ANTOLOGÍA DE CHAPÍ
Buen gusto,
insólitas y bellas partituras
bien hilvanadas
Ópera Cómica de Madrid, se presenta en los Jardines de Sabatini con una Antología, cuya idea base es lo que le ha caracterizado desde un principio: acudir a zarzuelas inéditas. En este caso se trata de una Antología sobre Ruperto Chapí – 1851 – 1909 -, con motivo del Centenario de su muerte. De Chapí se ha dicho que fue un compositor, cuya obra ha sido olvidada injustamente. La realidad es que el nombre de Chapí ha quedado inmortalizado, para el gran público, gracias a La Revoltosa, obra del género chico. No obstante, posee un extenso repertorio de corte “bel cantista” operístico, fraguado en el formato de la zarzuela grande. |
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JUAN TOMÁS MARTÍNEZ/ FRANCISCA CALERO |
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Chapí, como tantos compositores españoles de zarzuela, se vio obligado a componer para zarzuela, cuando su deseo interior era componer ópera. Y esto se percibe en todas sus composiciones, sobre todo en la llamada Zarzuela Grande. Compuso 7 óperas, entre las que destaca Margarita la Tornera, estrenada con gran éxito en el Teatro Real de Madrid en 1909 y que en estos últimos años ha encontrado una feliz grabación. En los 57 años de vida de Chapí compuso más de 200 obras, entre ellas 179 zarzuelas y 7 óperas.De este injusto olvido viene a sacarlo, en parte, Ópera Cómica de Madrid al rendirle homenaje no solamente con fragmentos de zarzuelas conocidas: El tambor de granaderos, El rey que rabió, La bruja, El barquillero y La Revoltosa, sino con títulos desconocidos para la mayoría y de las cuales no ha existido grabación, salvo algún número suelto en concierto.Tales títulos son: Los hijos del batallón, La flor de Lys, La leyenda dorada, Mujer y Reina, Blasones y talegas, El milagro de la Virgen, María de los Ángeles, La sobresalienta, El cortejo de Irene, Los majos de plante, El país del abanico.
Seleccionadas las músicas viene un segundo toro a lidiar en esto de las Antologías: el hilván argumental. Aquí se ha preferido aglutinarlas por temas (1), incluyendo el vestuario acorde con el argumento y dicha temática. Y ya dentro de cada secuencia, acertadamente, se ha combinado el canto, la danza, los solos y dúos en una alternancia que crean ritmo y variedad. También hay un cuidado de cierta unidad en las partituras, hasta el punto de que forman un “continuum” de estilo musical. A este nivel el espectáculo se sigue con agrado.
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LA REVOLTOSA (FOTO: JAVIER DEL REAL) |
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Otra de las virtudes es la puesta en escena. Francisco Matilla, el director de escena, es hombre que tiene metida hasta la médula la acción dramática y aquí no la pierde en ningún momento. No asistimos a cantantes que nos encandilan con su voz, sino que se revisten de auténticos personajes y se pierden tras ellos. Este concepto de la dramatización no se olvida nunca. Se podría pensar que los fragmentos ya poseen su historia y por lo tanto no resulta difícil. Tal vez, pero nos encontramos con las “Carceleras” de El país del Abanico, y tales coplas encuentran una divertida dramatización en una simpática historia, protagonizada por “la mujer”, los guardias y los presos, historia que se prolonga visualmente al final de El Barquillero y el preludio de La Revoltosa.
Este sentido de continuidad dramática campeará por todo el espectáculo, proporcionando la tan difícil cualidad del ritmo: unidad y veriedad. Al buen efecto de la dramatización colaboran eficazmente los cantantes en sus desplazamientos e interpretación. Todo ello revela una inteligente dirección.
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MARÍA DE LOS ÁNGELES (FOTO: JAVIER DEL REAL) |
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En los Jardines de Sabatini hay que respetar el fondal del Palacio Real, de ahí que la escenografía no existe. Se recurre a unos laterales neutros y a unas “carras”, sobre las que hay dos grandes escalinatas, capaces de ser movidas inteligentemente – los tramoyistas visten según la ocasión argumental y se aprovechan los fraseos musicales - y crear distintos espacios escénicos y alturas. Éstas últimas están bien aprovechadas, de modo que contamos con diversos planos, proporcionando variedad y huyendo del estatismo de la escenas y de los cantantes.
El vestuario ha preferido centrar la época mediante la reproducción realista. Él sustituye a la ausente escenografía. Mariana Mara ha creado unos exquisitos trajes de época y consigue una bella paleta de colores en los conjuntos corales.
Carolina Gómez, responsable de unas ajustadas coreografías puestas al servicio de la acción, construye una bella danza palaciega en La leyendo dorada, de cadencias renacentistas, así como otra en Los majos de plante con ribetes de danza bolera. La elegancia y el buen gusto son la nota dominante en este aspecto.
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FOTO: JAVIER DEL REAL |
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Una cualidad a destacar es la intelección del texto, lo cual no sólo no es frecuente sino que, a veces, debido al estilo de vocalización italianizante no es posible. De ahí que se haya recurrido a los famosos sobretítulos, también para la zarzuela. Aquí no hay los recurrentes sobretítulos y sin embargo entendemos gran parte del texto. Las causas pueden ser dos: o una perfecta vocalización de los cantantes o la ayuda de la electrónica. Sea cual fuere el hado que lo hace posible, es de agradecer.
