Don Pasquale. R. Muti. Tetro Real. Entrevista Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Sábado, 11 de Mayo de 2013 09:02

DON PASQUALE
LA ÚLTIMA BUFONADA OPERÍSTICA

 
 FOTO BASE: MAURIZIO MONTANARI (RÁVENA)
 
Don Pasquale (Don Pascual)  de Gaetano Donizetti (Bérgamo, 29 de noviembre de 1797 / Bérgamo, 8 de abril de 1848) se puede considerar la última de las grandes óperas bufas italianas, y se estrenó el Teatro de los Italianos de París el 3 de enero de 1843. El libreto fue escrito por Giovanni Ruffini (Génova, 20 septiembre1807 / Taggia, 3 noviembre1881) y el propio Donizetti, aunque viene firmado por Michele Accursi. En realidad era una adaptación de la ópera italiana Ser Marco Antonio, con libreto de Agnello Anelli para Ser Marcantonio (1810) del compositor italiano Stefano Pavesi (Casaletto Vaprio, 22 gennaio1779 / Crema, 28 luglio1850), estrenada en Milán y muy popular. 
 
DE LA COMMEDIA DEL'ARTE, PASANDO POR GOLDONI
 
 
ELEONORA BURATO
FOTO: JAVIER DEL REAL
 NICOLAI  ALAMO
FOTO: JAVIER DEL REAL
El texto sigue las lindes de la Commedia del'Arte, y por lo tanto entra, también, en el círculo de las comedias de Carlo Goldoni. Se han buscado referentes de cada uno de los personajes, trazando unos paralelismos: Don Pasquale es Pantaleón; el enamorado Ernesto es Pierrot; Malatesta es el avispado y embrollador sirviente Scapino; Norina es Colombina Carlotto, el falso notario, sigue la línea de los falsos funcionarios.
 
Gaetano Donizetti compuso 66 (71 ?) óperas, Don Pasquale ocupa la número 64. Su composición fue casual, y el que se estrenara en los Teatros de los Italianos tuvo su razón de ser. El compositor revisaba las repeticiones de su ópera Linda de Chamounix en dichos Teatros. Paralelamente componía La Reina de Chipre (La Regina di Cipro), con libreto de Giacomo Sacchèro, la cual, posteriormente, sería Caterina Cornaro. Jules Janin, recién nombrado director de los Teatros de los Italianos, le propuso que compusiera una ópera bufa y le prometió los mejores cantantes. Donizetti acudió al mencionado libreto de Angelo Anelli, y el escritor y patriota italiano Giovanni Ruffini(1), refugiado en París, se comprometió a la adaptación. Durante los ensayos fueron tales las correcciones de Donizetti y los cantantes, que Ruffini se negó a que su nombre apareciera en los carteles. Se firmó con el pseudónimo de Michele Accursi, otro exiliado amigo común de Donizetti y Ruffini.
 
Según las crónicas Don Pasquale la compuso en 11 días, aunque, probablemente fueron solo las líneas vocales. Donizetti utilizó fragmentos de otras óperas suyas: Gianni di Parigi, El elixir de amor, L'Ange de Nisida (convertido en La favorita). Si en cuanto al texto los ensayos fueron complicados, no lo fue menos su relación con la orquesta, a quien la partitura no agradaba. El estreno fue un éxito y Don Pasquale se convirtió en una ópera muy celebrada para el público, menos para la crítica, que recorrió los teatros del mundo y nunca la olvidaría el repertorio, incluso en el período (1860 -1960) en que Donizetti se olvidó (2).  En España se estrenó en el Teatro de la Cruz de Madrid el 4 de enero de 1845.
 
