La Traviata. Verdi. T. Real. Entrevista Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Martes, 21 de Abril de 2015 11:30

LA TRAVIATA
BUENA TÉCNICA + SENTIMIENTO

 Traviata IV 1240 COLLAGE B
ERMONELA JAHO
FOTO: JAVIER DEL REAL

La Traviata de Giuseppe Verdi, en Coproducción del Teatro Real, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, la Socttish Opera de Galsgow y la Wlesh National Opera de Cardiff llega al Teatro Real de Madrid con triple reparto desde el 20 de abril al 9 de mayo. A estas altura las localidades están casi todas vendidas, aunque queda el "casi". De todas formas ha habido una gran expectación, la cual Renato Palumbo, director musical de esta versión lo adjudica a que en

  •   Traviata IV 1335 b
      RENATO PALUMBO
    FOTO: JAVIER DEL REAL
    el panorama lírico mundial, creo que es, tal vez, la ópera más representada.  Esto ya es un buen motivo. En segundo lugar la ópera lírica está viviendo momentos de una gran crisis, porque va en contra de un nuevo estilo del mundo, que corre, que busca cosas nuevas. Un mundo que, al final, produce mucho sufrimiento.  Yo tengo mucha suerte el dirigir ópera lírica, porque, todavía, es un mundo muy pequeño que no ha estado contaminado, o muy poco. Entonces tenemos el deber de llevar a todos los más posibles este mensaje: la ópera lírica, en general,  nos enseña a ser ciudadanos y mejores personas. Por lo tanto, este acontecimiento de poder transmitir a través de la pantalla a todos, si conseguimos encontrar 20 jóvenes que mientras están tecleando su móvil, miran la pantalla durante 20 segundos ya es una victoria. Es una ocasión que no está perdida.

Los espectadores aumentarán  gracias a las nuevas tecnologías a través de Palco Digital (www.palcodigital.com), así como desde la Plaza de Oriente, los museos del Prado y el Thyssen Bornmeisza, el Centro de Arte Reina Sofía y otros organismo culturales de Madrid, así como desde diferentes espacios públicos, instituciones y teatros de toda España. Tal retransmisión podrá seguirse en directo el 8 de mayo en directo a las 20:00 horas. El reparto de ese día está formado por Ermonela Jaho (Violetta Valery), Francesco Demuro (Alfredo  Germont), Juan Jesús Rodríguez (Giorgio Germont).

UNA PROSTITUTA DE BUEN CORAZÓN
NO ACABABA DE CONVENCER
A LA CENSURA

Desde su vacilante estreno La Traviata ha sido uno de los títulos más celebrados a lo largo de la historia de la ópera. Ya su estreno como obra de teatral adaptada por el propio Alejando Dumas (hijo)- autor de la novela con el título de La Dama de las Camelias - tuvo sus ciertos reparos por aquello de la censura. Una prostituta en escena, cuya acción temporal transcurría en la misma época de los espectadores, no parecía brillar por su honestidad, sobre todo porque la tal prostituta mostraba su buen corazón y quedaba redimida. Giuseppe Verdi vio la representación teatral, que tenía música incidental y algunas pequeñas arias de Jean-Baptiste-Édouard Montaubry, y le sugirió un tema operístico. Este tema de la contemporaneidad siguió pesando en el momento de estrenar la Ópera en la Fenice (Venecia), el 6 de marzo de 1853. Vencieron las autoridades y se ambientó en el pasado, 1700. Fue un fracaso, según Verdi por los cantantes que no supieron estar a la altura bien por excedente de peso - difícil representar a una tísica muriendo - y edad como sucedía con la soprano Fany Salvini-Donatelli, y por la desafortunada interpretación del barítono Felice Varesi y el  tenor Lodovico Graziani. Al día siguiente del estreno Verdi escribía a Muzio, su amigo: "La Traviata anoche un fracaso. ¿Fallo mío o de los cantantes? El tiempo lo dirá". Según algunos investigadores, el fracaso no fue tan estrepitoso como lo  describió Verdi.

