IOLANTA/ PERSÉPHONE
CANTO A LA LUZ
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IOLANTA |
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PERSÉPHONE
FOTOS: JAVIER DEL REAL |
Iolanta y Perséphone son dos óperas distantes en el tiempo de composición. A ambas les une el que los dos compositores son rusos: Thczaikowsky y Strawinsky respectivamente. Otra de las conexiones es que Strawinsky sentía "adoración" - "fan" diríamos hoy - por Thczaikowsky, hasta el punto de sentirse influido por las tardías composiciones de él, así como su esfuerzo de investigación para resucitar la partitura de La Bella Durmiente, cuando Diaghilev ( los Ballets rusos) se la pidió. Tal empeño por resucitarla no era extraño, puesto que Strawinsky tenía un feliz recuerdo cuando a sus ocho años le llevaron a ver el ballet de La Bella durmiente. "Me encantó el ballet, de la representación sólo recuerdo de la impresión que me causó la música".
De todas formas, todas estas consideraciones no serían suficiente excusa para unir ambas óperas en un solo espectáculo. Como tampoco lo sería la necesidad de rellenar una velada operística convencional. Iolanta dura una hora y media, y Perséphone cincuenta y cinco minutos. Parece ser que, en su día, Gerard Mortier al concebir tal conjunción - sin olvidar lo apuntado antes -, encontraba el maridaje de ambas composiciones operísticas en el contenido, cuyo tema es la "luz". Tema que se encuentra en la literatura universal, tanto profana como religiosa. Al Evangelio de Juan se le ha llamado el Evangelio de la Luz: "yo soy la Luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida"
Iolanta es una metáfora sobre la luz, y Perséphone sobre la luz, llamémosle, intermitente, ya que en el mito griego la bina Perséphone y su madre Deméter, representan el ciclo vital de la vida: la oscuridad (el yermo invierno), y la luz (la floreciente primavera). Iolanta y Perséphone recorren un itinerario inverso. Iolanta vive en la oscuridad (es ciega). Perséphone vive en la luz. La primera descubre la luz. La segunda la oscuridad con su bajada a los infiernos. Al unir ambos mitos se crea una narración unitaria que es un camino de ida y vuelta: de la oscuridad a la luz y de la luz a la oscuridad.
Esta unión de contenido se manifiesta escénicamente con una unidad de espacio escénico, de puesta en escena, y de vestuario en ambas representaciones. Todos estos ingredientes llevan a un "continuum" narrativo. Un acierto por la intuición de Mortier y por la limpia puesta en escena de Peter Sellars.
Otro de los valores que une este acierto de programa es la excelencia del texto. Iolanta canta un texto de Modest Thczaikowsky (hermano del compositor), y Perséphone un poema de André Gide. Tanto uno como otro rezuman poesía e inspiración. Por ello que - Iolanta es en ruso y Perséphone en francés - la intelección del texto es importante no sólo para la comprensión de la historia, sino a nivel poético de ciertos pasajes. De todos modos, las bellas partituras de ambas reflejan tales emociones, por su poder evocador.
Iolanta podría ser una novela de caballerías y está basada en La Hija del Rey René del danés Henrik Hertz. Rey, princesa y enamorado. Iolanta, hija del Rey, es ciega. La diferencia de Iolanta con el mundo de los invidentes, es que ella no sabe que es uno de ellos, porque en su reino se ha prohibido afirmarlo. Iolanta ha crecido pensando que el mundo es sonoro, táctil y olfativo. No echa de menos el mundo de la luz, porque no conoce sus excelencias. Sólo un caballero enamorado, Vaudémont, la sacará de su engaño y un médico-mago, Ibn-Hakia, negro de etnia, la curará. El descubrimiento de la luz nacerá con temor al contemplar la tierra y se llenará de vida al contemplar el cielo, donde habita Dios:
Iolanta (levantando los ojos hacia el cielo) ¡Oh, qué maravilla! ¡ Cuanta luz! ¿Qué es? ¿Dios? ¿El espíritu divino?
Ibn-Hakia: La luz y el cielo.
Iolanta: ¡El cielo, el cielo, el cielo! ¿En el cielo vive Dios? ¡Estoy ante Dios! (Se arrodilla)
Modest Thczaikowky, en el libreto, ha ido pasando del concepto de la luz como fuente de vida, hacia un concepto religioso: la luz es Dios, siguiendo la tradición. Lo que llama la atención es la diferencia que Iolanta experimenta entre el mundo terrenal, iluminado por la luz, que le atemoriza, y la luz del cielo que le hace exclamar:¡Estoy ante Dios! Parece como si nos quisiera decir: sólo la luz del cielo puede disipar las tinieblas de un mundo terrenal amenazante.
Se ha querido ver en la ceguera de Iolanta que le aparta del mundo real, la identificación de ella con el propio Thczaikowsky como marginado por el mundo debido a su homosexualidad. Iolanta, al descubrir el mundo, se siente amenazada, como lo puede estar Thczaikowsky, amenazado por el mundo que le rodea. La superación de tal temor, si no viene del mundo, puede venir de Dios. En esa línea está otra interpretación más genérica: la frase de Juan (Jn 8,32) "La verdad os hará libres" En este contexto Iolanta es una alegoría sobre el principio de autoritarismo y por lo tanto el de cercenar la libertad. En este caso Verdad y Libertad van unidas.
