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Auto de los Cuatro Tiempos. Entrevista. PDF Imprimir E-mail
Escrito por www.madridteatro.net   
Lunes, 15 de Marzo de 2010 16:01
AUTO DE LOS CUATRO TIEMPOS
De nuevo GIL VICENTE

[2005-01-10]

La Compañía Nao d’amores Teatro se presentó el año anterior en el Teatro de la Abadía con el Auto de la Sibila Casandra, de Gil Vicente.

 

AUTO DE LOS CUATRO TIEMPOS


Foto: Iván Caso

De nuevo GIL VICENTE

La Compañía Nao d’amores Teatro se presentó el año anterior en el Teatro de la Abadía con el Auto de la Sibila Casandra, de Gil Vicente.

Este año vuelve con el Auto de los Cuatro Tiempos de Gil Vicente (¿1460 – 1536?).

UN ESPECTÁCULO QUE TRABAJA CON EL TRABAJO ACTORAL, MÚSICA EN DIRECTO A PARTIR DE INSTRUMENTOS DE LA ÉPOCA Y EL TEATRO DE TÍTERES.

Lo mismo que el Auto de la Sibila Casandra pertenece a las obras que se definen como obras de devoción, según el índice de la Copilaçam de 1562. En realidad se trata de un auto religioso, escrito para un espacio sagrado, la capilla de Sâo Miguel en el Paço Lisboeta de Alcáçova y formaba parte del oficio litúrgico de los maitines de Navidad.
 


Foto: Iván Caso
Con todo, este texto se aparta de cualquier tradición dramática anterior o posterior. Lo más peculiar es la gran riqueza simbólica y la correspondencia entre elementos paganos y cristianos. No sigue ningún realismo, sino que entremezcla personajes alegóricos, mitológicos y figuras bíblicas. Por ejemplo asocia a Júpiter a la adoración de Cristo el 25 de diciembre, fecha del nacimiento también de un nuevo sol y de un nuevo año en las creencias paganas.

Hay una sustitución de los pastores (tipos realistas) por las estaciones del año (personajes simbólicos), para expresar la idea renacentista de la armonía cósmica. La poesía y la ensoñación muestran un insólito Universo, cuyo motor es el Amor.

ANA ZAMORA, ARTÍFICE DEL TEXTO

Ana Zamora - actualmente ayudante de dirección de Eduardo Vasco en la puesta en escena Algún amor que no mate de Dulce Chacón para la Compañía Nacional de Teatro Clásico – es la responsable de esta versión y de la dirección.
 
  • Nuestra propuesta – aclara Ana – busca la fidelidad de los ideales de partida que se encuentran en Gil Vicente. Era un hombre interdisciplinar: poeta, dramaturgo, músico, actor, hombre de escena… Representa el viejo ideal de los humanistas: arte total en el que no hay rupturas sino continuidades, en la búsqueda de la armonía y la perfección. Por eso este texto lo hemos planteado desde la coordinación de diferentes elementos: música, interpretación actoral y los títeres como elemento fundamental por su gran poder de significación. Todo este engranaje está tratado estilizadamente con una gran economía de medios expresivos.

Foto: Iván Caso

EL TÍTERE, ELEMENTO INTEGRADOR.

Al ser un teatro alejado de paradigmas realistas, lleno de anacronismos en el que dialogan personajes alegóricos, mitológicos y bíblicos se ha preferido recurrir al teatro de títeres.

  • El mundo de los títeres permite todas las inverosimilitudes posibles: el tamaño de los personajes, los materiales de que están hechos, los movimientos que ejecutan, la inmovilidad de sus rasgos y su mirada… nada es verdadero. Partimos del títere como instrumento, no como fin en sí mismo. Los títeres no representan al personaje que encarnan porque son el personaje, por el registro limitado de sus gestos, por su incapacidad de reproducir la vida adquieren el poder de evocarla. Los títeres no traducen, significan. Al ser un texto complejo, estos títeres nos sitúan en el campo de la metáfora, que supone un espacio privilegiado para lo poético.

