.:: Entrevista ::.

ANIMALES ARTIFICIALES


FOTOS BASE: JACOBO BUGARÍN

Matarile Teatro viene unos días al Teatro Fernán Gómez, con su último montaje: Animales Artificiales (2008).

  • La obra y trayectoria de Ana Vallés ya es conocida – declara Mora Apreda, directora del Teatro Fernán Gómez. Quiero destacar su itinerar de más de 20 años con  Matarile Teatro y desde 1986 la gestión del Teatro Galán y del Festival Pé-de Pedra, en el que siguiendo el criterio de democratización de las Artes Escénicas, la danza contemporánea es fundamental desde hace seis años. Un trabajo que han llevado a cabo Ana y Baltasar Patiño.

Se han podido cuadrar fechas y así ha sido posible que Animales Artificiales pisara la Sala Girau del Teatro Fernán Gómez.

LA COMPAGINACIÓN ENTRE EL ANIMAL
QUE SOMOS
Y EL MUNDO ARTIFICIAL
QUE COSNTRUIMOS


ANA VALLÉS
FOTO: JACOBO BUGARÍN
  • Hemos partido, para Animales Artificiales – desvela Ana Vallés -, de la idea del increíble equilibrio entre el animal que somos y el mundo artificial que construimos para convivencia, puesto que somos animales sociales. Se trata de reivindicar la naturaleza y recordar que sin el artificio no habría arte, moral y belleza o empatía, que es el ponernos en el lugar del otro. El animal es amoral y no tiene la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Es, en definitiva, la eterna lucha entre lo que queremos ser y hacemos y el paso de la tradición, lo viejo, hacia una búsqueda. Lo contradictorio es que queremos adaptarnos al medio cultural y así queremos pasar desapercibidos, pero también reivindicamos la parte individual.

LENGUAJE DE LENGUAJES

 

 


FOTO: JACOBO BUGARÍN

Las obras de Matarile Teatro cuentan con músicos, actores, bailarines y se habla de coreografía.

  • Este es teatro – insiste Ana Vallés que se trabaja con bailarines y músicos. Yo nunca parto de un texto previo literario. El texto se va haciendo durante el proceso. Algunas veces escribo textos a priori, pero después entran o no entran. En realidad el texto surge de las propias improvisaciones. Después uso los distintos lenguajes escénicos, que se van creando por acumulación, superposición o asociación de lenguajes o si se quiere asociación de ideas evocadas. Se recurre a la palabra, al baile, a la música etc. Cada lenguaje en sí mismo no es nada. Empiezan a funcionar cuando se produce la suma. Lo que no tengo claro es cómo empiezo. Es decir empiezo por aquí y termino por otro lado. Se trata de una estructura asociativa más que narrativa. A nivel formal teatral hay un paralelismo contradictorio entre la aparente naturalidad de la escena y el artificio que hay detrás. En la representación todo es artificial, pero aparece como natural. Puede parecer que improvisamos, pero no es así. Todo está determinado.         

LOS ACTORES INVOLUCRADOS
EN EL PROCESO DE CREACIÓN

El ensayo, para Ana Vallés, es un “proceso”  y sólo al final queda todo asociado.


FOTO: JACOBO BUGARÍN
  • Me gusta el proceso – declara Ana y que en ello participen los actores, porque quiero actores creadores y no solamente intérpretes. Tienen que estar abiertos no  sólo a lo suyo, sino también a todos. Por ejemplo una propuesta de Hugo Hugo Portas, que se encarga de la Tuba – provoca en el bailarín algo, un texto hace que interrumpa otro aspecto. Esto va sucediendo día a día y así se suma todo al final. Como puede verse esto implica una generosidad grande por parte del actor, porque no tiene a qué agarrarse. Ahora bien, una vez fijado ya no hay otro desarrollo a lo largo de las representaciones.

ACTORES VENIDOS DE AQUÍ Y ALLÁ

Si se repasa el elenco de actores, lo que les caracteriza es que proceden de diversos lugares y no se circunscriben a la zona de Galicia, de donde procede Matarile Teatro.

  • Cada vez me encuentro con más personas que nos hemos conocido en un trabajo mutuo y de pronto me dicen “me gustaría trabajar contigo”. Cada uno tiene sus compromisos y ninguno vive de Matarile Teatro. Por otro lado al combinarse diferentes tendencias artísticas y de edades llevan a estas variedades. En cuanto al físico no sólo me interesan los cuerpos estupendos, sino la mezcla y la química que se pueda producir entre ellos. En el caso de Hugo Portas que entró para tocar la tuba como sustitución en Historia Natural, cuando estábamos en Portugal, se ha incorporado a la actuación con nosotros. Este es su tercer espectáculo y actúa con más protagonismo en la tuba y al mismo tiempo desarrolla sus dotes de actor.