Traviata IV 4531 B
FRANCESCO DEMURO / ERMONELA JAHO
FOTO: JAVIER DEL REAL.

Tras posteriores revisiones entre 1853 y 1854 en los actos II y III, se volvió a representar en Venecia en el Teatro San Benedetto con éxito de público y crítica. A Madrid llego al Teatro Real el 1 de febrero de 1855 y en Barcelona el 25 de octubre de ese años en el Gran Teatre del Liceu. A partir de entonces la ópera no cayó de los repertorios y sus montajes han sido muy diversos en esto de la contemporaneidad.

NO HAY PALACIOS

La versión que llega al Real es de David MCVicar, considerado como uno de los más destacados directores de escena de la última década. En el Teatro Real ha dirigido The Turn of the Screw (La vuelta de tuerca). La idea escénica que ha guiado a David para ambientar esta versión es la que

  • no tiene lugar en habitaciones y salones, ¡no hay palacios!...La fiesta de Violeta, en el primer acto, se desarrolla en un pequeño apartamento de cuatro habitaciones realmente muy lujosos, pero no en un salón de un palacio. No debemos olvidar que se realiza con el concreto propósito de celebrar el triunfo sobre la cercanía de la muerte, y, en cierto sentido, para mostrar al público que todavía es seductora.
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  FRANCESCO DEMURO / ERMONELA JAHO
FOTO: JAVIER DEL REAL

CORTESANAS Y NO DUQUESAS

Bailables miriñaques y encajes pueden evocar que nos encontramos en una celebración de damas de alcurnia. David hace hincapié en lo opuesto:

  • no son condensas ni duquesas, sino cortesanas, actrices, bailarinas y sirvientas: sombrereras, costureras, doncellas y alcahuetas. No se puede encontrar ninguna mujer respetable en las fiestas de Violeta. Los hombres presentes pertenecen evidentemente a una clase social más alta. El propósito de la clase marginal era proporcionar entretenimiento, relajación, excitación, y  enseñanzas sexuales a hombres de cierto estatus y posición económica. Así mismo la enigmática figura del doctor Grenvil  sólo puede entenderse realmente en este contexto. En la vida real, en el siglo XIX, este personaje fue el doctor Koreff, médico inhabilitado que se ganaba la vida a duras penas practicando abortos y tratando las enfermedades venéreas de las cortesanas y su clientela.

Ante tales presupuestos e investigaciones David plantea La Traviata lejos de un mundo decorativo superfluo. Lo ambienta en su época en sombríos espacios pequeños y asfixiante.

  • Al igual que su corta vida - concluye David -. Las opciones de Violeta son pocas y limitadas. La certeza de su muerte está ya escrita en el es escueto epitafio de su tumba. 

LA TRAVIATA CRECIÓ CONMIGO
COMO CON UNA MAMMA 

Renato Palumbo se encarga de la dirección musical y para él La Traviata está muy unida a su crecimiento como adulto porque

  • creció conmigo como con una mamma. Ha crecido conmigo y ha ido cambiando conmigo. Con mis sentimientos, con mi modo de vivir. Ahora tengo dos hijos, entonces me identifico mucho con el personaje del padre. Es una ópera en la que continuamente me siento involucrado y como ha ido cambiando en mí. Es un poco como un hijo. Esto desde el punto de vista personal.
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IRINA LUNGU / ERMONELA JAHO / VENERA GIMADIEVA
FOTO: JAVIER DEL REAL

TRES VIOLETAS,
TRES REPRESENTACIONES DIFERENTES

Como director de orquesta La Traviata ha supuesto para Renato una continua investigación.

  • Investigación que no depende solamente de mí, sino de los intérpretes con los que me encuentro. Aquí tenemos a tres espléndidas Traviatas. Cada una de ellas tiene un carácter bien definido y diverso. Por lo tanto se podrán ver tres representaciones fundamentalmente diferentes. Cada una de ella interpretan el papel de un modo muy suyo. Esta es la belleza del teatro y de la ópera, que no acaba de dejarnos admirados. Siempre es moderna , y cambia según los artistas que tengamos.

