El testamento de María. Tóibín. Crítica Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Lunes, 05 de Enero de 2015 18:21

EL TESTAMENTO DE MARÍA
MARÍA A PIE DE TIERRA

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   BLANCA PORTILLO
FOTO: JOSEP AZNAR

Blanca Portillo se mete en la piel de María, la madre de Jesús, y antes de pasar a comentar el texto hay que subrayar que su trabajo interpretativo es magnífico.  Despliega toda una serie de matices, desde los más líricos a los más dramáticos. Se trata de un monólogo que debido al despliegue escenográfico, de movimiento y de la propia interpretación la convierten en una  obra de teatro, ya que el resto de los personajes que le acompañan en la narración terminan por hacerse vivos en la imaginación del espectador.

El Testamento de María es un texto del autor irlandés Colm Tóibín, que a partir de los pocos datos que se encuentran en los Evangelios, imagina lo que pudo ser la vida de una mujer  de campo que no entiende todo lo que ha pasado en su vida: un hijo arrebatado por decisión divina para predicar la Buena Nueva, y que engendra tal odio que le lleva a la Cruz

El perfil  que obtenemos del Evangelio es la de una mujer discreta que no acaba de entender mucho lo que está pasando:"¿Cómo es posible si no conozco varón?" "Hágase en mi según tu voluntad", en la Anunciación. "Una espada traspasará tu corazón", en la presentación del Jesús niño en el templo, por boca del anciano Simeón."Guardaba todas estas cosas en su corazón", en la pérdida de Jesús niño en  Jerusalén. Intervenciones posteriores son: las bodas de Caná;"tu madre y tus hermanos te buscan" "¿Quiénes son mi madres y mis hermanos?", y el gran final dramático en la Cruz"Madre, ahí tienes a tu hijo", "Hijo, ahí tienes a tu madre". Posteriormente solo aparece en los Hechos de los Apóstoles al mencionar que los apóstoles se reunían bajo María. No hay muchos más datos a nivel de los libros canónicos del Nuevo Testamento. A lo largo de los siglos María ha cobrado mayor importancia, y teológicamente aparece como la Mediadora. La devoción popular la ha ensalzado, y para los creyentes se ha convertido en la Gran Madre.

El título El Testamento de María se refiere al requerimiento para que María escriba un nuevo Evangelio, apodado Testamento de María, al margen de los Evangelios Canónicos, los establecidos por la Iglesia a partir del año 110 d. de Cristo, y cuya confirmación oficial será en el concilio de Trento, 1546. Acerca de la vida de Jesús las comunidades de entonces transmitieron su doctrina oralmente, cuya redacción escrita está en torno a final del siglo I. De todas estas narraciones - unas 70 - algunas son muy fragmentadas y, a veces, llenas de una fantasía desbordante. Hacia el año 200 se tiene conciencia de lo que se han denominado Evangelios Canónicos que llevarán  los nombres de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. El resto de las otras narraciones se conocerán como Evangelios Apócrifos. De los canónicos, Mateo, Marcos y Lucas tienen bastantes coincidencias, y se les ha denominado los Evangelios Sinópticos, aunque esta concordancia es un tanto relativa, puesto que pertenecen a comunidades diversas y cada una de ellas resalta un aspecto más que otro. Mateo y Lucas  parecen proceder de lo que se ha llamado fuente Q, basado supuestamente en la tradición oral,  que contiene los dichos de Jesús, los cuales no aparecen en Marcos. El Evangelio de Juan se aparta de los sinópticos por poseer un carácter más simbólico y litúrgico. Hay quienes han visto en este Evangelio un carácter místico y otros lo consideran como el primer tratado teológico sobre el cristianismo.

A través de estos textos nos ha llegado la doctrina evangélica, más que el acontecer histórico, aunque haya algunos datos históricos. Otro cantar es que a lo largo de la Historia, se han añadido anécdotas, algunas procedentes de los apócrifos o de la tradición y la devoción, que han conformado la visión que tenemos de esos aconteceres. Los Evangelios Canónicos se ocupan de la doctrina evangélica, teniendo como protagonista a Jesús. El resto de los personajes que aparecen sirven, solamente, para que avance la narración, y de ahí que haya sobre ellos muy pocos datos. Entre estos personajes está María.

Colm Tóibín se ha centrado en la figura de María, y, a partir  de los pocos datos ofrecidos, intenta reconstruir, a nivel emocional, lo que ha supuesto ser la madre de Jesús, de quien dicen que es Hijo de Dios. Si en este aspecto los creyentes nos topamos con el Misterio, a María le ha sucedido lo mismo. Colm Tóibín nos la presenta como una mujer desbordada por ese Misterio, y presenta a María como una mujer golpeada por el dolor y el desconcierto. Aspectos, por otro lado, que están en el propio Evangelio.

