.:: Entrevista ::.

DIVINAS PALABRAS
REALIDAD AGOBIANTE
APARTADA DE TODA RACIONALIDAD


FOTOS BASE: ALVARO LUNA

Se inaugura el Teatro Valle Inclán que pudo haber seguido con el nombre de Sala Olimpia, pero el fervor de Gerardo Vera hacia Valle hizo que su nombre definitivo fuera Valle Inclán. Y con Valle Inclán se inaugura la Sala grande.

El comenzar con Divinas Palabras es volver a la juventud de Gerardo Vera
 

FOTO: ALVARO LUNA
  • Era mi ilusión cuando estaba en el TEU (Teatro Español Universitario) y la carrera – es licenciado en Filología Inglesa por la Universidad Complutense de Madrid y licenciado en Literatura y teatro por las Universidades de Madrid y Exter (Reino Unido) – me importaba un pito. Trabajaba entonces como ayudante de escenografía, sin cobrar, de Francisco Nieva, Emilio Burgos, Burgmann e incluso llevaba cafés. La monté en la facultad con música de Strawinsky y un elenco de 60 personas. Fue un éxito.

En su opinión Valle Inclán es el mejor dramaturgo contemporáneo español. Por ello cuando la ministra de Cultura Carmen Calvo, lo nombró director del Centro Dramático Nacional (junio 2004), no dudó en bautizar al Teatro con el nombre de Valle y a la Sala pequeña con el de Francisco Nieva, como homenaje a quien fue uno de sus maestros.

  • Desde siempre he querido montar Divinas Palabras, pero hacerlo desde el teatro privado es muy difícil. Uno de los problemas de la obra es conseguir la unidad. Hablan todos de lo mismo y cuentan lo mismo. Todos son protagonistas. Quiero destacar la pasión por el teatro que ha manifestado este elenco, porque salen a matar al ruedo todos los días. Es cierto que Alicia Hermida ha ayudado mucho al modo de decir y a enseñar lo que es este tipo de teatro.
La sabiduría de Alicia acerca de Valle Inclán, viene desde muy atrás.
  • Desde muy jovencita – confiesa Alicia Hermida - mi autor ha sido Valle Inclán, el único, el mejor. Mi objetivo ha sido trabajar sobre el texto de Valle Inclán. Cuando me lo propuso Vera no dudé. El verdadero teatro español está en La Celestina de Fernando de Rojas y en Cervantes. Luego se desvió y Valle fue a buscar ese tipo de teatro que estaba en la raíz del teatro español.

ALICIA HERMIDA
FOTO: ALVARO LUNA

VERSIÓN DE JUAN MAYORGA
“QUE NO SE NOTE LO MÍO”

Juan Mayorga se ha encargado de la versión, aunque Gerardo Vera deja claro que:

  • He intentado ser respetuoso con el texto, pero estableciendo unas claves que lo hiciesen más elocuentes par todo tipo de público, no sólo para los que ya están familiarizados con la dramaturgia del autor. Valle es un autor de imágenes de enorme plasticidad, pero creo que el valor poético máximo de su dramaturgia reside en su fascinante plasticidad verbal. Ahí es donde la innovación llega a cotas más altas. Me atrevería a afirmar que el lenguaje en Valle es la más poderosa aportación de un autor a la dramaturgia española del siglo XX.

Revisar el texto es para Juan Mayorga un gran regalo que Vera le ha hecho
 

FOTO: ALVARO LUNA
  • Significa trabajar en uno de los mayores textos de teatro de cualquier lugar y tiempo. Hoy sé lo valioso que es, por poder participar en este montaje que quedará en la memoria de los espectadores y para esa memoria hacemos teatro. Mi colaboración es muy modesta. No soy adicto a que se modifiquen los clásicos. El primer valor es su universalidad. Ha sido un placer el trabajar con Vera que ama este texto y que se lo sabe de memoria. En su despacho, estando solo conmigo, interpretaba todos los personajes, para buscar el tono. Espero que mis intervenciones no sean notadas.

Valle denominó a esta obra: Tragicomedia de aldea. Laureaniño, enano hidrocéfalo, era el “modus vivendi” de Juana la Reina. Era el cebo de limosnas por caminos y aldeas. Al morir ella, su hermana y su cuñada luchan por la custodia dorada de Laureaniño. El rodar por los caminos nos lleva a conocer un gran fresco español, cuyos móviles en la vida proceden de sus más bajos instintos.
  • En ese viaje – aclara Juan Mayorga hemos elegido como guía al perro Coimbra, sombra del forastero Séptimo Miau. Ese chucho se mueve entre iguales alrededor de mujeres y hombres animalizados. Hombres y mujeres que ni evitarán la absurda muerte de Laureaniño, ni protegerán el cadáver de la voracidad de los cerdos.