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Esta Antología de Chapí es un gran acierto, pues nos descubre un Chapí insólito e injustamente tratado por la programación. También nos descubre la realidad de una ópera española, que convendría revisar y subirla a la escena. A la vista de estas arrinconadas y olvidadas partituras, hay que pensar que con todas las cualidades del “género chico” – sainetes de 1 hora de duración musicados al estilo del “bel cantismo” y melodías populares – éste le ha hecho un flaco favor a la zarzuela grande y a la ópera española. Aquel género chico fue un “boom” de público y se rigió por las leyes del mercado. No extraña que los compositores posteriores – Vives, Alonso, Torroba, Sorozábal, Guerrero… -, pasada la fiebre género chico, hicieran todo lo posible por volver a la Zarzuela Grande y a la ópera.
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LOS MAJOS DE PLANTE (FOTO: JAVIER DEL REAL) |
Y llegamos a los cantantes. Obviamente se ha recurrido a la electrónica, puesto que es un espectáculo al aire libre, y esto no siempre suena bien en lo que respecta a volúmenes. No es este el caso. Se ha conseguido una buena audición y las voces surgen nítidas y sin estridencias.El elenco de cantantes y coro, como es ya tradicional en Ópera Cómica, poseen todos una buena altura. Saioa Hernández para mí una revelación en La Traviata de Ópera Romántica - está magnífica en todas sus intervenciones pero llama la atención en Mujer y Reina y Carceleras. Es soprano de voz limpia y segura. Francesca Calero muestra, como en otras ocasiones, su buen gusto y resulta brillante en el cuarteto de El milagro de la Virgen – para mí, un gran descubrimiento musical que nada tieneque envidiar a las composiciones operísticas italianas – y en el dúo de El cortejo de Irene. Ana María Hidalgo, con una coloratura de voz de tintes mezzosopranos, nos da unas guajiras de sabor castizo. El barítono Juan Tomás Martínez sobresale en la romanza de La Tempestad, con un buen empaste dramático y tonal.
Buen gusto, insólitas y bellas partituras bien hilvanadas, buenas voces y una inteligente dirección de escena junto a un conseguido ritmo hacen de la Antología de Chapí un bello espectáculo.
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(1)
El programa está dividido en dos partes con un intermedio, y estructurado temáticamente:
EN PELIGRO: El tambor de granaderos (Preludio).- Los hijos del batallón (Concertante y coro del asalto): Saioa Hernández, Sergio Escobar, Francisco Sánchez, César San Martín, Gerardo Bullón, Airam de Acosta. -La flor de Lys (Romanza de soprano): Francesca Calero.
EN LA SOMBRA: La leyenda dorada (Danza). - Mujer y reina (Dúo de soprano y barítono): Saioa Hernández, Juan Tomás Martinez. - El Rey que rabió (Coro de doctores).
LA ALDEA: Blasones y talegas (Baile). -El milagro de la Virgen (Cuarteto): Francesca Calero, Francisco Sánchez, Cesar San Martín, Gerardo Bullón.- La bruja (Jota): Sergio Escobar.
LA GALERNA: María de los Angeles (Coro y escena de la galerna).- La tempestad (Monólogo): Juan Tomás Martínez.
TRAMOYA: La sobresalienta Coro de damiselas y Don Floro, Francisco Sánchez. -El cortejo de la Irene (Dúo de soprano y barítono): Francesca Calero, Juan Tomás Martínez. - Los majos de plante (Seguidillas).
LOS MADRILES: El pais del abanico (Carceleras): Saioa Hernández. - El barquillero (Dúo de tenor y barítono): Francisco Sánchez, Gerardo Bullón / Cesar San Martín. -La revoltosa (Intermedio y guajiras): Ana María Hidalgo.
Título: Antología de Chapí
Música: Ruperto Chapí
Adaptación musical e investigación: Fernando Poblete
Libreto: Francisco Matilla
Diseño de escenografía: Luis del álamo
Diseño de vestuario: Mariana Mara.
Coreografía: Carolina Gómez
Diseño de Iluminación: Pedro Pablo Melendo
Realización de escenografía: Altamira.
Realización de vestuario: Cornejo.
Jefe técnico: Alfonso Cogollo
Coordinadora del Ballet: Carolina Gómez Sanz
Peluquería: M. Teresa Ortuñez
Maquillaje: Cristina Póves
Jefe de sastrería: Alejandro
Carrasco.
Sastres: Victoria González, David García, Nacho Guzmán, Iván Oliva
Atrezzo: Mateos
Ayudante de dirección: Carolina Moncada.
Regidores: Helena Vallalta
Responsable de orquesta, coro y ballet: Concerto XXI Producciones
Director ejecutivo de Concerto XXI: Fernando Poblete
Jefe de Producción: Alicia García Alegre
Coro y Ballet de Opera Cómica de Madrid Intérpretes: Sopranos: Saioa
Hernández, Francesca Calero y
Ana Maria Hidalgo.- Tenores: Sergio
Escobar y Francisco Sánchez.- Barítonos: Cesar San Martín, Airam de Acosta y Gerardo Bullón
Orquesta Ensamble Instrumental de Madrid
Dirección Musical: Cristóbal Soler / Oliver Díaz
Dirección escénica: Francisco Matilla
Duración: 2 horas (intermedio 20 minutos)
Estreno en Madrid: Jardines de Sabatini (Veranos de la Villa), 14 – VII -2009
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SAIOA HERNÁNDEZ
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ANA MARÍA HIDALGO
FOTOS: JAVIER DEL REAL. |
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José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande
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