Caricias. S. Belbel. Critica. Reseña. 1994 Imprimir
Escrito por Jerónimo López Mozo   
Viernes, 05 de Septiembre de 2014 19:30

resena 1994 num 252 b
RESEÑA, 1994
NUM. 252, PP. 20

 

CARICIAS
MEZCLA DE ESTILOS

 

Desde su estreno por el Centre Dramatic en el Romea de Barcelona (ver RESENA, mum.228, mayo 1992), Caricias ha tenido una vida intensa y gratificante para su autor. Ha sido traducida a numerosos idiomas y representada en varios países europeos.

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  FOTO: CHICHO

Desde su estreno por el Centre Dramatic en el Romea de Barcelona (ver RESENA, mum.228, mayo 1992), Caricias ha tenido una vida intensa y gratificante para su autor. Ha sido traducida a numerosos idiomas y representada en varios países europeos. No  me parece, sin embargo, que se trate  de una de sus mejores obras y mucho menos que sea la más adecuada para poner broche de oro a una década de placida existencia del CNNTE durante la que sorprendentemente no se ha producido ningún debate serio sobre su gestión y resultados.

Lo que Sergi Belbel ofrece en esta pieza es un extenso repertorio de situaciones, en muchos casos aberrantes, protagonizadas por personajes extraídos de nuestro entorno. Se trata de mostrar a que punta de degradación es capaz de descender el ser humano en sus relaciones con los demás. Y lo hace de forma provocadora -cuando esta suerte de provocaciones ya apenas escandaliza- combinando, en un cóctel que tampoco llega a ser explosivo - si acaso, decadente -, lo soez con un cierto refinamiento literario. Hay mucha mezcla de estilos en este texto, aunque todos tienen el sello del autor, y un aire de producto nacido sin vocación de llegar a formar parte de su abultado curriculum. Él mismo lo admite cuando da cuenta de que la primera de las once escenas que componen la obra fue fruto de una noche de insomnio. Se trata de un diálogo entre una joven pareja que culmina de forma harto violenta. Después, en la segunda escena, participa la misma mujer y un nuevo personaje, que, a su vez, intervendrá en el sketch siguiente, y así sucesivamente hasta el último, en el que reaparece, para cerrar el círculo, el joven de la escena inicial. Una fórmula que sólo parecerá original y adecuada, por tanto, para ser mostrada en un centro de nuevas tendencias a quienes ignoren que fue aplicada ahora hace más de noventa años por el austriaco  Arthur Schnitzler en su obra La ronda.

Otras obras hay del mismo autor que hubieran ocupado con mejor fortuna el escenario de la Sala Olimpia y que hubieran permitido a su director, Guillermo Heras, hacer un trabajo más creativo y menos plano, y a los actores entregarse, con el afán con que aquí lo hacen, a una mejor causa.

Título: Caricias.
Autor: Sergi Belbel.
Escenografía y dirección: Guillermo Heras. 
Intérpretes: Jorge de Juan, Milena Montes, Concha Leza, Alicia Agut, Fernando Chinarro, Juan DÍaz, Antonio Canal, Amparo Pascual, Pepe Martín, Julio Escalada y Lola Mateo.
Producción: Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas.
Estreno en Madrid: Sala Olimpia, 25-V-94. 

 

 


JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
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Última actualización el Viernes, 05 de Septiembre de 2014 20:27