Nina. Entrevista. Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande.   
Miércoles, 17 de Marzo de 2010 16:15

NINA
de
JOSÉ RAMÓN FERNÁNDEZ

PREMIO LOPE DE VEGA 2003


FOTO BASE: RAFAEL SUÁREZ

El Premios Lope de Vega – fundado en 1932 – es un premio que concede anualmente el Ayuntamiento de Madrid a una obra de teatro. Es un premio con ciertas intermitencias: algunos años no se ha convocado, otros ha quedado desierto y en algunos casos no se ha llegado a estrenar o se ha retrasado el estreno.

La nueva dirección del teatro Español se ha puesto como meta estrenar los premios. Este mismo año lo ha hecho con Armengol (Premio 2002) de Miguel Murillo y ahora continúa su promesa con Nina (Premio 2003) de José Ramón Fernández. Le quedan pendientes Último verano en el paraíso (Premio 2004) de Jesús Cracio y Demasiado humano (Los últimos días de Nietzsche) (Premio 2005) de Jaime Romo.

JOSÉ RAMÓN FERNÁNDEZ
COLECCIONISTA DE PREMIOS


José Ramón Fernández (Madrid, 1962), Premio Lope de Vega 2003 por su obra Nina, no es la primera vez que recibe premios. Comenzó a coleccionarlos ya en 1993 con Para quemar la memoria que fue Premio Calderón de la Barca. En 1998 fue finalista del Premio Tirso de Molina por La Tierra.

Ha colaborado en trabajos con otros dramaturgos como fue con las propuestas del Teatro del Astillero y con la Cuarta Pared, la cual produjo la Trilogía de la Juventud. La primera obra de esta trilogía, Las manos, recibió el Premio MAX de la SGAE como mejor texto castellano 2002. La segunda parte, Imagina, fueron finalistas del Premio Nacional de Literatura 2003.

 
FOTO: RAFAEL SUÁREZ  

Para Mario Gas, Nina

  • Es un texto interesantísimo. Los personajes van saliendo como si no te dieras cuenta. Es un texto como un remanso que por debajo tiene aguas muy turbulentas. Con este espectáculo debuta uno de los directores de cine más sensible del panorama cinematográfico actual. Sus tres películas son muy interesantes. Hace un cine que parece de verdad, que es verdad. Y posee la capacidad agudísima y sutil en la dirección de actores.

El tal debutante en teatro es el cineasta Salvador García Ruiz (Madrid, 1963) y sus tres películas son:

Mensaka (1998),
basada en la novela de José Ángel Mañas
El otro barrio (2000)
basada en la novela homónima de Elvira Lindo
Las voces de la noche (2004),
adaptación de la novela de Natalia Ginzburg Las palabras de la noche

El recurrir a un hombre de cine para dirigir teatro por parte de Mario Gas nace de una teoría que tiene muy meditada:

  • El teatro y el cine son primos hermanos y pensé que Salvador podría iniciarse con esta obra. Aunque sea un hombre de cine, es un gran consumidor de teatro y lo conoce bien. Se lo propuse y para mí fue una gran alegría cuando me dijo que sí.
 
  SALVADOR GARCÍA RUIZ
FOTO: RAFAEL SUÁREZ

En el caso de Salvador, la propuesta de Mario Gas para dirigir teatro le hizo preguntarse:

  • ¿Qué pasa? Yo hago cine ¿Es que no lo hago bien? La propuesta cumplía algo que sucede siempre en mi vida profesional: yo avanzo profesionalmente por los empujones que me dan los demás. Yo por mí mismo soy muy cobarde y no me lanzo. Me asusté y lo único que me dio confianza es que si Mario Gas me lo proponía, quería decir que yo podría hacerlo. Lo único que le pedí es que necesitaba estar arropado, porque no tenía ni idea de teatro.

Este “miedo escénico” o “humildad” de Salvador es lo que valora Mario Gas:

  • En un mundo en que todos saben de todo, el que alguien te diga que no sabe nada de teatro, que tiene terror, necesita de unas muletas y te pida ayuda es poco frecuente. Te dan ganas de ayudarle. Hace activarte para trabajar con tranquilidad y desde dentro. Lo que sucede que Salvador tiene un gran talento. Estoy muy contento de esta producción. He visto dos ensayos y me ha conmovido.
 
