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RESEÑA, 1987
NUM. 179, PAG.32 - 33 |
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WELCOME, MR. O'NEILL
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Eugene O'NEILL, Largo viaje hacia la noche, Edición de Ana Antón-Pacheco, Cátedra, Letras Universales, n." 51, Madrid 1986,220 pags.
Eugene O'NEILL, El gran dios Brown, Extraño interludio, Traducciones de León Mirlas, prólogo de Jorge Luis Borges, Orbis Biblioteca Personal de Jorge Luis Borges, n." 37. Madrid 1987.290 pags.
Eugene O'NEILL, A Electra le sienta el luto, traducción de León Mirlas, Orbis Biblioteca Personal de Jorge Luis Borges. n." 38. Madrid 1987. 190 pags.
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EUGENE O'NEILL |
La reseña de estos tres libros puede parecer extraña. O'Neill es un valor indiscutible, un clásico, uno de los tres o cuatro grandes dramaturgos del siglo XX, que además obtuvo el premio Nobel en 1936. ¿Dónde está la novedad?
La novedad radica en que es la primera vez que se publican en España obras de O'Neill en volúmenes sueltos. Además, dos de ellos aparecen en una colección que se distribuye masivamente en kioscos, pero que no frecuenta en modo alguno las librerías, ni siquiera las especializadas.
En efecto, las obras de O'Neill fueron traducidas, creo que en su totalidad, por León Mirlas para la argentina Editorial Sudamericana. Era la época en que toda iniciativa y creación cultural en lengua española era ajena a nuestro país. Recordemos las prohibiciones, la censura, la hostilidad. Recordemos las sabrosas trastiendas de algunas librerías donde se amontonaba mercancía mexicana, venezolana y, sobre todo, argentina. La editorial Aguilar publicó diez de las traducciones de Mirlas en la llamada "Biblioteca de Premios Nobel". Cabe suponer que, de haber errado una vez más los suecos, no se habría publicado ese libro. La selección no fue rigurosa: ignoró lo mejor del período de madurez de O'Neill (Extraño interludio, Electra, Largo viaje hacia la noche (CLIKEAR) (CLIKEAR), The iceman cometh, Una luna para el bastardo ... ) (CLIKEAR)(CLIKEAR), algunas de sus piezas anteriores más importantes (El emperador Jones, El mono velludo, Todos los hijos de Dios tienen alas ... ) y toda la producción juvenil. Consiguió al menos una muestra significativa de la producción del dramaturgo en los años veinte, y sólo se introdujo en los treinta para seleccionar una de sus piezas más discutibles, Días sin fin. Las obras, además del dudoso cierre con esta última, eran las siguientes: Mas allá del horizonte, Oro, Distinto, Anna Christie, El primer hombre, Íntimamente unidos (Welded), Deseo bajo los olmos, Los millones de Marco Polo y El gran dios Brown. Es decir, había algunas obras muy importantes. Pero este volumen se encuentra agotado hace mucho tiempo. Ahora que el fondo de Aguilar ha pasado a otras manos, después de una larguísima crisis que apartó del mercado las integrales de Calderón, Shakespeare a Goethe, entre otros, cabe suponer que el volumen será reeditado. Soabre todo teniendo en cuenta que 1988 será el año del centenario del nacimiento de O'Neill (1).
No creo equivocarme demasiado si sospecho que la traducción, obra de Ana Antón-Pacheco, de Long day's journey into night es la primera versión castellana que se hace de O'Neill por alguien que no sea León Mirlas, y que es el primer volumen suelto de este autor que ha aparecido en España. El honor de ser el segundo y el tercero le correspondería, pues, a los números 37 y 38 de la colecci6n "Biblioteca Personal de Jorge Luis Borges", no distribuida en librerías. Sigue siendo la traducci6n de Mirlas y se trata de una colección variopinta y hermosa, al parecer seleccionada por Borges (que, no lo olvidemos, también era argentino). Aparte de El gran dios Brown, incluida en el volumen de Aguilar, las otras son novedad absoluta en España. Además, son de lo más grande que escribió nunca O'Neill.