VENERA GIMADIEVA,
TRES COLORES DIVERSOS DE VOZ

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  ERMONELA JAHO
FOTO: JAVIER DEL REAL

El problema de Violeta, como partitura, es que no hay un sola Violeta, sino varias en cada acto.

Venera Gimadieva es una joven cantante rusa formada en la Escuela Superior de música de Kazan y en el Conservatorio Estatal de San Petersburgo. Debuta en el Teatro Real. sobre esta faceta de la Violeta soprano piensa que

  • es cierto que para cantar Violeta se necesitarían tres sopranos diversas. En el primer acto Violeta es muy vivaz. Muy alegre. Debe ser muy brillante, totalmente opuesto a su estado de la enfermedad. Necesita una extensión vocal diferente delo que es en el segundo Acto ,en el que  su voz debe transmitir un calor humano y en el tercer acto, la muerte. La voz debe ser débil, para dar la impresión de que se está muriendo.   La dificultad es dar tres colores diversos a los distintos actos.

IRINA LUNGU,
SEDUCIR AL ESPECTADOR

Irina Lungu (Moldavia)es la otra intérprete de Violeta. Estudió canto en el Conservatorio Estatal de Voronež (Rusia) y lo completó en la Scala de Milán. Ha ganado numerosos concursos internacionales. En el Teatro Real ha cantado Juliette (Romeo y Julieta).

  • Desde el punto de vista del cantante es totalmente verdad lo que ha dicho Venera. La dificultad es dar a la voz colores totalmente diferentes. Nosotros como cantantes ponemos mucho  interés en estudiar la forma vocal para poder hacer esto. Violeta, desde un punto de vista técnico es el papel más difícil que existe para una soprano. Lo más importante es que a través de este color, esta técnica vocal que está en nuestra cabeza, lo más importante es que podamos expresar algo. A través de nuestro oficio podamos crear en el teatro un verdadero momento de sugestión. Siempre pienso a las personas que vienen al teatro por primera vez, como me ha sucedido a mí o al maestro Renato cuando era niño. Hay que seducirlo, que ame el teatro, que se emocione con esta historia tan bella, tan romántica, tan desgarradora, tan dramática. La técnica vocal no significa nada sin esto. Mi pensamiento es que hay que involucrar al público, de poder emocionarlo. Crear un verdadero momento de sugestión.
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      FOTO: A. BOFILL
    Esto es muy importante
    - abunda Renato - porque es cierto que, en teoría, se necesitan tres voces, pero lo importante es, y hoy sucede cada vez más, en cambio hace 20 años había Violetas que hacían un espléndido primer acto, un discreto segundo acto y un pésimo tercer acto. Actualmente no. La intención del artista de hoy está mucho más ligada a dar un sentido lógico a toda la obra. Esto se nota y es muy bello para quien lo escucha, y la dramaturgia de la ópera tiene más sentido. Violeta está enferme desde el momento que entra en la escena en el primer acto. Se agrava cada vez más y muere, pero desde el primer momento, incluso cuando se divierte  y hace las variaciones está ya enferma.

Esto es así - corrobora Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real. Cuando yo era muy jovencito y veía La Traviata, la cantante en el primer acto estaba absolutamente cómoda y tranquila, y era una pésima noticia el que se había acabado la ópera.

ERMONELA JAHO,
UNA SOPRANO LÍRICA  CON BUENA TÉCNICA
Y SENTIMIENTO

Ermonela Jaho (Albania) es la tercera Violeta y comenzó sus estudios de canto en la Academia de Bellas Artes de Tirana y los continuó en el Conservatorio de Mantua y la Academia Nazionale di Santa Cecilia en Roma. Debuta en el Teatro Real.  En esta versión sustituye a Patrizia Ciofi.

