AMAR DESPUÉS DE LA MUERTE
(EL TUZANÍ DE LA ALPUJARRA)


FOTOS: CHICHO

UN CALDERÓN AMANTE
DE LA LIBERTAD

Con Amar después de la muerte la Compañía Nacional de Teatro Clásico se sitúa en un momento de actividad que Eduardo Vasco – director del Compañía – la valora como:

  • Máxima. En esta temporada ya cumplimos lo prometido al comenzar el año anterior mi mandato. El castigo sin venganza está de gira en Barcelona, El Viaje al Parnaso ha acudido al Festival de Otoño y ahora, la compañía que había estrenado La Entretenida, se presenta con el nuevo estreno de esta temporada: Amar después de la muerte.

La propuesta para la gestión de esta Compañía, consistía en crear una Compañía Estable y crear un repertorio. El repertorio ha comenzado a construirse con los nuevos títulos, pero, archivados, están los montajes de otros directores en décadas pasadas que, en principio, podrían recuperarse. Tal recuperación no está tan claro en la mente de Eduardo Vasco:

  • El tema de recuperación de montajes pasados no es tan sencillo. Apelo a mi propia experiencia. Yo no quiero que se recuperen mis montajes de, por ejemplo, hace cinco años. Cinco años son muchos. Yo, como director, trabajo muy desde el ahora. Habría que hacer revisiones y quién se las hace por ejemplo a José Luis Alonso o Adolfo Marsillach.

Parece pues que el concepto de repertorio se circunscribe a los títulos creados en la temporada, que podrían alargarse uno o dos años más. Lo pide la necesidad de estar presentes en el tiempo y sus acontecimientos. La recuperación de títulos más alejados en el tiempo no parece que sean interesante. Otro tema es el criterio de selección de los nuevos títulos:

  • Existe un criterio claro, en el momento de seleccionar los títulos: Combinar los grandes títulos con otros más desconocidos. Cada temporada abordamos un gran título o dos y otro menos conocido pero sabroso. Esto es un trabajo que, creo, debe hacer un Teatro Clásico. Al mismo tiempo los títulos que ya hacen otros grupos privados, no tenemos por qué hacerlos nosotros. Es meternos en un terreno que no nos corresponde porque ya hay otros que se dedican a ello. Por ejemplo Gil Vicente se ha hecho poco, o bien los sainetes de Don Ramón de la Cruz. En cambio Don Gil de las Calzas Verdes, es un título muy conocido y que se ha hecho mucho. No tiene sentido que lo abordemos.

UN CALDERÓN NO USUAL

Dentro de esta filosofía ha surgido la necesidad de abordar un texto de Calderón, al que no se ha acudido en muchas ocasiones: Amar después de la muerte. Es más, no suele aparecer citado en estudios sobre Calderón y si loasen, el comentario es muy sucinto. En este caso su elección viene motivada por dos razones:

  • Es un texto de gran belleza formal y por otro lado su contenido es de una gran vigencia en el mundo de hoy: la sublevación de los moriscos en las Alpujarras (Granada) en 1567, que Calderón la interpreta como un drama de venganza. No es simplemente un drama histórico, sino que junto a la historia que se nos cuenta, se ahonda en el fracaso de la convivencia entre dos comunidades. La España multicultural que queda tras el final de la Edad Media aparece como imposible para un Estado que pretende una integración forzosa y consigue una discriminación oficial, que culmina en 1609 con la expulsión de los moriscos y da fin a la Reconquista.

Cuando la escribe Calderón - aproximadamente hacia 1633 - la titula El Tuzaní de la Alpujarra. Como autor teatral, se encuentra en su período de madurez y está sustituyendo a Lope de Vega, sobre los escenarios. Lope vive su decadencia y serán años tristes. En las fechas en las que escribe este drama el “morisco” ya es pasado. Han apasado 66 años de aquella rebelión y los moriscos ya están fuera. Calderón echa mano de crónicas y romances – Hurtado de Mendoza, Mármol de Carvajal, Perez de Hita -, más que de los estudios históricos, y se adelanta al romanticismo al tratar la figura del Tuzaní: un moro sentimental y noble.

  • Es un drama sobre los moriscos que se rebelaron contra el poder de Felipe II, - especifica Eduardo - cuyas leyes restringen sus costumbres religiosas, prohibición del uso de su lengua, vestimentas, baños y fiestas y por lo tanto la total pérdida de su propia identidad. El morisco se nos presenta como un ser que no pertenece a ninguna parte, hijo de una cultura a la que ya no puede acceder e inmerso en otra que no le acepta tal y como es, que encuentra en la rebelión la única salida posible para vivir dignamente.

