XXI FESTIVAL DE OTOÑO DE MADRID
2004


POURQUOI LA CUISINE?


LA COCINA COMO ESCENARIO

Título: Pourquoi la cuisine?
Autores: Mladen Materic y Meter Handke.
Escenografía: Mladen Materic.
Realización de Escenografía: Pierre Dequivre, Christian Meurisse.
Pintura de Escenografía: Jean Claude Saby.
Decorados del Video: Romaní Scnell.
Escultura: Michel Gaucher.
Vestuario: Odile Duverger.
Iluminación: Bruno Goubert.
Banda Sonora: Sylvain Lafourcade.
Coproducción: Théàtre Tattoo y el Théâtre Garonne (Toulouse); Festival d’Automne y el Tháâtre de la Bastille (París), el Wiener Festwochen (Viena), el Théâtre de l’Union (Limoges), La Rose des Vents (Villeneuve d’Ascq), Le Maillon (Estrasburgo) y Le Parvis (Tarbes).
Intérpretes: Damien Bernard, Paul Chiributa, Thierry Dussout, Loreen Farnier, Emmanuelle Hiron, Cathy Pollini, Haris Resic, Sodadeth San, Thiomir Vujicic, Josiane Wilson y Hugo Lehmann.
Compañía: Théâtre Tattoo.
Dirección: Mladen Materic.
País: Francia.
Idioma: Francés (con sobretítulos en español).
Duración aproximada: 1 hora y 30 minutos 8sin intermedio).
Estreno en Madrid: Teatro de la Abadía.
(Sala José Luis Alonso), 22 – X -2004.

Resulta llamativa la cantidad de piezas teatrales que se desarrollan en una cocina. Sin ánimo de ser exhaustivo, en los últimos años hemos visto en los escenarios madrileños al menos una decena de ejemplos: La cocina, de Wesker, las versiones que de ella hicieron Alonso de Santos y Fermín Cabal, Notas de cocina, de Rodrigo García, Cocinando con Elisa, de Lucia Laragione, La reina de la belleza de Leenane, de Martin McDonagh, La señorita Julia, de Strindberg, Pedazos rotos de algo, de Benito Escobar… ¿Por qué la cocina?, se preguntan los actores de Théatre Tattoo cuando acceden al escenario y todavía no son del todo personajes. Y se responden que en ella suceden las cosas importantes que nos afectan, que esa estancia de la casa es el auténtico teatro de la vida cotidiana. Van más allá, incluso. La cocina que nos muestran, su cocina, es, dicen, un reflejo de la vida en Europa, de lo que hoy en día ocurre en el viejo continente, en el que sus habitantes pasan más tiempo fuera que dentro de sus casas, en el que la vida pública se ha impuesto a la privada. Otros contenidos que aseguran abordar, como el de examinar las naturaleza de las relaciones del hombre actual con la realidad en el pasado, el presente y el futuro, pasan inadvertidos. Puede que, en parte, se deba al tipo de espectáculo que nos ofrecen, escaso de palabras y rico en imágenes, como es habitual en no pocas de las propuestas teatrales que nacen para ser programadas en festivales internacionales.

Como autores de Pourquoi la cuisine? figuran Mladen Materic, que también es el director y el escenógrafo, y Peter Handke, cuya aportación al espectáculo desconocemos, ya que es esencialmente escritor. Aunque en la obra se abordan cuestiones que le son queridas al novelista y dramaturgo austriaco, como la soledad, la incomunicación y la angustia, el vehículo para hacerlo no es la literatura. Éste ocupa un lugar secundario en relación a otras formas de representación dominadas por el gesto y la acción corporal, la cual se adentra, con frecuencia, en el mundo de la danza. El resultado es un espectáculo preciosista que entra muy bien por los ojos, pero que no invita demasiado a la reflexión. Nada se dice sobre la conducta humana que no sepamos. Planteado como una sucesión de gags entremezclados con breves escenas de contenido dramático, apenas se va más allá de ofrecer un repertorio de situaciones en la que se alternan la originalidad y los lugares comunes. Así sucede en la escena en la que un hombre, sentado a la mesa con su esposa, come y lee el periódico al mismo tiempo, provocando la irritación de ella, o en aquella en la que una recién casada coquetea con su amante.

No defrauda el trabajo de los actores, ni la puesta en escena. A la calidad y precisión de aquellos, se añaden la fluidez con la que se enlazan las sucesivas acciones y las pequeñas e imaginativas sorpresas escenográficas que van apareciendo a lo largo de la sesión. En este sentido, se cumple el requisito de calidad exigible a los espectáculos de acción que aspiran a recorrer el mundo y a cosechar premios internacionales.


Jerónimo López Mozo
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