QUIJOTE. FEMENINO. PLURAL.
SANCHICA. PRINCESA DE BARATARIA.
SORPRENDE GRATAMENTE
LA CALIDAD INTERPRETATIVA
DE AINHOA AMESTOY,
SU JOVIALIDAD Y DESENFADO EN LA INTERPRETACIÓN
SANCHICA |
Título: Sanchica, princesa de Barataria
Autora: Ainhoa Amestioy
Dramaturgia: Ignacio Amestoy
Letra de la canción de Dulcinea: Fanny Rubio
Música original: Cosmonautas
Diseño de escenografía y muñecas: Andrea D’Odorico
Realización de muñecas: Gerardo y Toni
Vestuario: Cornejo
Iluminación: Marta Graña
Ilustración: Alfredo González
Diseño Gráfico: Mauricio D’Ors
Ayudante de dirección: Daniel Erice
Producción: Estival Producciones.
Intérprete: Ainhoa Amestoy (María, la juglaresca de Lavapiés)
Estreno en Madrid: Centro Cultural de la Villa, 24 de noviembre de 2005.
El Quijote tiene muchos años, muchas reinvenciones, adaptaciones y vueltas de tuerca. Tal vez este año con motivo del quinto centenario de su publicación se esté abusando demasiado. Quizá habría que dosificar su estudio en tiempo y espacio, aún así es encomiable la cantidad de acontecimientos que se están celebrando. Entre los numerosos eventos y espectáculos que se han preparado, Quijote. Femenino. Plural. Sanchica. Princesa de Barataria destaca por ofrecer una visión muy particular y por hacer un análisis original con las mujeres que aparecen en la obra cervantina.
El montaje, dirigido por el crítico y autor Pedro Víllora, se estrenó en el pasado Festival de Almagro y se presenta dentro de las jornadas El Quijote en clave de mujeres, que promueve el Instituto de Investigaciones Feministas. La impulsora de este proyecto fue la escritora y profesora Fanny Rubio, quien empujó a la protagonista a adentrarse dentro de las mujeres que aparecen en El Quijote.
La protagonista (Ainoa Amestoy) es una estudiante que viene buscando fortuna a Madrid y su compañera de piso (estudiante de filología hispánica), le sugiere que haga este papel de Sanchica, en un pequeño local de Lavapiés, así nos introduce en la vida de Sancha Panza, hija de Sancho Panza.
La historia comienza narrando la desconfianza de Teresa, madre de Sanchica y mujer de Sancho, para con su marido. Ella harta de las correrías de su esposo y el ingenioso hidalgo, decide enviar a su hija a buscar y vigilar a su padre.
Sanchica, una adolescente alegre e inocente, emprende viaje, sin saber bien dónde ni qué le espera. En su periplo paternal se encontrará con diez mujeres del Quijote: mujeres que la animan y ayudan a descubrirse a sí misma, mujeres que le enseñan los entresijos vitales que se tejen en la obra de Cervantes, mujeres luchadoras, inconformistas, valientes, trotamundos, veloces, rebeldes, fugaces… Marcela, Dorotea, Luscinda, Maritornes, Quiteria y otras.
En este itinerario aparece la fantasía de Sancho: ser gobernador de la ínsula Barataria, de lo que su tierna hija deduce que ella sería princesa y seguro casaría con un hombre muy principal, como su nueva condición requeriría. Desafortunadamente todo esto se trunca y Sanchica Panza deberá olvidar su sueño regio y volver a la realidad. A ello, como en toda su búsqueda le ayudaran también la amalgama de mujeres-muñeca que van apareciendo de un baúl, entre todas ellas destaca como no podía ser de otra manera, por bella, dulce, lozana e inteligente, la que más sabe de la vida: Dulcinea, que se aparece en sueños y se convierte en una autentica maestra de la vida de Sanchica y conseguirá que realmente Sancha abra los ojos al mundo. Así las cosas, vuelve al pueblo solamente para despedirse de su madre... Sanchica quiere visitar Barcelona y ver el mar... la libertad, y después ir a Paris, ¿la libertad? Este es el camino de Sanchica de moza manchega de pueblo a mujer liberada y valiente que hace suyo el mundo, la vida y el mar. Todo un verdadero camino iniciático.
La protagonista absoluta de la obra Ainoha Amestoy, vestida de manchega llenará el escenario sola, no hay ningún actor más en la representación, ella, misteriosamente, va dando vida a todas las mujeres que se encuentra. Estas mujeres están representadas por muñecas, y todas esperan su turno vital en un baúl de madera a un lado del escenario... Amestoy va sacando del baúl cada personaje y entabla interesantes diálogos con cada una de ellas, a través de ellos Sanchica se hace sus propias preguntas. Después cada una va siendo colocada en un artilugio de madera donde descansan tras su trabajo cumplido. Todas han sido creadas por Andrea D´Orico.
Sorprende gratamente la calidad interpretativa de Ainoha Amestoy, su jovialidad y desenfado en la interpretación, convierte su monólogo en un dialogo, después de la función son muchas las actrices vistas y oídas pero en realidad sólo hay una. La protagonista es moza manchega en voz, gesto, donaire y desparpajo.
La luminotecnia, de Marta Graña, adquiere un protagonismo y relieve especial en esta obra, es lo único que transforma el escenario y da momentos de rojo y miedo, de negro y noche, de clara alegría. Es uno de los pocos elementos de este montaje “de bolsillo”, es decir, no se hace ninguna concesión a los efectos especiales
La música (Cosmonautas) alegre, bucólica y pegadiza hace que el espectador salga canturreándola de la sala de butacas.
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