Foto: Iván Caso

Para Ana es el propio carácter de la obra el que le ha llevado a utilizar los títeres. En ellos parece encontrar el origen del teatro de muñecos y su relación con las ceremonias religiosas.

  • En la Edad Media y en el Renacimiento, los constructores de muñecos y figuras articuladas eran perseguidos por la Iglesia, acusados de usurpar la función de Dios. Esta referencia nos abre un mundo de enormes posibilidades en la investigación de la relación entre títeres y actores, entre muñecos y manipuladores: dos formas de arte se unen en algo común, con los recursos de unos y otros para contar una historia.

Foto: Iván Caso

LA MÚSICA, COLUMNA VERTEBRAL EN GIL VICENTE

La música es primordial en el teatro de Gil Vicente como fluido que recorre toda su obra y forma parte integrante y activa del drama y del espacio escénico. No se trata solamente de un ambiente sonoro sino que cumple una función escénica: marca las entradas y salidas de personajes; resalta algún aspecto de su personalidad; impulsa la acción dramática. Tiene la misma función que el títere: servir de puente entre el mundo real y ficticio.

Alicia Lázaro – especialista en vihuela y laúd, así como investigadora de la música de los siglos XVII y XVIII – ha colaborado desde los orígenes en esta compañía. Es por tanto la responsable de los arreglos, de la dirección musical y de la interpretación de laúd. Aunque la partitura trabaja sobre sones de la época.


Foto: Iván Caso
  • Las partituras originales del teatro vicentino no han llegado hasta nosotros de forma directa – precisa Alicia – Sólo conocemos la música de aquellas cantigas o vilancetes citados, total o parcialmente, en su obra y que fueron recogidas en los cancioneros musicales coetáneos. Así como en el Auto de la Sibila Casandra ninguna de las cantigas utilizadas, citadas o compuestas por el autor tenía versión musicada en los cancioneros, en esta ocasión sólo de una de ellas existe una versión anotada en su época: la canción Ay de le noble villa de Paris, recogida en el Cancionero de Palacio. Así pues, he tenido que abordar la música colateralmente. Mi primer referente ha sidola búsqueda, en los cancioneros musicales de la época, de versos musicados de texto similar, o de acentuación o estructura parecida.

Juan de la Encina, del que se conserva abundante material ha sido uno de los guías para la llamada forma cosaute (repetición encadenada de versos), muy familiar a Gil Vicente y al propio Juan de la Encina. Ha sido toda una profunda labor de investigación cuyo método lo expresa Alicia de esta forma:

  • El recitado de los textos, con su carácter específico dentro de la obra, nos lleva a encontrar las melodías que surgen de ellos, o que nos sugieren las obras similares, y también la acentuación y el ritmo más adecuados, es decir, el modo de poner en música las obras, con la disposición de voces habitual en la época para los tonos y canciones de teatro.

LA ESTACIONES DEL AÑO CONVERTIDAS
EN INSTRUMENTOS MUSICALES


En los autos vicentinos era frecuente la música instrumental, en esta ocasión ésta se hace más imperativa en cuanto que cada instrumento se adjudica a una época del año.

  • A cada uno de los cuatro instrumentos corresponde una estación del año – aclara Alicia -, la música que marca su aparición es también una muestra del desarrollo de la música instrumental en el inicio del Renacimiento, momento en que los instrumentos comienzan a independizarse de las voces. En esa época se desarrollan formas como la glosa 8adornos o dibujos sobre una melodía, algo parecido a lo que en el siglo XX hizo el jazz con la música vocal afroamericana) y la fantasía, una especie de improvisación contrapuntística, es decir, a varias voces. En este montaje se incluyen tres glosas.

Uno de los alicientes es el recurrir a los instrumentos de la época y es también una propuesta tanto desde un punto sonoro como estético.

