LAS TRES HERMANAS deconstructing Chéjov VER LA VOZ DEL AYER EN EL HOY
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FOTO: SALA ATRIUM |
El Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa presenta Las tres hermanas, deconstructing Chéjov, de José Sanchis Sinisterra, con la dirección de Raimon Molins y la producción de Sala Atrium.
La Sala Atrium está metida en un proyecto artístico, y cada espectáculo es un paso más a dar vida a un proyecto.
- En aquel momento teníamos mucha relación con Sanchis Sinisterra- aclara Raimon Molins. El estaba abriendo sala teatral La Corsetería (Madrid), hablábamos mucho. Yo antes había dirigido en Barcelona Perdida en los Apalaches, de Sanchis, y queríamos algo para la Compañía que la formaban Patricia Mendoza (Irina), Mireia Trias (Masha), Marta Domingo (Olga), aunque Marta se incorporó después. Le pregunté: "¿Tienes algo?" Me dijo: " Tengo un ejercicio de los años setenta u ochenta que empieza con la escenita de Las tres hermanas". Dijo otras obras y yo escogí Las tres hermanas, pero añadí que siguiera con toda la obra.
REVISITAR CHÉJOV.
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RAIMON MOLINS FOTO:www.madridteatro.net |
En la trastienda artística por parte de la Compañía tenían ganas de volver a un clásico, pues e la Compañía ya se habían revisitado muchos clásicos. La temporada pasada se había hecho una trilogía: Nora, de Casa de muñecas (Ibsen); Julia de La Señorita Julia (Strinberg), y Nina, que era una versión de La Gaviota de Chéjov.
- Entonces no es nada descabellado que Raimon se inclinase por Las Tres hermanas- aclara Patricia Mendoza -, para ver cómo resuena hoy en día. ¿Sigue resonando? ¿Nos dice cosas? Si es un clásico, es porque sigue diciéndonos cosas.
- Sabíamos que era posible porque existía ese ejercicio de unas dos páginas - añade Mireia Trias - para sólo las tres hermanas, y le dijimos "¿Por qué no haces todo el texto con la tres hermanas?"
- Hay algo delicioso, que ya lo había cuando vinimos el año pasado con Himmelweg de Juan Mayorga, en cuanto es delicioso por loco: desafiar al autor. De aquella lo hicimos con los muñecos en vez de trece actores, que es como se hacía. En este caso Sanchis parece contraindicado a Chéjov, por ser un teatro evidentemente psicológico y emocional. Es decir toda la idea del pasado en el personaje tiene una gran importancia. En cambio Sanchis está en la rotura del personaje, respecto a la idea de parámetros clásicos stanislaskianos etc…Era demasiado tentador, y entonces le dije: "Quiero esto y no Becket, para que nos entendamos". Había otras obras, como he dicho, pero esta suponía un desafío: cómo éste hombre se va a enfrentar a esto y qué nos va a ofrecer como desafío a nosotros para enfrentarnos a articular un posible espectáculo a partir de aquí. Por eso digo que el nuestro es un proyecto largo. Son desafíos locos. Unos han salido bien, otros mal, y otros mejores.
- Es interesante - añade Mireia -, porque en una hora y cuarto se pasa por toda la obra de Las tres hermanas de Chéjov, se entiende perfectamente todo lo que pasa y, al mismo tiempo, se entienden otras cosas que nacen del juego dramatúrgico que ha hecho Sanchis.
LA REDUCCIÓN DE LOS TEXTOS CHEJOVIANOS
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MIREIA TRIAS / MARTA DOMINGO / PATRICIA MENDOZA FOTO: www.madridteatro.net |
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En estos últimos años, y en concreto Chéjov, los textos clásicos se representan reducidos. Muestra de ellos son los tres Vanias de esta temporada: Espía a una mujer que mata (director y dramaturgia, Veronese) (CLIKEAR); Vania (dirección y dramaturgia Oriol Tarrason) (CLIKEAR); Vania (escenas de la vida) (director y dramaturgia Álex Rigola) (CLIKEAR). Es como si hubiera un entente general dramatúrgico. Raimon Molins ve en ello algo muy interesante, porque
- la reducción del texto va a favor de la creación de la imagen y de lo visual, y lo visual le da sentido, porque forma parte de lo invisible, del sueño del ser humano. De otra manera de ver y de entender la vida que no sea a través de las palabras. Chéjov tiene gran parte de su teatro en lo invisible de los personajes, en su vida psicológica, en sus pensamiento. Entonces se transforman en imágenes muy a menudo. Hay un cierta coherencia y lógica que sea así, en este m omento, porque es mucho más abierto, de repente, ya que funcionamos más con imágenes y con lo visual que con lo puramente textual. Entonces la hibridación de estos dos lenguajes en el teatro tiene una potencia extraordinaria que estamos explorando todavía. Desde el punto de los artistas hay un interés inequívoco y necesario porque es cómo la sociedad está entendiendo el mundo y a sí misma, en estos momentos. En este sentido Chéjov es muy interesante porque nos ofrece la punta del iceberg, nunca el iceberg, con lo cual podemos imaginarnos el iceberg a través de lo visual. Eso es lo que está sucediendo con estas reducciones, creo.