RICARDO MOYA Y JUAN ARTERO
FOTOS: RAFAEL SUÁREZ
 

El equipo lo ha decidido Mario Gas pero según Salvador

  • …con muchísimo respeto sin imponer a nadie. Mario ha sido muy respetuoso. Yo no conocía mucho del ambiente teatral y necesitaba gente del medio, que Mario sí conocía. Me dio nombres, opciones y yo fui decidiendo. Algunos los conocía como a Antonio – Antonio Belart, el escenógrafo – que es maravilloso y a Pascal Gaigne, el músico, con el cual ya había trabajado en Mensaka.

Un puntal de ayuda ha sido Luis d’Ors, como ayudante de dirección.

  • A Luis no lo conocía y tuve una entrevista con él. El pretendía limitarse a organizar el trabajo, pero viendo que sabía bastante más que yo en el mundo del teatro le pedí que estuviera conmigo y que no se limitase a organizar.

Arropado con un equipo que le dio confianza se lanzó a dirigir la historia de tres personajes.

UN TEXTO TRABAJADO ESCÉNICAMENTE
COMO UNA OBRA DE ORFEBRERÍA

 
  JOSÉ RAMÓN FERNÁNDEZ

José Ramón Fernández cree en su propio texto:

  • Va a ser un acontecimiento lo que veais. Es un texto que pasados unos años no me avergonzaré de él. Salvador ha hecho un delicado trabajo de orfebre, ya que de una piedra de más o menos de valor se saca una joya. Salvador lo ha hecho en esa especie de estado de gracia. El trabajo con los tres actores es realmente extraordinario y que si por una vez Dios respeta la justicia, que es lo que tiene que hacer, repartirá bienes y premios para todos.

La idea partió de una imagen: jóvenes esperando que algo sucediese.

  • Hablando con los alumnos de la RESAD (Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid) – añade José Ramón que estudiaban conmigo los “los malditos rusos”, se sentían identificados con los personajes de Chejov. Por otro lado yo quería desintoxicarme de mi teatro anterior, haciendo un texto con unidad de acción, lugar y tiempo. Quería hacer algo tremendamente mío con mis libros, mis periódicos, mis películas. Trabajar en algo muy mío y pensando en la situación de hoy día. Habrá mucha gente que se reconocerá en los personajes y situaciones. Existen muchos que piensan, como mis personajes, que conseguirían la felicidad si van a otro sitio y eso es un error
 
JUAN ARTERO Y LAIA MARULL
FOTO: RAFAEL SUÁREZ
 

El estreno en el Teatro Español le ha satisfecho. 

  • Estrenar en el Español, donde estrenaba Lope de Vega, ha sido una suerte, pues se ha hecho especialmente bien y con las mejores condiciones. Estoy impresionado por el trabajo que se ha hecho.

UN TEXTO QUE SE
CONVIERTE EN ALGO PERSONAL


Salvador que ha entrado en el proyecto de puntillas, terminó metiéndose de lleno en él.

  • Al leer el texto - precisa Salvador y hablar sobre teatro se convirtió en algo muy personal. Es curioso cuando te cercas desde fuera a un proyecto y después se convierte en algo natural a uno mismo. Se trata de un texto aparentemente muy sencillo, pero acaba siendo complejo y te hace dar un salto al vacío. No hay trucos. Te tienes que entregar a él y sobre todo por parte de los actores. Es un equipo a tres.

  •  
    LAIA MARULL
    FOTO: RAFAEL SIÁREZ
     
    Nina (Laia Marull) es una historia de la esperanza. Tres personas a las que no le han salido bien las cosas. En una noche los tres se enfrentan con sus imágenes en el espejo de los otros. Nina, joven actriz que salió del pueblo para hacer carrera y vuelve desesperada, con sus ilusiones rotas. Tal vez quiera morir. Un hombre maduro, Esteban (Ricardo Moya), y un joven, Blas (Juanjo Artero), también esconden sus dramas e intereses. Comienza una largan noche en la que se entremezclan: recuerdos, ilusiones rotas, miedo al futuro y la esperanza.

