MACBETH
de
GIUSEPPE VERDI
ESPEJO DE NUESTRA CORRUPCIÓN
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DIMITRIS TILIAKOS
FOTO: JAVIER DEL REAL |
Un Macbeth de 2008 nacido para la Ópera de Novosibirsk y retomado en 2009 para la Ópera de París, llega este 2012 a Madrid. Es una producción un tanto insólita, en cuanto que se despega del Macbeth verdiano en lo que respecta a la puesta en escena-
Tradicionalmente el Macbeth de Shakespeare se ha traducido como ambición de poder y consecuente traición que lleva al crimen, de donde se deriva el sentido de culpa, expresado llamativamente en el insomnio de Lady Macbeth y la ansiedad por lavar sus manos. Tal ascenso al poder viene anunciado por las Brujas al inicio, a través de sortilegios, así como el fatal destino y la profecía de la muerte del propio Macbeth. El libreto verdiano sigue este esquema fundamental, incluidas las brujas.
Dmitri Tcherniakov es elresponsable de esta puesta en escena operística, quien reinterpreta el libreto de Francesco Maria Piave y Andrea Maffei, trayéndola a la actualidad y vistiéndola acorde con nuestra época tanto a nivel de figurines como de entidades humanas. El reino de Macbeth es ahora una imaginaria ciudad de provincias - puede ser cualquiera del mundo - de estilizadas casas monocordes con ventanas vigilantes, que sugieren un campo de concentración limitado por barracones o una proletaria ciudad industrial. Este tema de las ventanas - los ojos espías y "voyeurísticos" de los ciudadanos - se traslada al espectador. Un planeo aéreo - un acertado y vistoso video a partir de Google Earth - nos acerca a la casa de Macbeth, hasta situarnos ante un ventanal que encajará en la ventana - un marco - sobre el telón y, a partir de entonces observaremos, también "voyeurísticamente", todo lo que suceda en el interior de la casa de Macbeth. Se convierte en una "Ventana Indiscreta" como la de la película de Hitchcok. Como allí, también, asistimos a la vida familiar y a un crimen. La tal ventana nos obliga a contemplar a los personajes desde las rodillas hacia arriba, lo que en cine se denomina Plano Americano o Plano Tres Cuartos.
Tal trasposición a la actualidad en vestuario y escenografía no es sólo un recurso externo gratuito, afecta al propio contenido acercándolo a nuestra época, descreída en eso de las brujas y vaticinios, aunque hayan proliferado los Tarots y adivinos. Este descreimiento le plantea a Dmitri Tcherniakov cómo tratar las brujas e insertarlas en nuestro mundo más materialista. Sin hacerlas desaparecer de la partitura, las convierte en los ciudadanos del pueblo y en los amigos de Macbeth. Ellos irán pautando su destino y el de su familia. En un fugaz prólogo todo el pueblo aúpa y celebra la vuelta de Macbeth como triunfador. Lo llevarán al poder y al final lo destruirán. Ese pueblo eligirá al sucesor, cuyos acordes verdianos llevan a un movimiento repetitivo del puño alto por parte de los ciudadanos hacia un mundo más justo.
Este tratamiento matiza la culpabilidad de Macbeth o, al menos, intenta comprender el comportamiento del magante sin olvidar su ambición de poder y corrupción, pero tales delitos no proceden exclusivamente del interior del hombre, sino que, de alguna manera, el entorno humano le lleva a ello. Los conciudadanos - o el grupo que le jalea - son los que le llevan al poder y ellos mismo lo hunden.
Al traer la ópera verdiana a la época actual nos da oportunidad para reconocer lo que en la versión tradicional queda alejada en el tiempo, y, por tanto, aquella fábula parece no afectarnos. Hoy que asistimos atónitos a tanto poder y corrupción en los ámbitos políticos y financieros, la puesta en escena de Dmitri Tcherniakov nos sirve de espejo que refleja una triste realidad humana, en el que la ambición vuelve a ser el motor y no se detiene ante nada y ante nadie con tal de conseguir el dominio y la manipulación. A ello se añade ese matiz de disminuir la responsabilidad del poderoso, ya que, en buena parte, también ésta recae sobre el grupo al elegir sin mucha responsabilidad o encandilado por utópicas promesas. Lamentablemente asistimos en el mundo a elecciones de candidatos con un pasado vidrioso. Por todo esto, la mayor virtud de esta puesta en escena es la reflexión sobre nuestro mundo actual.