Cuestión aparte es la visión que el creyente tiene de la apodada Virgen María. Es una visión considerada tras la Resurrección de Jesús. De hecho, la figura de Jesús pasa por la estructura de Pasión y Resurrección, las cuales se han manifestado popularmente, en España, a través de las procesiones de la Semana Santa. Analizando la imaginería y celebración,  en el Norte de España, prevalece una misión de Pasión y Muerte: Jesús ha muerto. En el Sur las imágenes, incluso en los momentos de Pasión, reflejan menos tragedia - las dolorosas van con mantos de colores -, y se podrían decir que es una celebración de Pasión y Resurrección. Tal concepción no es sino  la máxima de Pablo: Si Cristo no resucitó, vana es nuestra Fe (I Corintios, 15,14)

Toda esta disquisición me ha parecido necesaria para entender el tratamiento dramático que Colm Tóibín da a su María. Nos la presenta bajo el signo del "pathos", la pasión. Nos la convierte en un personaje de tragedia griega, tratamiento que  concuerda con lo que pudo acontecer en la realidad. Al situarse en esta línea, no sé si es consciente que se adentra en un tema que ha traído de cabeza a teólogos y pensadores: la doble naturaleza humana y divina de Jesús. Los sufrimientos de Jesús no son como de "mentirijillas", por poseer naturaleza divina, sino que los padece como hombre: "Si es posible que pase de mí este cáliz", "Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?"

Similar consideración se plantea con María y con toda la situación histórica en la que viven los personajes: familia humilde de artesanos, dificultades en el parto, emigración a Egipto (emigrantes) y la muerte en Cruz como respuesta a un enfrentamiento al sistema establecido.  Colm Tóibín pone el acento en este aspecto terrenal y no va más allá de disquisiciones transcendentes. Es otro modo de leer el Evangelio: no tener en cuenta la Transcendencia evocada en las narraciones de la Resurrección, y mantenerse en una lectura más racional, que lleva a potenciar los elementos humanos.

De todos modos es muy curioso ver cómo en el Evangelio, los personajes toman esa postura: no saben descubrir el elemento de Transcendencia.  Colm Tóibín nos presenta una María que no sufre de "mentirijillas" y nos atrae por varias razones. La primera se desprende del mismo texto que el director Agustín Villaronga ha adaptado a partir del original teatral de Toilbin, la adaptación de Broadway y la posterior novela de Toilbin. Es un texto bien confeccionado, abordando los principales acontecimientos en los que se ve involucrada María. Uno de los más impactantes es el momento al Pie de la Cruz. Una segunda razón es la dirección de Agustín que construye una inteligente dramaturgia jugando no solamente con el desplazamiento de la actriz, sino ejemplificando el texto fluidamente con vestuario cambiante y un "atrezzo" adecuado. Tales ayudas consiguen evocar ambientes y al resto de los personajes de modo elocuente. La tercera razón es la magistral interpretación de Blanca Portillo que llena de matices al personaje, logrando que palpemos el desconcierto y sufrimiento de una mujer ante un hecho que se le escapa de las manos.

Es posible que algunos creyentes no reconozcan a esta María, al desaparecer la transcendencia que la ha convertido en la Virgen María. Lo que ha hecho Colm Tóibín es situarse en la época histórica, y en ese momento los personajes que rodeaban a José, María y Jesús, tenían una visión muy a ras de tierra: "Este es el Hijo del Carpintero y su Madre es María, es hermano de Santiago, José, Simón y Judas, y sus hermanas también viven aquí entre nosotros (Mt (13, 55-56)" La María de Toilbim se mueve en ese terreno.

A partir de esta concepción Colm Tóibín imagina la reacción de María ante la figura de Jesús: desconcierto por oír que lo llaman Hijo de Dios, desconcierto ante los milagros. Todo ello le lleva a la duda y a la desesperación. El Testamento de María es la rebeldía de María ante una historia terrenal edulcorada, vista a través de la trascendencia.  Sin negar ni afirmar este aspecto, indudablemente la vida de María no fue un camino de rosas. Es más, ella no pudo barruntar la mencionada transcendencia, porque Jesús no era ni un mago, ni un Héroe o Dios griego. Era un ser terrenal que los Evangelios describen como "acampó entre nosotros"

Para los creyentes esta obra es una meditación sobre el aspecto terrenal sufriente, que a lo largo de la historia los artistas han plasmado en las Dolorosas o las Pietá. Para el no creyente también puede ser válida, pues es la meditación sobre cualquier mujer que transita por la vida entre el dolor y el Misterio. Una madre coraje que se arriesga a acudir al pie de la Cruz. Es también un canto a la figura de la madre y al valor de la mujer. A este respecto, es significativo ver cómo en el Evangelio, las únicas que están al pie de la Cruz son las mujeres, salvo Juan. El resto de los hombres han huido.

Al margen de toda esta reflexión, El testamento de María es un bocado apetitoso para cualquier actriz, debido a la multiplicidad de matices que permite a nivel interpretativo.

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  BLANCA PORTILLO
FOTO: JOSEP AZNAR

Título:El testamento de María
Autor :Colm Tóibín
Traducción:Enrique Juncosa
Adaptación:Agustín Villaronga
Escenografía:Frederric Amat
Música:Lisa Gerrard
Vestuario:Mercè Paloma
Iluminación:Josep María Civit
Sonido:Lucas Ariel
Ayudante de dirección:Martí Toras
Fotos:Yanick Macdonals
Diseño cartel:Isidro Ferrer
Producción:Testamento en coprodución con Centro Dramático Nacional, Festival Grec y Avance Producciones Teastrales
Colaboración:M.N.A.C.B.A. ( Museo de arte contemporáneo de Barcelona)
Ayuda:Generalitat de Cataluña
Intérprete:Blanca Portillo
Dirección:Agustín Villaronga
Duración:1 h 10 min
Estreno en Madrid:Teatro Valle Inclán (Sala Francisco Niueva), 19 . XI - 2014


Más información
     
El testamento de María. Colm Tóibín.
     El testamento de María.Tóibín Entrevista

José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Martes, 06 de Enero de 2015 10:54