Salvador define el trabajo de los tres actores de un modo peculiar:

  • Es respirar, encarnar sus personajes más que interpretar. Conozco mucho a Laia, es la tercera que trabajamos juntos. Me sorprende que quisiera trabajar conmigo – carcajada de Laiapues es una gran actriz. Se abre totalmente a ti. Se lanza. Siempre le he dicho que se reservase un poco y no se entregase totalmente, pero me dice que ella es así. Ahora con este texto el espectador tiene oportunidad de verla.

Ricardo Moya y Juanjo Artero nunca habían trabajado con Salvador.

  • Aunque no he trabajado con ellos, han estado a la altura de Laia. Son muy receptivos a cualquier indicación. Y esta receptividad es importante porque es lo que pide el texto de José Ramón. Por eso es un trabajo de ellos y no mío. Yo sólo los miro, como si fuera une espectador privilegiado y dejo que ellos vivan sus personajes. Durante estos tres meses he estado viendo a tres actores maravillosos viviendo un texto.

TRES VIDAS QUE EL
EL ESPECTADOR OBSERVA


Esteban (Ricardo Moya) es el hombre, ya maduro, que no ha salido del pueblo. Ha visto crecer a Nina (Laia Marull)y a Blas (Juan Artero). Conoce sus infancias y sus relaciones con la generación anterior que es la de él. Lo interpreta Ricardo Moya (Santander, 17 de septiembre de 1954) que José Ramón Fernández define como:

  • Un actor que llena los silencios difíciles. Uno de esos actores que siempre son una garantía, que saben dibujar un personaje, darle hondura, darle dimensión.
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    RICARDO MOYA
    FOTO: RAFAEL SUÁREZ
     
    Soy el mayor de los tres – confirma Ricardo Moya. Estoy a medio camino entre la memoria y lo cotidiano. Mis relaciones con los jóvenes son peculiares y precedentes, entre ellos y entre sí. Hay un misterio que no se acaba de desvelar. Su experiencia se ve enriquecida y se siente sorprendido. Comprueba que no hay reglas fijas y lo único real es el presente, pero ve que sus vidas transcurren en el pasado y el futuro que no existe. Está a medio camino entre la memoria y lo cotidiano. Piensa que podría ser útil, pero teme en el actuar.

Ricardo Moya, licenciado en Arte Dramático por el Institut del Teatre de Barcelona (1976), su carrera transcurre por la interpretación, la dirección y la pedagogía. Sus últimas interpretaciones han sido: 

2004 La Orestiada de Esquilo (dir. Mario Gas)
Romul el Gran de Dürrenmatt (Dir. Carles Alfaro)
2005 A Electra le sienta bien el luto de E. O’Neill (Dir. Mario Gas)

Ayudante de dirección de Mario Gas en una decena de óperas y obras dramáticas, funda en 1989 (Santander) la Compañía Variedades del Cantábrico donde dirige e interpreta Háblame como la lluvia y otras obras de Tenesse Williams. En 1991 dirige La Pasión de Potes.

 
LAIA MARULL Y RICARDO MOYA
FOTO: RAFAEL SUÁREZ
 

Como profesor de interpretación formó parte del equipo fundador de la Escuela de Arte Dramático de Cantabria (1988 – 1993). En 1993, junto a Obdulia Peredo y Eduardo Gruber, obtiene el Premio de Escenografía Ciudad de Oviedo por el proyecto para la ópera El cazador furtivo de Carl Maria Von Weber con dirección de Pilar Miró.

  • El texto de José Ramón – afirma Ricardo – es un texto apetecible por lo abierto y brinda posibilidades de ser rellenado de mociones y actitudes en las que hay que elegir. Agradezco a Salvador que haya sido el capitán de este navío y se haya comportado como un buen guía y aunar la fuerza del equipo. El texto obliga a estar receptivo. Es un lenguaje llano y directo y en mi caso me obliga a dotarlo de un tipo de verdad humana, ya que mi personaje es capaz de desentrañarla y vivir con ella. Salvador ha sido muy hábil. Sin tener que recurrir a un trabajo de psicoanálisis de los textos, nos ha sabido mostrar la vida de cada día. Es un personaje difícil pues Esteban tiene que meterse en ese ring (en el espacio en el que se reúnen, un café) y pelear con los fantasmas de la realidad. No es fácil explicar el personaje, ya que como los otros dos, se explican a través de los otros. Cada uno tiene un tesoro escondido y se saca el diamante de la montaña de carbón que aparentan.

