Bajo terapia. Matias / Veronese. Crítica Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Sábado, 12 de Septiembre de 2015 18:01

BAJO TERAPIA
INESPERADA CONJURA

 

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  MANUELA VELASCO / CARMEN RUIZ / MELANI OLIVARES
  terapia 122 b
  JUAN ARLOS VELLIDO / FELE MARTÍNEZ / GORKA OTXOA
FOTOS: www.madridteatro.net

Bajo Terapia, el título lo dice todo.Tres parejas, engañadas por Antonia su terapeuta, se sienten obligadas a tener una sesión terapéutica colectiva, en un minimalista espacio claustrofóbico, que recuerda las habitaciones en donde se recluyen a los enfermos mentales. Al enfrentarse unos y otros la caja de Pandora se abre y salen a la luz todo lo que se ocultaba en el fondo de la caja de cada uno. Este sistema de reunir a un grupo de personas para que vomiten sus secretos más íntimos no es nueva ni en el cine, ni en el teatro. Ya Alejandro Casona reunió a una serie de invitados en un barco en Siete gritos en el mar (1). Una reunión cuyo anfitrión, también era un enigma. Aquí Antonia. En Casona iba más lejos: la necesidad de contar sus vidas se debe a la inminente muerte, ya que el barco va a ser torpedeado, según el capitán de la nave. Viene a ser la necesidad de confesar: he pecado. Cito la obra de Casona, pero podrían traerse otros ejemplos. En Bajo Terapia, no se sienten obligados a las confesiones secretas por una inminente amenaza de muerte, sino todo es más a nivel de tierra. Las terapias colectivas son el pan de cada día, a veces con reticencias,  en aquellas personas que visitan a psicólogos y psiquiatras.

Todo este mini-discurso viene a cuento, porque, en principio, este texto del autor novel Matías del Federico, no se presenta como novedoso. Lo que le distingue del título citado y de otros similares, es que esas confesiones secretas, no son de carácter individual sino de parejas. Se trata de deambular por la vida de la pareja con todos los conflictos que ello supone, y la relación hombre-mujer, en donde no falta la violencia de género. No es fácil seguir desvelando muchas más cosas y mucho menos el final, porque el entramado de la historia tiene algo de policíaco que mantiene la intriga. Ese final será una sorpresa, que, al menos yo, no esperaba.

En el texto han intervenido varias personas, según programa de mano, pues se habla de versión, de la cual se encarga Adriana Roffi, autora del exitoso Como si pasara un tren, (CLIKEAR) estrenada en la Sala Pequeña del Teatro María Guerrero la temporada pasada y que vuelve este año.  También aparece David Serrano como adaptador al castellano, y el director Daniel Veronese, el cual también intervino al ir desarrollando la puesta en escena: "hice una versión del original, que tenía que ver con mi forma de trabajar. Sentía que había cosas que sobraban y otras faltaban. El final del original también lo modifiqué, porque terminaba de una manera distinta. La versión española no la he modificado conforma a esa versión, pero aquí hay un "Karma" en los actores, distinto de los de Argentina, que podría calificar de algo más dramático. Por mi parte siempre modifico una obra en función de los actores". 

La terapia, llamémosla así, sigue un hilo conductor que se lo marca la lectura de una serie de sobres que ha dejado preparados la tal Antonia, y que son anunciados al son de una trompeta, desagradable, en su sonido, para algunos personajes, pero que no deja de tener su lado cómico. Tales sobres marcan la temática que deben abordar a nivel de pareja: conflicto crucial de cada pareja, y un capítulo dedicado al modo de entregarse al sexo, que sirve de liberación, disgusto para algunos y comicidad en general. Son descripciones explícitas que se exponen de modo divertido, lo cual le quita la posible molestia que para algunos espectadores pudiera suponer. Se podría titular El sexo como humor, y como juego liberador de la pareja. El público se lo pasa muy bien y las carcajadas abundan.

La virtud del texto que toca temas importantes, y, a veces, sangrantes, es que trascurre por la línea del humor bien dosificado. De otro modo se caería en el melodramatismo. Como espectadores nos divertimos sanamente de las tragedias de cada personaje, que, a medida que avanza la función, van siendo más serias. Inteligentemente todo este juego de descubrimientos tiene un fin muy predeterminado, que no se puede desvelar, porque se "destriparía" la obra. En eso tiene algo de "thriller". Es un acierto el ver cómo la trama nos va llevando a un punto muy determinado, el cual no lo sospechamos. Es la traca final. Lo dejo ahí.

Aunque la historia se centra en los conflictos de cada pareja, el texto muestra también una línea divisoria entre hombre y mujeres. Son como dos bandos en el momento de enfrentarse a los enjuiciamientos que suponen los acontecimientos vitales. En el fondo hay un machismo y un feminismo latente y discreto a nivel de estos dos grupos, reflejo de cómo el hombre y la mujer se enfrentan a la vida.