FOTO: JACOBO BUGARÍN

EL HUMOR FUNDAMENTAL EN MIS OBRAS,
ME RÍO DE CASI TODO

Oyendo el discurso de Ana y su pose expositiva que a veces parece tocar la trascendencia, es imposible imaginar esa dosis de humor que tienen sus obras.


FOTO: JACOBO BUGARÍN
  • Bueno – se excusa – yo es que en las ruedas de prensa y entrevistas, como persona, me siento incómoda y ahora lo estoy. En cambio sobre el escenario desarrollo el humor y lo que soy, en el fondo. El humor me parece fundamental. Es importante reírnos de nosotros mismos. Esta es la base de partida. No me planteo el utilizarlo, sino que intento contar las cosas sin caer en la trascendencia. Al utilizar el humor y la ironía se refuerza el contenido. Me gusta este tratamiento y este es mi humor. Es una etapa no optimista sino vitalista. Me río de casi todo.

TRABAJAR CON ANA VALLÉS,
HASIDO RECONICLIARME
CON MI PASADO DE BALLET CLÁSICO

Mauricio González que interpreta a El cisne con sombrero es bailarín, formado en su juventud – tiene actualmente 45 años – en el ballet clásico.

  • Yo venía del ballet clásico y gran parte de mi carrera transcurrió por ese estilo. Yo buscaba un lenguaje que me fuera propio. Quería hacer algo que me sugiriera a mí mismo. Por eso, comencé a trabajar solo y conocí a Ana. Me lo he pasado muy bien trabajando con Ana porque hizo que me reconciliase con mi pasado. Terminé renegando del clásico y deseaba hacer algo distinto. Con Ana han vuelto a salir una serie de cosas bonitas que tenía dentro de mí. Un reencuentro con el clásico y ahora bailo cosas que desde mi edad pensé que ya no podía hacer. Algo muy peculiar es que la frontera entre la persona y el personaje está en el límite y, en el fondo, no sabemos quiénes creemos ser. Esto me pasó y me gusta. Esa dualidad es interesante, pues en la vida diaria también somos personajes.

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RICARDO SANTANA:
BAILARÍN CONTEMPORÁNEO Y ACTOR

Ricardo Santana es La mujer con bigote


FOTO: JACOBO BUGARÍN
  • Yo no vengo del clásico, Soy bailarín y actor licenciado por la RESAD. Conocí a Ana en una coproducción con Provisional Danza de Carmen Werner Pie izquierdo (2005) -, en la que yo bailaba y me sentí muy bien. Quisiera matizar un poco lo de la improvisación. Ésta se desarrolla después del estreno. Se configura una estructura pero es abierta y puede modificarse. De hecho en Salamanca un actor se lesionó y salió con muletas. Yo propuse que todos saliéramos con muletas, pero Ana no lo aceptó.

UNA ALEMANA EN LA CORTE
DE MATARILE TEATRO

Entre esa mezcla de nacionalidades está la alemana Helen Bertels, que interpreta a La alemana y los melones.

  • El trabajo de Matarile Teatro lleva a que una se encuentre con la vida misma y va desde la tristeza hasta la absoluta alegría y el público se lo pasa muy bien.

FOTO: JACOBO BUGARÍN

HUGO PORTAS:
UNA TUBA MARIDADA
CON EL CONTRATENOR

El ya mencionado Hugo Portas apunta que en la obra…

  • Ramón Vázquez es el cantante contratenor, una voz no frecuente y muy especial, más acorde con la música antigua. Este contratenor junto con la tuba, que yo toco, crea una atmósfera muy especial, que, la igual que la danza, puede producir sensaciones muy peculiares.
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LAS PROLONGACIONES DE MATARILE TEATRO:
EL TEATRO GALÁN Y EL FESTIVAL PÉ DE PEDRA

El complejo Matarile Teatro va unido al Teatro Galán, que hace poco notificaba su cierre por déficit económico.

  • Está cerrado al público como exhibición, pero se sigue utilizando como sala de ensayo – aclara Ana Vallés.

FOTO: JACOBO BUGARÍN

Otra de las instituciones ligadas a este entorno santiagués era el Festival Pé de Pedra (Festival Internacional de Danza para paseantes), que también ha sufrido modificaciones.

  • El Festival Pé de Pedra no se va  a hacer este año - precisa Ana Vallés. Lo hemos convertido en bianual – antes era cada año – para poderlo hacer en buenas condiciones. Un año sabático no viene mal.


José Ramón Díaz Sande
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