LAIA MARULL
LA ROTURA DE LAS FRONTERAS
ENTRE CINE Y TEATRO


Guste o no, Laia Marull nació, para el gran público, en 2003 con la película Te doy mis ojos de Iciar Bollain. A partir de ahí en ella se pensó como actriz de cine y nadie sabía que desde 1993 actuaba en el teatro. Tal ignorancia justificaba la opinión de algunos: “cómo una actriz de cine podía interpretar Lulú (2001) de Frank Wedekind y a la hija muda de Madre Coraje (2001/02) de Bertold Brecht ambas con dirección de Mario Gas y para el Teatro Nacional de Cataluña (TNC)”. Tales interpretaciones, según Mario Gas, fueron muy buenas. Y a Mario esta versatilidad de Laia le refuerza su teoría de cine u teatro no tienen fronteras.

  • Acabemos ya con esas fronteras entre cine y teatro – insiste Mario. Este espectáculo está hecho desde el teatro y Salvador es ahora director de cine y teatro y Laia también.

El que se recuerde a Laia por Te doy mis ojos, no es solamente por el Premio Goya 2004 recibido, sino porque ofrecía con su interpretación un personaje muy verista hasta el punto de pensarse en ella como si no fuera una actriz.

 
LAIA, JUAN Y SALVADOR GARCÍA
FOTO: RAFAEL SUÁREZ
 

Según José Ramón Fernández

  • Laia es tan de verdad que duele. Eso que a veces ponen los carteles: tal actor ES tal personaje. El verbo SER se llena aquí de sentido. Laia ha hecho muy importantes trabajos en teatro en Barcelona y ha asombrado a todo bicho viviente con sus creaciones en cine de los últimos años. Pues capaz de superar todo eso. Creo que va a ser su debut en Madrid. Estoy seguro de que esa fecha se recordará, como se recuerda la llegada a Madrid, de cuyo corazón no se ha ido nunca, de otra actriz de Barcelona, joven y menuda, de nombre Margarita (Margarita Xirgú) allá por 1914.

Laia se siente afortunada y define su vida como una “suerte tras otra”…

  • Al leer el texto me sentí muy abrumada. No sabía cómo enfocarlo. Tienes la ventaja de que Salvador te deja trabajar lo que quieras y después él es una maravilla, sabe mucho, es muy delicado y tiene la posibilidad de sacarte cosas. Después he tenido la suerte de encontrarme con estos dos compañeros. Es muy importante el sentirnos, el escucharnos. Es un trabajo de conjunto y de matices. Lo bonito del texto es que es un irse abriendo. Encontrarse en la noche en un momento de sus vidas que se les ha hecho grandes y no saben cómo afrontarlo. La sacan desde su propia intimidad. Estoy muy feliz de estar aquí.
 
  LAIA MARULL
FOTO: RAFAEL SUÁREZ

Con respecto al dilema cine o teatro, lo tiene muy claro.

  • Para mí tanto las experiencias cinematográficas como teatrales son nuevas. Yo empecé con el teatro y seguí con el teatro. Después fui combinando. No me gusta encasillarme.

JUAN ARTERO
UNA ACTOR AL QUE EL ÉXITO
LE HA LLEVADO A TRABAJAR MÁS


Juan Artero para una generación era Javi, uno de los niños de la popular serie infantil Verano Azul. Para otra es uno de los policías de la actual serie televisiva El Comisario. En medio, una carrera repartida entre teatro cine y televisión. Juan para José Ramón Fernández

  • Es un actor que ha sabido forjar su oficio, no dejarse llevar por el éxito que siempre le acompañó, estudiar y trabajar hasta llegar a trabajos extraordinarios y emocionantes como su papel en Por amor al arte - autor Neil LaBute, dirigida por Gerardo Vera -; hasta llegar a este momento dulce en el que es capaz de doblegar cualquier personaje, de hacer carne con el papel, de a sus ojos toda la hondura del fracaso de Blas, de ser tan de verdad que duele.
 
JUAN ARTERO Y LAIA MARRULL
FOTO: RAFAEL SUÁREZ
 

La intención de Juan en estas fechas era tomarse unas vacaciones en Oliva, que necesitaba.

