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CORAZÓN LOCO
EL DIRECTO SU MÉDULA
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Título: Corazón Loco
Espectáculo de Blanca Li con el Ensemble Vocal Sequenza 9.3
Textos y Música: Edith Canat de Chizy
Escenografía: Pierre Attrait
Iluminación: Jacques Châtelet
Video: Charles Carcopino
Vestuario: Laurent Mercier
Percusionista: Béatrice Répécaud
Asistente de iluminación: Sylvie Debare
Asistente de decorados: Elisabeth Callier
Asistente de video: Julián Nesme
Colaboración video: Studio de la MAC Créteil
Asistente vestuario: Françoise Yapo
Asistente de coreógrafa: Glyslein Lefever
Concepción del sonido: Antoine Garry
Fotografías: Arnold Jerocki
Agradecimiento a Christopher Murria por las imágenes
de las flores
Producción: Compagnie Blanca Li
y Ensemble vocal Sequenza 9.3
Coproducción: Théâtre Nacional de Cahillot, Odyssud-Scène Nationale de Blagnac, maison de la Musique de nanterre, Téàtre 71-Malakoff, Studio de la MAC Créteil, Opera de Maíz
Cantantes (Ensemble vocal Sequenza 9.3): Claudine Margely (soprano), Virgine Lefebvre (soprano), Thi Lien Truong (mezzo), Donatienne Milpied (mezzo), Philippe Froeliger (tenor), Etienne Vandier (tenor), Christophe Sam (bajo), Laurent Bordeaux (bajo)
Directora de Ensemble: Catherine Simonpietri
Bailarines: Jean-Gérald Dorseuil, matthew Hawkins, Ahmed Karetti, Blanca Li, Yana Maltseva, Deborah Torres
Direción: Blanca Li
País: Francia
Duración aproximada: 1h y 20 m (sin intermedio)
Estreno en Madrid: Teatro Albéniz, 7- XI - 2007 |
FOTOS: ARNOLD JEROCKI |
Este Corazón Loco de Blanca Li es un conglomerado de muchos elementos que buscan una fusión. En estos últimos tiempos los creadores del arte escénico, cada vez, son más reacios a clasificar sus temáticas por géneros: danza, teatro, ópera… Ya es frecuente que los bailarines reciten, menos que lo los cantantes bailen a excepción de los actores de comedia musical. No obstante, este no es el caso, ya que Corazón Loco no es una comedia musical y Blanca Li se mueve en el terreno de la danza.
FOTO: ARNOLD JEROCKI |
Desde sus comienzos Blanca no ha gustado de transitar por los caminos trillados de la danza, ni siquiera de los cánones que comenzaron a establecerse de la danza contemporánea. A pesar de su amplia formación como bailarina, prefirió, como creadora, circular por la mencionada danza contemporánea, pero plantando a quí y allá sus raíces andaluces y su simpatía por lo andalusí-marroquí . Ahora da un paso más: pretender que cantantes y bailarines transgredan sus disciplinas y se entremezclen. Los bailarines son los de su propia compañía y los cantantes son los del Ensemble vocal Sequenza 9.3. |
El conjunto Sequenze 9.3, bajo la dirección de Catherine Simonpietri, es experto en música polifónica, operística y de géneros diversos así como de diversas épocas. Si algo los define es su virtuosismo en el modo de emplear la voz como solistas o como conjunto vocal. Aquí dan un paso más: se aventuran a olvidar su estática cátedra y moverse a ritmo, incluyendo a la propia directora Catherine. Para ellos la compositora Edith Canat de Chizy compone una partitura, que tampoco es al uso. El protagonismo musical lo copa la voz y la percusión. La voz en cuanto que se cantan poemas de amor, elegidos pro la propia Edith. Y es que el tema va del amor en todo su desarrollo: el encuentro apasionado, el desencuentro violento, el acercamiento y el complicado misterio de ese fenómeno que hemos llamado-amor y desamor, sin terminar de saber exactamente por qué ocurre y cómo se desarrolla. Complejidad y confusión podrían ser las notas dominantes del tema elegido.
FOTO: ARNOLD JEROCKI |
Voz en directo y movimiento del cuerpo van unidos en bailarines y cantantes. Los primeros lo tienen más fácil. La lejanía del escenario disimula su vocalización. Para los segundos supone un reto mayor. Por declaraciones de la propia Blanca, los dos bandos – voz y danza - han tenido que hacer concesiones, y ella misma ha ido aprendiendo nuevos movimientos para la lograr la fusión de unos y otros. Y tal fusión – no mezcla, ni aleación – lo consigue. Se puede decir que nos encontramos ante una obra de creación total en todos los sentidos. Los cantantes tienen que olvidar atriles y partituras y los bailarines aclimatarse a las posibilidades del conjunto. A ello se incorporan las nuevas técnicas de video – brillantes - sobre pantalla de fondo, ambientando las diversas secuencias. |
A lo largo de todo su desarrollo se crean diversos ritmos y todo se vive transido por el humor, cierta fina ironía y también cierto lirismo. Cada secuencia es una pequeña caja de sorpresas, a todos los niveles: vocal, de movimiento y visual. Brillantez, buen gusto y perfección de líneas quebradas en los movimientos, para expresar el desequilibrio emocional podrían ser algunos de los calificativos. Y por supuesto la pretendida fusión de géneros y especialidades profesionales se consigue.
Se trata de una experiencia interesante y arriesgada. Las voces en directo son la esencia y en ese directo está el valor del espectáculo. Contemplándolo nos traslada a aquellos años en que, al no existir la posibilidad de grabación del sonido, la danza no tenía más remedio que llevarse bien con la orquesta y durante la representación tenía que comportarse como una pareja bien avenida. Por eso cuando, en el ballet y la danza, llegaron los sonidos en conserva, los puristas pusieron el grito en el cielo. Y tenía su parte de razón: se eliminaba la posibilidad de la necesaria improvisación creativa – en cada estilo más o menos restringida – a tenor del público, el momento y la inspiración. Corazón Loco es una creación, en la que el directo es su médula. |
FOTO: ARNOLD JEROCKI |
Dicho todo esto y viviendo el espectáculo como algo fascinante, se experimenta una cierta frialdad emocional ante lo que ocurre sobre el escenario. Las concesiones de una y otra disciplina ¿son la causa?
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