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RESEÑA, 1987
NUM. 174, pp. 50 |
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EL MIKADO
EL TEATRO POR EL TEATRO
Dagoll-Dagom irrumpió con un nuevo concepto del musical, adpatando operetas inglesasdel s. XIX, de gran popularidad en el mundo londinense.
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FOTO : PILAR AYMERICH |
Casi nueve meses han transcurrido desde el estreno (en catalán) de El Mikado, hasta llegar a esta versión castellana presentada en el teatro Monumental, de Madrid. En este tiempo, a la par que el espectáculo de Dagoll-Dagom se afinaba aún más hasta llegar a extremos que rozan la perfección, la crítica especializada se encargó de debatir la práctica totalidad de aspectos que plantea una aventura teatral como la que asumió el grupo catalán al embarcarse en el montaje de un clásico de la opereta inglesa como es este Mikado, de W. S. Gilbert y Arthur Sullivan.
De entrada, un reconocimiento general: la representación posee una calidad formal excelente; casi diríamos que hoy en España, insuperable. El cuidado de los detalles, el gusto por la precisión, la extraordinaria calidad de sus intérpretes (magníficos cantantes y bailarines también) han sido siempre signos distintivos de Dagoll-Dagom. Y no podía ser menos ahora cuando el reto planteado era de muy superior envergadura que todos los precedentes.
Una cuestión mucho más discutible se plantea al opinar algunos que la capacidad teatral acreditada por Dagoll-Dagom debiera dirigirse a empeños de mayor profundidad y trascendencia que el restaurar una ópera bufa escrita hace un siglo.
Es evidente que la opción comercial de una compañía privada de la calidad de Dagoll-Dagom, de emprender una operación manierista de este calibre, puede ser un motivo más de reflexión a la hora de analizar el mortecino puzzle que forma en la actualidad el teatro que se hace en España. Pero nadie puede discutirles el derecho a elegir la vía comercial que ellos prefieran, aunque éste parezca tan alejada de nuestra realidad presente... por más que el texto pretenda introducir continuas alusiones a la actualidad.
El resultado ya lo hemos dicho, es un espectáculo brillante y total, en el que cada elemento funciona con matemática precisión, puesto en escena con la innegable habilidad de conjugar los distintos géneros intuidos en el texto original (magníficamente traducido por Xavier Bru de Sala): la trama farsesca; la ironización de un ambiente exótico y desconocido (aquí, un Japón de pacotilla); el enredo humorístico en tomo a temas trágicos, tan propio de las comedias griegas y latinas; la complicidad que los actores establecen con el público, a la manera de la Comedia dell'Art, etcétera. Un teatro por el teatro capaz de divertir a toda clase de públicos, sin excepción. Lo cual viene a señalar que la crítica y la agresividad están ausentes del empeño. Puede ser una censura o una alabanza, según se mire.
Pero como producto de entretenimiento, El Mikado, de Dagoll-Dagom, merece matrícula de honor.
Título: El Mikado.
Autores: W. S. Gilbert y Arthur Sullivan.
Versión castellana: Xavier Bru de Sala.
Escenografía y vestuario: Montse Amenףs e lsidre Prunיs.
Coreografía: Anna Brianso.
Dirección y adaptación musical: Joan Vives.
Producción ejecutiva: Anna Rosa Cisquella.
Intérpretes: Miquel Periel (El Mikado), Pep Molina (NankiPool, Ferrán Rañé (Ko-Ko), Ferrán Frauca (Pooh-Bah), Roser Batalla (Yum-Yum), Montse Pi (Katisha), Teresa de la Torre (Pitti-Sing), Rosa Nicolás (Yoshinara), Maria Rosas (PeepBo), Isabel Soriano (To-Shi-Sa), Jordi Fusalba (Pistach), Fulgenci Mestres (Man-Gho-Ta),
Dirección: Joan Lluis Bozzo.
Estreno en Madrid: 6-[[[-87. Teatro Monumental.
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FOTO: PILAR AYMERICH |
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Francisco Moreno
Copyright©franciscomoreno
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TEATRO MONUMENTAL
C/Atocha, 65
28012 - MADRID
METRO: ANTÓN MARTÍN
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