Tales interpretaciones varias nos hablan de la riqueza de un libreto que, como toda obra de arte, va más allá de lo puramente denotativo.
Al libreto original de Iolanta se le ha añadido el Himno de los querubines de la Liturgia de San Juan Crisóstomo, op 41. Se trata de música sacra que Thczaikowsky compuso, entre otros himnos, frente a la música sacra oficial del rito ortodoxo, que él consideraba aburrida. Sigue la línea de la música bizantina, llamada, también saltérica. Este añadido final viene justificado por el último verso de Iolanta: ¡Estoy ante Dios! El Himno despliega toda un alabanza a Dios en su Trinidad. A nivel de contenido lleva a concretar el concepto de un Dios en la tradición cristiana, mientras que en la ópera nos quedamos con el concepto más genérico de Dios. Con este añadido, que algún espectador ha calificado de Pastiche, si nos olvidamos del texto, musicalmente queda como un sacro colofón sublime del concepto de la luz que ilumina y da la vida. Iolanta queda transformada en una ópera sacra. Y este momento resulta impactante tanto por parte de los solistas como del coro y orquesta, creando un silencio de recogimiento en los espectadores. Los aplausos al desbordaron en el Real, aunque me pareció oír algún pateo. Era el 29 de Enero de 2012.
Perséphone, a nivel operístico se aparta de lo convencional. Si Iolanta cuenta con arias, dúos y coros, Perséphone cuenta con un solo tenor, Paul Groves, una rapsoda, Dominique Blanc, y una abundante participación de los coros. Quiere decir que canoramente los coros son los protagonistas, así como una presencia especial de la orquesta. Esta peculiar composición de Strawinski, presenta dificultades a nivel escénico, puesto que la acción es mínima y la alternancia del monólogo cantado de Eumolpe, el recitado de Perséphone y la explosión coral lo acercan más a una forma de concierto.
Peter Sellars, una vez que se ha decidido ofrecer esta doble programación, ha optado por una inteligente solución escénica. El estatismo de Perséphone podía chocar con la posible acción de Iolanta. Para no romper el unitario contenido que se ha visto en las dos, ha creado un mismo espacio escénico y un tratamiento muy similar. Cuatro marcos de puertas de distinto tamaño y grupos escultóricos sobre sus dinteles. Las puertas evocan la escenografía de las tragedias griegas y los grupos escultóricos, de amplio significado, parecen hablarnos de lo ancestral, de lo mítico y lo eterno: de los albores de la vida. Este conjunto arquitectónico minimalista se recorta sobre diversos cicloramas, que suben y bajan, con manchas de diversos colores, que la iluminación potencia, En otros momentos la iluminación de dichos cicloramas es protagonista. Mediante estos colores y la iluminación, se pretende comunicar los diversos estados de ánimo, cuando el ser humano es invadido por la luz, tema central de la obra.
Sobriedad y minimalismo vienen bien a un texto y una partitura lindante con la meditación espiritual. Esta apreciación no a todo el público ha satisfecho.
Musicalmente la ópera de Thczaikowsky resulta más impactante que la de Strawinsky, al unirlas en un solo espectáculo. Si de Iolanta tenemos algunas arias sublimes y sobre todo el dúo de Iolanta y Vaudémont, en Perséphone los coros nos subyugan. Tanto el Himno de los Querubines como los coros de Perséphone son una prueba de fuego paro el Coro Intermezzo del Real. Salen más que airosos, así como el Coro de niños - algunos muy pequeños, algo admirable - de la JORCAM, que su directora Ana González ha preparado de modo admirable. El Coro Intermezzo , dirigido por Andrés Máspero, ha demostrado sensibilidad y una conjunción vocal de gran finura, que se pone de relieve en el mencionado Himno.
La gran mayoría de los solistas son rusos y , como conjunto, muestran una gran precisión vocal y unas tesituras claras y precisas, así como la transmisión de una emoción y sentimiento que sobresale en el dúo entre Iolanta (Veronika Dzioeva) y Vaudémont (el tenor Dmytro Popov). La interpretación de Veronika Dzhioeva - domingo 29 de enero de 2012 - es de una gran delicadeza y sensibilidad, yendo más allá de una técnica muy pura. En ese conjunto de solistas a cada cual más sobresaliente, destaca la profunda y contundente voz del bajo Dmitry Ulianov en el papel de El Rey René y la del jamaicano bajo-barítono Willard White como Ibn-Hakia, al cual pudimos ver en el Real la temporada pasada en la Ascensión y Caída de la ciudad de Mahagonny. Su salida al saludar, aumentó el entusiasmo de los aplausos.
