CHIRIGÓTICAS: LA MALETA DE LOS NERVIOS
HUMOR AGRIDULCE Y CRÍTICA SOCIAL
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FOTO: AGUSTÍN HURTADO |
En 2008 la compañía Chirigóticas presentaba su primer espectáculo en el teatro Alfil. El trabajo llamó entonces la atención por su frescura, por su humor -incisivo, imaginativo e irreverente-, por la ternura y la impresión agridulce que dejaba en el espectador, y por la magnífica factura formal del espectáculo, austero pero irreprochable. Se advertía talento en las componentes de la compañía, así como en la sabia mano de Antonio Álamo y de los siempre perspicaces programadores del teatro Alfil.
El título de aquel espectáculo era el mismo que el que designa a la compañía: Chirigóticas. El equipo con el que comparecen ahora en los Teatros del Canal es también el que acometía la empresa anterior, con la excepción de Aránzazu Garrastázul, ausente en este último elenco. La maleta de los nervios ahonda en la línea estética que se iniciaba en Chirigóticas. No se oculta la influencia de las chirigotas del carnaval gaditano, con su aire inequívocamente popular, con su humor chispeante y desenfadado, que no rehúye lo obsceno, ni lo escatológico, ni lo irreverente. Un humor que gusta de la recurrencia, que apura las situaciones, que prefiere la búsqueda de los puntos de vista insólitos, y que práctica sin remilgos la crítica social.
Como entonces, el espectáculo se jalona de canciones que proporcionan un aire festivo al espectáculo, pero, si en Chirigóticas la estructura se apoyaba en una serie de escenas diferentes, aquí se busca una cierta unidad de acción, lo que no impide que el trabajo resulte deliberadamente fragmentario, se recurra a la elipsis y se aligeren los nexos entre los episodios que componen la historia de estas tres mujeres, vinculadas por una relación de parentesco y de vecindad en un barrio popular gaditano. El humor y la frescura siguen siendo semejantes a los del trabajo anterior, pero el contenido se ha adensado significativamente en esta entrega. Lo que entonces era un atisbo satírico, una insinuación de motivos acerca de los que el espectador debía de reflexionar, se convierte ahora en un discurso aceradamente crítico, sin renunciar al humor festivo. Las lacras sociales inherentes a la sociedad de la que emana la fiesta carnavalesca aparecen representadas sin veladuras ni tapujos. El maltrato, la droga, la falta de criterio en la educación de los niños, la ausencia de proyectos vitales, la pérdida de tiempo, las pequeñas mezquindades en las relaciones personales, las consecuencias de la depresión nerviosa, etc., son motivos que van surgiendo a lo largo de una comedia que no esconde sus aspectos dramáticos. Tampoco se obvian problemas como la pobreza o las actitudes que se adoptan ante la inmigración o el desempleo. La comicidad desaforada y chirriante atenúa el impacto emocional en muchos momentos, pero en otros se ha buscado, con acierto y limpieza, un inopinado corte con el desenfado y se ha colocado al espectador ante la crudeza de una situación singularmente dura, como ocurre con el terrible –y teatralmente magnífico- monólogo acerca de los abusos sexuales ejercidos sobre una niña deficiente.
El trabajo actoral y el compromiso de las intérpretes, como en Chirigóticas, es notable. Ellas imprimen el sello inequívoco al espectáculo. Su humor, su versatilidad y su manejo de las situaciones resultan dignos de admiración. Si acaso, cabría objetar que, en un espacio grande, como es el escenario de los Teatros del Canal, en ocasiones el ritmo de la actuación se resiente, no es tan vivo como lo era aquella trepidante actuación en el Teatro Alfil. Pero, con toda seguridad, este inconveniente se superará en las próximas representaciones. La maleta de los nervios, pese a su festiva envoltura, es también una propuesta crítica –inteligente y hasta incómoda, si se quiere- que no habría de desestimarse.
Título: La maleta de los nervios
Autor: Chirigóticas
Letras: Ana López Segovia (La Chirigota de las Niñas)
Dramaturgia y dirección: Antonio Álamo
Espacio sonoro y música: Luis Navarro y Javier Mora
Coreografía: Paloma Díaz
Vestuario: Carmen Sánchez y Eunice García
Diseño de iluminación: Luis del Valle
Ayudante de iluminación: Eva Vilches
Asesora vocal: Julia Oliva
Audiovisuales: Agustín Hurtado y María Artiaga
Fotografía: Zaida Povea
Diseño gráfico: Arantxa Santamaría
Producción: Verónica Sosa.
Crédito fotos: Jaime Villanueva
Intérpretes: Alejandra López Segovia, Ana López Segovia, Teresa Quintero
Dirección: Antonio Álamo
Estreno en Madrid: Teatros del Canal (Sala Verde), 13 – IV- 2011
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FOTO: JAIME VILLANUEVA |
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FOT0: AGUSTÍN HURTADO |
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Eduardo Pérez – Rasilla Copyright©pérezrasilla
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