UN TEXTO DE RIGOR DRAMÁTICO,
AUNQUE NO HISTÓRICO EN TODOS SUS PUNTOS


La obra, justamente porque se apoya en crónicas, no pretende un rigor histórico. No obstante Yolanda Pallín – autora de esta versión - piensa que:

  • Es una obra histórica en el mejor sentido, en cuanto que se aborda el levantamiento de los moriscos contra Felipe II. Lo que sucede es que lo hace situando en el centro de la acción una historia de amor romántico en la que el héroe es capaz de una más que improbable hazaña: logra vengar la muerte de su amada, aún a pesar de desconocer la identidad de su asesino. Asunto y argumento son diferentes, pero el primero se realiza en el segundo como la esencia en el accidente. En tanto que comedia histórica, tratará el orden social, en tanto que comedia heroica, tratará el del honor y la obligación.

Lo que hace a esta pieza insólita, dentro del repertorio dramático y calderoniano es la inversión de personajes. En esta ocasión el bueno es el morisco y el malo es el cristiano. Y lo que se restaura es el honor mancillado – tema muy querido en Calderón – y su integración social, a través de la muerte sangrienta.
 

JOAQUIN NOTARIO (TUZANÍ)
MIGUEL CUBERO GARCÉS
  • El asesinato por mano de Tuzaní, no es una venganza, sino una defensa de su propia identidad de hombre, de la que comienza a ser desposeído, al formar parte de una minoría que Felipe II quiere eliminar. Por lo tanto la guerra de granada no es sólo un telón de fondo, sino la propia tragedia de nuestra identidad nacional. Un cruel espejo en el que mirarnos. Historia como orden social y peripecia como orden psicológico, se imbrican como nunca. El dolor del pueblo morisco ante el saqueo de la ciudad de Galera es el dolor de don Álvaro Tuzaní ante el asesinato de su esposa. Es el  mismo dolor que nos transmite Calderón en sus versos:

“la hazaña más cobarde,
la victoria más torpe,
la gloria más infame”

Años después de haber sofocado la rebelión, en 1609, se decreta la expulsión de los moriscos y esta obra de Calderón viene a ser la respuesta – tardía en el tiempo (1633) – a la apología de la expulsión. Lo que haya motivado a Calderón, tantos años después, a reflexionar sobre el tema puede ser la respuesta de textos denigrantes para con el moro, en el sentir institucional y popular:

  • La poesía de cordel, la voz del pueblo incide en un desprecio y resentimiento hacia el “moro” que ha pervivido hasta hoy día con ese “Santiago y cierra España”, el de los retablos de tantas iglesias católicas, que es uno de los más populares gritos a favor de la limpieza étnica. La Alpujarra es “Infame ladronera” para don Juan de Austria. En cambio para Calderón se trata de personajes nobles y frágiles, frustrados en su intento de convivencia pacífica. El intento de reconciliación y la justa venganza, sancionada por el poder, propician un equívoco final feliz. Una guerra civil parece haber acabado. El honor podría recobrarse, aunque sea después de la muerte.

EL TUZANÍ DE LA ALPUJARRA PASA A SER
AMAR DESPUÉS DE LA MUERTE


Esta idea de “después de la muerte” es lo que ha llevado al cambio del título original, en 1691, cuando J. Vera Tassis y Villaroel publica la Novena Parte de Comedias de Calderón, el cual ya ha muerto. El Tuzaní de la Alpujarra se convierte en Amar después de la muerte y así será conocida desde entonces.
 
  • La variación resulta significativa – precisa Eduardo Vasco - ya que resalta el aspecto romántico del drama distanciándolo de su base histórica, no tan popular en el momento de la edición. Olvidándonos del aspecto histórico concreto, el tema se universaliza. El morisco se nos presenta como un ser que no pertenece a ninguna parte, hijo de una cultura a la que ya no puede acceder e inmerso en otra que no le acepta como tal y como es, que encuentra en la rebelión la única salida posible para vivir dignamente.

PEPA PEDROCHE (DOÑA CLARA)
JOAQUÍN NOTARIO (TUZANÍ)

Aunque Calderón escribe un texto reivindicativo, no obstante, al final, opta por la supervivencia: la total conversión cultural y religiosa.

Para Eduardo Vasco el haber elegido este texto es:

  • Porque la historia nos parece bella y contemporánea; porque nos enriquece; porque nos habla de asuntos que nos preocupan y nos muestra actitudes no tan lejanas ante las que nosotros nos identificamos con los versos escritos por Calderón para el anciano morisco Malec, padre de Clara Malec, la enamorada de Tuzaní:

“…porque la violencia sobra
donde la costumbre falta”

YOLANDA PALLÍN :
MÁXIMO RESPETO AL TEXTO

La versión es de Yolanda Pallín. Su interés por este texto y por un proyecto con el que se siente feliz se debe a que:
 
  • Además de ser un texto importantísimo, veo necesario que sea visto por un espectador de hoy día, ya que tiene que ver con nuestra identidad nacional y quienes somos. Plantea el tema, no bajo el punto de una ortodoxia del siglo de oro sino que propone una pregunta al espectador: ¿qué queremos hacer con el otro? Es un texto particularmente valioso.

La versión de Yolanda ha respetado el original y prácticamente no ha habido traslación.