En principio, la concepción del espacio escénico es aceptable y funciona. Las escenas de la masa - el coro - deambulando continuamente por la plaza, es lo más sugerente. Proporciona movilidad al coro, evitando el estatismo y lo convierte en individualidades. Se crean buenas líneas expresivas de cada momento.
La visión del interior de la casa de Macbeth a través de la ventana, llega a producir cierta monotonía escénica que unas veces funciona mejor que otras. Las escenas de prestidigitación por parte de Lay Macbeth para entretener a sus invitados son un acierto y llena de acción la parte musical. En cambio otras escenas pierden cierto dramatismo y de las que más sufren es la de la culpabilidad de Lady Macbeth. Nos queda alejada y debido a un diseño de luz demasiado luminoso, pierde dramatismo e intimidad. Por el contrario la muerte final de Macbeth con esa mano ensangrentad en alto, que será el único testigo al desplomarse su cuerpo y desaparecer bajo la ventana posee un gran pode evocador, así como simbólico.
Musicalmente la partitura de Macbeth posee un gran poder narrativo y descriptivo. A estas alturas, no es esto una novedad, pero sí el comprobar, con sorpresa, que aunque no tuviera texto es lo suficientemente expresiva de los ambientes y las emociones.
Teodor Currentzis, director musical ya familiarizado con el Teatro Real (CLIKEAR), empatiza con la orquesta del Real que muestra su buen nivel. Es una dirección fogosa y animosa, exaltando los momentos dramáticos. Resulta brillante y seguro. Vuelve a llamar la atención, la interpretación del coro Intermezzo, hasta casi convertirse en, casi, protagonista musical de la obra.
Dimitris Tiliakos es barítono que maneja bien el papel y aborda con precisión las dificultades vocales, aunque en algún momento pareció vacilar en la limpieza brillante de la voz, posiblemente por la afección viral de ese día - el 14 de diciembre de 2012 -, según se anunció previamente. A valorar su capacidad interpretativa. Violeta Urmana, familiar en el Teatro Real, es mezzosoprano de brillante timbre y actriz convincente. Visualmente el dramatismo de su sentido de culpa, queda desvaído por la puesta en escena, lo que no es óbice para mantener un desgarro dramático el cual tiene que luchar con la falta de dramatismo escénico y de vestuario. Es de los momentos en los que la partitura de Verdi no encuentra su traducción escénica. El bajo Dmitry Ulyanov, en el papel de Banco y ya habitual en el Teatro Real, cumple más que satisfactoriamente y su voz es potente y segura. El papel de Macduff lo interpreta el tenor italiano Stefano Secco. Los aplausos del final reconocieron al unísono su calidad vocal, que sobresale en el aria "Ah, la paterna mano/ non vi fu scudo, o cari...", una interpretación muy buena. En general el aspecto vocal no defrauda y encuentra su equilibrio musical sonoro con la orquesta.
La puesta en escena de Dmitri Tcherniakov, parece no convencer a todos. En la representación a la que acudí no hubo abucheos, como relatan los cronistas del día del estreno. No obstante, bastantes del público en cuanto la orquesta puso punto final, y el medio oscuro de la sala se impuso se levantaron sin regalar sus aplausos. Es posible que debido a la duración de las tres horas, tuvieran prisa.
El Macbeth de Sakespeare-Verdi-Tcherniakov - Currentizis, posee la virtud de acercar la temática shakesperiana a los tiempos actuales, que reproducen aquellos negros y tétricos ancestros. Tcherniakov ha sabido ponernos ante un espejo que refleja nuestra triste realidad, así como llenar la ópera verdiana de una continua acción como si de una obra de teatro al uso se tratara, explotando la capacidad interpretativa de los cantantes, incluido el coro. Esta puesta en escena, posee sus luces y sombras y no siempre resulta acertada, pero el núcleo fundamental es muy válido.
