LA ENTRETENIDA

POR PRIMERA VEZ

Título: La entretenida.
Autor: Miguel de Cervantes.
Versión: Yolanda Pallín.
Diseño de sonido: Eduardo Vasco.
Iluminación: Miguel Ángel Camacho (A.A.I.).
Vestuario: Rosa García Andújar.
Escenografía: José Tomé.
Realización de escenografía y atrezzo: ATJ Instalaciones y montajes, Gerriets España, Jesús Manuel, Pinto García, Manolo Decorados, Odeón Decorados, Pint’os Talleres Juárez.
Realización de vestuario: Cornejo, Peris Hermanos, Salvador Mateu y Tomi Ballet.
Fotos: Chicho.
Ayudante de dirección: Celia Pérez.
Diseño de sonido: Eduardo Vasco.
Producción: Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Intérpretes: Joaquín Notario (Ocaña), Montse Díez (Cristina), José Luis Santos (Don Antonio), Pepa Pedroche (Marcela), Jordi Dauder (Don Francisco), Miguel Cubero (Cardenio), Toni Misó (Torrente), César Sánchez (Muñoz), Ione Irazábal (Dorotea), Juan Meseguer (Don Ambrosio), Jorge Gurpegui (Sereno, cartero), Emilio Buale (Don Silvestre), Rodrigo Arribas (Clavijo), Paco Paredes (don Pedro), Xavi Montesinos (Camarero).
Dirección: Helena Pimenta.
Estreno en Madrid: Teatro Pavón (CNTC), 2 – II - 2005.

FOTOS: CHICHO

Se dice que es la primera vez que esta comedia cervantina sube a un escenario. No hay noticias de otros montajes de La entretenida. Este 2005 de conmemoraciones y homenajes al autor de El Quijote parecía propicio para este estreno y a este empeño se ha dedicado la Compañía Nacional de Teatro Clásico en el primer espectáculo producido bajo la dirección de su nuevo titular, Eduardo Vasco. Se ha encargado la escenificación a Helena Pimenta, quien ya con La dama boba había tenido ocasión de enfrentarse a un clásico español incluido en la programación de la Compañía, y que cuenta además con una larga y brillante experiencia en el montaje de textos shakesperianos. La versión corre a cargo de Yolanda Pallín, dramaturga y colaboradora habitual de Eduardo Vasco en distintas adaptaciones de autores clásicos. El propio Eduardo Vasco, Miguel Ángel Camacho y José Tomé completan el equipo artístico que se responsabiliza de esta comedia, cuya interpretación corre a cargo de un elenco actoral también veterano, en su mayor parte, y en el que abundan los nombres de intérpretes que han trabajado en la CNTC y en proyectos diversos de Eduardo Vasco y Helena Pimenta.

La comedia cervantina ha sido leída por los responsables del trabajo como una parodia sutil del modelo lopesco y como una expresión de heterodoxia teatral y hasta social, que reivindica la dura y dolorosa realidad frente a la idealización falseada propuesta por la comedia nueva. Tal interpretación resulta, desde luego, extremadamente sugestiva y se apoya quizás en el interesante desenlace que frustra todas las bodas posibles entre los personajes y, de este modo, da una réplica al convencional final feliz basado en la unión de los personajes desparejados mediante el matrimonio. A esta circunstancia puede añadirse además el trabado engaño urdido por un criado de la casa -muy alejado de la proverbial e idealizada fidelidad de los sirvientes de la comedia- y por dos pícaros, maestros en el arte de fingir, tipos que Cervantes trató con maestría a lo largo de su obra. El descaro y la falta de escrúpulos que se muestran en la mentira ofrecen una imagen de la sociedad mucho más dura y más cruel que la estampa refinada e idílica de las comedias al uso.

La dirección del espectáculo ha situado la acción en el Madrid de los años sesenta, evocados mediante la escenografía, el vestuario, la música y algunos elementos como el tópico SEAT seiscientos. Se exceptúa de este ambiente a los personajes del señor y la dama, vestidos a la usanza del siglo de Oro, ajenos al mundo de libertades, frustraciones, fantasías y deseos en que viven criados y pícaros, y atrapados quizás en el espacio de sus propias convenciones.

El espectáculo revela una reflexión y un cuidado trabajo, realizado, sin duda, con entusiasmo, ponderación y respeto, pero, en mi opinión, el resultado es decepcionante. Los indiscutibles valores del texto cervantino se pierden, parcialmente, en una construcción descompensada, en la que sobran personajes de dudosa funcionalidad dramática, y en la que abundan reiteraciones igualmente innecesarias desde el punto de vista de la trama y de la caracterización los personajes. Por lo demás, la confusión entre dos personajes femeninos del mismo nombre parece demasiado forzada, y el pleito entre los dos amantes de la confundida Marcela se resuelve de manera precipitada y fuera del escenario. Tampoco el traslado a los sesenta ayuda clarificar los perfiles de la historia ni aporta nuevas perspectivas desde las que considerar las cuestiones planteadas.

La interpretación es, en líneas generales, homogénea y correcta, aunque previsible y plana en muchas ocasiones. Destaca el trabajo más vigoroso de Joaquín Notario, que crea el personaje más interesante, que descuella entre una serie de tipos cuya personalidad se muestra con frecuencia intranscendente o borrosa.

En cualquier caso, la CNTC y los responsables del montaje de La entretenida merecen el elogio por la decisión de dar a conocer esta comedia cervantina en los escenarios y por haberlo hecho con ilusión y con dignidad.

 

Más información

      LA ENTRETENIDA - Información general
      LA ENTRETENIDA - Entrevista
 


Javier Zabala
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Teatro Pavón
(Compañía Nacional de teatro Clásico)
Director: Eduardo Vasco
C/ Embajadores, 9 (Plaza de Cascorro)
28012- Madrid
Tf. 91 528 28 19
Metro: La Latina
Entradas: ServiCaixa 902 332211
Precios especiales grupos: Tf. 91 521 45 33

 

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