Los primeros críticos que conocieron Divinas Palabras la calificaron de “obra sucia, abyecta y repugnante”.
 
  • Las palabras de Valle son las que él escribió observando ese mundo tan sórdido y oscuro, pero ese mundo – advierte Juan a través de la palabra de Valle hace que sus personajes se transfiguren y lo representado se eleve y levante la nostalgia en el espectador. Nos recuerda que nuestra lengua castellana tiene grandes expresiones. Convierte a los seres más bajos en personajes extraordinarios y nos ofrecen algunas de las escenas más intensas que jamás se hayan soñado para la escena.

FOTO: ALVARO LUNA

Uno de los problemas de Valle es que esa “palabra” que nos cautiva no es tan fácil plasmarla sobre la escena y no garantiza el montaje. Es más, muchos de los montajes han tropezado una y otra vez. En el caso que nos ocupa Juan Mayorga piensa que…

  • Gerardo Vera ha encontrado un espacio bello, sencillo y vínculo entre los actores. Esos actores antiguos se acercan a otros más jovenes que les sostienen la mirada. La palabra de Valle al encontrarse con el cuerpo del actor la secunda como un relámpago deslumbrante.

En el elenco de actores se han mezclado gente consagrada con otros más jóvenes pero de amplio currículo.

Julieta Serrano – encarna al personaje de La Tatula - es una de las veteranas y consagradas. Define su participación como un “gozo”.
 

JULIETA SERRANO
FOTO: ALVARO LUNA
  • Es un gozo porque participar en Valle Inclán es algo íntimo y difícil de montar por su envergadura. Es también un reto el afrontar todo un riesgo que supone el trabajar todos juntos con una gran unidad y crear el vínculo tan esencial para un lenguaje tan elaborado. Es también un riesgo porque no se puede uno quedar en lo estético, sino acercarse a lo salvaje. Mostrar que hay seres humanos llenos de vida. Valle Inclán es maravilloso porque obliga a un vínculo esencial, pero muy difícil. En esos trabajamos todos juntos con una gran entrega y amor. Y esto se transmite al público. Queremos que se vea ese amor con el que hemos trabajado.

Julieta no es novicia en Valle, ya que lo ha interpretado muchas veces. También volver al Centro Dramático Nacional es un gran gozo.

  • Aquí me siento en mi casa porque en el Centro Dramático Nacional, que antes no se llamaba así, estuve 13 años con José Luis Alonso. Otro año en el Teatro María Guerrero y ha sido una suerte que me repescara Gerardo Vera y para un Valle. Le estoy muy agradecida.

NO HAY QUE TRAER
LOS DEBERES HECHOS DE CASA


El trabajo en equipo del que se viene hablando lo perfila Jesús NogueroSéptimo Miau – al desvelarnos el proceso a seguir en los ensayos.

  • Para mí ha sido un auténtico lujo participar de este elenco. Me ha resultado muy interesante el proceso. Desde el primer día Geraro Vera nos insistió que se trataba de descubrir a Valle y por ello pidió que no viniéramos con un Valle preconcebido y en este caso no traer el trabajo hecho de casa. Hemos intentado un Valle desde el arrojo, la valentía y el desenfado. Espero que lo hayamos conseguido.
Emilio Gavira encarna al Laureaniño. Es la primera vez que se enfrenta con Valle, al cual lo define como:
  • Una salvajada divina, fantástica y es un honor estar aquí.
     

EMILIO GAVIRIA
FOTO: ALVARO LUNA

ARNICHES DETRÁS DE VALLE

Con respecto al modo de ensayo Gerardo Vera, opta por dejar un amplio campo al actor.

  • Durante casi veinticinco días he estado dando palos de ciego intentando encontrar el tono adecuado. Valle tiene admiración por la parte costumbrista de Arniches. Por otro lado en España abunda el actor costumbrista y esto es peligroso cuando se aplica a Valle. Su teatro va más por al tragedia griega que por el teatro de costumbres benaventiano. El actor ha de buscar lo más hondo de él, sus pasiones y llenar de energía y tensión el escenario. Todos han hecho un gran trabajo ayudados por Mar Navarro en lo que respecta a la codificación de esas energías. Otro tema es crear una atmósfera poética, en la que se pueda irradiar la elocuencia a partir del desgarro.

SONSOLES BENEDICTO
FOTO: ALVARO LUNA
Otra de las veteranas en Valle es Sonsoles Benedicto que interpreta a Benita. Ya interpretó Divinas Palabras con José Tamayo en el Teatro Bellas Artes de Madrid y en la grabación televisiva.
  • A parte de dar las gracias porque me llamaran, tengo que dar las gracias a todo el equipo técnico, que quiero resaltar porque son parte importantísima en esta versión.

