañías.

Para el debut de su Compañía ha elegido un título emblemático y a la vez prueba de fuego para el cuerpo de baile: Giselle. Por un lado extraña el reto, pero por otro no, ya que es uno de los títulos que María Jiménez más domina.

  • Elegirlo ha sido por cuatro motivos: el técnico, el artístico, el humano y el empresarial.

VIRTUOSISMO SIN QUE SE NOTE

Giselle es el culmen del ballet romántico que obliga a una depurada técnica y a un exquisito virtuosismo…
 


FOTO: CARLOS BELÉN
  • La evolución de la técnica actual en danza – aclara María Jiménez - ha desviado, en gran parte, la esencia de este ballet donde lo más importante es supeditar el virtuosismo, a la esencia expresiva y no supeditar la expresividad al virtuosismo. He aquí la gran dificultad, mantener el equilibrio y hacer de la técnica algo que siendo sumamente virtuoso nunca lo parezca. La ingravidez necesaria, por parte de todo el elenco en el segundo acto, hace necesario un gran esfuerzo técnico capaz sólo de lograrse con la conciencia necesaria de que la técnica sin sentimiento no es nada a lo que podamos denominar Ballet Clásico.

GISELLE CULMINACIÓN
DE UNA ÉPOCA BALLETÍSTICA Y ESTÉTICA

Giselle aparece en el panorama del ballet clásico como el culmen del ballet romántico y detona una época…

  • Hablando artísticamente Giselle es la culminación de una época: “El romanticismo”. Se convierte pues en el pilar de toda una corriente artística representativa, como tal vez ninguna. Es el reflejo de una sociedad que ansiaba la belleza y la armonía ante todo el horror y oscuridad de épocas pasadas. El equilibrio existente en su argumento es tan perfecto, que roza lo sublime y ese es el gran reto de todo artista, que desee representarlo. Es un ballet, en el que la atmósfera ha de ser creada por todos y cada uno de los miembros del elenco y por eso requiere de una gran preparación psicológica y artística, para que el espíritu siempre aflore por encima de la técnica y de lo terrenal.

BÁLSAMO ANTE LOS HORRORES
DE UNA SOCIEDAD EN CRISIS


El siglo XXI, lleno de prisas y conflictos socioeconómicos está como alejado de ese mundo romántico y etéreo que puede sonar a escapismo.
 

  • No es escapismo. Es suscitar sentimientos más nobles: nuestra sociedad vive en un caos de violencia, racismo, intolerancia y deshumanización. Prisas continuas que no nos dejan ahondar en nosotros. A ello se añade la exigencia de los cánones actuales a seguir que nos convierten en maniquís de un escaparate y entramos así en una rueda de intereses impuestos. Con Giselle el espectador olvida lo externo y recupera la belleza, la armonía y la fuerza de nuestro más grande, aunque escondido, sentimiento
    que es el amor. En el amor no existen los idiomas, ni los colores, ni las fronteras como tampoco en el arte. La existencia de estos sentimientos hace que continúe viva la llama de la esperanza. Tal vez esto dure solamente las dos horas de la representación, pero vale la pena.

FOTO: CARLOS BELÉN


FOTOS. CARLOS BELÉN

UN PROYECTO EMPRESARIAL
NO IRRACIONAL.
 


MARÍA GIMÉNEZ
Quienes se han acercado a tocar el ballet clásico en España, han salido como escaldados económicamente y la Administración parece no tener mucho interés en resucitarlo. Por eso esta Giselle tenía un doble reto: el artístico y el económico. El “se necesita mucho dinero para un ballet clásico” es una frase en la que no cree mucho María Jiménez.
  • El estudio de mercado, realizado por la consultoría, nos dio los porcentajes más que elevados y el estudio del D.A.F.O fue el empujón definitivo para lanzarnos a este proyecto. El que en España no exista ni una sola Compañía de Ballet Clásico, es para nosotros, personal y profesionalmente una tragedia, pero como empresa es, sin lugar a dudas, una gran oportunidad.

La realidad es que hay un público nostálgico del ballet clásico y la prueba de ello es que acude cuando aparecen ballets de mayor o menor relieve. A las Compañías más modestas, este público, les perdona mucho y se quedan con lo más positivo. Ese interés, que es un brasa aún no extinguida, es la base para emprender la tarea del ballet clásico. La insistencia de María Jiménez en resucitar el Ballet Clásico y en concreto Giselle es porque…
  • Es el que más une los cuatro aspectos fundamentales de una obra (ninguno de ellos es válido sin los otros tres): para el público, para los bailarines y por supuesto para mí misma. No puedo olvidar que este ballet ha sido uno de los que más éxitos me ha hecho cosechar y uno de los que sin duda más me ha aportado artística y humanamente.”

GISELLES 1995
PHOTODANCE

MAXIMILIANO GUERRA
Maximiliano Guerra (Argentina) – principal Guest de la Scala de Milán y primer bailarín del teatro Colón de Buenos Aires – le acompaña en este reto. bailarín de amplio currículo y multitud de premios que van desde 1985 hasta el 2000. Este último es el llamado Premio Constelación, consistente en que una estrella del firmamento lleva su nombre registrado en NASA. Es el primer artista latinoamericano que recibe esta condecoración. Interpreta el papel protagónico de Abrecht, que alternará con Mike Larrabeiti.

 

Más información

           LA GISELLE - Información General

           GISELLE - LA ESENCIA DEL ROMANTICISMO - Crítica Danza
           GISELLE - UNA WILLIS ENCOMIABLES - Crítica Danza
 


José Ramón Díaz Sande
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