ARACALADANZA VUELVE
AL TEATRO DE LA ABADÍA
con
¡NADA… NADA!
Del 23 de noviembre al 30 de diciembre de 2004
Foto: Diego Ortiz |
UN ESPECTÁCULO DE DANZA Y TÍTERES
PARA NIÑOS Y NIÑAS A PARTIR DE LOS 3 AÑOS.
Cuatro chicas enfundadas en unos monos blancos se abalanzan sobre un amplio papel blanco que hace las veces de alfombra. Son expertas en el arte de la papiroflexia, pues doblan y doblan y al final un familiar gigante “barcazo” de papel. Una improvisada capitana con gorro, también, de papel y una caña de pescar se embarca. Lanza el sedal y saca a la superficie una aleta de submarinista. A partir de ahí nos sumergirnos en un océano de pulpos gigantes, lluvia que cae en el mar que se escapa y juega, sirenas y perlas, peces que pasean… Se trata de una travesía marítima en que cabe todo tipo de público.
- “Este es el primer espectáculo que hacemos al que pueden asistir niños desde 3 años de edad. Hasta ahora era a partir de los 5 años. Un niño de 3 años tiene ya capacidad para empaparse de lo conceptual más que nosotros”.
LOS TÍTERES COQUETEAN CON LAS BAILARINAS |
Enrique Cabrera, el artífice de este espectáculo es el que se expresa así, porque en este Nada… Nada, no hay que buscar una historia narrativa al uso, sino más bien una serie de sensaciones emparentadas con lo conceptual y la abstracción patrimonio de la danza contemporánea. En esta ocasión, se da un paso más, fusionar danza contemporánea y Bunraku, que no es sino la técnica de los títeres de varillas. Pero esta técnica no es la única a la que se recurre. Se complementa con otras como son el “guante”, “marotte” y “técnicas mixtas”.
Fotos: Diego Ortiz
Bunraku: Técnica de títeres con varillas. |
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Danza contemporánea y Bunraku se generan a partir de la colaboración dos grupos humanos diversos y separados por el Atlántico. La primera procede de la Compañía Aracaladanza, que desde hace 10 años nos entregan la realidad a través de la imaginación y de la danza creando mágicos mundos para público infantil y adolescente. Sus historias son sencillas, pero gracias “al vestuario, la música, el ritmo, el movimiento” consiguen “involucrar al espectador adulto en un mundo fantástico que busca repetirse en los sueños, siempre que estemos dispuestos a descubrirlos”. Lo último contemplado en el teatro La Abadía fue Visto y no visto, y Maletas. Ambos títulos de éxito, han llevado a que en esta ocasión el Teatro la Abadía, no solamente ofreciera el local sino que colaborara más íntimamente, permitiendo los ensayos y la mano del equipo técnico del propio teatro. (“Generoso en horas”, agradece el productor)
Al otro lado del Atlántico en el Buenos Aires de la Argentina reposa El Nudo Compañía Teatral, especializada en títeres. A ella se deben los animales o seres vivos, blancos o de color, que viven en los fondos marinos y que son espectacularmente movidos por las bailarinas para crear una ambiente de magia y adentrar al espectador en ese fantasioso océano.
- “En Buenos Aires nos encontramos con una compañía dedicada a desarrollar espectáculos con marionetas y cuyos componentes tienen gran experiencia en el mundo de la danza. El Nudo Compañía Teatral – así se llama – se entusiasmó con nuestro trabajo y, tras semanas de intercambio de ideas, aceptó la propuesta de colaboración que le fue planteada”.
Enrique Cabrera había trabajado con títeres - “comencé a trabajar con títeres desde los 15 años” - en el Teatro San Martín de Buenos Aires. El mundo de los títeres se ha definido como espectáculo que tiende a la comprensión, mientras el de la danza a la expansión. Comprensión y expansión era interesante conjuntarlos, o lo que es lo mismo: títeres y danza. En realidad había una especie de antecedente en Aracaladanza, pues desde siempre es un grupo que trabaja con elementos integrados en la danza contemporánea. A tales elementos podían añadirse los títeres, con los cuales los fantásticos animales y los nuevos imaginativos personajes eran posibles.
Amén de este nuevo camino había también otra razón para hacer algo distinto: la celebración de los 10 años de El Teatro de la Abadía y de la compañía Aracaladanza. La distancia oceánica no fue un impedimento para la colaboración.
Foto: Diego Ortiz |
- “Coincidimos en hacer algo sobre el mar – en el dossier se copia el poema de Rafael Alberti: Marinero en Tierra – y luego quedó en una historia que puede estar debajo del agua o en un acuario o bien que los peces han subido a un escenario. Eso da igual. Comenzamos a trabajar la idea sin guión o dramaturgia narrativa. Trabajábamos con imágenes, así que si queremos hablar de dramaturgia, sería una dramaturgia de colores, vestuario, iluminación y música. Estos tres últimos elementos son los más importantes en la danza contemporánea para una dramaturgia que más bien es conceptual y abstracta. Esta fusión, no sé si es por ser la primera vez o porque en sí es difícil, el caso es que nos ha costado mucho a todo el equipo. La satisfacción es que creemos que va a gustar”.
