El bar prodigioso. Santiano. Arestegi. TQSF Imprimir

El bar prodigioso Cartel

 

 

EL BAR PRODIGIOSO

texto
ROBERTO SANTIAGO

música
VIVALDI
LAS CUATRO ESTACIONES

versión musical
TUTI FERNÁNDEZ

director
ALEJANDRO ARESTEGUI

intérpretes
ANTONIO ROMERO, MARÍA ZABALA,
ANA LUCAS y MANU HERNÁNDEZ

en el
TEATRO QUIQUE SAN FRANCISCO
de
MADRID 

Del 25 de agosto al 24 de septiembre de 2022


- El multipremiado autor Roberto Santiago firma un texto de personajes sobre las relaciones de amor, de amistad, de trabajo y cómo el inevitable paso del tiempo lo transforma todo

- Alejandro Arestegui dirige a los intérpretes Antonio Romero, María Zabala, Ana Lucas y Manu Hernández en una comedia poética sobre el poder de las palabras.

- El bar prodigioso, cuya banda sonora está compuesta por versiones rockeras de Las cuatro estaciones de Vivaldi, habla de lo que somos, de lo que fuimos y de lo que seremos.

Cuatro almas perdidas viven un viaje apasionado. Sophie es una artista en permanente busca de la belleza, la armonía y la poesía en la vida. Está convencida de que la forma y el fondo son lo mismo. Desde hace un tiempo, se expresa a través de grupos de cuatro palabras aparentemente inconexas. Es casi como expresarse en verso. Asegura que le sale sin querer. Por su parte, Clara es una chica que por amor abandonó sus estudios y ahora sobrevive a base de trabajos precarios. Es transparente, arrolladora y directa. Mientras, Bernardo lo ha perdido todo. No tiene casa, no tiene dinero, no tiene trabajo, no tiene pareja, no tiene familia… Pero hay algo que Bernardo sí tiene: está enfermo de amor. Se enamora de todo y de todas las personas con las que se cruza. Es un verdadero peligro público. Sentado en la terraza del bar prodigioso, se encuentra frente a su querido y viejo amigo Antonio, que lo tiene todo. Esta asimetría entre ambos marca la historia vital del espectáculo. 

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MANU HERNÁNDEZ / MARÍA ZABALA / ANTONIO ROMERO
FOTO: www.madidteatro.net

EL AMOR INDEFINIDO Y LOS CONTRATOS DE PAREJA.

La nueva temporada del Teatro Quique San Francisco de Madrid se abre con El bar prodigioso de Roberto Santiago, autor multipremiado, quien declara que

empecé a escribir esta historia gracias al impulso de mi maestro José Sanchís Sinisterra. Un sabio  y un hombre bueno. Me dijo: "Roberto, no escribas sobre las relaciones de pareja". Le hice caso, como siempre. Empecé la obra con un tema central: el poder de las palabras, del lenguaje, en estos tiempos extraños en los que cualquiera puede decir una barbaridad sin pruebas y, sin embargo, alcanzar una prodigiosa notoriedad. Poco a poco, los personajes se fueron apoderando del texto. Como ocurre siempre. Como me decía otro de mis maestros: Juan José Millás. Y también les hice caso, claro. El amor indefinido y los contratos de pareja. O al revés. De eso habla El bar prodigioso. De lo que somos. De lo que fuimos. Y de lo que seremos. Escribir comedia es algo muy serio, ya lo sabemos. Disfruten ustedes de este juego pervertido y luminoso. 

ROBERTO SANTIAGO, escritor, guionista cine y televisión.
DOCE MIL TRESCIENTAS VEINTITRÉS PALABRAS
CADA PALABRA TIENE QUE VER CON LA MÚSICA

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  ROBERTO SANTIAGO
FOTO: www.madridteatro.net

Estamos en primavera, en un bar en medio de un parque. Uno de esos lugares donde ocurren cosas prodigiosas: declaraciones de amor y amistad, desmayos, besos indefinidos, contratos indefinidos, poesía callejera…

Durante esta función se van a pronunciar exactamente doce mil trescientas veintitrés palabras. No es lo más importante, pero conviene no olvidarlo,pues cada palabra que es pronunciada se convierte en un arma arrojadiza. A ello se une el que Sophie habla con cuatro palabras.

