VEN A BAILAR CON NOSOTROS SUB FALLING ANGELS MINUS 16
COMPAÑÍA NACIONAL DE DANZA 2013
FUTURO HALAGADOR
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SUB |
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FALLING ANGELS |
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MINUS 16 FOTOS: CND |
La CND (Compañía Nacional de Danza) va tomando el pulso cada vez con más personalidad. Lo que caracteriza a este triple programa, Sub, Falling Angels y Minus 16, es la seguridad, libertad y versatilidad que muestran los bailarines. Nos encontramos con un conjunto que profetiza un futuro halagador, si las instituciones echan una mirada a largo plazo acerca de los resultados, y si la imperiosa austeridad que infecta a todo encuentra un antídoto.
La elección de este programa posee la virtud de la variedad, de modo que todo él crea ritmo, gracias a la tres coreografías con "tempus" diversos, a partir de un estilo unitario asentado en la danza contemporánea. La evolución va desde una coreografía de gran esfuerzo físico (Sub), pasa por un momento de relax (Falling Angels), y termina con un dinámico divertimento interactivo (Minus 16).
SUB
El coreógrafo Itzik Galili, con Sub, sublima el pugilato a través de la danza, sin que tal lucha pierda fuerza. Toda la coreografía, tanto a nivel de pasos a dos como de líneas corales, es un despliegue de energía que va en crescendo como también la música. Ésta manteniéndose en un ciclo repetitivo adquiere mayor fuerza a medida que nos acercamos al final. No es el Bolero de Ravel, desde luego y dista de él, pero, de alguna manera, lo evoca. Danza y música encuentran su acople en un vértigo de rápidos movimientos que piden gran agilidad y destreza en los bailarines. No permite vacilaciones, y éstas no existen en ningún momento. Sub se transforma en un buen "test" para probar la calidad de un conjunto balletístico. Tiene mucho de "lucha marcial", pero llevada al terreno de la danza. Hay una virtud más: la evocación de imágenes más allá de la simple lucha. En concreto a la película Braveheart de Mel Gibson.
El vestuario recurre al torso desnudo y a una casaca a modo de faldón enrollada a la cintura, que sugiere el "kilt" escocés. El vuelo ondulante de la imaginaria falda, complementa las líneas más hieráticas y tensas del cuerpo y extremidades.
FALLING ANGELS
Subes una dinámica creación para 8 bailarines. Falling Angels tiene en común con Sub el número: también 8, pero son bailarinas. No es la primera vez que lo vemos en España, pues la CND ya la estrenó en el Teatro Real en 2004. Se sitúa en las antípodas de Sub, en lo que respecta a la dinamicidad. El reposo, el ritualismo de unos movimientos acomodados a la música, a pesar de que primero se crearon los movimientos, producen una sensación de paz y de liturgia mistérica. Hay un toque de elegancia en una serie de líneas que se crean, siempre en conjunto y no en individualidades. Es como si un trazo continuo se moviera por el escenario. El conjunto de las 8 bailarinas lo traza con pulso firme y sosegado. Con movimientos bien hilvanados, la transición de uno a otro movimientos fluye con naturalidad. Es una coreografía que se contempla con gusto por su delicadeza. La ejecución de las 8 bailarinas es limpia, armónica y precisa.
Al incluirla en el programa contrasta, agradablemente, con el ritmo más violento de Sub. Al ver Sub y Falling Angels en continuidad, la primera para hombres y la segunda para mujeres, aunque pertenezcan a época diversas y distintos coreógrafos e intenciones distintas, adquieren un nuevo significado: el análisis de los dos sexos, agresividad en ellos, y placidez dialogante en ellas. Dos comportamientos del ser humano.
A pesar de los años transcurridos - 1989 el estreno - el tiempo no ha devorado esta coreografía. Tema aparte es que estas coreografías que fueron rompedoras en su época, ante las nuevas y sorpresivas tendencias, se han transformados en clásicos, cuyo valor como en los clásicos del s. XIX está en su perfecta interpretación dancística.
