En attendant le songe. Crítica. |
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Escrito por Jerónimo López Mozo.
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Domingo, 04 de Abril de 2010 19:26 |
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Jugar al teatro, eso es lo que hace la compañía de Irina Brook. |
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EN ATTENDANT LE SONGE
ESPERANDO EL SUEÑO
Título: En Attendant Le Songe (Esperando el sueño)
(basado en El sueño de una noche de Verano de William Shakespeare)
Traducción y Asistencia de Dirección: Marie-Paule Ramo
Regiduría de escenario y papel de Philistrate: Philippe Jasko
Sonido y luces: Thibault Ducros
Vestuario y accesorios: Sylvie Martin-Hyska
Compagnie Irina Brook
Producción delegada: MCNN-Maison de la Culture de Nevers et de la Nièvre
Interpretación: Hovnatan Avedikian, Vincent Berger, Cyril Guei, Jerry Di Giacomo, Gérald Papasian, Christian Pélissier Y Augustin Ruhabura
Dirección: Irina Brook
País: Francia
Idioma: Francés con sobretítulos en español
Duración aproximada: 1 hora y 30 minutos (sin intermedio)
Estreno en España
Estreno en Madrid: Teatro De La Abadía,
29 – X - 2008 |
FOTOS: PASCAL FRANÇOIS |
FOTO: PASCAL FRANÇOIS |
Jugar al teatro, eso es lo que hace la compañía de Irina Brook. Y para ello se sirven de muy pocas cosas: un espacio vacío, unos pocos objetos que se diría rescatados de un almacén de trastos viejos; algunas telas inservibles para disfrazarse de burro, hada de los bosques o de lo que se tercie; unos actores que se comportan como niños grandes; una buena idea; e imaginación, mucha imaginación. Más o menos los ingredientes que figuran en la receta para hacer teatro elaborada por Peter Brook, padre y maestro de la directora. En esta ocasión la idea la ha proporcionado Shalespeare. Su Sueño de una noche de verano, esa alegre, anacrónica y extravagante comedia, en la que, como dijo Victor Hugo, lo imposible se funde con lo verdadero, venía como anillo al dedo para abordar este experimento metateatral protagonizado por seis actores. Actores que fingen no serlo. Cuando comparecen ante el público tras cruzar la sala cargados con sus pertenencias, se presentan como los técnicos de una compañía teatral que no puede representar el espectáculo prometido porque han sido retenidos en el aeropuerto de Atenas. Explican que ellos han logrado llegar porque, a diferencia de los actores, han viajado en barco, que, siendo más incómodo y lento, resulta más económico. Tampoco han llegado los deslumbrantes decorados, un prodigio de la más avanzada técnica escenográfica, que son descritos con todo lujo de detalles, ni el vestuario, fastuoso. Pero a pesar de tantas ausencias y carencias materiales, ellos, simples obreros, están dispuestos a ofrecer la función.
FOTO: PASCAL FRANÇOIS |
Lo que sigue es un hermoso y desternillante disparate lleno de colorido protagonizado por un elenco masculino, que asume también los papeles femeninos, como en tiempos de Shakespeare. En suma una sorprendente fiesta teatral al tiempo que una demostración de la capacidad del teatro para cautivar desde la aparente sencillez y del atractivo que tienen los juegos del teatro dentro del teatro cuando están bien hechos. Tratar de resumir y explicar el espectáculo en unas líneas es, para el crítico, tarea imposible. No va por ello más allá de expresar su entusiasmo por lo que ha visto. No quiere, sin embargo, dejar de destacar el gran trabajo actoral. No es fácil interpretar a unos personajes que se comportan como malos actores. Hace falta mucho talento para aparentar tanta torpeza sobe un escenario. Y ellos lo tienen. |
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Última actualización el Sábado, 01 de Mayo de 2010 10:22 |