  • Mi representante me habló de Salvador, del que yo conocía su trabajo, aunque no a él. Siempre me impresionaron sus actores en sus películas. No sé cómo trabaja pero te lleva muy bien, así como Luis d’Ors, su ayudante. A Laia no la conocía, salvo en cine y es un monstruo teatral. Y en cuanto a Ricardo es alguien al que admiro. Ha sido muy satisfactorio a albor interpretativa, pues la interpretación es un juego mutuo en el que yo te doy y tu me das y eso lo hemos conseguido.

Juan encarna a Blas, el joven que, como Esteban, no salió del pueblo.

  • El se siente muy malo – añade Juan. Tiene un hijo. Piensa que su vida es un fracaso, pero tira adelante por su hijo. Se encuentra muy bloqueado y no ha podido mover ficha. Tenía inquietudes, pero nunca se ha dejado llevar por ellas. Nina hace que se de cuenta de ello y la probabilidad de salir adelante. Aparece la posibilidad de mover ficha. Ahora habla para saber lo que es su vida y reflexionar sobre ella. Esteban podría haber sido Blas en el pasado.

Juan Artero debutó en el Teatro Español y está contento de volver a él.

  • Me gusta ver cómo funciona este Teatro con esa gran variedad de espectáculos. Hay también un elemento sentimental pues venía con mi abuelo a este teatro. Estoy muy contento. Vale la pena haber dejado las vacaciones de Oliva.

EL ESPACIO:
EL DE CUALQUIER CAFÉ


Para esta historia a tres basta un pequeño espacio como puede ser el de un café. Los tres hablan y el espectador viene a ser el cliente que en ese café toma una copa y escucha a los vecinos de al lado. El Café del Teatro del Español, ha sido el sitio ideal.

  • Desde el principio sabíamos – precisa Salvador - que íbamos a ir aquí al Café del Español. La función transcurre en un café y pensábamos hacerlo en un café de verdad. El espectador observa un espacio real y no un decorado. Es lo que el texto demandaba. Es un texto que el espectador tiene que sentir de verdad.
 
  EL ESPACIO: UN CAFÉ
RICARDO MOYA Y JUAN ARTERO
FOTO BASE: RAFAEL SUÁREZ

Para el autor José Ramón

  • Este espacio posee las mejores condiciones posibles. Ofrece la posibilidad de cercanía. Es una historia que ha nacido a partir del espacio. Él es el generador y me interesaba en mi historia, ya que los actores tienen que sentirse solos con el mundo de sus ensueños que, en el fondo, es el mundo del teatro. El espectador es un ser privilegiado que puede observarlos y puedan estar tan cerca que incluso ve cómo se les eriza la piel.

Antonio Belart es el creador de este espacio. Su trabajo se reparte entre el teatro y el cine. En el teatro es un adicto a crear los espacios para Mario GasDagoll DagomCarme PortaceliCalixto BietioEls JoglarsEsteve FererRafael Amargo… En el cine lo ha hecho para Francesc BallmuntVicente ArandaÓscar AibarMireia RosJoaquim Jordà

Antonio es parco en palabras:

  • Es un lujo trabajar con Salvador. Idear el espacio no ha sido difícil, ya que los tres personajes me lo han puesto fácil. Y por otro lado trabajar en un espacio ya existente ha sido muy interesante.
 
ANTONIO BELART JUAN ARTERO Y LAIA MARULL
FOTO: RAFAEL SUÁREZ
 

Para José Ramón Fernández Nina ha encontrado un espacio idóneo:

  • Es un espacio que parece haber sido creado expresamente para este texto. Nina servirá como lugar en el que hervirán estos extraordinarios actores, como lugar para que cada tarde, a eso de las nueve, ellos consigan que podamos mirar sin pudor un trozo de vida, porque ellos habrán sido capaces de eso tan difícil: encarnar, Dar carne a un personaje, para buscar nuestra emoción y, a través de ella, nuestro pensamiento.

Nina, en cuanto historia, José Ramón la define como…

  • …un combate entre la desesperación y la voluntad de vivir; de seguir viviendo mañana por la mañana. Es eso extraordinario que nos pasa a usted y a mí y al que se sienta a mi lado en el autobús. Espero que a usted también le interesen estas cosas.


José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Domingo, 11 de Junio de 2017 17:53