LA ESPONTANEIDAD MUSICAL DE LOS INSTRUMENTOS
 
Según Gabriel Menéndez Torrellas,Doctor en Filosofía y Estética y Magister Artium en Musicología e Historia del arte:  
 
·         Donizetti buscó una reforma de la ópera cómica equiparable a la que había transformado el "melodramma" serio italiano; para ello, ideó una comedia de costumbres sociales en la que procedimientos de sólida raigambre, como los dúos bufos y los finales en forma de rondó, apareciesen junto a nuevas ideas musicales que potenciaran la caricatura y la comicidad de los personajes. Entre los numerosos dúos destacan el interpretado por Norina y el Doctor Malatesta, que funge como final del acto primero, así como la disputa entre Norina y Don Pasquale al inicio del acto tercero. Otra innovación, que acoge una de las tendencias de mayor peso en el "melodramma" serio a partir de los años cincuenta, consiste en otorgar a la orquesta la primacía del discurso musical y en consecuencia de la configuración melódica: en virtud de un uso muy diferenciado de los instrumentos, que comentan cada suceso sobre el escenario, los diálogos parecen surgir como conversaciones espontáneas, mientras que las voces se adaptan a las ideas musicales preexistentes en la orquesta. El componente grotesco, una de las señas de identidad del género bufo dieciochesco, recibe asimismo una atención muy singular por parte de Donizetti, al poner de manifiesto la irregularidad de los versos, la perturbación del ritmo, las aceleraciones precipitadas e incluso cierta ironía enunciada desde la orquesta sobre los momentos sentimentales de la trama. Epígono conclusivo de un género en su época de último estertor (...) lejos de una Italia que volvía la espalda a los géneros cómicos a favor de los colores sombríos de los dramas de Bellini y del joven Verdi. En su humanización compasiva de los personajes cómicos disolvía Donizetti los estereotipos de una género caduco y con ello ponía un encomiable punto final al ímpetu bufo que había transformado la ópera durante todo el siglo anterior.
 
ELEONORA BURATO
FOTO: JAVIER DEL REAL
Se puede decir que Don Pasquale es el "canto del cisne" de un género, el bufo, que dominó la ópera en manos de los compositores Rossini o Mozart, entre otros. El director musical Riccardo Muti, ha circulado por parte de esos linderos y conoce muy bien a Rossini y a Mozart. No es una casualidad que se haya interesado por Don Pasquale.
 
·         Muti ha querido ir más allá indagando en la larga tradición de la escuela napolitana, con su proyecto Napoli e l’Europa, que ha culminado en 2011 con I due Figaro de Mercadante (CLIKEAR). La implicación del Festival de Pentecostés de Salzburgo surgía de la idea de rastrear el atractivo que ejerció Italia en Mozart y reconocer la influencia universal de la música italiana. Y es que Don Pasquale constituye, seguramente sin que el maestro se haya dado cuenta, uno de los hilos conductores de su carrera musical. Una obra en la que ha podido expresar esa síntesis norte-sur, ese milagro que descubrió en los primeros ensayos de Viena - concluye Gabriel Menéndez.
 
DONIZETTI NO ES BEETHOVEN
 
Don Pasquale, para Riccardo Muti, es más que un título. Su debut en Salzburgo (1971) con menos de treinta años, invitado por Karajan, fue con este título. En su autobiografía, reseñada por el musicólogo Víctor Sánchez Sánchez  relata su impresión cuando se puso al frente de la orquesta.
 
·         Comenzamos. La facilidad con que los arcos cantaban era para mí una manera nueva, palpablemente diferente de la costumbre italiana que se había formado en la ópera y en el repertorio donizettiano; pero contenía algo de oscuro y profundo que, sin poseer nuestro brillo, daba la impresión de entrar más en el fondo de las notas. No quiero decir que comprendiesen la música mejor que nosotros: pero la sensación de que, con su modo de tocar, hundían las raíces un poco más allá, esta sí, debo admitir haberla experimentado. Era el Don Pasquale, no la Séptima sinfonía de Beethoven: sin embargo, del modo en que tocaban Donizetti, advertí las huellas sinfónicas que habían sido escondidas desde el día en que los italianos habíamos decidido hacer, de manera exclusiva, de la música un canto más ligero. Será verdad que así estábamos más cerca del estilo y del mundo de Donizetti, pero aquella mañana en el Sophiensaal de Viena descubrí de repente una orquesta que se acercaba a la ópera bufa de 1843 sin cortar el hilo que la unía a Haydn, Beethoven, Schumann o Brahms: un mundo lejano que estaba delante de mí, turbándome y fascinándome al mismo tiempo. Un milagro: fue como alzar el velo que cubre un misterioso monumento el día de su inauguración. (Riccardo Muti, Prima la musica, poi le parole, 2010, pp. 91-92]
 