El que se recurra a cuatro palabras, evoca La ópera de cuatro notas (CLICK) de Tom Johnson que Paco Mir (Tricile) versionó para los Teatros del Canal en el 2015. Las cuatro notas son re-mi-la-si, y con ellas compone una nueva ópera en toda regla. Roberto declara no conocer tal obra, pero

me gusta esa referencia a la ópera porque el uso exclusivo de esas cuatro palabras tiene que ver con la música y tiene que ver con el teatro clásico en verso. De hecho muy al principio, Sophie en vez de hablar con un grupo de cuatro palabras, hablaba en verso. Esto puede parecer un puro desconcierto, pues no se entiende muy bien por qué ocurre, pero la esencia de esta propuesta es que Sophie hable, primero, diferente de lo que es el lenguaje común, pero también donde cada palabra coge mucha más importancia. Donde cada palabra tiene que ver con la música, con el teatro clásico en verso y me encantaría escribir una obra en verso, porque soy de la idea de que  los corsés formales afectan mucho al fondo y hacen que tengamos que esforzarnos más a la horade hablar. Hay una especie de derroche de las palabras, ahora que hay comunicación por todas partes: por las redes, por todas partes, donde hablamos sin darle valor y el verdadero sentido a lo que decimos. Esto es lo que hace ese persona: habla con cuatro palabras exactamente, así que cada palabra la tenga que medir y tenga que tener mucho más sentido.

ECHO DE MENOS ESE TEATRO CLÁSICO
DONDE CADA PALABRA,
CADA FRASE ESTÁ MEDIDA

   
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ANTONIO ROMERO / MARÍA ZABALA / ANA LUCAS
FOTO: www.madridteatro.net
 
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 ANTONIO ROMERO / MANU HERNÁNDEZ
FOTO: www.madridteatro.net
 
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 ANTONIO ROMERO / MANU HERNÁNDEZ
FOTO: www.madridteatro.net
 

Un texto tan preciso salido de la escritura del autor, recuerda a aquellos autores, cuyos personajes al hablar decían exactamente lo que querían decir, con lo cual  puede parecer que sea una dificultad para el actor, que no puede permitirse el improvisar e incluso la intervención por parte del director y actores durante la puesta en escena. Roberto confiesa que

me han ocurrido las dos cosas. Curiosamente lo que me ha ocurrido con el texto en el proceso, es, por un lado echo de menos ese teatro clásico donde cada palabra, cada frase está medida, tiene una sonoridad interna, tiene un sentido que conecta con la otra frase. Entonces para el actor eso es un regalo, pero también es una dificultad. He estado mucho en el proceso de ensayos y he ido modificando algunas cosas. Ellos mismos me decía ¿podría ser esta frase? ¿Cambiar…? Es verdad que es un texto que no da pie a las morcillas, pero sí, al estar yo presente en muchos de los ensayos, he ido modificando, arreglando y tocando el texto, no en la esencia pero sí en la forma, aunque para mí la forma y el fondo, el teatro, en la literatura, en el cine, es lo mismo. En esos cambios sí he buscado esa métrica, esa sonoridad que he intentado darle a cada una de las frases del texto.

Al considerar todo ese razonamiento sobre precisión y sonoridad del texto, podría parecer que nos encontramos ante lo que en los autores clásicos se denominaban "diálogos literarios". No obstante en boca de los actores resuenan naturales.

Ese es el reto justamente, por lo que estoy muy contento con el trabajo que ha hecho el director Alejandro Arestegui con los cuatro actores, porque han conseguido que un texto, y en eso consistía el teatro clásico en verso,  lo llevas a un terreno realista. Parece que los personajes están hablando así, de verdad. No están recitando. Mi intención es contar  una historia que a todos nos parezca cotidiana, realista, pero contada de una manera en la que la forma tenga una importancia, porque en el teatro no solo la palabra, sino la luz, la escenografía y todo tenga un código que a mí me encanta. En este caso cuando oí el texto, en las primeras lecturas, en boca de los actores  fue una sorpresa favorable.