MINUS 16
Este collage de Ohad Naharín, estreno para la CND, ha sido visto en España interpretado por otra compañía, que, si no recuerdo mal fue en el Teatro Madrid, sobre todo la primera parte. (Hasta ahí llega mi recuerdo). El vestuario, entonces, era de corte militarista, y tal estado se desprende de los movimientos bruscos del inicio.
Vista en sus diversas partes y colocada al final del programa, se transforma en una traca final, un feliz fin de fiesta o un divertimento en el que el público sube al escenario y mueve el esqueleto emparejado con los bailarines.
Minus 16 está estructurada en varios segmentos con solución de continuidad, a pesar de los cambios rítmicos. En la obligada Pausa de los eventos balletísticos, a telón bajado y luz de sala encendida, un bailarín en el proscenio - Javier Monzón - desafía, con la mirada, al público que se queda en la sala. Sin que la luz de la sala descienda y con el telón alzado, Javier Monzón, improvisa - ¿o no? - una serie de movimientos variados a tenor del ritmo musical que finaliza con un clásico "plié". Es un aperitivo del final de este collage.
Apagadas las luces y caída de telón, éste se alza. En semicírculo una serie de sillas da asiento a ellos y a ellas, uniformados con traje de chaqueta negro y sombrero. Al unísono, y sincronizadas con los golpes musicales expanden brazos y piernas. Es un ritmo machacón que finaliza en una explosión del vestuario por lo aires, como si de una liberación se tratase. Tal sensación va más allá de la mera fisicidad, pues comenzará la liberación del cuerpo en un baile que pide la improvisación. La transición mediante un paso a dos, vuelve a reunir a todos los bailarines, de nuevo uniformados que agredirán con las miradas al público, y entresacará a algunos de los espectadores para que, en pareja con los bailarines den rienda suelta a su cuerpo ritmado por las diversas músicas que se sucederán. No es un recurso nuevo, pues a él ya han recurrido otros espectáculos, pero siempre divierte al público. La improvisación es la temática de esta coreografía y el perder miedo al ridículo, así como descubrir las posibilidades rítmicas del cuerpo humano.
La virtud es que tal improvisación se alterna con otras líneas más ordenadas y armónicas de los bailarines, que cobran mayor protagonismo, en algunos momentos.
El público acompañó con palmas rítmicas a bailarines y espectadores danzantes. Palmas de tango y palmas de todos los estilos. Era agradable ver cómo el Teatro de la Zarzuela se había llenado de espontaneidad.
La oferta de Ven a bailar con nosotros, es la consecuencia de este Minus 16. Un taller abierto a quien lo desee en la Sede de la Compañía Nacional de Danza.
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FOTO:CND |
Título: Ven a bailar con nosotros
Título: Sub Coreografía: Itzik Galili Música: Michael Gordon (Weather One) Diseño de luces: Yaron Abulafia Figurines: Natasja Lansen Puesta en escena: Leonardo Centi. Intérpretes: CND Estreno mundial: 26 de marzo de 2009, Theater Bellevue Amsterdam Estreno en Madrid: Teatro de la Zarzuela, 16 - XI - 2013
Título: Fallin Angels Coreografía y Escenografía: Jiří Kylián Música: Steve Reich Dumming /Part 1 Diseño de luces: Joop Caboort Figurines: Joke Viser Luces/adaptación: Erik van Houtem Asistente al Coreógrafo: Roslyn Andersson Intérpretes: CND Estreno mundial: 23 de noviembre de 1989, Nederlandas Dans Theater AT&AT Danstheater de La Haya Estreno en Madrid: Teatro Real, 25 - V - 2004 Reestreno en Madrid: Teatro de la Zarzuela, 16 - XI - 2013
Título: Minus 16 Coreografía: Ohad Naharin Música: Varios artistas Diseño de luces: Avi Yona Bueno (Bambi) Figurines: Ohad Naharin Puesta en escena: Shani Garfinkel y Shahar Biniamini Intérpretes: CND Estreno mundial: 1999, Batseba Dance Company, Lucent Dance Theater de La Haya Estreno en Madrid: Teatro de la Zarzuela, 16 - XI - 2013
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