La mujer de negro. S. Hill. Crítica Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Miércoles, 11 de Junio de 2014 15:34

LA MUJER DE NEGRO
LA IMPOSIBLIDAD DE DESHACER EL PASADO

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EMILIO GUTIÉRREZ CABA / IVÁN MASSAGUÉ
FOTO: PRODUCTORA

Por tercera vez viene La mujer de negro. En esta ocasión cambia de actor. Sigue Emilio Gutiérrez Caba, que también dirige el montaje sobre las directrices de los montajes anteriores, y se estrena, en este montaje, Iván Massagué, como "El actor" (personaje de la función) a este truculento teatro, que ha alquilado Arthur Kipps (Emilio Gutiérrez Caba), para recrear un suceso fantasmagórico del pasado.

La mujer de negro es texto que circula por las líneas de lo terrorífico templado. Un empresario de un teatro, cerrado años ha, contrata a un actor joven para que le ayude a interpretar un texto escrito por él, que encierra una amenaza para él y su familia. Hay necesidad de leer en público esa historia, pues es el único modo de salirse del maleficio.

Con tal historia se imponen elementos de sorpresa y misterio propios del género, así como su dosis de "sustos". Nos encontramos en un escenario vacío, con algunos elementos fragmentarios de decorado abandonado, y algún "atrezzo", como es el clásico cestón para guardar el vestuario en las giras. Con ellos y una pantalla de gasa al fondo para las oportunas transparencias y proyecciones, se evocan, acertada  y sobriamente los ambientes y la atmósfera, un tanto gótica, a la que no le falta cierta estética expresionista. Hay, pues, un trabajo escénico bien conseguido, en el que el teatro se confunde con la propia vida, borrando las fronteras entre actor y personaje, espacio teatral y espacio real. Igualmente, la historia del pasado revierte en el presente. Este doble juego actoral y espacial es uno de los atractivos  de la obra, y permite desarrollar diversidad de matices interpretativos, que tanto Emilio como Iván llevan a buen término.  La narración mantiene el interés, tanto por el suspense, propio del género, como por el ritmo general que combina bien momentos serios con toques de humor.

La obra se resuelve sólo con dos actores, que, en principio, encarnan al "Arthur Kips" y a "El actor", pero a medida que la acción avanza, y se entra en el juego de la representación escénica de la historia escrita por el Arthur, nuevos personajes se encarnan en ellos dos. El paso de un nivel a otro, se resuelve sin solución de continuidad.  Recurso inteligente para mostrar la doble encarnación, y lograr que el ritmo no decaiga. No hay tiempos muertos de transición, y ni se prevé lo que va a suceder. Una luz, un sonido o un cambio de interpretación nos da paso a otra escena. 

Emilio Gutiérrez Caba despliega todas sus artes interpretativas, para convencernos de la autenticidad de los diversos personajes: el empresario; el empresario intentando interpretar con una nefasta recitación; el cochero, una creación cómica que sorprende agradablemente... Vuelve, como en otras ocasiones, a brindarnos una interpretación muy convincente que nos llega con naturalidad y sin estridencias. La sobriedad interpretativa es una de su mayores cualidades como actor.

Iván Massagué muestra también una gran versatilidad en un personaje que transita de la realidad a la ficción. Es actor joven, con trayectoria profesional,   de grandes recursos, cuyo personajes están bien diseñados.

La dirección de Emilio, que, según confesión propia, ha seguido las líneas de los anteriores montajes, es eficaz y con buen ritmo. El espacio escénico encuentra su diseño en los diversos fragmentos de decorado, que al ser una obra que se ensaya, saca buen rendimiento a todos los enseres, permitiendo que la imaginación del espectador reconstruya lo que la realidad no da. En este espectáculo de susto y terror, la iluminación es crucial, tanto a nivel de ambientes como de efectos.  José Martín Márquez y Pablo Fernández, sus creadores, han sabido diseñarla con sabiduría. Lo mismo hay que señalar con respecto al diseño de sonido de Juanjo Ballester. Crea una banda sonora sobria e impactante, sin facilones recursos de algunas historias  de terror.

La mujer de negro ha terminado su periplo en Madrid, pero seguirá vivo en otros lugares. Vale la pena por la intriga de su historia, su interpretación y la creación de la atmósfera.

Además de los dos personajes, hay otro tercero, misterioso, que no voy a desvelar, para no destripar la intriga. Imagino que para seguir manteniendo ese misterio, no le permiten salir a saludar. El teatro sigue, después del teatro.

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  EMILIO GUTIÉRREZ CABA
FOTO: PRODUCTORA

Título:La mujer de negro
Autor:Susan Hill
Adaptación:Stephen Mallatratt
Traducción y adaptación:Anna Gimeno y Juan Vte. Martínez Luciano
Diseño de producción:Miguel Bea
Diseño de iluminación:José Martín Márquez / Pablo Fernández
Diseño de sonido:Juanjo Ballester
Ayte de dirección:Eduard Costa
Producción ejecutiva:Concha Catalán/ Sara Rey
Diseño gráfico:Carlos Sánchez / Creatias
Fotografía:Niclas
Vestuario:London Costume Services
Técnico de sonido:Eduardo Soriano
Técnico iluminación:Pablo Fernández
Regidora/Maquinista:Yolanda García
Logística:Yapadú Produccions
Construcción decorados:Fet d’Encarrec /Apq Stage / Telones Theatren
Intérpretes:Emilio Gutiérrez Caba (Atrhur Kipps),  Ivan Massagué (El actor
Con la colaboración especialde Alicia Calot
Voces en off:Narciso Ibáñez Serrador y Luisa Martín
Duración:105 min. aprox
Estreno en Madrid (Estreno oficial):Teatro Fernán Gómez (Sala Guirau), 9 - V - 2014  

 


José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande

 


TEATRO FERNÁN GÓMEZ
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Última actualización el Lunes, 16 de Junio de 2014 16:38