SUEÑOS AUTO SACRAMENTAL PROFANO
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LUCÍA QUINTANA / JUAN ECHANOVE FOTO: www.madridteatro.net |
La lectura de los escritos de Quevedo es una gozada, por lo que dice y por cómo lo dice. El poeta despejó de unos cuantos plumazos certeros la carcasa barroca y dorada que lucía la España del XVII y la dejó en la más absoluta desnudez, con sus vergüenzas a la intemperie. Otros escritores que vinieron luego demostraron con prosa igual de corrosiva y el mejor humor español, que es el negro, que el país no había cambiado. Algunos, como Valle, lo hicieron desde la tribuna del teatro, la misma que ha elegido Gerardo Vera para recordarnos que todo sigue igual. Aunque para mostrar el presente no faltan obras actuales, recurrir a las del pasado es perfectamente lícito y tiene la virtud de recordarnos que la podredumbre actual no es un fenómeno coyuntural, sino crónico.
No cabe poner graves reparos al trabajo de Vera. Lo ha abordado con notable entusiasmo y una fe ciega en el resultado. Con la complicidad y entrega de muchos de sus colaboradores habituales, ha echado toda la carne en el asador para poner en pie un espectáculo concebido para ser grande. Encabeza el reparto Juan Echanove, quien representa a un anciano Quevedo en trance de soltar las débiles amarras que le unen a la vida. Los achaques del personaje, herencia de los excesos de una juventud disoluta y los inevitables de una mente extraviada empeñada en poner orden en el caos de su memoria, no le impiden al actor hacer gala, con subrayados propios de actor de vieja escuela, de una voz potente y clara. Tampoco, en lo físico, mudar con naturalidad, cada vez que la acción lo requiere, su lamentable aspecto de enfermo postrado por el dolor y el frío en el de un ser dotado de una inusual energía. Ferrán Vilajosana y Lucía Quintana interpretan a los personajes que asisten al escritor en su último refugio terrenal, un hospital de enfermos o un asilo. Aquel es un joven doctor que le admira como escritor y pasa por alto las burlas vertidas contra los que ejercen la medicina. Ella, la enfermera cariñosa y bella que dice llamarse Aminta, nombre al que respondía la amante napolitana por la que, en su juventud, Quevedo bebía los vientos. Esa buscada coincidencia permite al poeta evocar aquella figura lejana y, a la actriz, asumir su papel. Un regalo que no desaprovecha. Antonia Paso, en funciones de portera y fregona del establecimiento, completa el censo de personajes vivos que acompañan la agonía del protagonista y se suma, junto a Vilajosana, al resto del reparto para recrear a los personajes que aparecen en los sueños y a los seres reales que, amigos o enemigos, se cruzaron en su azarosa vida. Así, mientras Vilajosana pasa a ser la Carne, ella deviene en Envidia. Markos Marín se desdobla en el Duque de Osuna, su mentor, y en Don Enrique de Villena, al que la Historia le recuerda más como nigromante que por sus conocimientos de teología, astronomía y otras ciencias; Oscar de la Fuente lo hace en Cardenal censor y en Diablo; María Ribera, en una Muerte llena de vida y en doña Fábula; Chema Ruiz, en Judas, Hombre y Negro; Abel Vitón, en Principessa, Viejo y Dinero; y, en fin, Eugenio Villota, en Montalbán, Mundo y Desengaño. En general, están mejor cuando declaman los textos de Quevedo que cuando se convierten en espectros al servicio de coreografías que tratan de convertir los sueños en imágenes.
En cuanto a la escenografía, firmada por el propio director y Alejandro Andújar, remite a un infierno blanco y gélido definido por pantallas móviles que pronto pasan, de definir el espacio de la acción, a ser soporte de imágenes complementarias o ampliadas de lo que sucede en vivo. El video de Álvaro Luna es excelente, pero distrae de lo que verdaderamente importa, que es el texto. Y no solo eso. En ocasiones, eclipsa el trabajo de los actores. Es lo que sucede cuando los espectadores apartan la vista de lo que hace el protagonista para dirigirla a la imagen virtual de su rostro proyectada en la pantalla.
Con todo, el mayor escollo de tan ambicioso e ilusionante proyecto ha sido la dificultad de convertir la formidable prosa de Quevedo en materia dramática. José Luis Collado, ducho en la tarea de adaptar textos narrativos para el teatro, no le ha salvado. No ha sido por incapacidad suya, pues tiene acreditado de sobra el talento para llevar a buen puerto tamañas empresas, sino por lo inútil del empeño. No hay teatralidad en esos discursos que van describiendo con picante y mordaz humor ácido el rosario de abusos, vicios y engaños que son el pan nuestro de cada día en todos los oficios y estados del mundo. De poco le ha servido añadir a los fragmentos seleccionados algunos apuntes biográficos y otros textos del autor, entre ellos varios conocidos sonetos amorosos, partes de La hora de todos y la Fortuna con seso y la epístola censoria escrita al Conde Duque de Olivares. Tampoco, que unos personajes releven a otros en la declamación de algunos parlamentos ni las frases añadidas para engarzar escenas que no derivan unas de otras. Es inútil: estamos ante una serie de situaciones aisladas contenidas en un argumento mínimo.
El resultado es un espectáculo que tiene mucho de retablo cuyos nichos albergan sucesos distintos o de auto sacramental profano, aunque también se hable de Dios.
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JUAN ECHANOVE / MARTA RIBERA FOTO: JAVIER NAVAL |
Título:Sueños ( a partir de Los Sueños de Francisco de Quevedo) Versión libre:José Luis Collado Dramaturgia:Gerardo Vera Video escena:Álvaro Luna Montaje musical:Luis Delgado Movimiento Escénico:Eduardo Torroja Escenografía:Alejandro Andújar / Gerardo Vera Vestuario:Alejandro Andújar Iluminación:Juan Gómez-Cornejo Coproducción:CNTC / La llave maestra / Traspasos Kultur Intérpretes (Por orden alfabético):Juan Echanove (Quevedo), Óscar de la Fuente (Diablo/Cardenal), Markos Marín (Osuna/Villena), Antonia Paso (Portera/Envidia), Lucía Quintana (Aminta/Enfermera), Marta Ribera (Muerte/Doña Fábula), Chema Ruiz (Judas/Hombre/Negro), Ferran Vilajosana (Doctor/Carne), Eugenio Villota (Montalbán/Mundo/Desengaño), Abel Vitón (Principessa /Viejo/Dinero) Dirección:Gerardo Vera Duración de la obra:1 hora y 50 minutos Estreno en Madrid:Teatro de la Comedia (Sala principal), 7 - IV -2017
TEATRO DE LA COMEDIA Directora: HELENA PIMENTA C/ Príncipe, 14 28012 . MADRID Metros: Sevilla. Puertadel Sol Parking: Santa Ana, Sevilla, Pza.Benavente
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