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RESEÑA 1994
NUM 255, PAG 4 |
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HUGHIE
NUEVO ESPACIO ESCÉNICO
Bagelus inauguraba una nueva sala de tipo alternativo, para ello escogía un texto de O’Neill con pocos personajes. Atores de una ciudad de Provincias, era el nombre del colectivo.
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EUGENE O'NEILL |
Bagelus ha puesto en funcionamiento, aunque de forma irregular, un nuevo espacio teatral. Se trata de un espacio de dimensiones más que modestas, en especial el que se destina a escenario y que habrá de mejorar muchos aspectos si pretende convertirse en un ámbito que permita unos mínimos de calidad escénica. Por ejemplo, habrá de arbitrarse alguna medida que aísle un poco al espectador durante las representaciones teatrales: ruidos, televisión, paso de personas, etc., son demasiados elementos distractores como para proseguir atentamente la función.
Teniendo en cuenta tal vez estas limitaciones, se ha escogido un texto de pocos personajes - son solo los actores, que están permanentemente en escena - y de duración reducida a una hora escasa-, decisiones que parecen prudentes, dadas las circunstancias en las que se puede trabajar.
Hughie es una sugerente pieza corta de O'Neill en la que, como es frecuente en el teatro americano, ahonda en el sentido de la existencia de unos personajes que se caracterizan por su soledad, por sus problemas de comunicación y par las carencias afectivas y vitales de su corazón, que esconden bajo una máscara de aparente dureza y seguridad en sí mismos. Tres personajes, dos presentes y un ausente, precisamente el que da nombre a la obra, muestran a los ojos del espectador la necesidad patética que tienen unos de otros hasta llegar a un desenlace esperado y efectista a vez que cierra el círculo que había queedado rota tras la muerte del personaje ausente.
Pese a que la pieza se presenta como dialogo, esta es prácticamente monólogo en el que el asiduo huésped del hotel rememora su amistad con Hughie, el recepcionista precisamente al que ha sustituido en su puesto. Todo ello se enmarca en una estética hiperrealista representada por la recepción del sórdido hotel neoyorkino en el que trascurre la acción, que preludia ya ese realismo sucio que ha sido y es nota característica de tanta literatura y de tanto cine y teatro americanos.
Un texto de estas características y en un lugar como la sala de BageLus cuenta con los actores casi como único recurso. La Companía Actores de una Ciudad de Provincias han realizado un esfuerzo notable para sacar adelante un texto duro y sin demasiadas apoyaturas. Su interpretación es vigorosa y convincente, aunque se abusa con frecuencia de los mismos recursos y casi siempre se da un sentido demasiado evidente y tal vez plano a los personajes, que requeriría una mayor profundidad en su concepción.
La dirección ha mostrado una cierta desconfianza en el texto. Pensando, quizás en que podría llegar a aburrir ha introducido algunos breves cortes mediante el uso de la luz y de la música que, por su arbitrariedad, obtienen exactamente el sentido contrario: alargan y ralentizan innecesariamente la función. Por último, se echa de menos un cierto grade de imaginaci6n a la hora de resolver la situación de un espacio escénico que puede ayudar más a la interpretación de los actores.
Título: Hughie.
Autor: Eugene O'Neill.
Producción, dirección e interpretación: Actores de una Ciudad de Provincias.
Estreno en Madrid: Sala Bagelus, 2-IX-94.
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