Para constatar la sonoridad que tiene el texto en esta ocasión

al ser un proceso largo de escritura sí lo he leído en voz alta, más de una vez, pero teniendo delante gente. Eso me ha ayudado a ir corrigiendo muchas cosas.

 

TRES PERSONAJES Y UN TERCERO
QUE NOS CUENTA LA HISTORIA

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   ANA LUCAS
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   MANU HERNÁNDEZ
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   MARÍA ZABALA
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   ANTONIO ROMERO
FOTOS: GERALDINE LELOUTRE

Los cuatro personajes de esta historia son: Antonio (Manu Hernández) lo tiene todo: un buen trabajo, una buena esposa, una buena casa. Bernardo (Antonio Romero) es su mejor amigo. No tiene nada. Ahora Bernardo se ha enamorado de Sophie (María Zabala), la mujer de Antonio. Por lo visto, es algo imparable. Sophie es artista. Atraviesa una crisis creativa y habla “raro”. Clara (Ana Lucas) es la camarera del bar al que suelen acudir los tres. Tuvo ataques de ira en el pasado. Ahora lo tiene controlado. Más o menos. En esta historia, nada es lo que parece a primera vista.

Clara es la narradora, la que rompe la cuarta pared, y nos cuenta la historia. Ana Lucas, la actriz que la interpreta, me peguntaba muchas cosas: "¿Por qué soy la que rompe la cuarta pared? ¿Por qué…?" Para mí es muy evidente que es ella la que ha decidido contar esta historia al espectador, y, por lo que sea, piensa que merece la pena que esta historia sea contada. Es curioso, porque al principio, el personaje de Clara da la sensación de estar un poco fuera de la historia del triángulo que forman los otros tres personajes, y, sin embargo, a medida que avanza la función va interactuando y su vida se va  a ver muy afectada por lo que hacen los otros personajes. Entonces tiene esta doble faceta de un personaje más, y, al mismo tiempo, un personaje que, desde fuera, va llevando de la mano al espectador a través de la historia.

DIVERSIDAD DE ESTILOS LITERARIOS
QUE TERIMAN FUSIONÁNDOSE.

A nivel textual se barajan varios estilos: El de Antonio y Bernardo es más realista y cotidiano; el texto enigmático de las cuatro palabras de Sophie, y el de Clara que se mantiene a mitadentre lo popular y lo narrativo. El interrogante es si se llegan a fusionar.

Sí, absolutamente me encanta esto que dices, porque es verdad que sin darnos cuenta estos tres códigos se van fusionando. Clara hace una cosa que me encanta: va contando las palabras que se dicen en la función. Lo hace hasta la última palabra que se dice, y el final es muy inquietante cuando le dice: "Te quedan solamente 40 palabras para que acabe la historia". Esos tres códigos van convergiendo y hay momentos en donde se pierde la diferencia entre unos y otros, y sin revelar nada de lo que ocurre al final todos y todos se ven teñidos por esta manera de hablar, poética. Y, todo ello, en un tono de comedia poética que permitirá al espectador reírse de sí mismo y sentirse irremediablemente identificado.

LAS PALABRAS, ARMAS ARROJADIZAS

Otro de los elementos peculiares es que, según Roberto, las palabras se convierten en armas arrojadizas.

Hay muchas maneras de utilizar un arma: una activa en cuanto que yo te la lanzo, y otras de manera pasiva. El no hacerte caso, es también utilizar un arma. Las palabras, en este sentido, y esto se va poniendo de manifiesto cada vez más, las utilizan entre ellos, porque son personajes que se quieren, se odian…Tienen emociones muy fuertes entre ellos, y cómo utilizan las palabras, tanto en lo que dicen como  en lo que no dicen, para atacarse y sobre todo para manipularse. Eso me fascina en la obra. Cómo, todos, se intentan manipular todo el tiempo. No hay ninguno inocente, sólo alguno más obvio y otro más sutil, alguno más implícito, otro más explícito, pero todos manipulan a través de las palabras, y, en ese sentido, para mí son armas.

