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EL AÑO PASADO POR AGUA
LA REVOLTOSA
DIVERTIDA Y CUIDADA VELADA LÍRICA

Título: El año pasado por agua (Revista de actualidad)
Libro: Ricardo de la Vega.
Música: Federico Chueca y Joaquín Valverde.
Estrenado en el Teatro Apolo el1 de marzo de 1889.
Intérpretes: Juanma Cifuentes (Año), Fernando Albizu (12, 13, 15, 16, 17, 18, 19 y 31)/Luis Álvarez (22, 23, 24, 25, 26, 29 y 30) (Neptuno), Javier Ibarz (Mariano), Javier Ferrer (Julio Ruiz, el actor), Itxaso Moriones (12, 13, 15, 16, 18, 19, 22, 23, 25, 29 y 31)/ Francesca Calero (13, 17, 24, 26 y 30) ( La Menegilda), Javier Ferrer (El entrenador), Sagrario Salamanca (La tiple), Alexander González (El “ 7”), Gerardo Bullón (Guardia 1º), José Manuel Velasco (Guardia 2º) Didier Otaola (Guardia 3º)

EL AÑO PASADO POR AGUA

Título: La Revoltosa (Sainete lírico en tres cuadros)
Libro: José López Silva y Carlos Fernández Shaw
Música: Ruperto Chapí
Estrenado en el Teatro Apolo el 25 de noviembre de 1897
Intérpretes: Itxaso Moriones (12, 15, 16, 18, 19, 22, 23, 25, y 31)/ Francesca Calero (13, 17, 24, 26 y 30), Ana María Hidalgo (Soledad), Marta Moreno (Gorgona), Carmen Arribas (Encarna), Carmelo Cordón (Felipe), Ferando Albizu (12, 13, 15, 16, 17, 18, 19 y 31)/Luis Álvarez (22, 23, 24, 25, 26, 29 y 30) (Candelas), Juanma Cifuentes (Cándido), Javier Ferrer (Atenedoro), Javier Ibarz (Tiberio)

LA REVOLTOSA

Escenografía: Luis del Álamo
Iluminación: Pedro pablo Melendo
Vestuario: Mariana Mara
Coreografía: Marco Berriel
Realización de escenografía: Altamira
Realización de vestuario: Cornejo
Jefe técnico: Alfonoso Cogollo
Peluquería: Mª Teresa Ortuñez
Maquillaje: Cristina Gómez
Jefe de sastrería: Alejandro Carrasco
Sastres: Victoria González, David García,
Nacho Guzmán, Iván Oliva
Atrezzo: Mateos
Regidor: Pedro Tojar
Maestro repetidor: Juan Ignacio Martinez
Responsable de orquesta, coro y ballet:
Concerto XXI Producciones
Director ejecutivo de Concerto XXI:
Fernando Poblete
Jefe de Producción: Alicia García Ortega
Producción: Ópera Cómica de Madrid
y Veranos de la Villa.
Coro: Ópera Cómica de Madrid
Orquesta: Ensemble Instrumental de Madrid
Ballet: Concerto XXI
Dirección musical: Cristóbal Soler
Dirección escénica: Francisco Matilla.
Estreno en Madrid: jardines de Sabatini
(Veranos de la Villa de Madrid), 12 – VII -2008

EL AÑO PASADO POR AGUA
FOTOS: ÓPERA CÓMICA de MADRID

Los Jardines de Sabatini se han convertido, desde hace algunos años, en sede del mundo lírico a veces compartido con el flamenco. Este año, como el anterior, lo ha copado la lírica. El mes de Julio con la Ópera Cómica de Madrid y el mes de agosto con una Antología de Zarzuela que ha titulado La zarzuela madrileña “…del Madrid Romántico al Madrid de los años 50.

La Ópera Cómica de Madrid, desde 1986, tiene ya un amplio repertorio basado en una filosofía que comparte títulos de toda la vida con otros olvidados en los repertorios habituales, algunos de los cuales desaparecieron después de las primeras representaciones.