En Perséphone la orquesta y los coros son protagonistas y, tal vez por ello, la partitura de Eumolpe al que encarna con eficacia el tenor estadounidense Paul Groves, queda en segundo plano. A la actriz francesa Dominique Blanc le ha correspondido el papel de Perséphone, que nos lo da con una recitación clara y limpia en el poema de André Gide. Este personaje se comparte con la bailarina camboyana Sam Sathya, en ese doble juego que ha concebido Peter Sellars de desdoblamiento del personaje. Ella y otros bailarines, mediante la danza de Camboya nos guían con sus movimientos rituales y lentos en el caminar de Perséphone. A nuestra cultura occidental tal baile se nos despega un tanto a nivel comunicativo o emocional, pero, sí, nos traslada a lo que anotaba al principio: la evocación de los ancestros y mitos universales.
El director de orquesta Teodor Currentzis ha dirigido con sensibilidad, brío en ciertos momentos y buen pulso la orquesta. Se palpaba el entusiasmo por los compositores, y consigue que en ningún momento decaiga la tensión emocional.
Esta velada operística tiene mucho de meditación espiritual y se aproxima al estilo del San Fancisco, visto la temporada pasada. Este acercarse de otro modo al mundo de la ópera no gusta a todos que ven demasiado estatismo en la puesta en escena. No obstante impresionaba el silencio sepulcral del público ante los coros que contrastó con la explosión de aplausos al final.
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FOTO: JAVIER DEL REAL |
Título: Iolanta (Opera lirica en un acto)
Libreto: Modest y Piotr Tchaikovski, basado en La hija del rey Rene de Henrik Hertz
Música: Piotr llich Chaikovski
Intérpretes: Dmitry Ulianov, (bajo) (Réne, rey de Provenza) - Alexej Markov (barítono) (enero 14, 16, 18,21,23, 24)/ Maxim Aniskin (barítono (enero 20, 26, 28, 29) (Robert, duque de Borgoña) - Pavel Cernoch (tenor) (enero 14, 16, 18, 21, 24, 26, 28) /Dmytro Popov (tenor) (enero 20, 23, 29) (Conde de Vaudémont, caballero borgoñés) - Willard White (barítono) (Ibn-Hakia, médico moro)- Vasily Efimov (tenor) (Alméric, escudero del Rey René) - Pavel Kudinov (bajo) (Bertrand, guardián del castillo) - Ekaterina Scherbachenko (soprano) (enero 14, 16, 18, 21, 24, 26, 28) /Veronika Dzhioeva (soprano) (enero 20,23,29) (Iolanta, hija del rey René) - Ekaterina Semenchuk (contralto) (Marta, nodrica de Iolanta) - Irina Churilova (soprano) (Birgitta, amiga de Iolanta) - Letitia Singleton (mezzosoprano) (Laura, amiga de Iolanta)
Idioma: Lengua rusa
Título: Perséphone (Melodrama en tres cuadros)
Libreto: Poema de André Gide
Música: Igor Stravinski
Intérpretes: Paul Groves (tenor)(Eumolpe) - Dominique Blanc (narradora) (Perséphone)
Bailarines: Sam Sathya (Persephone), Chumvan Sodhachivy (Demeter), Khon Chansithyka (Plutón), Nam Narim (Mercure, Demophon)
Amrita Performing Arts, Camboya
Idioma:Lengua francesa
Escenógrafo: George Tsypin
Figurinista: Martin Pakledinaz
Co-figurinista: Helene Siebrits
Iluminador : James F. Ingalls
Coreografía: en colaboración con los bailarines
Director del coro : Andrés Máspero
Asistentes del director musical: Vicente Alberola, Andrey Danilov
Asistentes del director de escena: Fred Frumberg, Marcelo Buscaino
Maestros repetidores: Arnaud Arbet, Riccardo Bini
Nueva Producción: Teatro Real en Coproducción con el Teatro Bolshoi de Moscú
Peter Sellars
Coro y Orquesta: Titulares del Teatro Real
Coro: Intermezzo
Orquesta: Sinfónica de Madrid
Director musical: Teodor Currentzis
Director de escena: Peter Sellars
Duración aproximada: Iolanta: 1 hora y 30 min. Pausa de 25 min. /Perséphone: 55 min.
Estreno en Madrid: Teatro Real, 14 - I -2012
Edición Musical:
Iolanta, op. 69 de Piotr lIich Tchaikovski
Libreto de Modest Chaikovski, basado en la La hija del rey Rene de Henrik Hertz
Imagem UK Group Services ltd.
Boosey & Hawkes (Londres)
Persephone de Igor Stravinski
Poema de Andre Gide
Imagem UK Group Services ltd. Boosey & Hawkes (Londres)
FOTO:
BOGUSŁAW TRZECIAK |
Teatro Real
Director: Gerard Mortier
Plaza de oriente s/n
28013 – Madrid
Tf. 91 516 06 60
Metro: Ópera, líneas 2 y 5
Ramal Ópera-Príncipe Pío
Sol, líneas 1, 2 y 3
Autobuses: Líneas 3, 25 y 39
Parking: Plaza de Oriente
Cuesta y Plaza de Santo Domingo
Plaza mayor
www.teatro-real.com |
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