ESCRITURA POR ENTREGAS
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MIREIA TRIAS / MARTADOMINGO / PATRICIA MENDOZA FOTO: SALA ATRIUM |
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MARTA DOMINGO / PATRICIA MENDOZA / MIREIA TRIAS FOTO: www.madridteatro.net |
La escritura del texto por parte de Sanchis, referente a la entrega del material, recuerda la de aquellos autores dramáticos que a pocos días del estreno aún no estaba terminado el famoso tercer acto que daba fin a la comedia
- Se puso a escribirla y nos iba pasando actos - precisa Raimon. Nosotros ensayábamos mientras él iba escribiendo, hasta que terminó el último acto, el cuarto, la semana antes de estrenar. Todo eso desde Madrid, pero también estaba en Hispanoamérica. Escribía desde lugares dispares y distintos. Una locura. Al final la construimos. Creo que le salió un espectáculo dramatúrgico y escénico espectacular. El 85% del texto es de la obra original de Chéjov. Se ha dedicado a dar punta a aquellos temas recurrentes en la obra de Chéjov pero relacionados con el mundo contemporáneo, sobre todo con nuestra sociedad más solitaria, más cobarde y que menos quiere saber lo que pasa o más segura quiere estar, y siempre con mito que, en este caso, se llama Moscú.
EL PASO DEL TIEMPO
El trabajo de Sanchis para esta obra viene guiado por lo que estaba haciendo en aquel momento.
- Trabajaba con sistémicos, entonces, sobre todo, el primer acto es un primer acto donde la repetición forma parte de la dramaturgia. De este modo entramos en un bucle espacio-tiempo que ya existe en la obra de Chéjov. Nosotros ampliamos este bucle con todos los relojes - en la escenografía sobre la pared de fondo hay una serie de relojes tradicionales con péndulo de pared y de pie - que van marcando este paso del tiempo: a veces queda apagado, otras va para atrás, de repente va 12 horas para adelante. Hay todo un juego con el paso del tiempo en el ser humano, con su inmortalidad y su fragilidad.
Raimon recalca que
- hay mucho amor, que ya está en Chéjov, pero con Sanchis todavía más, lo cual le da una capa irónica, pero con una verdad terrible detrás, aunque ligera al mismo tiempo. Es una obra para todo el público, y lo que hace es servir un Chéjov contemporáneo, sin olvidar la raíz y la tradición más chejoviana que todos podemos tener en la cabeza.
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PATRICIA MENDOZA FOTO: www.madridtesatro.net |
MARTA DOMINGO / PATRICIA MENDOZA FOTO: SALA ATRIUM |
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TODOS LOS PERSONAJES
EN TRES ACTRICES
Patricia Mendoza, que encarna a Irina, subraya que es un Chéjov y salen todos los personajes del original, lo que sucede es que
- los hacemos nosotras. Nos desdoblamos. Somos Irina, Masha y Olga, pero salimos y entramos en otros personajes a una velocidad de vértigo. Con un pequeño gesto nos convertimos en esos seres que acompañan a estas tres hermanas con la vida de irse a Moscú, un sueño que nunca llega, y por lo tanto esa vida comienza a ser aburrida. Estos personajes nos dan un poco de vidilla.
- A esos personajes - añade Raimon - los vemos a través de sus ojos. Siempre está el filtro de las tres. Al mismo tiempo, y ésta es la paradoja de Sanchis, no son personajes sino que al final son actrices. A veces salen las actrices y se para la acción, o entran las acotaciones. Es un puzzle, un juego contemporáneo sobre Chéjov.
Ese juego de las actrices por saltar de su personaje a otros e incluso a sí mismas como actrices, recuerda el Vania de Álex Rigola y de otros montajes similares. Raimon reconoce que hay una tendencia actual a ese tratamiento que califica
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MIREIA TRIAS FOTOS: www.madridteatro.net |
MIREIA TRIAS FOTO: SALA ATRIUM |
de deconstrucción del personaje. En esa tendencia está metido Sanchis Sinisterra desde los finales de los setenta, pero está más presente que nunca. Es el actor que se convierte en lo necesario. No el actor personaje, por eso entra y sale, es él y no es él. Lo que sucede es que la poética de Álex y la de Sanchis es muy diferente.
- El hecho de que pasemos por distintos personajes - clarifica Mireia Trias -, para mí lo hace aún más psicológico en cuanto que estamos siguiendo la mente de estas tres hermanas. En este sentido no están muy perturbados los personajes de Irina, Masha y Olga. Están muy presentes todo el rato, incluso cuando hacen de otros. Es más cómo ven este mundo y el bucle en el que están, que es muy contemporáneo como es el querer cambiar tu vida, pero el tiempo pasa y, al final, no ha cambiado nada, hace que no sea simplemente modernizarlo.
VOLVER A MOSCÚ
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MARTA DOMINGO / PATRICIA MENDOZA / MIREIA TRIAS FOTO: www.madridteatro.net |
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La obra, estructurada en cuatro actos, está escrita en el año 1900 y representada por primera vez en 1901.