En contraste con este texto están la infinidad de guiones de Roberto para programas televisivos y  series, cuyo perfil es diametralmente opuesto, hasta el punto de pensar que podría suponer una esquizofrenia a vivir entre  dos mundos literarios distintos.

Sin duda hay mucha diferencia. Yo escribo novelas, guiones… Tengo la suerte de que me llaman de muchos sitios. El nexo común es el mismo: escribir historias que me interesan y que necesito contar. Eso da igual el lenguaje, pero, evidentemente, el formato teatral donde el diálogo, la palabra lo es todo, no tiene nada que ver con un lenguaje audiovisual de una serie de televisión  donde lo que tú ves es lo que predomina por encima del diálogo. No me produce esquizofrenia. Es más diría casi lo contrario. Mentalmente me viene muy bien porque es muy terapéutico poder ir cambiando. Hay gente que dice: "Deberías especializarte" , porque tengo mis novelas infantiles, mi teatro con comedias peculiares, mis series… Ahora estreno una serie con Maribel Verdú que es un "thriller". Son cosas totalmente distintas, pero en este mundo en que vivimos quieren especializarnos: "Roberto Santiago es el que hace esto". Yo no. Yo hago mi carrera. Voy escribiendo sobre aquello que me dejan, por supuesto, pero también que yo necesito contar, y agradezco mucho poder cambiar de formatos, de lenguajes y lo disfruto. Luego en el teatro, cuando has escrito una obra, te sientas en el patio de butacas con toda la gente, y esa conexión del aquí y el ahora con el actor, para mí es algo inigualable.


ALEJANDRO ARESTEGUI, actor y director
CUATRO PERSONAJES QUE VAN
CUESTA ABAJO Y SIN FRENO.

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  ALEJANDRO ARESTEGUI
FOTO: www.madridteatro.net

La dirección del espectáculo, cuya banda sonora está compuesta por versiones rockeras de Las cuatro estaciones de Vivaldi, corre a cargo de Alejandro Arestegui, para el cual

en El bar prodigioso, el poder del lenguaje lo envuelve todo con tanta fuerza que produce un tsunami poético de tales dimensiones que no sabes si reír o echarte a recitar versos por la calle. Es una historia sobre las relaciones (de pareja, de amigos, de trabajo) y sobre cómo el paso del tiempo provoca un inevitable -y prodigioso- deterioro de las afinidades personales. Nuestro bar se convierte en testigo de excepción de cuatro personajes que van cuesta abajo y sin freno. Solo su capacidad de amar podrá amortiguar el estropicio emocional al que se ven abocados.

ALGO QUE ME OBSESIONA CUANDO
LEO LA ÚLTIMA VERSIÓN
ES EL PASO DEL TIEMPO

El trabajo de dirección de Alejandro parte de la simbiosis con Roberto ya que llevan trabajando años y como amigos se conocen mucho.

   
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ANTONIO ROMERO / MANU HERNÁNDEZ / MARÍA ZABALA
FOTO: www.madridteatro.net
 
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MARÍA  ZABALA / ANTONIO ROMERO
FOTO: OCTUBRE PRODUCCIONES
 
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 ANA LUCAS
FOTO: OCTUBRE PRODUCCIONES
 
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 MARÍA ZABALA
FOTO: OCTUBRE PRODUCCIONES
 
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MANU HERNÁNDEZ / ANTONIO ROMERO
FOTO: www.madridteatro.net
 

Hace muchos años rodamos una cosa y sé que el germen de El bar prodigioso nace de ahí, aunque, a lo mejor, Roberto lo desmiente. Él ha trabajado mucho con Sanchís y ha tenido una evolución pero yo he leído esos inicios. Pasó un tiempo, y luego me entregó el texto finalizado, al que siguieron los ensayos, arreglos y demás. Por lo tanto conozco bastante la evolución y sé que hay muchas cosas muy personales del autor. Cuando cojo la última versión para ponerla en pie y fijar la puesta en escena, estoy ya muy influenciado por todo lo anterior y por lo tanto mi arranque ya estaba contaminado. Entonces me dejo llevar, y algo que me obsesiona cuando la leo es el paso del tiempo. Habla de las relaciones de pareja, habla de las relaciones de amistad, habla del valor e importancia de las palabras. Algo que me planteo siempre es ver que me provoca el paso del tiempo en esta relación de pareja.