LA MADUREZ DE DONIZETTI
 
Para Mutti, Don Pasquale refleja la madurez del estilo de Donizetti y la síntesis de un género, el bufo. A su batuta volvió una y otra vez: Festival de Salzburgo (Fernando Corena y Rolando Panerai; en 1982 la grabó para EMI (Philharmonia de Londres con Sesto Bruscantini y Mirella Freni); La Scala en los años noventa (Furlanetto); Ravenna Festival en2006 (“muchachos de la Cherubini”), y  en el Musikverein de Viena en 2008, una  vuelta a su debut en 1971
 
RICCARDO MUTI
I DUE FIGARO
(2011)
TEATRO REAL (CLIKEAR)

FOTO: JAVIER DEL REAL
En opinión de Víctor Sánchez Sánchez, en Don Pasquale, Donizetti ...
 
·         era consciente de la importancia de la construcción del texto para el desarrollo musical y dramatúrgico, rasgo propio de los grandes creadores de la historia de la ópera. Y es que tras la apariencia de los tópicos del género bufo se perciben numerosos detalles de comedia fina, bien construida, llena de emoción y sentimiento. De hecho una lectura más profunda de Don Pasqualenos revela el trasfondo paródico del melodrama romántico. Nadie mejor que Donizetti para reírse de lo que conocía tan bien. La aparición del tenor en la falsa boda de su amada Norina no deja de recordarnos una de las escenas antológicas del repertorio donizettiano: el explosivo momento en que Edgardo irrumpe en la boda de Lucía; solo que aquí Ernesto aparece providencialmente, ya que su tío Don Pasquale le necesita como testigo de la boda. De la misma manera Norina se ríe de los amores caballerescos que lee en su presentación (“Quel guardo il cavaliere”), reacción similar a la de Adina en L’elisir d’amoreleyendo –¡sorprendente casualidad histórica!– la historia de Tristán e Isolda. (...) DonPasqualeha figurado en el repertorio de Muti, consciente de que esta ópera refleja tanto la madurez del estilo de Donizetti como la síntesis de la larga tradición del género. El maestro ha sabido sacar de la partitura la finura del trabajo orquestal, el dinamismo y la vivacidad de los tempi y, sobre todo, un cuidado sentido hacia el texto y la dramaturgia.
 
DON PASQUALE SE DA LA MANO
CON EL DECAMERÓN
 
Andrea De Rosa es el director de escena de esta versión. Para él:
 
·         El libreto de Don Pasqualeme trajo a la mente algunas memorables burlas que se cuentan en las historias del Decamerón, en la que el efecto cómico es mucho más eficaz cuando los personajes muestran su lado ridículo a través del mecanismo despiadado que se tensa alrededor de ellos. Considerada desde esta perspectiva, incluso la trama de Don Pasqualeparece muy cruel, pero es solo a través de esta actitud que los personajes se muestran realmente como son y actúan.
 
Estos personajes bufos dan lugar a la ridiculez. Andrea ha inentado...
 
·         ...evitar la idea según la cual Don Pasquale es un personaje ridículo, lo que permite que se burlen cruelmente de él. Su naturaleza cómica, pensé, no debería ser una premisa previa, sino, como en el Decamerón, una consecuencia del relato, del espectáculo. De hecho, no hace falta burlarse de Don Pasquale, sino de aquellos aspectos de su vejez a los que todos tememos y de las que todos sentimos la necesidad de liberarnos a través de la risa y la ironía. Creo que solo entonces podemos reírnos de nosotros mismos.
 