Los personajes construidos por Matías del Federico están bien compuestos y poseen la cualidad de quedar bien identificados, sin que se caiga en el estereotipo. Por su parte los actores han sabido encarnarlos hasta hacerlos muy creíbles. No es justo distinguir uno más que otro, pero llama la atención el final de Juan Carlos Vellido como Roberto. Durante toda la función su personaje ha trascurrido por la línea del sentido común o del simplismo, y de ahí su inesperado final, que, a nivel, visual, encarna a la perfección. En contraposición Carmen Ruiz (Marta), desarrolla durante toda la primera parte una gran capacidad de escucha, ya que mientras el resto de los personajes se defienden con la palabra, ella no, lo cual no es fácil. Sin palabras vamos adivinando todo lo que lleva dentro de sí. Melani Olivares, una vez más, muestra esa versatilidad y naturalidad de un personaje que tiende a ver la vida sin tapujos. En contraste, su marido, Fele Martínez (Daniel),  crea bien un personaje más superficialote y de prontos más primitivos. La pareja joven la encarna Gorka Otxoa (Esteban) y Manuela Velasco (Carla). Gorka Otxoa viene a ser el "payaso" de todo este contubernio. Transmite bien el aire juvenil y rocía con gracia la escena. Manuela Velasco da ese punto juvenil que todavía no ha perdido la ilusión de la vida en común, a pesar de su pasado.

A nivel interpretativo todos los actores están espléndidos. Construyen unos personajes totalmente verosímiles, cuyos diálogos fluyen con toda naturalidad, poseyendo la virtud de cabalgarse en algunos momentos, como si de una fresca improvisación se tratase. Es la marca de fábrica de Veronese, quien mueve continuamente toda la escena, proporcionándole ritmo, el cual no decae en ningún momento.

A pesar de todos estos temas que, en ciertos momentos, son serios, la función respira humor y por tanto hilaridad, que desencadena la carcajada en el espectador. Ello lleva a una agradable velada, que plantea situaciones muy vitales y los modos de enfrentarse a ellas.  

Hay que alabar la exquisita y limpia escenografía de Elisa Sanz a partir de la idea escenográfica de María Oswald, así como el adecuado vestuario, también de Elisa Sanz. En más de una ocasión Daniel Veronese ha declarado que para él, en lo referente al Espacio Escénico, le basta una pared y una puerta. Incluso le sirven para todas las obras. Aquí cumple su máxima, aunque la puerta tiene mayor importancia. Abre y cierra el espectáculo, y es el guardián de la prisión.

 

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(1)
Título: Siete Gritos en el mar
Autor: Alejandro Casona
Escenografía: Manuel Mampaso.
Intérpretes: Carlos Larrañaga, María Luisa Merlo, Mayrata O'Wisiedo, Doris Coll, Carlos Casaravilla, Rafael Navarro García, Miguel Ángel, Estanis González, Mario Alex, Carlos Ibarzábal, Antonio Carreras.
Dirección: José Osuna.
Teatro Reina Victoria, Madrid, 5 de septiembre de 1968

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  CARMEN RUIZ / GORKA OTXOA / JUAN CARLOS VELLIDO / MELANI OLIVARES / MANUELA VELASCO / FELE MARTÍNEZ
FOTO: www.madridteatro.net 

Título:Bajo terapia
Autor:Matías del Federico
Versión:Adriana Roffi
Adaptación al castellano:David Serrano
Escenografía y vestuario:Elisa Sanz
Iluminación:Ion Anibal
Ayudante de dirección:Maite Pérez de Astorga y Nacho Redondo
Fotografías:Jean Pierre Ledos
Diseño gráfico:Alberto Valle (Hawork Studio)
Comunicación:CULTPROJECT
Productores asociados:Sebastián Blutrach, Carlos Rottemberg, Pablo Kompel, Ignacio Laviaguerre y Mauricio Dayub
Jefe de casting:Rosa Estévez
Producción ejecutiva:Lola Graiño
Directora de producción:Ana Jelín
Realización escenografía:Mambo decorados
Técnico de iluminación:Ion Anibal López
Maquinista:Juanjo Andréu
Gerente-regidor:Sagrario Sánchez
Transporte:Transpet
Distribución:Producciones Teatrales Contemporáneas
Intérpretes (por orden de intervención):Gorka Otxoa Esteban), Manuela Velasco (Carla), Melani Olivares (Laura), Fele Martínez (Daniel), Juan Carlos Vellido (Roberto) y Carmen Ruiz (Marta)
Dirección:Daniel Veronese
Duración:1 hora y 30 minutos
Estreno en Madrid:
TeatrosdelCanal (Sala Verde), 27 - VIII - 2015


José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande

 

 

 

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Última actualización el Martes, 30 de Agosto de 2016 19:18