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RESEÑA 1994
NUM. 247 pp. 16 |
LA LOBA
LA MALDAD DE UNA MUJER
En 1993 dirigida por Alberto González Vergel, llegaba al Teatro Marquina La Loba, interpretada por Marisa de Leza. Anteriormente sólo conocíamos la película de Bette Davis
Aunque en la mente de los espectadores estaba la película, ello no impidió que elmontaje fuese más que correcto.
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LILLIAM HELMAN |
Los viejos teatros privados se resisten a desaparecer, pero apenas luchan para atraer a un público nuevo. Tratan de conservar el que tenían utilizando alguno de los reclamos de siempre. Por encima de todos, el de poner a actores carismáticos a la cabeza de los repartos. Luego, se procura que el vestuario sea vistoso y la escenografía suntuosa. Por ejemplo, recreando salones amplios, a ser posible con escalera que lleve a las habitaciones de arriba. Como ya no se estila aquello de representar a los autores de la casa, se buscan textos que permitan el lucimiento de los protagonistas. A veces sucede que, además, la obra elegida tiene interés. Tal es el caso de esta que ahora se representa en el Marquina.
La loba - The litte foxes es el título original - fue escrita por la norteamericana Lillian Hellman, mujer con ideas progresistas - visitó España durante nuestra Guerra Civil y fue perseguida por el Comité de Actividades Antiamericanas heredado por el senador McCarthy ya la que puede considerarse, en cierto modo, pionera de ese teatro acusador y de tenso dramatismo cuyo máximo representante fue el también sureño Tennessee Williams. Estrenada en 1939, su argumento gira, empleando palabras de la propia autora, en torno a la conversión, en los albores del siglo, de la clase media del sur de los Estados Unidos en clase alta. Un proceso que sólo puede culminarse mediante la práctica de métodos malvados que muestran el rostro de una sociedad sin moral. Para prosperar, los Hubbard, la familia protagonista, no duda en emparentar con la aristocracia local atendiendo mas a los beneficios sociales y económicos que puede obtener que a los sentimientos, ni en plantear sus negocios sobre la base de la explotación de unas gentes que, apenas liberadas de la esclavitud, aceptan salarios de miseria y desconocen la palabra huelga. La ambición ciega que impulsa a los Hubbard a convertirse en dueños absolutos de su mundo es una bomba a de relojería que estalla en el momento preciso en que el objetivo pretendido está al alcance de la mano.
La autora planteó este conflicto social y familiar a través de Regina, un personaje codicioso, vengativo y sin escrúpulos que es una tentación para cualquier actriz dotada de talento y con una personalidad fuerte. Bette Davis lo interpretó en cine bajo la direcci6n de William Wyler y obtuvo un éxito memorable. Ahora lo persigue, entre nosotros, Marisa de Leza. Su trabajo está a la altura de lo que se espera de tan excelente actriz. No defrauda a quienes acuden únicamente para verla actuar. Sin embargo, hay que decir que su versión del personaje se aleja del que creara Lillian Hellman, y esto lo percibe bien quien está tan atento al crudo argumento de la pieza como al quehacer de los actores. La maldad de esta mujer que asiste impasible a la muerte de su esposo, que se enfrenta a sus sórdidos y corruptos hermanos y que finalmente recibe el desprecio de su propia hija, aparece envuelta por una aureola de elegancia y hasta de cierta dignidad que la hace menos repulsiva a los ojos del espectador de lo que realmente es e incluso, y ese es el mayor reproche, llega a parecer, en ocasiones, atractiva.
El trabajo de dirección de González Vergel es más que correcto. Mueve bien a los actores alrededor de la protagonista. No intenta borrar algunos de los tics, no siempre oportunos, que habitualmente adquieren los personajes interpretados por Luis Prendes, pero saca el máximo provecho de un Ángel de Andrés poco acostumbrado a representar papeles dramáticos y del resto de los actores. Todos podrían ser citados en pie de igualdad, pero tal vez quepa destacar a Julia Martínez, atormentada y enternecedora, y a Luisa Armenteros por las buenas condiciones que apunta en el papel de la joven y rebelde Alejandra.
Titulo: La loba.
Autora: Lillian Hellman.
Traducción: Julio Kaufmann.
Escenografía y figurines: José Miguel Ligero.
Iluminación: Alberrto Gonzalez Vergel y Jose Carlos Ruiz.
Intérpretes: Lourdes García, Alfonso Nsue, Julia Martínez, José Albiach, Víctor Manuel Dogar, Marisa de Leza, Eduardo Mac Gregor, Ángel de Andrés, Luisa Armenteros y Luis Prendes.
Dirección: Alberto González Vergel.
Estreno en Madrid: Teatro Marquina, 28 - IX - 93.
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TEATRO MARQUINA
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