EL BAR EN EL PARQUE UN PERSONAJE MÁS

El texto plantea un único espacio que es un bar en medio de un parque, aunque lo deja abierto pues podría ser en medio de una calle.

Cojo esa referencia y ese bar prodigioso, como espacio, es otro personaje más como está planteado en el texto y a mí me viene como otro personaje más, en cual ese paso del tiempo también estuviera. Por eso planteé el cambio de estación en ese espacio para que hubiera esa evolución, y así el Bar cobrara vida, pero que esa evolución también la hubiera en los personajes. Incluso el valor de las palabras con el paso del tiempo varía. Lo que antes una misma palabra tenía un significado, el paso del tiempo lo degrada. De ahí parte mi idea de puesta en escena. Una vez planteado el paso de la primavera al invierno, lo cual también influye en los personajes, me vino a la mente las Cuatros Estaciones de Vivaldi, que habla también del paso del tiempo, pero que no estaba en el texto. La evolución de un Bar a lo largo de un año es tremendo según las estaciones. Entonces ese es mi planteamiento. Todo me llevó a favor del texto.

Las Cuatro Estaciones ha sido versionada por Tuti Fernández que, según Alejandro, ha llevado a cabo un trabajo maravilloso: la primavera es la clásica de Vivaldi; luego hay una versión rock, otra acústica…más acorde con el espacio. Evoluciona a través de la guitarra acústica, eléctrica…,lo cual es muy importante en el texto

El texto, aparte del fondo que tiene, es una comedia con mucha sátira, en la cual algo muy  importante es lo que yo llamo la ornamentación, como son las palabras. Es el envoltorio y eso es lo que he querido acompañar en la puesta en escena. Un envoltorio no realista sino alegórico y muy acorde con lo que propone el texto.

CLARA, EL HILO CONDUCTOR

En cuanto a los personajes, Clara lo considera el hilo conductor y la  que empatiza con el público, lo cual Alejandro lo ve importante en la obra.

A medida que avanza la obra Clara evoluciona. Es un punto de vista maravilloso, porque lo cuenta en un tiempo ya pasado. Son cosas que ya ha vivido, lo cual es muy interesante y es el personaje que rompe la cuarta pared. Luego está la relación de la pareja Sophie y Antonio. A primera vista son personajes muy opuestos, pero se complementan. Están en un tipo de relación que ya lleva tiempo y por lo tanto las relaciones han cambiado con el paso de tiempo. Entonces lo que plantea la función es hacia donde cambia esta pareja, y llegarán a una conclusión. Esta interrelación sucederá en los cuatro. 

El espacio escénico está diseñado en dos planos diferentes. Uno es el parque y al fondo, en un plan más elevado, está Sophie.

El desencadenante de la historia es Sophie, ya que ella pone en un plano a Antonio, en otro a su amigo Bernardo, luego con Clara y todo gira. A partir de aquí coge más peso el personaje de Sophie, y va evolucionando la historia.

UN TEXTO RESPETADO AL MILÍMETRO
SIEMPRE MIS PROPUESTAS ESCÉNICAS
COMO DIRECTOR VAN A FAVOR DE TEXTO

Al ser un texto tan preciso los actores tienen que respetarlo al milímetro, lo cual puede suponer una dificultad para ellos.  Alejandro advierte que por ello

tiene que haber una comunicación entre autor y director, cosa que en otras ocasiones no pasa. He trabajado muchas veces como autor, otras como director y no siempre hay una comunicación autor-director. Siempre mis propuestas escénicas como director van a favor de texto. Pongo mi puesta en escena al servicio del texto y no me gusta cuando veo el texto al servicio de la puesta en escena, aunque es muy lícito, pero no es mi forma de trabajar. También los actores, los pongo al servicio del texto. Esta puesta en escena, salvando las distancias,  es como cuando trabajas verso que no puede romperlo, salvo alguna licencia.