  • Estoy de acuerdo con lo dicho por Venera e Irina, y con el maestro, pero quiero especificar que se necesita una soprano lírica verdadera, que tenga una buena técnica, porque creo que cuando se sube al escenario, el hecho técnico se tiene que dar por supuesto. La técnica, como ha dicho Irina, está en función del sentimiento. El público viene al teatro a oír una bella voz, desde luego, el virtuosismo, las florituras etc, pero después de 10 minutos creo que la voz más bella, con la técnica más extraordinaria, si no transmite una verdadera emoción que impacte al público con una especie de enamoramiento, de modo que el corazón del artista, hable al corazón del público. Si no se transmite esa emoción, la técnica vocal no es más que una máquina. Los tres actos son tres estados de ánimo diversos  y Verdi con gran inteligencia ha descrito, ese mundo perfecto con las tonalidades y da tres momentos de la vida de este personaje. En lo que a mí respecta, nosotros los cantantes, los artistas, merecemos la palabra Artista porque damos nuestro estudio, nuestro compromiso, nuestro amor, nuestro corazón en un diálogo de corazón a corazón. Cantamos los sentimientos, y si estos sentimientos no son sinceros, siempre seremos máquinas. Para mí hay que tener un estudio de la técnica en favor de poder expresar el sentimiento. Por ejemplo, la tesitura de Violeta es para una soprano lírica, pero en el momento de la desesperación prefiero hacer un grito o un sonido muy sucio que dé más énfasis al momento, que el sonido limpio y bello que se requiere. Con todo soy consciente de que tengo la preparación para volver al sonido limpio que se requiere.

QUERÍA LLEGAR A SER
COMO MARÍA CALLAS

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FOTO: A. BOFILL  

Lo que ha podido influir el pasado de la tradición operística en las nuevas generaciones, Ermonela lo ha vivido gracias a la radio. 

  • He decidido ser una cantante lírica cuando he oído por la radio, por primera vez una interpretación de María Callas. Tenía unos 15 años y quería llegar a ser como ella. Siempre al comienzo hay algo o alguien a quien imitar. Con el paso del tiempo, si el estudio de la música de ópera es una necesidad espiritual..., en mi caso yo he sido una muchacha muy tímida, y a través de la música  y el canto he liberado mi alma, y vino a ser una especie de terapia. Con el paso del tiempo he aprendido que es mejor dar algo tuyo, lo que tengas sea positivo o negativo, dar tu verdadero sentimiento que ser una copia, pues siempre será una copia mal. Aquello fue el punto de arranque, pero el artista tiene que  tener su propia personalidad artística. Cada uno de nosotros es diverso del otro, y cada uno dará algo diferente. El público será el mejor juez, para poder sentir esa sinceridad.

ME QUEDÉ TRAUMATIZADA

Para Irina no hay ningún  mal el escuchar a otros cantantes.

  • Lo hago siempre y he escuchado a todas las grandes sopranos. Para mí siempre es una gran fuente de inspiración. Mi primer encuentro con Violeta fue un poco dramático. Tenía 18 años y fui a un Teatro de provincias  en Rusia. No sabía nada de ópera. No conocía el nombre de ningún cantante, sólo el Montserrat Caballé, porque cantó con Freddye Mercury  en Barcelona. La Traviata, en aquel teatro, era mi primera ópera y el nivel era tan pobre que me dormí en el segundo acto. En el tercer acto cuando Violeta muere, el tenor no la sostuvo bien y ella rodó por el escenario hasta caer en el foso de la orquesta. Era un momento dramático, pero, al mismo tiempo, mu cómico. Me quedé traumatizada. Durante muchos años no quise estudiar el "Sempre libera"  y Violeta, no. La pasión por esta ópera surgió gracias a la versión de Beverly Sills (1) y Alfredo Kraus, grabada en Nápoles. Siento gran admiración por todas las grandes, pero justamente esta voz vibrante de Beverly Sills me ha producido algo desgarrador en el alma y la emoción, y me enamoré de este personaje.