Para esta ocasión y con el centenario de Federico Chueca de por medio ha elegido como homenaje El Año pasado por Agua. No ha querido empachar con Chueca porque otros se han ocupado de ello. En este mes de junio acudía al Teatro Fernán Gómez una cuidada selección de La mejor música de Federico Chueca – rezaba el programa – bajo el título El Gran Género Chico con dirección musical de Montserrat Font Marco y dirección escénica de Ángel Fernández Montesinos. El Teatro de la Zarzuela, también el mes de junio y julio, programaba El Bateo y De Madrid a París con dirección escénica de Andrés Lima, neófito en las artes zarzueleras y por lo tanto con una visión personal. La Ópera Cómica invita a hacer la digestión de Chueca con la siempre bien agradecida La Revoltosa de Ruperto Chapí.

Ambos títulos estaban ya en el repertorio de la Ópera Cómica: El año pasado por agua la montó en 1998 y La Revoltosa en 1992, con motivo del Madrid Capital de la Cultura Europea 1992.

EL AÑO PASADO POR AGUA

El año pasado por agua – estrenada el 1 de marzo de 1889 – tiene una aclaración: Revista general de 1888 y también Revista de actualidades. Esto de Revista se lo inventó Gutiérrez de Alba con su obra: 1864 y 1865. Lo imitó La Gran Vía (1886), también con música de Chueca y Valverde, y repitieron los mismos compositores con este título. El invento consistía en analizar la situación social, de costumbres, económica y política de una ciudad o un colectivo. En el caso que nos ocupa: Madrid. Por lo general se partía de una noticia y a partir de ahí se desgranaban todas las situaciones. La Gran Vía tuvo como tema central el nacimiento de ese Gran Vía Madrileña, cuya edificación suponía la desaparición de calles, callejuelas e inmuebles.

En El año pasado por agua el punto de partida son las inundaciones y destrozos que sufrió Madrid en 1888, debido a las generosas lluvias. El libreto es de Ricardo de la Vega, el cual construye una serie de tipos y situaciones críticas que analizan la situación española, siempre en desgracia. Al ser revista de actualidad el texto es efímero. De ahí que este tipo de espectáculo obligue a la continua actualización en noticias, quejas, chistes y demás entramado dramático. Ello explica que, como sucedió en La Gran Vía, a largo del tiempo se añadan incluso nuevos números musicales. Todo esto viene a cuento, porque no es fácil, en esta versión, ver lo que queda de Ricardo de la Vega a no ser que cotejemos ambos libretos, el de Don Ricardo y el de Don Francisco Matilla y su troupe.

Indudablemente se respetan los números musicales, los personajes y la estructura básica. Lo demás intenta encontrar, incluso visualmente, su traducción de 2008. No se trata aquí de desvelar estos trasvases, para no destripar la sorpresa en el espectador y apagar su sonrisa o su carcajada. Sólo resaltar que hay ingenio y chispa en la adaptación que se nos ofrece.


JUANMA CIFUENTES
Uno de los personajes hilarantes es el año 1889 que interpreta Juanma Cifuentes, muy veterano en eso de las tablas. Imagino que buena parte de la construcción del personaje se debe también a él. Da la sensación de que se siente como pez en el agua, lo cual nunca mejor dicho para ese Madrid inundado. Ricardo de la Vega, en el original, había trabajo con un vocabulario sainetero: lenguaje y sintaxis que se decía madrileño o castizo, pronunciaciones distorsionadas del castellano o el uso de palabras que se piensan elegantes. Ello da pie a un simpático juego iterativo de la consulta de términos en una agenda electrónica personal que posee el Año 1889, el cual sintetiza en su caracterización de escocés todo el ramo turístico que busca en España los tópicos de siempre. Le acompaña un eficaz Javier Ibarz en el papel de Mariano, guardia urbano.

Por cierto hay una pequeña ironía sobre el término castizo, que tanto usamos, pero que, en realidad, nos ponen en un brete – aprieto sin evasiva, cepo o prisión estrecha de hierro que se ponía a los presos para que no huyeran - cuando nos piden su significado. Lo más que conseguimos decir es lo de Mariano: Pues significa eso: ¡castizo! Consultadas fuentes periciales

castizo, za
adj. y s. Que posee los caracteres peculiares y típicos de un lugar, una raza o una actividad: taberna castiza.
[
Lenguaje] puro, sin mezcla de rasgos o vocablos ajenos a él.
[
Persona] graciosa y ocurrente, en especial aplicado a madrileños y andaluces: en la zarzuela aparecen personajes auténticamente castizos