La rueda de prensa se convocó una tarde, después de una primera toma de contacto por la mañana con un público infantil. ¿Y…?
- “Ha respondido bastante bien”.
En una primera fase nacieron 3 espectáculos sobre el tema del mar. El Nudo y Aracaladanza trabajaron independientemente. Ideas, dibujos, maquetas, escenografías eran un batiburrillo que necesitaba descartes y eliminaciones. Lo curioso es que los descartes, sin ponerse de acuerdo, casi coincidieron. Fue un proceso lento en un primer momento, pero una vez que se coincidió en lo que se debía escoger, el trabajo se aceleró. “Puede decirse que ha sido un trabajo muy orgánico”.
- “Yo me traje todo el material en video para poder ver la manipulación de los objetos. Me traje el 70% de las maquetas para que otro realizador de títeres lo hiciera aquí”.
LA MÚSICA, PARTE INTEGRANTE DEL ESPECTÁCULO |
Uno de los elementos fundamentales es la música. El fragmento exhibido en la rueda de prensa utiliza a Albenoni. Así se abre el espectáculo y se cierra con Vivaldi. En medio Albeniz, porque lo requiere un tema español de la obra. Estas partituras se complementan con música original de Mariano P. Lozano y Pascal Gaigne.
- “El recurrir a autores clásicos me interesa porque quiero que los niños se habitúen a oír música clásica”.
El modo de trabajar la coreografía y la música, varía en cada coreógrafo. A veces nacen antes las líneas coreográficas de los pasos a dos, de los solos o del conjunto y el músico compone su partitura, o bien al contrario.
Foto: Diego Ortiz |
- “En mi caso no es así. Necesito tener antes la música y a partir de ella van naciendo las imágenes y con posterioridad la coreografía. Otra cosa es la idea, que puede nacer sola antes de todo. De todas formas el sistema es un poco más, digamos, interactivo. Los músicos me proporcionan una maqueta musical y sobre ella trabajo las coreografías. Después vienen los ajustes tanto míos como de los músicos. A ellos también les es más fácil trabajar de esta forma. No les suele gustar eso de poner música a una coreografía. Y desde luego la música en el espectáculo nunca funciona como banda sonora, sino como parte integrante del trabajo general. Lo que sí es cierto es que al principio de todo les doy pautas para el tipo de instrumentos y el clima que quiero crear. También es verdad que cuando oigo la música, a veces, cambio las ideas”.
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En este espectáculo – “y en todos mis espectáculos” - no se puede decir que la danza o los títeres o la iluminación o la música o el vestuario tengan un protagonismo de uno por encima de los otros. Es un todo. Uno sin otro es como un mecano al que le falta una pieza.
LOS ESPECTÁCULOS PARA NIÑOS SUBESTIMADOS |
Enrique Cabrera lleva toda su vida dedicado a la vida del espectáculo pero para los niños.
- “Trabajar para los niños es gratificante, pero muy duro y no solamente por el espectáculo que creas, sino porque te sientes solo. Yo hecho de menos un crítico de danza para niños. Una crítica que a mí me enseñe. No me basta que sea sólo una crítica del trabajo coreográfico en general, sino especificar cómo utilizo las líneas coreográficas y esto en relación de lo que puede servir para los niños. Al no haber una crítica especializada en este terreno, la profesión se hace más difícil y te sientes solo. Sé que han venido críticos de danza, pero después no aparece su comentario en los medios ”.
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Foto: Diego Ortiz |
Esta subestimación por parte de la crítica y los medios de comunicación se extiende también al mundo de los intérpretes.
- “Pero es que esta subestimación del trabajo para niños alcanza también al mundo de las bailarinas. No es fácil encontrar bailarines o bailarinas que se presten a la danza para niños”.
Dos compañías hacen posible lo que Enrique Cabrera llama “sueño”. El Nudo Compañía Teatral tiene sus nombres propios: Nelly, Claudia, Daniel, Mariana y Andrés, que son los magos y el alma de los títeres. Y está todo el equipo de Aracaladanza y del Teatro de la Abadía. Y una persona muy cercana: la coreógrafa Teresa Nieto.
Esta colaboración nace de dos exigencias: una, la de traspasar las fronteras y exhibir los trabajos allende los mares. La otra, la acuciante necesidad de todo creador por enriquecer el lenguaje y el panorama de la danza.
¡Nada… nada! Nos invita a subir a bordo, dejarse llevar, ver que otro mundo es posible y se puede disfrutar.
Me
hago un
barco no pequeño
y me pongo a navegar.
Saco la caña y algo intento pescar.
Tras mi espera paciente, atrapo un pedacito de mar. Miles de peces
encuentro de tamaño muy irregular. Los caballitos buscan a
quien puedan enamorar. Las sirenas, mientras tanto,
muchas perlas intentan enhebrar. ¡Y qué decir
de las medusas, pues de color quieren
cambiar, mientras las algas muchos
hacen por flotar!
Mi barco, ya pequeño, acaba de navegar. Y eso que a los peces aún no he
podido pasear.
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Más información
TEATRO DE LA ABADÍA PARA NIÑOS - ¡NADA… NADA!
NADA… NADA - LOS NIÑOS, ESPECTADORES CUALIFICADOS
www.madridteatro.net
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