  • La atmósfera musical del Auto de los Cuatro tiempos posee un sentimiento profundo de la naturaleza, reflejo de un mundo mítico, que establece una relación íntima y profunda entre música y mitología. En nuestro siglo XXI, oír estas bellas melodías, la variedad de sus ritmos y la coloratura de los instrumentos renacentistas, nos llevan a descubrir en ello una existencia latente, secreta o sumergida. Es la punta del iceberg de un mundo perdido, al que aluden intensamente y que asoma, rodeado de silencio, en la música de este Auto.

Foto: Iván Caso

LA COMPAÑÍA: NAO D’AMORES TEATRO

NAO D’AMORES TEATRO nace en el verano de 2001 bajo la dirección de Ana Zamora y con la colaboración artística de los profesionales de Noviembre Compañía de Teatro.

El primer montaje fue Comedia llamada Metamorfosea de Joaquín Romero de Cepeda que recibió el Premio José Luis Alonso de la Asociación de Directores de Escena de España (ADE), a la mejor dirección novel de la temporada.

Siguió el Auto de la Sibilia Casandra de Gil Vicente, que tras su estreno en el Festival de Almagro (2003), recorrió diversos Festivales hasta recalar en el 2004 en el Teatro de la Abadía de Madrid. Público y crítica fueron unánimes.

Con estos dos espectáculos apareció la marca de fábrica de lo que sería la Compañía:

  • Interés por dramaturgos no habituales en el panorama teatral – alejados por el absurdo desajuste entre el campo de los estudios filológicos y el de la práctica teatral - pero básicos en la evolución de nuestra historia dramática.
  • Importancia por la música en directo como unidad al hecho teatral, huyendo de lo mero arqueológico para convertirla en un elemento resignificación fundamental en la concepción global del espectáculo.
  • Reivindicación del teatro como bien cultural, que repercute directamente en el desarrollo intelectual, creativo y lúdico de los ciudadanos.

 
Versión y dirección: Ana Zamora
Interpretación y Manipulación de Títeres: Elena Rayos y David Faraco (suplente: Luis Moreno)

Interpretación Musical: Alicia Lázaro (Laúd), Elvira Pancorbo (Flautas), Nati Vera (Voz), Isabel Zamora (Clave), Sofía Alegre (Viola de Gamba), Alba Fresno (Suplente Viola de Gamba)

Música original, arreglos y dirección musical: Alicia Lázaro

Vestuario: Deborah Macías.
Iluminación: Miguel Ángel Camacho (A.A.I.)
Trabajo de verso: Ernesto Arias.
Producción:
Nao D’amores Teatro.

 

Espectáculo subvencionado por: INAEM, MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE
CONSEJERÍA DE CULTURA Y TURISMO DE LA JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN
CONSEJERÍA DE LAS ARTES DE LA COMUNIDAD DE MADRID
Colaboración: TEATRO DE LA ABADÍA.

Más información

           AUTO DE LOS CUATRO TIEMPOS - Información General

           AUTO DE LOS CUATRO TIEMPOS - Crítica
           AUTO DE LA SIBILA CASANDRA - Crítica


www.madridteatro.net

 




Sala José Luis Alonso

Teatro de la Abadía
C/ Fernández de los Ríos, 42
28015 – Madrid
Tel.: 91 448 11 81
Fax.: 91 448 61 32
Metro: Quevedo, San Bernardo,
Argüelles, Moncloa, Canal,
IslasFilipinas
Bus: 2/16/37/61/202
Localidades: Taquilla (Tel.: 91 448 16 27)
Horario: Martes –Sábados: 17,00 – 21. 00 horas
Domingos: 17,00 – 20,00
Telentradas y CaixaCatalunya (Tel.: 902 10 12 12)
Pag. Web: www.teatroabadia.com
Prensa: prensa@teatroabadi

 

Última actualización el Martes, 27 de Abril de 2010 17:23
 
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