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DIMITRIS TILIAKOS / VIOLETA URMANA
FOTO: JAVIER DEL REAL |
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FOTO: JAVIER DEL REAL |
Título: Macbeth
Música: Giuseppe Verdi (1813-1901) Ópera en cuatro actos
Libreto: Francesco Maria Piave y Andrea Maffei, basado en la tragedia homónima de William Shakespeare
Producción: Ópera de Novosibirsk y la Ópera National de París
Cofigurinista: Elena Zaytseva
Iuminador: Gleb Filshtinsky
Asistentes del director musical: Andrey Danilov, Vicente Alberola .
Asistentes del director de escena: Thorsten Calle, Marcelo Buscaino
Maestros repetidores: Riccardo Bini, Mack Sawyer
Intérpretes: Dimitris Tiliakos (barítono) (Macbeth), Dmitry Ulyanov (bajo)(Banco), Violeta Urmana (soprano) (Lady Macbeth), Marifé Nogales (mezzosoprano) (Ama de Lady Macbeth), Stefano Secco (tenor) (Macduff), Alfredo Nigro (tenor), Yuri Kissin (bajo) (Malcolm Un médico /Un sirviente/Primera aparición María Dolores ColI* (mezzosoprano) (Segunda aparición), Celia Martos Nieto**(soprano) (Tercera aparición), Raffaele Pisani* (bajo) (Un sicario), Juan Manuel Cifuentes (personaje mudo) (Duncan), David Moreno (personaje mudo) Fleanzio, hijo de Banco )
*Miembro del Coro Titular del Teatro Real
** Miembro del coro Pequeños Cantores de la JORCAM
Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real: (Coro Intermezzo y Orquesta Sinfónica de Madrid)
Figuración:Bladimir Aguilar, Alexander Amaral, Fran Antón, Beatriz Bergamín, Carmelo Blanco, José Borrego, María Briones, Edgar Calot, Silvia Casanova, Paco Celdrán, Carmen Cervera, Sixto Cid, Judith Ann C1ericuzio, Nacho Combarros, Carole Devise, Rafael de Diego, Helena Dueñas, Agustín Flores Cabero, Antonio Galera, César García, Norberto Di Giorno, Joseba Gómez, Ana Rosa González Gómez, Ángela Herranz Rojo, Jack Jamison, Pedro Jerez, Arturo Kataploff, David Macías, Víctor Montesinos, Xavi Montesinos, Carmen Mayordomo, Elisa Morris, Alejandro Navamuel, José Luis Oliván, Javier Páez, Victoria Paniagua, Angelo Pantaleoni, Sara Pastor, Carlos Patiño, Mirian Penela, Eduardo Prieto, Pepe Rey, Herminia Tejela
Director del coro: Andrés Máspero
Director musical: Teodor Currentzis
Director de escena, escenógrafo y figurinista: Dmitri Tcherniakov
Niños: Enrico Barbaro, María Eugenia Barón, Daniela Ceñera, Marina Cordero, Alan David Knowles, Ashleigh Josephine Knowles, Irene Lebrun, Kaori López, Juan Enrique Martínez, Jesús Mellado, Mario Pinela, Nicolás del Real, Isabel Saavedra
Edición musical: Macbeth, de Giuseppe Verdi, Libreto de Francesco Maria Piave y Andrea Maffei Casa Ricordi Srl (Milán)
Duración aproximada: Primera parte (actos primero y segundo): 1 hora y 30 mino Pausa de 25 mino; Segunda parte (actos tercero y cuarto): 1 hora y 5 mino
Estreno en Madrid: Teatro Real, 2 - XI -2012
FOTO:
BOGUSŁAW TRZECIAK |
Teatro Real
Director: Gerard Mortier
Plaza de oriente s/n
28013 – Madrid
Tf. 91 516 06 60
Metro: Ópera, líneas 2 y 5
Ramal Ópera-Príncipe Pío
Sol, líneas 1, 2 y 3
Autobuses: Líneas 3, 25 y 39
Parking: Plaza de Oriente
Cuesta y Plaza de Santo Domingo
Plaza mayor
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