  • Cualquier traslación traicionaría el texto y cambiaría el sentido. Mi intervención sobre el texto ha sido muy distinta con respecto a otros textos, en los que hay que facilitar la comprensión. Pero aquí Calderón emplea un vocabulario nada complejo. Han sido muy pocos los términos que ha habido que cambiar. No ha habido tampoco una modificación sustancial en cuanto la estructura. Las modificaciones más bien han tenido que ver con los medios de recepción del espectador actual: más vivo, más directo y dando predominio a la acción. Ha sido un trabajo fundamentalmente con los actores, en cuanto al dominio del verso. Ellos son los que lo hacen comprensible.

TEXTO POCO REPRESENTADO Y MUTILADO

Ha sido un texto poco representado y sobre el que se ha cebado la censura.

  • La censura lo persiguió hasta después del romanticismo – aclara Eduardo. Se le quitan fragmentos. En cuanto a la escasa representación, se debe, en parte, a que los directores no nos atrevemos a hacerlo por los problemas escénicos que conlleva. Toda la secuencia de la Guerra de las Alpujarras, era fácil para ellos pues los recursos escénicos que utilizaban eran muy sencillos. Para nosotros todo esto se ha complicado. Requiere una cierta minuciosidad y no es fácil para cualquier compañía. También puede influir que el mundo que presenta no resulta tan atractivo, como otros textos suyos. Se presentó hace cincuenta años en el Teatro Español y hace unos 10 años por el Teatro Corsario. De todos modos, entre los “teatreros”, sí se conocía mucho y siempre surgía cuando se buscaban nuevos textos a representar.

VESTUARIO, FIEL A LA HISTORIA
 


JUAN MESSEGUER
(D. JUAN DE AUSTRIA)
Es frecuente que los clásicos se vistan de modernos o bien, simplemente, se sugiera la época con algún toque histórico diluido en la fantasía del figurinista. En esta ocasión, a pesar de que el texto de Calderón no reproduce los acontecimientos históricos, sino los de la leyenda y crónicas, se ha preferido el rigor histórico en el vestuario. Por otro lado, al tocar un tema cercano al de nuestra época la tentación de la traslación a la época actual estaba servida.
  • Hemos preferido mantenernos fiel a la época en lo que respecta al vestuario. Así que hemos construido trajes muy rigurosos, en cuanto a la parte histórica, lo cual no quiere decir que no se busque cierto atractivo y alguna pequeña estilización – aclara Yolanda Pallín.

La fidelidad a lo histórico llega al punto de vestir una cota de malla verdadera.

El tema de esta rebelión, a nivel histórico, no se debió haber vivido con orgullo, pues ese triunfo del poder no aparece reivindicado o glosado en muchos textos. Más bien hay como un cierto discreto silencio. Aunque Calderón juega con un final que intenta una componenda, la denuncia de la injusticia está en la bondad con que presenta el lado morisco y la crueldad e intransigencia del lado cristiano. Por otro lado, el sometimiento de una cultura a otra, como se ve en el final, no parecer ser la tesis de Calderón, sino la realidad histórica a la que se llegó, desgraciadamente y que lleva a la expulsión de los moriscos años más tarde. En palabras de Eduardo Vasco, este texto nos presenta un Calderón:

  • No tan intransigente y reaccionario, sino amante de la libertad.
Bibliografía sobre Amar después de la muerte o El Tuzaní de la Alpujarra

Alcalá Zamora, José. «Individuo e historia en la estructura teatral de El Tuzaní de la Alpujarra». García Lorenzo, Luciano (ed.). Calderón: Actas del Congreso internacional sobre Calderón y el teatro español del Siglo de Oro. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1983. 343-63.

Aubrun, Charles Vincent. «Amar después de la muerte». Flasche, Hans (ed.). Octavo Coloquio Anglogermano, Bochum 1987. Hacia Calderón. Stuttgart: Franz Steiner, 1988. 207-11.

Case, Thomas E. “Honor, Justice, and Historical Circumstance in Amar después de la muerte.Bulletin of the Comediantes 36.1 (1984): 55-69.

Caso González, José Miguel. «Calderón y los moriscos de las Alpujarras». García Lorenzo, Luciano (ed.). Calderón: Actas del Congreso internacional sobre Calderón y el teatro español del Siglo de Oro. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1983. 393-402.

Delgado Morales, Manuel. «'Amar después de la muerte' y la 'imprudencia' del castigo de los moriscos de Granada».

González, Serafín (ed. & pref.); Walde, Lillian von der (ed. & pref.). Palabra crítica: Estudios en homenaje a José Amezcua. Mexico City, Mexico: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa / Fondo de Cultura Económica, 1997. 169-80.

Valbuena Briones, Ángel. «Los papeles cómicos y las hablas dialectales en dos comedias de Calderón». Thesaurus 42.1 (1987): 47-59.

Wilson, Margaret. “'Si África llora, España no ríe': A Study of Calderón's Amar después de la muerte in Relation to Its Source.” Bulletin of Hispanic Studies 61.3 (1984): 419-25.

 

Más información

           Amar después de la muerte - Información General

           Amar después de la muerte - Crítica Teatro
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José Ramón Díaz Sande
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