RICARDO SÁNCHEZ CUERDA,
UNA ESCENOGRAFÍA PARA
UN ESCENÓGRAFO: GERARDO VERA

Aunque en los últimos tiempos Gerardo Vera ha optado por la dirección tanto en teatro como en cine, olvidando su época de escenógrafo, no deja de ser un interrogante de cómo se planta un escenógrafo ante otro: Ricardo Sánchez Cuerda, de amplio currículo como escenógrafo.
 
  • Aunque vengo de la escenografía, me aburre hacer un decorado. He recurrido a Ricardo pues tiene la intuición de la gente joven. Yo ya sólo tengo el oficio. Se puede decir que no hay decorado, sino simplemente una pared y un árbol de verdad. Es un árbol arrancado de Valencia, arrancado por el vendaval, por lo tanto no hemos atentado contra la ecología. Este árbol viene a ser un símbolo.A partir de ahí todo es de una enorme simpleza. Son los actores los que crean el espacio poético, el exterior y el interior. Ellos crean el ambiente abyecto, sucio.

FOTO: ÁLVARO LUNA

Aparte del espacio de la representación también importa el entorno de la Sala.
Según Gerardo Vera:

  • Estas Divinas Palabras no son para un local como el Teatro María Guerrero. Y no por cuestión de contenido. No se va a delimitar el uso del María Guerrero y Valle Inclán a un criterio de teatro contemporáneo, clásico o de vanguardia. Cada texto necesita de un escenario, pero también de un tipo de local. Por ejemplo, en el caso de Decadencia, que hemos tenido que suspender, el director Lavelli no quería que se montase en otro local, como podría ser el Teatro Valle Inclán. El necesitaba el contraste con los palcos burgueses que tiene el Teatro María Guerrero.

DIVINAS PALABRAS
DIVINAS PROTESTAS DE LAVAPIES

 
Valle Inclán es autor que gusta de la denuncia. Gerardo Vera y su equipo optan por un teatro comprometido. Por ello resultaba “esperpéntico” el que la china le tocara a Gerardo Vera en el día de la Inauguración del Teatro Valle Inclán. La portada del teatro en la plaza de Lavapiés tenía una barrera de manifestantes con nariz roja de tontín y pancartas, así como gritos de protesta contra la erección del Teatro y el abandono de otros servicios sociales. Los puntos de ataque más directos eran la Ministra de Cultura Carmen Calvo y el alcalde de Madrid Alberto Ruiz Gallardón. Había pancartas para todos los gustos:

Era inevitable recavar la opinión del propio Gerardo Vera:

  • Yo ya me encontré con este teatro en Lavapiés. De todos modos creo que tienen todo el derecho de hacer esta manifestación. Personalmente dejé que se manifestasen y que no se tocara a nadie. Tienen derecho a reivindicar el Centro de Salud, pero es algo que no es de mi competencia. No me sentí violento y yo en su caso también lo hubiera hecho.

Aludiendo a algunos de los “slogans” que acusaban la teatro de elitista, Gerardo reconocía que…

  • No hemos conseguido una política cultural para todos, sino para la gente guapa. En el fondo es un lujo el teatro. En lo que respecta a este equipo estamos trabajando en un estudio sobre el mestizaje del barrio y ver el modo de cómo trabajar en él, culturalmente. Lo que está claro es que vivir de espaldas al barrio es una barbaridad.

EL FINAL SORPRESA
DE LAS DIVINAS PALABRAS
DE GERARDO VERA


La obra termina con esta acotación de Valle:
 

“… Mari-Gaila, armoniosa y desnuda, pisando descalza sobre las piedras sepulcrales percibe el ritmo de la vida bajo un velo de lágrimas. Al penetrar en la sombra del pórtico, la enorme cabezota del idiota, coronada de camelias, se le aparece como una cabeza de ángel. Conducida de la mano del marido, la mujer adúltera se acoge al asilo de la iglesia, circundada del áureo y religioso prestigio que en el mundo milagroso del alma rudas intuye el latín ignoto de las Divinas palabras
ELISABET GELABERT
MARI-GAILA
FOTO: ALVARO LUNA

En las versiones sucesivas desde que se estrenó, a tenor de la censura y costumbres imperantes, Mari-Gaila avanzó en su desnudo que indicaba Valle en su acotación. Acepado el desnudo sobre el escenario, Mari-Gaila obedecía a Valle En esta versión, aclara Gerardo Vera:

  • Lo hacemos como lo dice Valle Inclán. Está el desnudo, las campanas, las diversas lenguas, pero hay un final que no es de Valle y eso no lo cuento. Que vengan a verlo.


José Ramón Díaz Sande
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