Largo viaje hacia la noche es la más autobiográfica de las obras de O'Neill. Felizmente, Carlota Monterrey, esposa del dramaturgo, no respetó la voluntad de éste, que pretendía posponer la publicación de la pieza hasta veinticinco años después de su muerte. Esto nos hubiera situado en 1978, es decir, sería una obra recién descubierta hoy, que no habría iluminado tanto como lo ha hecho sobre el resto de la producción de O'Neill... y además no existiría esa maravillosa película de 1961, dirigida por Sidney Lumet (con música de Previn) y protagonizada por Katharine Hepburn, Ralph Rjchardson, Jason Robards y Dean Stockwell. La edición de Antón-Pacheco es interesante y muy de agradecer, al margen de que su castellano sea poco exigente en general. Incluye una breve e ilustrativa introducción a la obra de O'Neill, además de información bibliográfica.
No es posible en esta reseña el análisis de piezas tan complejas y ricas como Viaje ... o como las otras tres. El gran dios Brown (1925) es una espléndida reflexión sobre dos aspectos difícilmente conciliables del hombre moderno que utiliza elementos del expresionismo alemán can rabiosa originalidad, y que es siempre teatro ciento por ciento. Tan original como ella seria Días sin fin (1933), pero aquí no supo el dramaturgo evitar la manipulación de sus criaturas ni alcanzó a escapar del ridículo. Es decir, en una ocasi6n (Brown) el expresionismo, siempre peligroso, fue fértil, pero no lo fue en la otra. En cualquier caso no son las únicas obras del escritor con elementos expresionistas.
Extraño interludio (1927) es una obra amplísima, que requeriría unas cinco horas de representación, donde el aparte es llevado al ennoblecimiento y se constituye en elemento dramático esencial, no lejano, pero no equiparable, al "monólogo interior" (no olvidemos que Ulises fue publicada en 1922). Es, además, una tragedia moderna donde la protagonista expía su exceso en una paz final aparente, una catarsis plácida donde la desdicha no se manifiesta en pathos, sino en lánguida derrota, no por ello menos inexorable. Aunque concluida su redacci6n en 1927, la peripecia se desarrolla entre el final de la primera gran guerra y unos veinticinco arias después. Sin saberlo, O'Neill situó el final de su pieza en media de otra gran guerra, aun más sanguinaria, definitivamente destructora de un mundo digno en muchos sentidos de añoranza. Carecía de cualquier tentación futurista: simplemente, no le arredró el futuro para hablar, como siempre, del destino de unos seres humanos.
Mourning becomes Electra (CLIKEAR), en fin, es acaso la tragedia mas grande escrita en nuestro siglo. O'Neill necesitó situarla en el pasado, como Deseo bajo los olmos, y propuso la acción al concluir la guerra civil (1865). Electra es tres obras en una sola, que sería bello presencial en tres días consecutivos, en un mismo teatro. Toma el mito de la Orestíada, otra trilogía. Como siempre en O'Neill, la tragedia se desencadena en una familia. El psicoanálisis, que tanto debe a la tragedia ática, aporta elementos decisivos para caracterizar acción y personajes. A mediados de los sesenta se puso una versión mutiladísima de Electra en el María Guerrero de Madrid. El próximo año, por el centenario, podría tal vez abordarse en su integridad esta obra maravillosa. aunque sería preciso, al menos, otro escenario ... a no ser que, una vez más, se decida hacer teatro expulsando al público de las butacas. Para entonces, por nuestra parte, tal vez tengamos fuerzas para desarrollar alguno de los aspectos de O'Neill aquí apuntados.
(1) A esta precariedad bibliográfica hay que añadir la absoluta ausencia de monografías sobre O'Neill en España. Solo se pueden encontrar las incluidas en manuales (destaquemos la ambiciosa obra de Guerrero Zamora sobre el teatro de nuestro tiempo, que incluye lógicamente a nuestro dramaturgo). Las monografías de Falk y Carpenter fueron traducidas y publicadas en Argentina, la primera de ellas con asombrosa puntualidad (en 1959. un año después de su publicación en Estados Unidos). También fue en Argentina donde apareció el libro de Leon Mirlas O'Neill y el teatro contemporáneo, cuya primera edición (ignoro si hay otras) es anterior en tres años a la muerte del dramaturgo. Tal vez sería interesante volver a publicarlas, o plantearse la traducción de los estudios de John H. Raleigh, Horst Frenz o John Gasnner, que Ana Antón-Pacheco relaciona. entre otros muchos, en su apéndice bibliográfico previa a la traducción aquí reseñada de Viaje.
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