Nos adentramos en una familia insatisfecha y frustrada con su existencia. El año se consume entre las obligaciones de un presente desencantado, la irónica revisión de la nostalgia del pasado y la frágil esperanza de un futuro cada vez más alejado de sus sueños. Irina, Masha y Olga son cultas y refinadas formadas en el Moscú urbano, pero desde hace once años viven en una pequeña aldea de provincias. Moscú es el principal elemento simbólico de la obra: las tres hermanas siempre lo están idealizando y soñando volver a él, porque identifican la ciudad con su felicidad y con la vida perfecta. No obstante el plan retornar a Moscú nunca se materializa y sus sueños no se cumplen. El derrumbe de sus ilusiones es uno de los ejes principales de esta obra que Chéjov cualifica de drama y que tiene algo de reportaje familiar.
- Lo que teníamos muy claro desde el principio, - añade Raimon - es que cuando vean el escenario y a nosotros, vean al Chéjov que tenemos en la cabeza, al clásico, al tradicional, y cómo, a través de esa imagen tradicional podemos llegar al contemporáneo. No al revés como sería coger una imagen contemporánea y meter Chéjov, sino ver cómo los propios personajes son contemporáneos aunque no quieran. No deja de ser la imagen chejoviana que tenemos, porque, al final, son los seres humanos que está detrás de la piel del vestuario los que hablan. Da igual si van vestido con camiseta o con un vestido. Es más, para nosotros el desafío, en aquel momento, era ver cómo el prejuicio de una estética, de una tradición no es cárcel para una contemporaneización del discurso que hay detrás. En esta obra de principios del s. XX, había la misma crisis que estamos encontrando ahora. Una crisis que es un ciclo. Crisis económica, moral…Nosotros la hicimos en plena crisis económica. Había también una crisis de clase y de organización, de estructura política, social, de riqueza. El puente es clarísimo. Lo que nos está diciendo Chéjov es que todavía nos lo estamos diciendo hoy. Queríamos ver la voz del ayer en hoy, y no convertir la voz del ayer en la de hoy.
¿ESCAMOTEAR LA ESCENA?
SUGERIR AUDITIVAMENTE
UN MUNDO Y UNA ATMÓSFERA
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MARTA DOMINGO FOTO: www.madridteatro.net |
MARTA DOMINGO FOTO: SALA ATRIUM |
Llama la atención en la puesta en escena, el casi ocultamiento a los espectadores del personaje de Irina, en el largo diálogo con Olga.No es un capricho ni dificultades de espacio. Es más, en la Sala Atrium de Barcelona, con cabida para una cincuentena de espectadores, Irina queda totalmente oculta, sólo vemos la reacción, casi muda, de Olga. Tal tratamiento, según Raimón es
- pedirle al público algo que tiene que ver con la imagen. Es tan grande el drama que no hace falta enseñarlo. Con el sugerir auditivamente un mundo y una atmósfera, sugeríamos otro modo de trabajar el significado de la escena sin necesidad de verlo. Esto forma parte de lo contemporáneo, por decirlo de alguna forma. En este espectáculo hay una gimnasia inconsciente por parte del público que la tenemos muy trabajada y que está , ya, en la dramaturgia de Sanchis, y es que el público pone mucho de su imaginación, pero, además, de su físico sin darse cuenta.
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RAIMON MOLINS / NACHO MARÍN / PATRICIA MENDOZA / MIREIA TRIAS / MARTA DOMINGO FOTO: www.madridteatro.net |
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Marta Domingo, intérprete de Olga que se ha incorporado al proyecto como sustitución de la anterior actriz ha tenido la oportunidad de ver el espectáculo como espectadora, aclara a este respecto
- Me gustó muchísimo el espectáculo y recuerdo especialmente este momento, en el que el 70% de los espectadores no tenían buen tiro visual. Yo me encontré medio en medio. Opté por cerrar los ojos. Era mucho más interesante no verlo o ver esas siluetas halando. Se creaba un clima muy "chulo". Se hacía un silencio…, y era sólo escuchar . Es como dice Raimon, una obra que llama a la organicidad del público, sobre todo en los espacios pequeños. Resulta, para mí, un momento muy especial, sobre todo de cara a la recepción del público, aunque no se vea bien la escena o a las actrices. No importa.
- También es verdad que en toda apuesta contundente habrá quien entrará más y quien no entrará tanto.- concluye Raimon.Para los que conocen la obra original, resulta una reescritura sorprendente, poliédrica y llena de musicalidad, un ejercicio de funambulista que conecta la época del autor ruso con nuestro mundo de hoy, mientras que el espectador que aún no está familiarizado con ella descubrirá a las tres hermanas desde el latido íntimo de las protagonistas.
Más información Las tres hermanas, deconstructing Chéjov. Sanchis
José Ramón Díaz Sande Copyright©diazsande |
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TEATRO FERNÁN GÓMEZ Director: Nacho Marín Sala Jardiel Poncela Aforo: 316 Pz/ de Colón, s/n 28001 - Madrid Metro: Colón, Serrano Bus: 5/14/27/45/21/53/150/1/9/19/51/74 RENFE: cercanías. |
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