Tal corsé literario para el actor puede ser una dificultad, concede Alejandro, pero

luego te das cuenta que, en realidad, es una virtud, porque el autor te lo está dando. Cuando le texto está bien escrito y los personajes bien desarrollados, no tienes que ponerle más. Es verdad que la precisión supone una dificultad, pero esto esta es la partitura que tenemos, y si modificábamos algo, siempre en consenso con el autor. No hay que morcillear para hacer comedia, si los gags, y los tempos están bien escritos. Esto es lo que transmito a mis actores. A veces se dice que hay muchas maneras de abordar un texto. Varias maneras sí, pero no muchas. Una premisa que llevo a fuego con los actores es "jugar y divertirse". Mi objetivo era que hubiera entre los actores química y se divirtieran con la partitura y se han divertido y jugado muchísimo. Ha ido solo y eso se transmite. 


LA ESCENOGRAFÍA

LA IDEA ERA NO ENTRAR EN UN
CONCEPTO REALISTA SINO ALEGÓRICO

El espacio escénico está impregnado de un halo poético que envuelve a unos peculiares árboles, nacido de un trabajo conjunto con la joven escenógrafa Igone Teso y su equipo habitual.

Les dejo plena libertad. Nunca había trabajado con Igone. Es una escenógrafa que acaba de salir de la RESAD, y es una maravilla. Nos hemos entendido cien por cien. La idea era no entrar en un concepto realista sino alegórico de ese personaje que es el Bar, el cual es tan importante y me ha entendido a la perfección.
 

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ESCENOGRAFIA: IGONE TESO
ANA LUCAS / ANTONIO ROMERO / MANU HERNÁNDEZ / MARÍA ZABALA
FOTO: OCTUBRE PRODUCCIONES

Este parque de Igon ha sorprendido a Roberto ya que no lo había imaginado así.

Esta función la empecé a escribir en la terraza de un Bar al que yo suelo ir por mi barrio, el Parque de Juan de la Cosa en Madrid. Yo me imaginaba mi parque, pero no es teatral: es un parque de verdad, tiene una mesas, camareros a los que conozco, y cuando vi la escenografía por primera vez me gustó mucho porque abunda en el lenguaje teatral que propone la función, que no es un lenguaje naturalista. Creo que la escenografía, el vestuario y todo va en esa dirección. Soy el primero que hago guiones de televisión y ya estamos inundados de ese lenguaje naturalista en televisión. A mí me gusta ver un lenguaje teatral cuando veo una función de teatro.

ROBERTO SANTIAGO, novelista, dramaturgo y guionista.

Roberto Santiago (Madrid, 1968) es un director de cine, guionista, dramaturgo y escritor. Estudió imagen y sonido en la Universidad Complutense y creación literaria en la Escuela de Letras de Madrid. En 1999 dirigió su primer cortometraje, Ruleta, presentado en la sección oficial del Festival de Cannes. Le siguieron 12 largometrajes, de los cuales en cuatro de ellos sólo fue guionista. El resto fue director y guionista. En 2018 escribió la novela  Los Futbolísimos, el misterio del jugador número 13 de la cual  ha vendido millones de ejemplares y ha sido traducida a más de quince idiomas. En el mundo audiovisual, estuvo nominado al Goya al Mejor Guion por El penalti más largo del mundo. Ha escrito y dirigido diversas películas y series, la última de las cuales ha sido. El Juego para TVE. En televisión comenzó como guionista en programas de humor y dirigió varios episodios de la serie El síndrome de Ulises, y la última Ana TramelEn el ámbito teatral ha obtenido diversos premios, como el Enrique Llovet por su primera obra Share 38, el Telón de Teatro por la adaptación de El otro lado de la cama, o el Premio de la Casa encendida por El lunar de Lady Chatterley. Otros texto son: Desnudas (accésit Premio Sgae 2002), y La felicidad de las mujeres (2008) , Decir que no (2013), El lunar de Lady Chatterley (2014), y Topos, basado en hechos reales (2015) y la adaptación de Perversiones sexuales en Chicago (David Mamet), y Más apellidos vascos. Ha estrenado sus textos en el Teatro Español, La Latina, el Marquina, el Lara, el Alfil e infinidad de escenarios de España y Latinoamérica. Ha ganado el Premio Internacional Edebè, el Barco de Vapor, y ha sido distinguido recientemente con el Premio Cervantes Chico 2021 por su contribución a difundir la literatura entre los jóvenes y niños.