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe S.A., Madrid

El tercer personaje, viandante por Madrid y dueño del mundo acuoso del suelo y de los cielos es Neptuno. Este personaje interpretado por Fernando Albizu y Luis Álvarez en distintas semanas, se ha modernizado en su vestuario – smoking cabaretero y chistera orlada de corona en puntas plateada - y se le ha rodeado de una corte de bañistas e, imagino, nereidas o algo de esa fauna húmeda. No falta su tridente que maneja cual báculo, como signo de poder. En la representación del 25 de julio el papel lo interpretó el veterano y solvente Luis Álvarez, que en este tipo de personajes un tanto histriónicos parece nadar bien. Fue el Marqués de Caravaca en Jugar con Fuego, Alonso en La boda de Luis Alonso etc… A esta soltura de interpretación se le añade su segura tesitura, que en este caso no es de gran exigencia.

Una revelación era Itxaso Moriones, presentada, en las informaciones y ruedas de prensa, como neófita en esto de interpretar una zarzuela completa, pero no en el cantar romanzas de zarzuela. Por lo observado, en lo referente a su interpretación, de neófita no tiene nada. Encarna a La Menegilda – personaje capturado de La Mengilda de La Gran Vía - con garbo y soltura. Su voz es segura, limpia y de una gran naturalidad. Llega con fluidez y una buena vocalización que permite entender el texto, cualidad que muchas veces no se consigue en el mundo lírico.

Javier Ferrer y Sagrario Salamanca – actor y tiple respectivamente – crean un simpático y bien movido Dúo de las Mazurcas, muy bien arropados por una coreografía ingeniosa.

Y ya que estamos en el elemento coreográfico, parabienes para su creador Marco Berriel que consigue unos toques revisteros y otros más líricos. Y parabienes para los integrantes del coro que no solamente cantan, sino que cuidan cada uno de su personaje y muestran una gran soltura de movimientos.

Matilla ha llenado de ritmo y frescura toda la historia.

El vestuario de diversas épocas, posee, acertadamente, cierto toque de ironía y, en conjunto,  proporciona vistosidad y colorido.

La escenografía es tan minimalista que no se aprecia, salvo elementos de atrezzo a no desvelar, porque se puede decir que no existe. Es cierto que la escenografía es el propio fondal del Palacio Real, pero se echa de menos algún toque que denuncie que se trata de un minimalismo.

Este Año pasado por agua es un bonito y entretenido divertimento. Quede constancia la frase de un espectador joven: “Mola lo de la selección. Es muy divertido”.

LA REVOLTOSA

En La Revoltosa sí se puede hablar de minimalismo escenográfico. Era obligado el juego de escaleras y la doble altura. La tapia de fondo nos sigue dejando ver el Palacio Real. Todo en blanco, incluso el vestuario para no desentonar con el blanco del Palacio Real.

Esta “blancura” en todo – propia de un anuncio de Ariel, y no me pagan – no es nueva. La Revoltosa ha tendido a ser colorista y por eso, cuando en 1992, con motivo del Madri Caital Europea de la Cultura, Emilio Sagi presentaba, en el Teatro de Madrid, una nueva versión toda en blanco nos sorprendió satisfactoriamente. Comenzábamos por una Revoltosa toda en blanco sin un ápice de color y sólo al final uno de los personaje comenzaba a integrar el color en un mantón, para desembocar en El Bateo que, “pian piano”, se llenaba de colorido. Ambas zarzuelas se representaban en continuidad.  Este afán por lo blanco lo volvió a repetir Emilio Sagi en la Luisa Fernanda del Teatro Real con Plácido Domingo y, también, sólo el final se llena de colorido en las tierras de Extremadura con su ¡Ay mi morena,…!  

Aquella Revoltosa de 1992 estaba producida por la Ópera Cómica de Madrid. Aquí vuelve la concepción del blanco salpicado con toques de color en mantones en las féminas, que en su momento oportuno cuelgan del barandal de la estilizada Corrala. Este tratamiento funciona bien como elemento poético, con un pizca chejoviana y con una evocación del verano.

