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Título: Maribel y la extraña familia
Autor: Miguel Mihura
Intérpretes: Aurora Redondo, Mari Carmen Prendes, Yanqui Miramón, Magüi Mira, Pilar Bardem…
Dirección: Emilio Hernández.
Estreno en Madrid: Centro Cultural de la Villa, noviembre – diciembre 1989.
La reposición de la famosa obra de Miguel Mihura ha venido a evidenciar una vez más que no se necesitan pretextos, justificaciones ni coartadas a la hora de volver a subir al escenario un texto antiguo, cuando éste posee los valores que acredita Maribel y la extraña familia.
Valores de ternura, de ironía, de equívoca ingenuidad (que ahora, a treinta años de su estreno, nos parecen aún más ingenuos y, por tanto, más equívocos) y, fundamentalmente, valores de eso que tanto se echa de menos en tantos textos modernos y que es la teatralidad. Cada idea, cada personaje, cada situación y cada giro argumental de Maribel... son puro teatro. Y eso, en estos tiempos más que nunca, se agradece una barbaridad. Por eso, repetimos, estaba de más pretender «actualizar» el espectáculo, máxime si lo que se le añade son elementos espúreos: unas vulgarísimas cancioncillas, en este caso, y cantadas en play back, para más inri, metidas con calzador en medio del texto, y cuyo único e irritante resultado es partir el ritmo de la representación y la atmósfera de la obra con un postizo de ínfimo valor.
Cojo de ritmo por este motivo y por alguna que otra ralentización innecesaria (al menos, el día del estreno), el montaje de Emilio Hernández se luce, en cambio, con la buena dirección de actores: Aurora Redondo y Mari Carmen Prendes (las dos veteranas de la escena colocan sus frases y se mueven en el texto como pez en el agua), Magüi Mira, Iñaki Miramón, Pilar Bardem y el resto del reparto están francamente bien. No se puede decir lo mismo, por último, de la escenografía, que es otro punto débil del espectáculo: no aporta casi nada a la obra en la primera parte y anula el «misterio» y distancia la acción en la segunda.
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