ALEJANDRO ARESTEGI, director y autor

Alejandro Arestegi (Avilés, Asturias) adiestrado en las Artes marciales desde los 10 años, a los 19 años es cinturón negro 2º Dan. Tras ganar numerosos torneos y representar a la selección Asturiana en campeonatos nacionales durante 6 años,  al mismo tiempo estudia arte dramático en el ITAE (Instituto del teatro y de las artes escénicas). A los 22 años se traslada a Madrid y abandona la competición deportiva para dedicarse a su carrera de actor. En Madrid continúa su formación en el laboratorio de teatro William Layton que completa con notables profesionales. Su carrera profesional comienza en el año 2002 con el estreno en Madrid de El Príncipe y la Corista, junto a Emilio Gutiérrez Caba, con dirección de Francisco Vidal y la La Tienda de la Esquina, bajo la dirección de Lánder Iglesias, en ambas con María Adánez. Su ductilidad le lleva a interpretar tanto teatro clásico como contemporáneo. En teatro contemporáneo destacan sus interpretaciones en  La mujer que se parecía a MarilynEsperando a Diana, Maniobras, de Eduardo Galán. Interpreta el personaje de Tom en El Zoo de Cristal (CLICK) de Tennessee Williams, junto a Silvia Marso obteniendo muy buenas críticas. Participa en series de televisión y en los largometrajes La Cosecha y Los Futbolísimos de Roberto Santiago y ha protagonizado cortometrajes. Su trabajo de actor lo ha alternado con el de director. Su primera dirección en teatro fue Lupe y Lope. Le siguieron La conferencia, Un hombre sencillo. Para público familiar: El libro de la selva, Los entremeses, La Celestina, El Lazarillo de Tormes. En 2021 dirige el cortometraje La chica de los cigarrillos, que obtiene  diversos premios en Festivales nacionales e internacionales.  


FUNCIÓN
De jueves a domingo
25 de agosto al 11 de septiembre : 19:45 h.
15 al 24 de septiembre : 20:00 h.

PRECIO
20 €
primera semana: 14 €

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   ALEJANDRO ARESTEGUI / MANU HERNÁNDEZ / ANA LUCAS / MARÍA ZABALA / ANTONIO ROMERO
FOTO: GERALDINE LELOUTRE

Título: El bar prodigioso
Texto: Roberto Santiago
Música: Vivaldi, Las cuatro Estaciones
Escenografía: Igone Teso
Iluminación: Ciru Cerdeiriña
Espacio sonoro: Tuti Fernández
Vestuario: Genel Romero
Dirección de producción: Nadia Corral
Ayte. producción: Sofía Aragón
Producción: Octubre Producciones
Distribución: Montse Lozano
Ayte Dirección: Mariana Kmaid
Intérpretes: Antonio Romero (Bernardo), María Zabala (Sophie), Ana Lucas (Clara) y Manu Hernández (Antonio)
Dirección: Alejandro Arestegui
Duración:75 min
Estreno en Madrid: Teatro Quique San Francisco, 25 - VIII - 2022

 
Más información
                                                                                                           
José Ramón Díaz Sande
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TEATRO QUIQUE SAN FRANCISCO
Aforo: 260
DIRECTOR: JUAN JIMÉNEZ
C/ Galileo, 39
28015 - Madrid
Tf: 915910106 -915932310
Metro: Quevedo y Moncloa
Bus: 2/16/21/61