SIEMPRE UN ARTISTA PONDRÁ
ALGO DE SU ALMA EN ESTE PERSONAJE

  Traviata IV 0550 B
  ERMONELA JAHO
FOTO: JAVIER DEL REAL

El primer contacto con la ópera por parte de Verena fue en Kazan (Rusia), escuchando Aida.   

  • Me pareció todo falso y nada natural. En cambio después con La Traviata sintonicé y la descubrí al interpretarla. Estoy de acuerdo en que uno se puede enamorar de los personajes a través de los grandes cantantes, pero siempre un artista pondrá algo de su alma en este personaje. El público acepta la Violeta que le toca más el corazón.

TRES VIOLETAS,
VER  Y RESPETAREL ESTILO DE CADA UNA DE ELLAS
Y ENCAJARLO UN ESTILO COMÚN

El que haya tres Violetas, en el reparto, puede ser fuente dificultad para el director de orquesta. Renato piensa que es dificultad

  • si el director es un poco tonto. Primero, tenemos tres caracteres diferentes. Yo tengo mi estilo de Traviata. Mi primer deber es ver el estilo de cada una de ellas. Después cada día, poquito a poquito, ver de encajar muchas cosas en las tres, manteniendo los diferentes estilos, para tener un nivel musical constante. Si una me hacer  un frase larga de 25 segundos,  y la otra tres segundos, es un desastre. Tengo que pensar que hay 16 funciones, y en las 16 debo tener un nivel muy bueno. Esto sin cambiar la idea que las cantantes tienen de su personaje. En el 1983 dirigí una Traviata con dos sopranos. Una era la Rosetta Pizzo, una soprano lírica ligera importante y la otra la Katia Ricciarelli. que era su última interpretación y no creo que la haya vuelto a cantar. Las cinco primeras funciones la hizo la Pizzo, que hizo un primer acto perfecto, el segundo se escuchaba y el tercero no existía. Llegó la señora Ricciarelli, que hizo un primer acto difícil, pero había una fascinación. Creo que el primer acto no debe ser perfecto. Debe ser el sufrimiento, la gran decisión por la que una mujer quiere cambiar de vida.  Y cuando una mujer  decide cambiar de vida, actualmente cambia el tipo e peinado el modo de vestir,  es una elección tremenda. No puede ser maravillosa, perfecta. Debe haber sufrimiento. Por eso creo que la soprano perfecta es una soprano lírica aunque un poco "spinto" . Tiene que comunicar emociones de sufrimiento. El grito final el grito del adiós a la vida, al amor falso, un cambio de vida. Escuchar algo muy perfecto y con florituras es como escuchar a Rossini en El Barbero de Sevilla.
Traviata IV 4106 B
FRANCESCO DEMURO / ERMONELA JAHO
FOTO: JAVIER DEL REAL

La versión que se ofrece en el Real es muy completa. Tradicionalmente se cortaban muchas partes de la obra.
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(1)Beverly Sills (Belle Miriam Silverman),  (25 de mayo de 1929, Brooklyn, Nueva York - fallecida el 2 de julio de 2007), de origen ucraniano-rumano, fue la más famosa cantante estadounidense de ópera de los años 60 y los 70. Soprano de coloratura la apodaron "La Reina de la Ópera Americana". Posteriormente fue hábil empresaria, ejecutiva, periodista y directora de teatros y organizadora. Salvó de la bancarrota la Ópera de Nueva York o New York City Opera e implementó el sistema de subtítulos en ópera por primera vez en Estados Unidos. En 1994, fue presidenta del Lincoln Center y, en 2002, de la Metropolitan Opera, la primera mujer en dirigirlos. Madre de dos hijos discapacitados, Sills aprovechó su fama para ayudar en la prevención y el tratamiento de los defectos de nacimiento, recaudando más de 70 millones de dólares para la causa.

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José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Viernes, 08 de Mayo de 2015 15:08