 DMITRY KORCHAK
FOTO: JAVIER DEL REAL
 ELEONORA BURATO
FOTO: JAVIER DEL REAL
En Decamerón, los narradores intervienen entre uno y otro relato y así subrayan sus historia sobre el dramático fondo de una Florencia amenazada por la peste.
 
 
·         Encontré cierta analogía con el Decamerón y sentí la necesidad de que Don Pasquale tuviera un espacio en el cual pudiéramos ver a los actores que representan la farsa y sus reacciones ante el juego teatral que van desarrollando. Traté de captar la complejidad de esta mirada, de capturar la tristeza y la melancolía del actor, del director, ante su personaje, ante Don Pasquale, ante sí mismo... A menudo se piensa que la vida de los grandes actores se diferencia de cómo son en escena. Pienso, en particular, en el viejo Eduardo De Filippo, que se decía que pasaba días enteros solo en su camerino para “organizar los papeles”, ya que tenía que ser difícil llevar a escena su Luca Cupiello y hacer reír al público cada noche con un personaje que, año tras año, se le parecía cada vez más.
 
LA ÚLTIMA RISA DE DONIZETTI
 
Donizetti compone su ópera pocos meses antes de caer enfermo. Enfermedad (3) que le llevaría a la muerte.
 
·         Yo no quería descuidar este detalle biográfico con el fin de establece Donizetti  el compositor y su Don Pasquale, juego de espejos en el que el autor, anciano y moribundo, intenta arrancarle al público una última risa antes de salir de la escena.
 
Don Pasquale fue compuesta cuando Donizetti acababa de ser nombrado director musical de la corte del emperador Fernando I de Austria, y fue su ópera número 64 de las 66 - otras informaciones hablan de 71 - que compuso.
 
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(1)
El sus tres hermanos - Jacopo, Agostino y Ottavio - reivindicaban el nuevo movimiento la Joven Italia, liderada por Giuseppe Mazzini. En1833 tuvo que exiliarse a Francia al ser descubierto como organizador de un motín revolucionario. Después pasó a Suiza y luego a Inglaterra. En 1848 volvió a Italia y salió elegido Diputado del parlamento piamontés. Sucesivamente fue embajador en París, renunciando en 1849, aunque permaneció en París hasta 1874, año en que se retiro a Taggia, donde murió en 1881. Su labor literaria esparcía en novelas y otros escritos, pretendían divulgar el Risorgimento Italiano. La mayoría las escribió en el extranjero y en lengua inglesa. Posteriormente se traducirían al italiano.
 
(2)
Aparece la nº 42 de las 100 óperas más representadas entre 2005-2010, la 23ª en italiano y la tercera de Donizetti, tras El Elixir de amor y Lucía de Lammermoor (Operabase)
 
(3)
Donizetti mostró síntomas de sífilis que evolucionó hacia sífilis terciaria, en la cual los microorganismos causantes de la infección han continuado multiplicándose por años. Ello afecta a diversos tejidos: huesos, piel, tejido nervioso, corazón y arterias. A estas lesiones se las denomina gomas y son muy destructivas. A Donizetti le llevó a ingresar en un manicomio en París (Ivry). Recibió allí varias visitas de sus amigos italianos. Se trasladó a su cuna de origen, Bérgamo. Murió en 1848, en la casa de la noble familia Scotti, después de varios años enajenado. Se le enterró en el cementerio de Valtesse, y a finales del s. XIX, fue llevado a Bérgamo a la Basílica de Santa María la Mayor, cerca de la tumba de su maestro, el compositor alemán Johann Simon Mayr, con un haber de casi 70 óperas, que raramente se representan actualmente.
 
 


José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Sábado, 11 de Mayo de 2013 10:28