Vuelve a llamar la atención la versatilidad de canto y de interpretación Itxaso Moriones. Recrea un personaje de Mari Pepa nada afectado y lleno de simpatía, picardía y naturalidad. Posee una coloratura de voz de gran naturalidad y sin forzamientos, así como una perfecta vocalización haciendo inteligible el texto.

Junto a ella el barítono Carmelo Cordón le da una buena réplica en canto e interpretación con su Felipe. Encarna a un Felipe muy creíble tanto en su humanidad como en el desplante. Y también su texto se hace inteligible.

Como no podría ser menos Juanma Cifuentes cobra protagonismo a lo largo de toda la obra en su Cándido, personaje muy agradecido. En el ambiente del público sus intervenciones se captan con gusto y regocijo. En la misma línea es también del agrado del público Luis Álvarez con su Candelas. Tanto uno como el otro campean por el escenario con una gran naturalidad.


MARTA MORENO
Marta MorenoGorgonia y parienta del salido Cándido – da una buena réplica. Es cantante y actriz que domina el medio lírico muy bien. En todas las interpretaciones que le he visto a lo largo de estos años, uno se siente cómodo con ella cuando sale a escena. Aquí no podía ser menos.

Las seguidillas de Javier Ferrer, amén de la eficacia de la interpretación sonora, están ágil y vistosamente movidas tanto a nivel individual como coral.

Hay que resaltar el buen movimiento de todas las escenas en el que se fusiona perfectamente el cuerpo de baile con el coro hasta el punto de conseguir una simbiosis adecuada. A veces no se distinguen unos de otros. Y esto, pienso, es mérito de Francisco Matilla y Marco Berriel.

En La Revoltosa, al no tener un protagonismo, en número, las romanzas, los dúos y demás recursos del género lírico, la parte orquestal es importante. La historia ha demostrado que su preludio e intermedio han sido programa  obligado de mucho repertorio orquestal y de banda. Son brillantes. Tras el preludio a telón bajado es  siempre un regalo para la vista, al levantarse dicho telón, contemplar la Corrala inundada de todos los personajes cada uno en su menester. Si en algún espectáculo  viene justificado el telón es en éste. Al aire libre no hay telón y el leve resplandor de la noche deja entrever el espacio vacío. La curiosidad es ver cómo se resuelve el llenar ese microcosmos. La solución es inteligente. Con los últimos compases, en la penumbra de la noche, irrumpen cadenciosamente unos y otros y cuando viene eso de “hágase la luz” el cuadro está perfectamente construido. Sin embargo menos inspirado me ha parecido la coreografía para arropar el intermedio. Es sólo discreta, que contrasta, con la acertada coreografía de las guajiras.

En la obra hay un Niño piojoso y Chupitos, otro infante de más edad, correveidile de la Corrala. No es la primera vez que se usan niños actores. Siguen funcionando mejor que una tiple menudita (Chupitos). Y la tonada nos llega suficientemente bien. Bravo por los dos niños, sin nombre en el programa. Lo de los niños en las obras siempre dan un toque de ingenuidad y humanidad a los espectáculos.

En conjunto es un buen montaje, en el que sobresale la  interpretación de todos, el movimiento de la escena y el ritmo. Dentro de lo que es la estilización de tipos y situaciones, toda la obra resulta muy creíble y con gran frescura y vitalidad.

He resaltado, en todos, la inteligelibidad de los textos cantados. No sé si se debe a la megafonía, necesaria en un espectáculo al aire libre. Si es así esta sería una de las virtudes de la megafonía, la cual sonoramente hace perder matices en el mundo de la lírica. 

El 25 de julio estaba abarrotado de público. Sólo algún tímido lunar de aforo.

Una nimia apostilla. No hay telón y el final tras los últimos aplausos y oscurecimiento de luz, todo queda un tanto desangelado. Los actores se van como pueden por uno y otro lado. ¿No sería posible meterlos entre cajas con algunos compases? Ese recurso se utiliza para hacer salir de escena a todos los de la Mazurca de los Paraguas en el año pasado por agua y funciona muy bien.


José Ramón Díaz Sande
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JARDINES DE SABATINI
C/BAILÉN,
c/v a Cuesta de San Vicente
metro: Pz. De España y Ópera
Autobuses: 2, 46, 39, 75, 138 y circular
(veranos de la Villa)